Acto de inauguración de la Planta Potabilizadora General Belgrano en Quilmes: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LA PLANTA POTABILIZADORA, “GENERAL BELGRANO”, EN EL PARTIDO DE QUILMES, PROV DE BUENOS AIRES.

La bocina, el de la bocina – por favor – que no me haga enojar. Le decía a Juan José recién cuando venía: “¿está el de la bocina? Y él me decía: “está Cristina, no lo podemos evitar”. Bueno, mientras hablo – por favor- que no me haga gritar, gracias. Bueno, ¿cómo están todos, cómo están todas? Bien, gracias. Estoy muy contenta de estar acá en Quilmes, en este lugar que es medio histórico. Yo no voy a decir nada, pero en este lugar, cuando vine con Néstor acá, y me acuerdo que… Sí, acá por primera vez apareció un cartelito que no voy a decir qué decía, pero fue acá en este lugar. Ahora ya no es necesario el cartelito porque todos se dieron cuenta, pero bueno… los que saben me entienden.

La verdad que estoy muy contenta de estar aquí, estamos inaugurando la Planta – no me va a salir el nombre, así que perdónenme – de policloruro de aluminio – ¡me salió! – acá que recién acabo de cortar la cinta. (Aplausos). Y ustedes dirán para qué corno sirve el policloruro de aluminio. Bueno es el elemento químico que ya no importamos, o sea sustituimos la importación y que sirve en el proceso de potabilización del agua y que precisamente recién una ingeniera mujer, con dos jóvenes, me explican como está absolutamente computarizado todo el proceso.

Esta planta con la ampliación que tenemos prevista hacer va a servir para proveer de ese instrumento y de todo el complejo también a la Planta Potabilizadora “Juan Manuel de Rosas”, que está en Tigre y que es otra de las grandes obras, junto a la Planta de Tratamiento de Líquidos Cloacales, de Berazateguí, entre tantísimas otras. La que estamos inaugurando hoy – el colector, número 1, de Tigre, que nos explicaba la vecina Alicia lo qué significa en calidad de vida. Los más de 300 mil matanceros más, que van a tener cloacas, agua potable y bueno el agua potable que recién Norma nos invitaba a brindar desde su cocina. Esto tiene números, en la República Argentina. Yo- si me permiten – simplemente en todo el país, porque primero voy a dar lo que es en todo el país y luego lo que hizo AySA, que como ustedes saben, es Capital Federal y 18 distritos porque ahora se incorporó Escobar, del Gran Buenos Aires. Allí está AySA, la antigua Obras Sanitarias de la Nación, con ese edificio emblemático e histórico de la calle Córdoba. (Aplausos y cánticos).

Déjenme decirles – chicos - lo que hemos invertido en todo el país, en toda la Argentina en cloacas y agua potable: 15.400 millones, en el período 2003-2012; más de 3.000 obras. Y acá - me decía Ben muy orgulloso – que en el año 2015; ustedes saben que hay metas del milenio. Las metas del milenio que era que la totalidad de la gente, en el mundo, tuviera agua potable se van a cumplir recién, en el 2020, la del ciento por ciento de agua potable. Nosotros esperamos cumplirlas en el 2015 el cien por cien de agua potable, que cubre acá AySA y en el 2020 las cloacas. (Aplausos).

Millones de personas, millones de argentinos y argentinas, en todo el país, y acá en el Gran Buenos Aires, no digo en Capital Federal porque allí tuvieron agua potable y cloacas siempre. Por suerte para ellos, pero eso no pasaba ni bien trasponía uno la General Paz. De hecho Norma nos contaba, que hace 40 años que vive en Ezeiza y tiene recién agua potable en su casa.

Y yo también recuerdo ¿por qué pudimos hacer todas estás cosas? Pudimos hacer todas estás cosas porque un hombre, que hoy no está, tomó la decisión – avalada por el Parlamento, es increíble, el tomó la decisión como Presidente y yo era Senadora y me acuerdo que fui uno de las que intervino en el debate parlamentario – cuando se decidió revocar la concesión a Aguas Argentinas, a Suez, la compañía francesa que no había cumplido con nada.  Y me acuerdo porque… chicos los franceses no tienen nada que ver, son algunos empresarios, no nos equivoquemos que muchas veces los empresarios son iguales en todas partes, guarda. No equivoquemos el vizcachazo, no agarremos el vizcachazo que a los franceses miren lo que les está pasando y las decisiones que también tienen que toma. Entonces no nos equivoquemos, en todo caso los empresarios, algunos empresarios y algunos dirigentes políticos de nuestro país, que creyeron que justamente nada menos que el agua y las cloacas, que paradojalmente quienes más lo necesitan son los que menos dineros tienen para poder pagarlas podían ser objeto de privatización y no de intervención y cobertura estatal. Y me acuerdo que cuando se tomó aquella decisión – y si no relean un poco las crónicas de la época- todos titularon que habíamos quedado afuera del mundo, páginas editoriales enteras, hasta un conocido periodista fue condecorado en la Embajada por su defensa a todo furor de esos intereses.

Yo si me acordaba, no del embajador francés, por quien tengo mucho respeto, me acordaba de los vecinos de Berazategui – y vos Juan José Mussi, que me estás viendo de La Matanza te debes acordar – cuando iban a la Plaza de Mayo y cortaban también la ruta acá, porque toda la porquería que salía – y no quiero decir el nombre porque queda feo y soy la Presidenta y no hay que ser maleducada – se la tiraban y se la siguen tirando todavía acá, en Berazategui hasta que esté terminada una obra, que demanda más de 500 millones de pesos y que estamos ejecutando para el tratamiento de los líquidos cloacales. (Aplausos).

Y me acuerdo que decían que se venía prácticamente el mundo abajo, que quedábamos aislados del mundo porque habíamos tomado la decisión soberana y necesaria, porque no tenían plan. Yo le pregunta recién a la Ingeniera que me explicaba toda esta modernísima planta del policloruro de aluminio – mira estoy bárbara hoy en química – si estaba contemplado en el plan de negocios de Suez. Y no estaba contemplado directamente y la obra que estamos haciendo en Berazategui, si no me deja mentir Juan José Mussi, recién estaba proyectada para empezar, en el año 2019. Esa es la verdad y nosotros la estamos terminando ¿cuándo Julio? El año que viene, me dice Julio, estamos terminando la obra. (Aplausos). También estaba mirando en este hermoso librito, que hizo Aguas Argentinas, que le pedí a Ben que lo haga más sencillito, más baratito y que le podamos distribuir en cada una de las casas de los vecinos, conjuntamente con los datos nacionales, para que sepan el esfuerzo que significa esto.

Cuando tomamos AySA, en el año 2006, no había nada: ni camiones, ni hidroelevadores, nada. Recién recorrimos parte de los 874 nuevos vehículos que tiene AySA para cumplir sus tareas, comprados por esta administración. (Aplausos). Y después cuando muchas veces nos dicen, escuchamos y leemos que no da rentabilidad esto. Venía con Parrilli recién, con Oscar Parrilli el secretario general de la Presidencia, y como saben ustedes él es original de Neuquén, tiene su casa en Neuquén. ¿Cuánto pagás Parrilli  por mes? Parrilli paga, en Neuquén, donde es provincial también la empresa de servicios públicos y además no está, porque vive acá, tiene un sobrino que le cuida la casa, pero no quiero contar la vida de él. Parrilli paga 150 pesos, por mes, de agua. ¿Cuánto pagás acá, en Capital Federal, bimensualmente, Parrilli con AySA? 34 pesos paga. Esto también obliga a que nosotros, los argentinos, los que tenemos responsabilidades institucionales, los que tenemos responsabilidades ciudadanas, en definitiva, porque no hay ciudadanos irresponsables. Unos tendrán más responsabilidad y otros tendrán menos responsabilidad. Pero también nos obliga a replantearnos qué es y adónde van nuestros impuestos. Y van precisamente a este tipo de obras, y que seguramente en algún momento… Ya veo que mañana titularán: “Cristina dijo que mañana aumenta el agua”. Sí, sí, ya lo veo venir, pero realmente es un esfuerzo que hace el Estado Nacional, que hace AySA porque el presupuesto de AySA no lo paga ningún otro gobierno, lo paga el Gobierno Nacional para dar precisamente este servicio. (Aplausos).

Y yo me acuerdo, que parecía que se caía el mundo, cuando tomamos aquella decisión, que fue una decisión como todas y la mayoría de las decisiones cuando nos ha tocado hacerlo, no son decisiones tomadas desde la ideología, desde una xenofobia, desde posiciones populistas, nacionalistas. No, simplemente el desastre que muchas empresas concesionadas habían hecho con los servicios obligó al Estado Nacional a tomar cartas en el asunto.¿Qué más fácil hubiera sido que todo hubiera andado bien y entonces no hubiéramos tenido que tomar intervención? Y que no me digan que no hacían las cosas por las tarifas, porque ya venían horribles desde antes, y nosotros empezamos en el 2003, que no vengan con cuentos. Pero lo importante es recordar todo esto para saber cómo podemos, y cómo somos capaces los argentinos de hacer un manejo eficiente de la cosa pública. Y yo creo que el caso de AySA, con sus obras emblemáticas, con la obra de María - ese retrato que me regaló recién Juan José Lingeri – es un momento muy especial: fue el primer acto que yo hice, creo luego de las elecciones de octubre, y fue en Virrey del Pino. Fuimos a una casa donde estaba María, que me debe estar viendo, porque le regalamos un televisor un poquito más grande. Ella me llevó a su piecita, donde tenía un televisor muy chiquito y me decía. “yo lo único que te pido es un televisor un poquito más grande para poder mirarte mejor”. Y le dimos el agua y ella me contó que antes de que llegará Néstor en la calle no había pavimento – recién yo escuchaba a Norma hablar del pavimento de Ezeiza – y no había pavimento ni luz en Virrey del Pino y ese día, cuando yo fui, ya estaba el pavimento que había hecho Néstor, ya estaba la luz, que también había sido hecha durante su gobierno y yo, en ese momento, le llevaba el agua, como lo hemos hecho en todos y cada uno de los rincones de esta bendita provincia. Hemos llevado pavimento en toda la provincia; planta de tratamiento de líquidos cloacales, viviendas, agua corriente, obras de gas. (Aplausos). Eso en lo que hace a infraestructura, ni que hablar en lo que hace al modelo macroeconómico además, que permite que pueda tener Norma su cocina; que pueda tener su trabajo, o su pensión o su jubilación. Esta Argentina que hemos recuperado a fuerza de trabajo, a fuerza de compromiso, y también a fuerza de muchas veces tener momentos de confrontación con intereses reducidos, pero muy poderosos que necesitan que la gente sea careciente para poder seguir con un patrón de acumulación, que finalmente había implosionado y que algunos todavía añoran. Es curioso que algunos todavía no se hayan dado cuenta, porque podía pensarse que aquel modelo, patrón de acumulación basado en el dinero mismo, en el capital por el capital, sin trabajo, sin producción había sido un error de los argentinos, a partir de la convertibilidad. Aquí fue más grave porque hubo una convertibilidad, pero fuera de aquí, cuando el patrón de acumulación del capitalismo se transforma únicamente en creer que el dinero se reproduce a sí mismo estamos como estamos en el mundo actual. Y tenemos que aprender a valorar lo que hemos logrado, y a cuidar lo que hemos logrado. (Aplausos).

Yo estoy segura del gran sacrificio que él hizo por fundar las bases de este modelo de país, cuando decidió reestructurar la deuda, y todos le decían que estaba loco, que nadie se la iba a aceptar, que nos íbamos a quedar afuera del sistema. Ya nos han pronosticado 20 salidas del mundo, casi deberíamos andar por Marte o Saturno. Pero decían que estaba loco, cuando decidió pagar al Fondo Monetario Internacional; que estaba loco cuando, en Mar del Plata decidió, junto a otros presidentes latinoamericanos, que teníamos que darnos un sistema de comercio que nos fuera propio, de la región, y no atarnos a un sistema que manejarán otros. Tantas cosas, tantas historias… cuando durante mi gobierno decidimos recuperar la administración de las AFJP también nos pronosticaron allí la caída del mundo. Y en cada uno de esos momentos, sobre todo durante mi gobierno, porque él siempre me decía. “yo tuve dentro de todo una suerte que vos no tuviste, estaban tan asustado todos de lo que había pasado en el 2001, que conmigo se refrenaron en muchas cosas, pero cuando llegaste vos pareciera como si se hubieran desatado”. Después me reconoció, después de mucho tiempo porque yo le decía que era por ser mujer. Y él me decía: “no, no es por ser mujer”. Y me discutía y me discutía, hasta que un día me dijo: “sabés, querés que te diga algo. Me parece que tenés razón. Un poco de las cosas que te hacen, te las hacen porque sos mujer. No tengas dudas”. (Aplausos). Pero él me decía siempre que había sido tan grande el susto, allá en el 2001, cuando ningún empresario, ningún banquero, ningún político podía salir a la calle porque cuando era reconocido era zamarreado, en el mejor de los casos… cuando luego se las pasó el susto y vinieron etapas nuevas, etapas donde ya habíamos reestructurado una parte importante de la deuda, donde las cosas comenzaban a salir mejor, donde habíamos acumulado reservas algunos se olvidaron y me hicieron una cuantas corridas bancarias, una cuantas cosas, que por allí siguen muchas veces intentando, cada vez menos porque cada vez les sale peor. Pero lo cierto es que los argentinos tenemos que darnos cuenta que el estar mejor nos debe llevar no a creer que ya está todo bien y todo terminado, y menos en un mundo tan complejo, como el que estamos viviendo y se está cayendo abajo.

Yo cuando a veces escucho algunos planteos, cuando escucho algunos discursos y veo lo está pasando en Europa, lo que está pasando en Estados Unidos, digo yo, pero dónde están, fundamentalmente en Europa, que hoy está ahí casi el centro de la crisis y que finalmente se termina expandiendo como una inmensa mancha de aceite al resto, como van cayendo los gobiernos unos y otros.

En el próximo G-20 prácticamente creo que seremos dos o tres los que estamos originalmente del primer G-20, que era cuando Bush… miren lo que les estoy hablando. Parece que estuviera hablando de hace dos siglos y no estoy hablando de hace dos siglos, estoy hablando apenas del año 2008, donde se reunió el primer G-20, o sea todavía no han pasado del septiembre del Lehman Brothers cuatro años. Algunos parece que se olvidarán o que no vieran lo que está pasando.

Por eso, yo le pido a todos los argentinos, en todos los lugares y en todos los espacios: trabajadores, estudiantes, empresarios, docentes, investigadores, científicos, al ciudadano común, a todos un gran ejercicio de responsabilidad, pero no porque le convenga al gobierno o al partido de turno, sino porque es lo que necesita la Argentina para poder seguir creciendo: responsabilidad y sensatez para de todos y cada unos de sus 40 millones de habitantes. Créanme que yo estoy poniendo un gran esfuerzo personal, que no me gusta porque no soy… y en esto me acuerdo de un reportaje y me hace reír, me acuerdo porque me hace reír, si no me pongo a llorar. Estábamos en Cartagena y estaba preparándome para ir a una reunión y le estaban haciendo un reportaje a Pepe Mujica, desde la CNN, en su vieja chacra, en las afueras de Montevideo. Y le preguntan al Pepe, la periodista de CNN, toda muy engolada, bueno usted que es uno de los héroes, como Mandela y lo compara con Mandela, como un héroe, que estuvo catorce años en un pozo, presos como en las horribles condiciones en que estuvo Mandela. Y Pepe la para y le dice: “no, no, no un momentito que yo no soy ningún héroe. A mí me tuvieron ahí porque me agarraron, yo me estaba escapando. Así que yo de héroe nada”. Bueno ese momento me hizo reír mucho, esa anécdota de Pepe me hace reír mucho.

Y la verdad que hay que poner mucho esfuerzo personal, mucho trabajo, mucho seguimiento en la gestión de gobierno, estar en todos lados, todo el tiempo, desde las grandes cosas macroeconómicas hasta las más pequeñas para poder gestionar el país. Yo cuando veo todo el tiempo que insume y demanda estar detrás de las cosas. Yo creo que me entero de la mayoría, pero estoy segura, absolutamente convencida de que no entero de todas, me imagino lo que debe haber sido otras etapas, donde me cuentan que los Presidentes ni siquiera iban a la Casa de Gobierno, o tal vez dejaban o delegan en tal o cual ministro las cosas y simplemente hacían apariciones mediáticas. Yo la verdad que les digo que hay que hacer un gran esfuerzo, el país necesita de gobernantes con un gran compromiso por el trabajo y fundamentalmente con la decisión política de enfrentar intereses minoritarios, pero que siempre existen. No hay que tener miedo, ni rasgarse las vestiduras, es casi la vida y fundamentalmente cuando uno administra un país los intereses económicos con los que hay que articular y siempre cuando uno toma las decisiones pensar en el conjunto de los 40 millones de argentinos por sobre todas las cosas. (Aplausos). Aún cuando muchas veces haya que decirle que no a alguno de esos 40 millones. Porque muchas veces hay que decir que no. Y decir que no a los políticos no les gusta. Yo digo siempre que algunos políticos, si fueran mujer, tendrían por lo menos 40 ó 50 hijos, pero la verdad muchas veces tenés que decir que no, y es antipático tener que decir que no, o decir no, esto se va por acá o por allá, pero no hay otra forma de conducir el país. El que les diga y él que quiera quedar bien con todos, yo les puedo asegurar, que él que quiere quedar bien con todos, finalmente, no termina quedando bien con nadie porque se viene todo abajo. Es imposible quedar bien con todos, lo que sí tenemos, lo que sí podemos, lo que sí debemos es quedar bien con el país y con la historia, con esos sí se puede. Con esos se puede y se debe, además, quedar bien, con el país, con su historia, y con su pueblo. (Aplausos).

Por eso, en este día de festejo para quilmeños, matanceros, la gente de Ezeiza, la gente de Tigre, para toda la provincia de Buenos Aires, también para el país, la República Argentina, porque cuando se inauguran obras tan importantes, cuatro obras importantísimas es una fiesta para todo el país que podamos inaugurar obras, que además de mejorar la calidad de vida, de generar infraestructura le dan trabajo a miles y miles de argentinos. Por eso mi compromiso siempre con ustedes a no desfallecer y a saber que tenemos en cada uno de nosotros la responsabilidad de construir una historia colectiva de todos los argentinos diferentes a estos 200 años de tantos desencuentros y tantos enfrentamientos. Por eso la unidad y la organización a la que convocamos el otro día a miles de jóvenes, cuando me tocó estar en Ezeiza, no fue una frase cualquiera. Unidos y organizados es la única manera de seguir adelante, los que planteen divisiones, los que se creen más vivos los unos que los otros miren a esos finalmente se los lleva puesto la historia.

Por eso sigamos adelante con fuerza, con fe y con patriotismo en la Argentina por todo lo que hemos hecho y por lo que vamos a hacer, que todavía va a ser mucho mejor. Gracias a todos. (Aplausos).    

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“Unidos y organizados es la única manera de seguir adelante”, destacó la Presidenta en Bernal
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