Cena de honor ofrecida por el jefe de Estado chileno, Sebastián Piñera, en el Palacio de La Moneda: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DURANTE LA CENA DE HONOR OFRECIDA POR EL JEFE DE ESTADO CHILENO SEBASTIÁN PIÑERA, CON MOTIVO DE LA VISITA OFICIAL ARGENTINA  A LA REPÚBLICA DE CHILE, EN EL PALACIO DE LA MONEDA.

 

 

Muy buenas noches a todos y a todas; señor Presidente de la hermana República de Chile, querido amigo Sebastián Piñera Echenique; de su señora esposa, querida amiga Cecilia Morel: quiero, antes que dirigirme como Presidenta de todos los argentinos, dirigirme a ustedes dos como ser humano, como ciudadana y como fundamentalmente una persona que recibió el afecto, el cariño y el apoyo de ustedes en dos momentos muy difíciles de mi vida, cuando concurrieron a Buenos Aires, el 28 de octubre del año 2010, pero también cuando – enterados del problema de mi enfermedad – llamaron inmediatamente ambos y se comunicaron conmigo no con palabras de protocolo, no con palabras del momento, de ocasión o de solemnidad sino con la genuina preocupación de dos personas por el estado de salud de una amiga. Especialmente recuerdo las palabras de Cecilia, a quien – siempre lo comenté, inclusive, a mis allegados – le sentí como una mujer, una amiga que se dirigía a otra amiga en un momento de graves dificultades. Esas cosas, tal vez, parezcan cuestiones menores, pero para mí no lo son, yo no creo que pueda haber un divorcio entre lo que es una persona pública en su vida pública y lo que es una persona en su vida privada; cuando uno es bueno en su vida privada también normalmente lo es en su vida pública. Por eso quiero agradecer esos gestos, que fueron muy importantes. Muchas gracias Sebastián, muchas gracias Cecilia. (APLAUSOS).

Las palabras de Sebastián creo que revelan el mundo en que vivimos y yo pensaba y reflexionaba mientras él hablaba acerca de lo que fue nuestra historia en común de la independencia y no puedo dejar de decir, que cuando estuvimos unidos y organizados en América del Sur en pos de un objetivo, en aquel momento era la libertad, era la independencia del yugo colonial y unimos nuestros esfuerzos, nuestras inteligencias, nuestras estrategias, nuestros recursos humanos y militares pudimos lograr nuestros grandes objetivos, que era precisamente la constitución de nuestros países como naciones independientes, libres y soberanos.

Hoy estamos ante un mundo nuevo que ha provocado situaciones, donde se han derrumbado paradigmas que nos decían que eran inamovibles e inconmovibles y precisamente ha surgido en nuestra región una nueva vinculación entre nosotros. Yo no puedo dejar de olvidar que fue aquí, en La Monedad, en la Declaración de la Moneda, cuando la hermana República de Bolivia tuvo un problema que chilenos, argentinos, bolivianos, inclusive me gustó mucho que fuera aquí, en La Moneda, donde surgiera la iniciativa para ayudar a la hermana República de Bolivia, donde revela cómo han cambiado las actitudes de los unos hacía los otros, que estuvimos separados o que por ahí todavía subsisten algunas diferencias entre algunos países hermanos, pero como nos hemos acostumbrado a solucionar entre nosotros mismos nuestros propios conflictos. Cuando vemos que en otras partes del mundo las grandes potencias desarrolladas no pueden resolver no solamente sus propios problemas, sino aquellos que han provocado en otras regiones me hace alentar esta actitud de la América del Sur una gran esperanza acerca no solamente de un futuro lejano, sino de este presente.

Y yo creo, sin lugar a dudas, que no es solamente la extensión de nuestras fronteras, de más de 5.000 kilómetros, que muchas veces nos ha traído algunas diferencias en el pasado; yo he sido protagonista de algunas de ellas, que finalmente han quedado superadas, pero yo quiero asegurarles – a usted Presidente y a todos los chilenos -  que esta hermandad entre Argentina y Chile es inconmovible e inalterable porque el único momento que en que pudo haber ruidos de armas, no fue precisamente en democracia en ninguno de los dos países. Así que el primer valor a preservar en nuestros países, en nuestra región debe ser eso: la voluntad popular, la democracia que es la garantía, que en democracia - aún gobernando fuerzas políticas que aparentemente tienen orientaciones ideológicas diferentes – siempre vamos a encontrar una solución para todas nuestras diferencias.

Pero Sebastián decía, con muy buen tino, que en realidad la complementariedad entre Argentina y Chile es total y absoluta. Uno de los principios que siempre nos dividieron, que fue que Argentina nunca podía pretender el Pacífico; ni Chile el Atlántico, asentado en algún principio de tratado centenario, hoy – como ustedes observarán – verán como han cambiado que hoy tenemos que realizar tareas de conectividad física para que Argentina pueda acceder al Pacífico, porque ahí está el Gigante Asiático y también Chile pueda acceder al Atlántico porque ahí está también África y toda una región importante, que está esperando incorporar, incluir ciudadanos al mundo de la economía que es la clave del desarrollo; la inclusión, el desarrollo económico que ha tenido nuestra región, que ha tenido Chile, que ha tenido la Argentina ha significado también la mejoría de vida de masas ciudadanas que antes no accedían a bienes y servicios, que hoy tienen. Y esto es precisamente, también, una de las claves que tenemos que desarrollar: esta América del Sur como un poderoso mercado que se articule y se complemente. Tú hablabas recién – hace un rato – de la conectividad energética para poder intercambiar energía contra temporada. Nosotros – por ejemplo – lo hemos logrado con la hermana República de Brasil y la obra de conectividad que estamos desarrollando en la Argentina de traer la línea de 500, que va a llegar hasta Río Gallegos, y la concreción que esperamos poder hacer de la represa hidráulica, en la provincia de Santa Cruz, generadora de 1.700 megavatios constantes hidráulicos, no energía contaminante va a servir también a la hermana República de Chile, al igual que la usina de carbón, que estamos realizando en Río Turbio, casi pegado, son apenas unos kilómetros que nos separan.

Por eso digo que es muy importante que estas reuniones que realicemos mañana, pero que no deben ser las únicas, que además son reuniones permanentes entre los gobernadores de nuestras regiones en los trece pasos, también la necesidad de hacer caer las barreras burocráticos, que son tal vez las más difíciles. Yo recuerdo cuando tuvimos que desarrollar la ingeniería para el proyecto binacional de Pasca Lama, que estaba atorado porque no podíamos lograr una articulación tributaria y entre normas laborales y me acuerdo que cité a los responsables de las áreas de mi país – en materia tributaria y en materia laboral – y los emplacé, no voy a decir amenacé porque queda feo, pero los emplacé para que en un tiempo perentorio pudieran arribar a un acuerdo y tener hoy el orgullo de ser en el mundo el primer emprendimiento binacional minero, que estamos desarrollando entre la República de Chile y la República Argentina, y que es un modelo en todo el mundo porque es el primero que se hace, es muy difícil articular normas tributarias, ponerse de acuerdo como lo hemos hecho entre Argentina y Chile. Y si hemos hecho esto vamos a poder hacer la conectividad. Y yo creo que si San Martín atravesó a caballo, según los historiadores, porque estaba enfermo, en una camilla y atravesó la Cordillera de los Andes, pero la atravesó y tal vez tenía más valor hacerlo enfermo, en una camilla; que sano, arriba de un caballo, por eso no lo hago como crítica, creo que nuestro desafío es poder también penetrar esa cordillera no ya a caballo – no sé andar a caballo, por otra parte; no sé Sebastián cómo te verías arriba de un caballo- pero hacerlo a través de un tren, de un ferrocarril creo que también es importante, como también hacerlo a través… lo veo allá al Gobernador de San Juan, de mi provincia, para que no se ponga nervioso también allí. Porque creo que son diferentes obras y son diferentes conectividades y todas van a servir para crecer en el intercambio comercial.

Me acuerdo cuando comenzamos a charlar había dudas, aquí en Chile, acerca de cómo le servía a Chile ese traspaso de la cordillera a través de un ferrocarril como plataforma formidable de servicios, una de las más grandes generadoras de mano de obra. Todos sabemos que los servicios generan más manos de obra que la labor de producción, pero también sabemos que si no tenemos desarrollada una gran producción finalmente los servicios se agotan porque no tiene a qué servir, ni qué transportar. Por eso hemos comprendido los argentinos – y creo que toda la región – que producir y agregar valor, aquí en la región, se transforma en uno de los desafíos más importantes. Sobre todo Sebastián porque en estos 200 años chilenos y argentinos hemos visto como nuestros recursos, nuestras materias primas se van sin valor agregado primarizando o reprimarizando nuestras exportaciones y no generando los suficientes puestos de trabajo.

Por eso es necesario articular mucho esfuerzo entre ambas economías, entre ambos países y en la región para hacer un gran mercado regional. Somos más de 500 millones de habitantes, aquí en la América del Sur, todavía faltan millones y millones de americanos del Sur para incluirlos al mundo del trabajo, al mundo de la producción, a los servicios de la educación, de la salud, del acceso a la vivienda digna. Esto lejos de ser una barrera tiene que ser el aliciente más formidable para que luchemos por esta segunda intendencia, que ya no es una independencia que se libra en los campos de batalla, ya no se libra empuñando armas, al contrario, se libra, precisamente, generando fábricas, generando valor agregado, generando ciencia y tecnología.

Tú sabes que yo soy una fanática de la ciencia y de la tecnología y creo que no tenemos techo en todo lo que podemos hacer en materia de agricultura, en materia de ganadería, en materia de valor agregado a la industria. Estamos en un proceso de reindustrialización muy grande en mi país y también reconocemos las inversiones de este país en nuestro país y queremos que también sea plataforma para los grandes inversores chilenos, para los grandes empresarios chilenos, también para el mundo una plataforma argentina de producción y de valor agregado.

El Atlántico y el Pacífico, son dos instrumentos muy importantes para ambos países y tenemos que utilizarlos en forma conjunta para acceder a nuevos y distintos mercados. Pero también sabiendo que el desarrollo de nuestros mercados internos, es un poderoso reaseguro contra los vaivenes y las contingencias de la economía global. Porque todos sabemos que los constantes altibajos que se están dando en los grandes países desarrollados y que impactan de alguna manera siempre van a terminar impactando en los países emergentes, el antídoto que tenemos que hacer contra esto, es también desarrollar poderosamente nuestros mercados internos para que sean también una alternativa frente a esa volatilidad de los mercados.

Quiero contarles que durante la crisis donde más se sintió, que fue en el año 2009, fue precisamente, nuestro mercado interno el que nos permitió repuntar fuertemente en los años 2010 y 2011 alcanzando crecimientos muy importantes. El país que más ha crecido, según Naciones Unidas, o más incentivos ha puesto también para crecer luego de la China y de India.

Y esto ha sido porque hemos apostado muy fuerte al mercado interno, sin descuidar el mercado externo a través de las exportaciones, pero sabiendo que es necesario articular lo uno con lo otro.

Y esto es lo que estamos proponiendo, no como un modelo que pueda transplantarse, porque cada país tiene su modelo de desarrollo, de crecimiento y de producción. Pero yo quiero decirles que estoy absolutamente convencida, Sebastián, que nuestro destino como países está en la unidad de la América del Sur, en la articulación de nuestras fuerzas, en la sinergia de ser una región sin conflictos raciales, sin conflictos religiosos, con una gran unidad de nuestros dirigentes, de los que tenemos responsabilidades institucionales al frente de cada país, un lugar de reserva de recursos naturales y de materias primas, minerales, petróleo, gas, agua potable –agua potable- como ninguna otra región del planeta.

Por eso quiero agradecer especialmente el apoyo de la hermana República de Chile hacia la causa de Malvinas que, como yo digo, ha dejado de ser una causa únicamente de los argentinos. No se trata solamente de una cuestión de integridad territorial o de soberanía territorial a la que todos los países, obviamente, tenemos derecho. Ya no se trata simplemente de demostrar el anacronismo de pretender tener dominio territorial a más de 14.000 millas en dominios de ultramar; se trata de algo más profundo: de defender nuestros recursos.

Porque cuando las grandes potencias necesitan los recursos, van por ellos, estén dónde estén. Y esto tenemos que tenerlo muy claro. Malvinas no puede verse como una cuestión únicamente de integridad territorial, sino también como defensa de nuestros recursos ictícolas, de nuestros recursos petroleros, del resguardo del medio ambiente, porque se está haciendo explotación pesquera y petrolera sin ningún tipo de control por parte de los países que pudieran sufrir esa depredación y las consecuencias, no olvidemos lo que pasó en el Golfo de México, y también nuestra proyección antártica.

O sea que son muchas las cosas que están en juego y por eso digo que Malvinas no es solamente una causa argentina, sino que es una causa regional, es una causa de la América del Sur y es una causa global que, además, en el siglo XXI todavía, 16 enclaves coloniales en el mundo, 10 de los cuales son Reino Unido, constituyen un verdadero anacronismo y una afrenta a la dignidad de la humanidad, sobre todo cuando esto se hace a partir de utilizar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y su carácter de miembro permanente para valerse de eso.

Vemos, referido a esto también, y porque tanto énfasis en la defensa de los recursos naturales. Vemos que cuando hay gobiernos totalitarios o que cometen violaciones a los derechos humanos en países donde hay recursos petroleros o mineros, entonces de produce siempre la intervención de Naciones Unidas o de algún país porque así se decide.

Ahora, cuando la violación de derechos humanos es en países donde no hay recursos petroleros, bueno, de alguna manera desde el Consejo de Seguridad no se interviene y se neutralizan entre los países para que las cosas sigan como están.

Como verán, entonces, la cuestión de recursos humanos, no es una cuestión menor. Y como dice un refrán en mi país, “cuando veas las barbas de tu vecino recortar, pon las tuyas a remojar”. Por eso es que hemos querido convocar siempre a toda la región en la verdadera comprensión y agradecemos la solidaridad de Chile.  

Mañana será un día de trabajo, finalmente, pude venir aquí. En mi país tenemos un refrán que dice “la tercera es la vencida”. Y la verdad que la primera vez tuvimos problemas de agenda, allá por diciembre donde iba a venir y, bueno, y en la segunda quincena de enero, pasó lo que pasó. Pero aquí estamos y aquí estaremos siempre y cualquier problema que surja, será solamente un problema que deberá ser abordado y solucionado como hemos hecho en todos estos años de democracia, donde hemos solucionado todos y cada uno de los problemas que han sobrevenido.

Yo creo que la vocación de unidad, la vocación de integridad, que está más allá de los propios gobernantes, porque yo me acuerdo cuando tuvimos el conflicto de Hielos Continentales, donde yo era senadora y era una de las voceras y entonces querían decir que yo era antichilena, decía “cómo puedo ser antichilena si la mitad de la familia de mi marido y la abuela de mis hijos es chilena”.

Y la verdad, que este entrecruzarse de argentinos y chilenos a lo largo de la frontera, aquí en la Patagonia, nuestra Patagonia chilena y nuestra Patagonia argentina, entrañable región, por allí más conocida en el mundo que en la propia Chile o en la propia Argentina, de la cual estamos tan orgullosos.

Yo soy una patagónica de corazón, quiero decirles que esta Presidenta, como todos los otros presidentes que vendrán después de mí, no crean que es patrimonio de un sector político o de una persona. Hemos aprendido en democracia, hemos aprendido en los partidos políticos que hay cuestiones que son políticas de Estado y la amistad con la hermana República de Chile y el entendimiento con ella, va más allá de cualquier gobierno y es para nosotros una cuestión de Estado.

Por eso, quiero también invitar a brindar por nuestra historia y por los desafíos de integración que tienen que ser cada vez más fuertes en conectividad física, en ciencia, en tecnología, en compartir los avances que hemos logrado ambos países en complementarnos, en hacer la sinergia en donde somos más fuertes cada uno para poder aprovechar mejor las oportunidades que hoy nos brinda el mundo y porque las cosas han cambiado. Antes éramos muy deficitarios en materia de intercambio comercial con los países desarrollados, pero este mundo cambiante también exige que nosotros cambiemos cuando el mundo cambia.

Voy a terminar con una frase que pronuncié con motivo de la apertura en la Asamblea Legislativa de las sesiones ordinarias del Parlamento de mi país hace muy pocos días, que uno tiene que cambiar cuando el mundo cambia y cuando las cosas cambian. Pero lo que nunca hay que perder es el rumbo de ese cambio y lo que nunca debemos perder entre Argentina, entre Chile, entre los hermanos de la América del Sur, es la convicción de que solo la unidad y la integración como hace 200 años, es lo que nos hará grandes, más libres y más independientes.

¡Viva Chile, viva la República Argentina! ¡Salud! (APLAUSOS)

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“Nuestro destino como países está en la unidad de América del Sur”, destacó la Presidenta en el inicio de su visita a Chile
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