PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL HOTEL INTERCONTINENTAL
Muy buenas noches a todos y a todas. Buenas noches señor Vicepresidente electo.
Por favor, hoy es una noche muy importante, por favor….
Primero quiero decir un inmenso gracias a los 40 millones de argentinos, a todos los hombres y mujeres de todos los partidos políticos que participaron lealmente y legítimamente en estas elecciones, en las distintas categorías de candidatos, presidentes, gobernadores, legisladores nacionales, legisladores provinciales.
Quiero también agradecer el llamado solidario, amigo, fraternal, regional de Dilma Rousseff, de la compañera Dilma, de Hugo Chávez, del compañero Hugo, del compañero Pepe Mujica, de Sebastián Piñera, amigo Sebastián Piñera también, de Juan Manuel, del querido presidente y amigo también de Colombia también que acabo de cortarle y que siempre me agradece y me recuerda a Néstor; de Lugo que me estaba llamando y se cortó, del compañero Lugo que me llamó y se cortó, y del resto de los compañeros que seguramente van a llamar como Evo y Rafael que tanto hemos trabajado todos juntos por esta región, la América del Sur, el MERCOSUR, la UNASUR, nuestra casa. Dilma me dijo palabras muy dulces que le agradezco mucho.
Agradecer el acompañamiento de todos los hombres y mujeres y de todos estos jóvenes, miles y miles de jóvenes que se han incorporado masivamente a la política, de los trabajadores, de los científicos, de los docentes, de los profesionales, de los productores, de los empresarios, de todo lo que conforma la Argentina.
Un inmenso gracias y decirles que recibí también la llamada del Jefe de Gobierno de la Ciudad que se la quiero agradecer. No sean así, me voy a enojar. Y de Hermes Binner que también me acaba de llamar, por favor….lo peor que le puede pasar a la gente es ser pequeñitos, no seamos pequeñitos, seamos grandes, al contrario, en la victoria siempre hay que ser más grande aún, más generoso, más comprensivo y más agradecido.
Pero quiero agradecerle a alguien que ya no me puede llamar más, pero que es el gran fundador de la victoria de esta noche. Porque, yo no me la creo, nunca me la creí ni pienso hacerlo. Sin él, sin su inconmensurable valentía y coraje, porque ahora cuando todo cambió y cuando el mundo está patas para arriba, y cuando las cosas se comprobaron que realmente muchas de las que decíamos teníamos razón nosotros, es fácil. Pero cuando él decía esas cosas, era una voz solitaria, condenada, criticada y sin él y sin las cosas a las que él se atrevió, hubiera sido imposible llegar hasta aquí. Y voy a ir un poco más lejos y más sinceramente porque si no lo digo esta noche siento que me va a estallar el corazón y no quiero: fue él el que también en el año 2009 se puso al frente en el momento de mayor adversidad de nuestra gestión. Si él no hubiera ido al frente como lo hizo, si él no hubiera recorrido todo como recorrió, nuestra derrota en la provincia de Buenos Aires hubiera sido terrible y tal vez hoy no podríamos estar aquí donde estamos.
En aquella oportunidad, ese hombre que había transformado la Argentina, fue al frente y puso todo y más de lo que tenía que poner. Pero él era así, cada instante se lo jugaba como si fuera la última vez y, sobre todo, porque siempre hizo honor, hasta el último aliento, a que él jamás iba a dejar sus convicciones. No las dejó en la Casa Rosada, pero lo que es más importante, porque el paso por la Casa Rosada siempre es temporal y circunstancial, tampoco dejó sus convicciones mientras vivió y tuvo aliento, que eso sí es más difícil y también más valioso.
Esa es la última, no la había escuchado nunca. ¡Qué inventiva, Dios mío, qué creatividad!
La verdad que yo no quería dejar pasar esto. Hoy es una noche rara para mí. Me preguntaban a la mañana cuando voté en Río Gallegos y es un día raro porque son muchos sentimientos que se entremezclan y es muy difícil, casi imposible definirlos. Si les digo que estoy feliz, les miento, si les digo que estoy triste, les miento. Si les digo que me gustaría, no sé, qué se yo, ustedes se dan cuenta, pero tenía que decir estas cosas, porque él se las merecía.
No las estoy diciendo -que quede claro por favor- como su viuda, las estoy diciendo como su compañera de militancia de toda la vida. Que nadie se equivoque. No hablo de él como marido; hablo de él como cuadro político, tal vez uno de los mejores cuadros políticos que ha dado nuestro país. Que nadie se equivoque. Es el dolor de una mujer, pero es la comprensión de una militante política.
También decirles a todos los argentinos, a los que me han votado, a los que nos han votado y a los que no lo han hecho, que yo siento hoy como Presidenta de todos los argentinos, la inmensa responsabilidad de llevar y conducir a nuestro país, la República Argentina, a que viva una historia diferente a la que nos tocó vivir en los últimos 200 años de historia.
Yo quiero apelar a la vocación patriótica de todos los argentinos, de sus trabajadores, de sus empresarios, de sus dirigentes políticos, sociales, institucionales, culturales y del pueblo todo, de toda la sociedad. Un país no lo construyen solamente sus dirigentes, lo construye su pueblo. Y yo creo que hoy nuestro pueblo ha dado una muestra de madurez, porque además también debo reconocer que hemos consolidado una de las reformas políticas más importantes de los últimos años. Esa reforma política que soñé como legisladora y que no pude concretar como legisladora pero que pude concretar como Presidenta y que es, precisamente, que los partidos políticos, que son el sustento de la democracia, los instrumentos de la democracia y la democracia es el sistema donde debemos necesariamente instrumentar las instituciones para mejorar la calidad de vida de los hombres y mujeres concretos de nuestro pueblo.
Quiero decirles que este sistema de partidos políticos, se va a ver fortalecido por un sistema que ha abierto las puertas a la sociedad y que va a llevar a los dirigentes también a una replanteo profundo de cuáles deben ser las propuestas, de cuáles deben ser las formas y las vocaciones, no para conquistar al electorado, el electorado no es un punto fijo, la conquista siempre implica una actitud de guerra, sino fundamentalmente la de persuadir, la de tener convicciones y, fundamentalmente, que esas convicciones coincidan con las acciones, que los discursos coincidan con las acciones para poder lograr la voluntad popular.
Y algunos que no creían, porque muchos hablan, muchos de los que tienen micrófono hablan de las instituciones, pero todos los días las demuelen un poquito, que íbamos a hacer las internas abiertas, simultáneas y obligatorias. Me acuerdo que hasta que 15 ó 20 días antes nuestro ministro del Interior, tuvo que estar confirmando que esas se hacían. Bueno, dijeron que iba a ir poca gente. Hubo un maravilloso caudal superior, inclusive las presidenciales de convocatoria. Decían que esto iba a eliminar a los partidos chicos. Tampoco fue así, porque esa maravillosa clave que fue la Ley de Medios y la Ley de Reforma permitió que todas las fuerzas políticas pudieran acceder a los espacios audiovisuales fundamentales para poder hacer conocer en el mundo de hoy las propuestas a todos.
Y yo quiero convocar a todos los argentinos a la unidad nacional, a que no nos distraigan con enfrentamientos inútiles, a que no discutamos sobre los hechos y las realidades. Que en todo caso si esos hechos y esas realidades pueden mejorarse, puedan enderezarse nos digan cómo hacerlo. Tenemos que pasar un país diferente, donde el que venga construya sobre el que ya hizo, porque el ya hizo, hizo bien pero le faltó algo y entonces lo eligieron a otro. Esta es la Argentina con la que yo sueño, una Argentina donde tengamos continuidad, que no significa continuidad de personas y de partidos, sino de proyecto político, de Nación y de país. De eso estoy hablando, de esa continuidad: proyecto político y de país.
Entiéndase, soy una mujer de 58 años que milita. Gracias, querido, pero tengo 58 años y los tengo…..Soy una mujer que milita desde muy joven. He llegado a lugares que en mi vida pensé que podía llegar. No solamente tuve el honor de ser la primera mujer electa Presidenta, sino que tengo el honor de ser la primera mujer también reelecta como Presidenta. Yo no quiero más nada. Mi compañero también fue presidente. ¿Qué más puedo querer?
Lo único que quiero es contribuir, cooperar como argentina con la más alta responsabilidad, a seguir agrandando la Argentina, a que siga creciendo, a seguir generando más puestos de trabajo, más industrialización, más valor agregado, más ciencia y tecnología, más de todo lo que hemos hecho porque necesitamos también más escuelas, más caminos, más hospitales, más salud.
Yo quiero contribuir a hacer eso, una persona que haya ayudado a cambiar la historia junto al resto de los argentinos. Porque también quiero decirles que sola no se puede, necesitamos la colaboración y la comprensión de todos los argentinos.
Pero quiero decirles también que por comprensión histórica, como dijo él en aquel discurso memorable del 25 de mayo de 2003, por voluntad popular y por decisión política, cuenten conmigo para seguir profundizando un proyecto de país que ayude a mejorar la vida de los 40 millones de argentinos. Para eso nos necesitamos unidos, que no significa pegoteados, que no significa que debatamos, pero también significa reconocer que cuando una sociedad se expresa y decide en elecciones libres, populares y democráticas adoptar una decisión, esa decisión debe ser respetada y la persona y las personas que han logrado ese mandato, cualquiera sea el lugar, deben ser también apoyadas y sufrir y tener la colaboración del resto de la sociedad, del resto de las fuerzas políticas y culturales o económicas.
Esto no significa que no haya intereses, no vamos a cometer la ingenuidad de no creer intereses y seguramente proyectos políticos que piensan que es mejor retornar a otro país o a otro modelo.
Yo no soy ingenua ni soy tonta. Pero sé que son minorías, poderosas pero minorías. Depende, entonces, de las grandes mayorías, conformadas por nuestros trabajadores y por nuestras clases medias, no ser desviados del camino como nos ha pasado en tantas oportunidades de la historia y hacer fracasar proyectos que servían al conjunto de la Nación. Aún aquellos que nos derribaban, muchas veces, inclusive, dirigidos desde afuera, casi a nivel inconsciente o consciente.
Yo quiero apelar a todos los que están identificados con los intereses del pueblo, de los distintos lugares, partidos y sectores. A esta mujer no la mueve ninguna ambición, no la mueve ningún interés, solo la mueve el profundo amor que siento por la Argentina, por la patria y la necesidad de honrar la memoria de él y de miles como él que dieron sus vidas por la patria. De eso me siento responsable, de ese legado histórico y les pido que nos acompañen humildemente, muy humildemente.
La verdad que cuando pienso en él en ese 25 de mayo de 2003, con su apenas 22 por ciento de los votos. ¡Dios mío, todo lo que fue capaz de hacer! Y veo hoy estos números, que la verdad son impresionantes. Esto números que impresionan y que agradezco infinitamente a todas las provincias argentinas…Tenemos que esperar que incorporen a nuestra querida provincia de Buenos Aires para tener exactamente el número.
Pero la verdad que son números que si yo les decía o cualquiera de nosotros hubiera dicho esto hace apenas dos años, nos hubieran tratado de locos. Y la verdad que sí, la verdad que esto también demuestra otra cosa y esto creo que es para la política y para todos los hombres y mujeres que en distintos partidos políticos, con el derecho que cada uno tiene a militar dónde mejor le parezca, debemos aprender todos lo importante que es la voluntad, que no es voluntarismo. Lo importante que es la voluntad unida a la convicción.
Siempre pensaban que no se podía luchar contra determinadas cosas preestablecidas en la Argentina, que había que pedirles permiso a algunos para ver qué se podía decir y entonces lograr cinco minutos más de pantalla o cuatro líneas más en un periódico.
Y yo creo que lo importante es lograr un lugar en el corazón de nuestro pueblo; creo que lo importante es saber leer los ojos de los millones de argentinos. Muchas veces los dirigentes se desesperan leyendo los diarios y mirando televisión. Yo les pido que miren más los ojos de los argentinos, que recorran el país de punta a punta y vean. Ahí van a comprender que todavía nos faltan muchas cosas, pero si alguien conoció la Argentina antes de 2003, van a poder ver cuánto que hemos avanzado pese a todo lo que todavía nos falta.
Tengan confianza en ustedes mismos, tengan confianza en sus ideas, esto no es cuestión de imagen, esto es cuestión de fe, es cuestión de convicción, es cuestión de pensar que uno está haciendo lo mejor y no desfallecer ni aún cuando pareciera que todo está perdido. Es más, cuando todo está perdido, es el mejor momento para luchar más que nunca por lo que uno cree, por su patria, por el país, por las ideas.
Es cierto que a algunos se les va la mano con eso, a él se le fue la mano; a él se le fue la mano y se le fue la vida. Pero bueno…
Yo quiero que sea un ejemplo para todos los jóvenes y también para todos los hombres y mujeres de la política, de los que hemos estado siempre en un mismo lugar, que también es importante la reconstrucción del sistema de partidos políticos. No puede uno andar saltimbanqueando de un lado para el otro. Porque eso tampoco…Eso no significa que uno no pueda cambiar, pero nunca tantas veces y de lados tan opuestos de un lado al otro, porque, bueno, me parece que más que cambio, ya es otra cosa.
También quiero agradecer a todos las cifras que nos llegan desde las provincias, son maravillosas. Acá en Capital Federal, Boudou, también hemos ganado los diputados, hemos ganado en la Capital Federal. No sé dónde andará Roberto Feletti, ¿dónde está Feletti? Hola, Roberto, felicitaciones a todos los compañeros.
No quiero ser injusta, quiero felicitar a todo el país, a todas las provincias hermanas, a todas, a la querida provincia de Buenos Aires, a Mendoza, Paco Pérez, parece que es el nuevo gobernador de Mendoza, un joven talentoso. Quiero agradecer a La Matanza, a Tierra del Fuego, a Santa Cruz, a Chubut, a Río Negro, al Neuquén, a La Pampa, a Córdoba, a Santa Fe, a todas, a Mendoza, a San Juan, a Salta, a Tucumán, Misiones, Jujuy, Corrientes, Entre Ríos, me dijeron que Blanquita Ozuna, es la nueva intendenta de Paraná, la querida Blanquita. Blanquita Ozuna, una querida compañera, fuimos senadoras juntas, con ella, con el Pemo Guastavino. El otro día estuve en Gualeguaychú, en su ciudad, con el Pemo y su mamá sentada en primera línea, con su pañuelo blanco. Pemo tiene dos hermanos desaparecidos y acá las queridas Madres, que nos acompañan como siempre, las Abuelas, los HIJOS, los NIETOS, gracias también.
A mí me da mucha tranquilidad cuando ustedes están conmigo porque quiere decir que todavía no me mandé ninguna macana grande. Me dan mucha tranquilidad, gracias. Porque errores cometemos todos y siempre.
Quiero agradecerle a todos, pero quiero también, para finalizar porque quiero ir a la Plaza a saludar un poquito porque hay mucha gente, voy a saludar un poquito a la Plaza.
Antes de volver a agradecer a todos los argentinos, antes de volver a convocarlos a trabajar juntos, a la unidad nacional, un mundo turbulento, difícil, complejo que exige que todos depongamos parte de nuestras aspiraciones para poder lograr que el conjunto pueda realizarse y no solo los sectores, antes de terminar, quiero llamar a mi hija, a mi hijo, a Máximo, que no pudo estar la otra vez por lo que le había pasado a Rocío, estos son mi sostén también.
Bueno, y ahora que pase también la novia de Boudou, venía Agustina, vení linda, vení. ¡Miren que novia linda que tiene Boudou! Vení Agustina, dale, dale, es un día también de alegría, no tenemos que negarnos tampoco a la alegría. Vení, quedate ahí al lado de él, nena.
Agradecerles a todos los que militaron, a los que rompieron el alma, a los fiscales en todo el país, a todas las fuerzas amigas también que colaboraron para construir esta victoria que, vuelvo a decirlo, no es una victoria personal ni partidaria. Quiero que sea la victoria de todos los argentinos, porque para eso voy a trabajar como siempre lo he hecho, siempre lo he hecho así.
Una vez más agradecerles, pedirles disculpas por ahí si uno…en fin…este es un mes muy especial…Sí ya sé, gracias. Es un mes muy especial, bueno, estamos apechugándola y lo vamos a hacer porque tenemos que aprender lo fuerte que era él, de la fortaleza de él y, además, él está aquí hoy más que nunca, estoy segura, absolutamente.
Por eso agradecerles, fuerza, fuerza Argentina, fuerza a todos los argentinos, a los 40 millones de argentinos, a seguir trabajando como en estos años en los que hemos logrado construir tantas cosas.
Muchas gracias, los quiero mucho. (APLAUSOS)