Gracias, muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas.
Señor presidente del Concejo Municipal de Gualeguaychú, que hoy cumple 228 años nada más ni nada menos, ¡y aguante Gualeguaychú también!
Señor gobernador de la provincia de Entre Ríos, querido Pato Urribarri, amigo y compañero, en ese orden que para mí es muy importante, porque habla también de valores: la verdad que cuando recién veía esa planta de incubación de esta importante empresa, recordé que fue la primera visita que hice como Presidenta de los argentinos a Entre Ríos, fue en otro lugar, en otro lado de esta fábrica, de esta productora avícola tan importante, tan emblemática, que representa el 25 por ciento de las exportaciones avícolas de la República Argentina y está aquí en la provincia de Entre Ríos.
Esta planta de incubación de huevos fértiles realmente es un prodigio en cuanto a su capacidad y pureza tecnológica de última generación. Yo decía: esos pollitos bebés, me acuerdo cuando el país había sido dado vuelta prácticamente como una media, Parrilli se acordaba que a Kirchner le iban a tirar los pollitos bebés a la Plaza de Mayo porque no había qué hacer con ellos, los productores no tenían oportunidades, los empresarios tampoco. Y hoy no solamente hemos aumentado exponencialmente el consumo de pollo para el consumo de los argentinos, sino que además, hemos redoblado y triplicado ese consumo exportando al resto del mundo una industria que pasa a ser emblemática, y durante más de una década estuvo aplastada. La verdad que me siento muy orgullosa.
La generación de trabajo para entrerrianos como Daniel, ese licenciado en Nutrición que orgulloso nos contaba que había nacido en Concepción del Uruguay pero que es de acá de Gualeguaychú y trabaja en lo que se preparó para trabajar y en su tierra. Qué dos conceptos, porque poder seguir viviendo en el lugar de donde uno es y además trabajar para lo que uno estudió, debe ser un derecho pero muchas veces ha constituido un raro privilegio en la República Argentina y por eso tenemos que lograr mucho más, para que todos tengan las mismas oportunidades, quedarse en su tierra, prepararse, capacitarse y encontrar trabajo para esa capacitación.
También deberemos -y es algo que tendremos que abordar en la próxima etapa- comenzar a reorientar. Yo veo cantidad de chicos de la escuela primaria y secundaria, debemos reorientar esas vocaciones a las nuevas carreras que demanda la Argentina con sus nuevas industrias, con sus nuevas capacidades para que los chicos no se frustren y estudien carreras que luego no tengan salida laboral. Esto también es importante y lo vamos a empezar a profundizar en esta etapa. Porque claro, cómo íbamos a profundizar algo en el 2003, si en el 2003 el primer viaje que Kirchner hizo al interior fue aquí, a Entre Ríos, a levantar una huelga de más de tres, cuatro meses, los chicos que no iban a clase. Me acuerdo que vino con nuestro ministro de Educación, Daniel Filmus.
Ustedes se dan cuenta que era imposible pensar entonces estratégicamente un país o comenzar -como yo digo- más quirúrgicamente en todas las actividades, porque era el mundo que se venía abajo y era simplemente ver cómo se abarajaba todo lo que pasaba y cómo se iba ordenando para ir preparando. Hubiera sido imposible esto que estamos viviendo hoy en Entre Ríos o tal vez lo que estamos viviendo en la provincia de Santiago del Estero, cuando recién estábamos inaugurando la ampliación de la planta de Coteminas, una importantísima empresa de origen brasilero pero que aquí es Coteminas Argentina porque está radicada aquí, genera trabajo aquí y produce aquí. Y la verdad que esta era una que empezó importando algodón del Brasil y solamente hacía tela de toalla que iba directamente a Brasil para confección, para tintorería, y ahora producimos el algodón aquí en la Argentina, se instala, llega la tintorería y la parte de confección, hasta sábanas. Recién estaba viendo el video mientras hablaban y veía que además también había sábanas que se realizan en el país, convirtiéndose Santiago del Estero en la principal productora de toallas del país, con materia prima de Santiago del Estero, industrializada y valor agregado allí.
Díganme si no es un país sustancialmente diferente, porque como decía recién el Pato, no hemos federalizado los discursos, hemos federalizado las políticas y los recursos para promover un desarrollo armónico en todas las regiones del país.
Por eso las inversiones en infraestructura también nunca vistas, en energía; ya hemos generado más de 8.000 megavatios a los que teníamos porque si no hubiera sido imposible sostener el nivel de producción y de crecimiento de la Argentina con el parque de generación eléctrico con el que contábamos en el año 2003. Y todo eso hubo que ir haciéndolo, también al mismo tiempo que atendíamos todos los problemas internos, hubo que atender el frente externo, que era precisamente uno de los motivos de nuestra situación, el endeudamiento crónico, la descapitalización del país; el intento en el 2005 también de sumarnos al ALCA. Por suerte a él le tocó presidir esa Cumbre de las Américas y supo encarnar la voluntad popular de toda la América del Sur, de toda Latinoamérica que aspira a un proyecto regional, integrador de nuestras economías.
Por eso es tan importante seguir articulando mecanismos de integración regional con todos nuestros vecinos. Esta también es una de las claves del crecimiento y además del futuro, porque tenemos que cuidar lo que tenemos, nuestros recursos naturales, nuestras materias primas, nuestras reservas acuíferas, nuestra productividad de la tierra. Por eso también vuelvo a pedir una vez más el tratamiento del proyecto de ley para que la tierra sea considerada un recurso estratégico y haya un límite para la venta al extranjero; una vez más, desde aquí, desde Entre Ríos.
Todo esto hubiera sido imposible sin la tarea de ese puñado de hombres y mujeres que desde el año 2003 acompañaron y lo acompañaron a él, que parecía un hombre que luchaba contra los molinos de viento. Pero no, hay molinos de viento pero son los que generan energía desde el Sur también para todo el país, porque hasta eso hemos construido también: energía eólica a molinos de viento.
Muchas veces estas discusiones, estos debates que se han dado en estos años, han traído enfrentamientos, discusiones, pero lo importante es ver cuál ha sido el resultado de esas políticas que se han aplicado desde el año 2003 y qué hubiera pasado si no hubiera tenido él la entereza de afrontar todas las críticas, las más duras tal vez, las que por allí ni siquiera son políticas sino que hasta son personales y hieren a la dignidad de una persona, pero él tuvo la valentía de seguir adelante para poder generar las bases fundantes de un país que yo espero sea mucho mejor que el que nosotros recibimos.
Y este es un compromiso que debemos tener todos los argentinos, superando debates estériles que nos han hecho fracasar. No porque no nos guste la discusión, ustedes me conocen, una de las cosas que más me gusta es discutir, ya lo saben, pero la discusión tiene que ser sobre cosas objetivas, sobre cosas verificables, cuantificables, sobre cosas que puedan hacerse realmente pero que fundamentalmente lleven beneficios a todos los argentinos.
Les decía ayer a dirigentes sectoriales agropecuarios cuando hablaba con ellos, que tenemos que entender cuando somos gobierno los reclamos de los sectores, porque obviamente para eso están las dirigencias sectoriales, pero los dirigentes sectoriales deben entender que un presidente debe gobernar para los 40 millones de argentinos y debe articular en forma eficaz y eficiente esos intereses.
Ayer recordaba unas líneas que había leído acerca de querer encontrar tal vez algunas de las claves de lo que ha sido el fracaso reiterado de un país como la Argentina, nuestros 200 años, un país con recursos naturales como pocos en el mundo, con recursos humanos altísimamente capacitados, con un nivel de educación y de preparación tal vez el más alto de toda Latinoamérica; con una creatividad maravillosa que tenemos los argentinos y que se ve en industrias como el software, donde estamos liderando en diseño, donde estamos liderando realmente el crecimiento de una industria que ha generado miles de puestos de trabajo altísimamente calificados y por supuesto también con una remuneración acorde. Entonces decía yo que la clave tal vez haya sido que en esos 200 años quienes más tenían aquí en nuestro país, en la República Argentina, no habían encontrado la clave, no habían entendido que era necesario generar y articular un proyecto político en el cual también se involucrara a los que menos tenían, y eso ha sido lo que ha causado las distintas divisiones en nuestra historia. Si uno mira el pasado de Entre Ríos, esta Entre Ríos federal, ve un país que se dividía entre los que querían solamente el puerto de Buenos Aires y no les importaba la industrialización del interior, eso luego finalmente fue superado pero comenzó a surgir luego la lucha entre los que más tenían y los que tenían menos, la desigualdad social, o tal vez también la imposibilidad de poder votar democráticamente. Sí, porque aunque parezca mentira hubo una etapa de nuestro país en que te retiraban la libreta para votar y otros decían que ya habías votado.
Hubo también una época en este país en que los trabajadores no tenían derecho a nada, ni a vacaciones ni a aguinaldo ni a una licencia por enfermedad, entonces surgió y vino con toda su fuerza el partido en el cual milito desde hace mucho tiempo.
Por eso debemos entender todos los argentinos, en estos momentos históricos, la responsabilidad que tenemos todos los dirigentes, sectoriales, culturales, sociales, políticos, institucionales, de generar puentes de entendimiento. No quiere decir que no haya discusión, no quiere decir que vivamos en un mundo ideal de ilusiones, simplemente debatir los problemas con números, con propuestas factibles y viables. Y nosotros, que hemos remado tanto tiempo contra la opinión publicada, no la opinión públca, hoy podemos decir a los argentinos -en un mundo que se derrumba estrepitosamente y que insiste paradojalmente en aplicar las mismas recetas que nos aplicaron a nosotros y que nos llevaron a la implosión en el 2001- que estamos mejor preparados que nunca para enfrentar un mundo difícil, complejo y de crisis.
Yo solamente les pregunto y los interrogo a cada uno de ustedes, que piensen qué nos pasaría a cada uno de nosotros si este nivel de crisis mundial nos hubiera agarrado en la situación que estábamos en el año 2003 o antes, a fines o durante los 90. ¿Qué hubiera pasado? Yo me acuerdo que el Tequila nos hizo dar un cimbronazo terrible o después el efecto Caipirinha. Por eso digo que no somos tontos, sabemos que estamos interconectados con el mundo, sabemos que las cosas tienen que mejorar y queremos que mejoren, lo único que pedimos es que no apliquen las recetas que nos aplicaron a nosotros porque ya dieron resultado en el paciente, ¡cambien de médico, cambien de remedio!
Y nosotros sigamos firmemente sosteniendo este camino de industrialización, de valor agregado a nuestros productos agropecuarios, a nuestras manufacturas industriales. Porque ya no hay antinomia entre agroindustria e industria, al contrario, tenemos que incorporar y asociar en cooperativas a los productores para que cada vez puedan participar más en la cadena de valor y por lo tanto participar en la rentabilidad, asegurando como siempre primero la mesa de los argentinos, que ha sido el objetivo que esta Presidenta tuvo siempre.
Yo estoy muy feliz de poder estar aquí porque podemos hablar hoy con los amigos, con los compañeros de Entre Ríos, por lo que hemos hecho por la educación, ese 6.47 que destinamos del Producto Bruto como nunca. Y lo digo aquí porque hay una tradición de docentes y maestros entrerrianos derramados y desparramados por todo el país. Mi maestra de sexto grado en La Plata, Miriam, era entrerriana, por ahí discutíamos un poquito por Rosas y Urquiza, pero bueno, son cosas de los bonaerenses y los entrerrianos, vamos a dejarlo ahí nomás, son cosas ya superadas también. Pero Miriam, mi maestra, era entrerriana y cuántos entrerrianos docentes hay desparramados por todo el país.
Y los científicos. Inauguramos el otro día el Polo Científico Tecnológico más importante de la Argentina y yo creo de la América del Sur, en viejas bodegas abandonadas, donde una fundación como la Max Planck pudo venir a instalarse por primera vez en América del Sur. Nos da mucho orgullo que nuestros científicos quieran volver al país.
Nos da mucho orgullo también la actuación en materia de política internacional que nos ha colocado en el lugar del cual nunca debimos salir. Esta es nuestra casa, la América del Sur, por eso somos MERCOSUR, por eso somos UNASUR, por eso somos orgullosamente sudamericanos.
No quiero terminar sin hacer esta mención, porque estaría traicionando mis sentimientos, mi memoria y mi amor, porque todavía tengo presente el día que vine aquí, yo era senadora, acompañándolo en un momento difícil y tenso, por primera vez en mucho tiempo, de nuestras relaciones con el hermano país del Uruguay. Lo recuerdo paradito en una inmensa movilización, con esa tensión que él ponía. Y me acuerdo que había escrito su discurso, a él le gustaba hablar sin papeles pero lo había escrito porque era un hombre muy emocional, muy temperamental y no quería decir una sola palabra, una sola frase que pudiera ser interpretada como una agresión por nuestros hermanos uruguayos. Y me acuerdo que en aquel momento, 5 de mayo del año 2006, anunciaba no solamente a los argentinos sino a nuestro continente la América del Sur y al mundo, que la Argentina iba a hacer honor a su compromiso, a su firma en los tratados internacionales, que iba a hacer honor a su tradición de país pacífico, de país que ha luchado por la paz porque sufrió también mucho. Y me acuerdo que anunció entonces que iba a enviar a La Haya, como lo marcaba el tratado de nuestro querido río Uruguay, para que precisamente el derecho internacional, que es lo único que debe regir entre todos los países del mundo, encaminara la situación.
Me acuerdo también que siempre lo trataron como una persona, algunos medios quisieron construir de él una imagen como si fuera una persona destemplada, miren lo que pasa al cabo de la historia cuando uno viene a enterarse de algunas cosas. ¡Qué orgullo haber sido su compañera y qué orgullo de un hombre que siempre confió en el derecho, que siempre confió en la América del Sur para resolver pacíficamente sus conflictos! Y pudimos superar esa situación con nuestros queridos hermanos de la República Oriental del Uruguay, a cuyo presidente José Mujica, a su esposa Lucía y a todos los uruguayos les digo que tengan la tranquilidad de que nadie puede confundir a esta Presidenta, y mucho menos a los argentinos, que somos hombres y mujeres de paz, que somos hombres y mujeres que cada vez que ha habido un problema en la región, allí está la UNASUR como testimonio vivo de cómo hemos podido resolver diferencias en Ecuador, cómo hemos podido resolver diferencias en Bolivia y también hacerle honor a él en su última gestión como Secretario General de la UNASUR, cuando pudo unir a los primeros mandatarios de Venezuela y Colombia y lograr una misión de paz en un momento de mucha tensión para la región.
Por eso quiero acordarme de él y de la memoria de ese dirigente, y no lo digo únicamente desde el lado del afecto sino también de la razón, sin par que ha tenido la República Argentina en las últimas décadas.
Por eso estando aquí hoy, en el cumpleaños de todos ustedes, porque es un poco el cumpleaños de cada uno de ustedes, siento que él nos está acompañando porque llevó el barco a buen puerto y eso es ser realmente un buen gobernante, ayudar a superar los conflictos, no a profundizarlos.
Y quiero decirles a todos los entrerrianos y desde aquí, desde Gualeguaychú, a todos los argentinos, que siempre cuenten con esta mujer, como Presidenta o desde cualquier lado, para seguir trabajando por la Argentina, por la patria, por los argentinos y fundamentalmente por el futuro de todos.
¡Feliz cumpleaños Gualeguaychú! ¡Felices 228 años para todos! ¡Los quiero mucho y los abrazo muy fuerte con mi corazón, muchas gracias!