PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DEL MUSEO DEL LIBRO Y LA LENGUA, EN LA BIBLIOTECA NACIONAL, AVENIDA LAS HERAS, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.
Qué lindo, qué linda tarde, qué linda noche, gracias, muchas gracias, muy buenas noches a todos y a todas: déjenme decirles que me encuentro muy contenta porque esto que parecía un sueño… ¿cuánto hace Horacio que estuvimos firmando los acuerdos, con la presencia del maestro Clorindo Testa? Cuatro años, cuando empezó mi gestión, en el año 2008, ahí lanzamos, ahí me acuerdo que vine a este lugar entrañable que es para todos la Biblioteca Nacional y que sé para muchos de ustedes también un lugar entrañable por diversos motivos. Porque es un lugar de encuentro, de discusión, de debate como debe ser un lugar como este, realmente. Una Biblioteca no es solamente para juntar libros, sino para promover nuevas ideas, nuevos debates y nuevas discusiones y me acuerdo que era una tarde cuando vinimos con el maestro Clorindo Testa, con Horacio, en fin estuvimos mirando los planos de lo que iba a ser lo que hoy estamos inaugurando: un nuevo espacio cultural para los argentinos, en este caso en la Ciudad de Buenos Aires, donde recuperamos la historia del libro, de la lengua y porque no de la palabra en tiempos de Internet.
Me encantan los colores, con lo cual lo hicieron muy alegre. Me decía Julio de Vido, que es arquitecto, que estos volúmenes son muy Clorindo Testa, yo que soy abogada y no entiendo mucho pero me parecen divinos y me encantan los volúmenes y realmente es una obra no solamente de carácter cultural, en el sentido del escrito y la palabra, sino también profundamente cultural en el sentido de la extensión arquitectónica.
Y la verdad que hemos trabajado muchísimo en lo que es la recuperación y también la construcción del patrimonio cultural y arquitectónico de los argentinos. Hemos invertido más de 2.000 millones en patrimonio arquitectónico de los argentinos.
La primera licitación, la número uno que Kirchner firmó de obra pública fue para restaurar la Catedral de Luján, 86 millones de pesos y pasando por la Casa de Domingo Faustino Sarmiento, para los que dicen que no nos importa Sarmiento, también hemos trabajado mucho en eso, en la provincia de San Juan, pasando por el Convento de Santo Domingo, pasando por lo que es el Museo del Bicentenario, la Casa del Bicentenario y esta obra que estamos terminando tal vez en el año 2013, que va a ser el gran centro cultural de los argentinos porque va a representar realmente un espacio cultural muy importante.
Y yo quiero decirles a todos que me encuentro muy contenta de estar aquí con ustedes compartiendo porque están entre los que hoy me acompañan gente que lo viene haciendo desde hace mucho tiempo en los lugares y en los tiempos más difíciles y que siempre estuvieron creyendo en lo que estábamos haciendo. Yo siempre digo que – y él me lo decía siempre – muchas veces las sociedades, los pueblos tardan en madurar las cosas, pero finalmente llega cuando realmente lo que uno lleva adelante es con convicción y cuando son sinceras las ideas y además uno se presenta tal cual es, sin pretender ser ninguna otra cosa que lo que siempre ha sido en toda la vida.
Por eso estamos hoy todos muy contentos de estar hoy aquí inaugurando este Museo, un nuevo espacio para la Ciudad de Buenos Aires, para el turismo, para el crecimiento, para los ciudadanos, en definitiva, el Museo del Libro y de la Lengua, en un país que sufrió mucha agresión cultural de todo tipo. Yo lo decía el otro día, cuando estaba en la Asamblea de Naciones Unidas, y uno iba repasando las cosas que nos habían pasado desde el desastre de las políticas neoliberales de los años noventa, que finalmente implosionaron en el 2001, y luego pasé a Malvinas, como una etapa colonial vergonzante, en el siglo XXI y luego los atentados de la AMIA. Ahí me di cuenta que de repente en un mismo espacio geográfico y cultural e histórico, el nuestro, el argentino nos habían pasado todas las cosas que a otros pueblos le pasan en forma diferente; a nosotros nos habían caído todo como si fueran las diez plagas de Egipto.
Y creo que lo que revela la fortaleza de esta sociedad y también revela nuestra fortaleza es haber podido superar estás cosas y estar empezando el tercer centenario, de la República Argentina, de una manera diametralmente diferente a cómo nos fue a los argentinos en el centenario. Esto no es para remover viejas cuestiones, antiguos fracasos, no al contrario, creo que – un poco – para el aprendizaje que tenemos que hacer todos los argentinos en un mundo complejo, en un mundo que cada vez va a ser más complejo y que cada vez va a exigir más de nosotros mismos ser precisamente nosotros mismos con nuestro proyecto de país, con nuestro proyecto de vida integrado al mundo, pero sabiendo que – como lo dije siempre – nadie va a hacer por nosotros lo que nosotros mismos no seamos capaces de hacer.
Y creo que hemos hecho mucho, hemos hecho más de lo pensado porque estamos reconstruyendo un tejido social y cultural de memoria, de verdad, de dignidad, de igualdad, de que todos los argentinos puedan tener la posibilidad, la oportunidad de vida de crecer y de ser incluido en una sociedad que durante mucho tiempo fue muy expulsiva, fue muy excluyente. Muchos, o la gran mayoría por allí de los que estamos aquí hemos tenido la suerte – con idas y venidas – de poder haber accedido a una educación, de poder haber accedido a los bienes sociales que uno necesita para constituirse como un ser humano digno. Pero lo cierto es que todavía falta hacer cosas en la República Argentina, todavía falta dar más igualdad, más justicia. Y lo estamos haciendo y lo vamos a seguir haciendo porque esta es la idea de la profundización cuando hablamos del modelo, que nadie se asuste de esas cosas, es simplemente llegar a los que todavía no hemos podido llegar, a los que reciben la Asignación Universal por Hijo y queremos que no la reciban más, sino que reciban la Asignación Familiar porque sus padres han conseguido un trabajo. (APLAUSOS Y CANTOS).
Él vive en todas partes, él vive también en esto, él está en todas partes, está en este museo porque le encantaba construir, le encantaba hacer cosas, me gustarían que conocieran cómo transformó – siendo Gobernador – lo que era el viejo hospital, de Santa Cruz, el viejo hospital, de Río Gallegos, de principio de siglos lo transformó en un centro cultural impresionante, cómo transformó su provincia y luego comenzó a transformar el país. Él estaba en una transformación profunda, creo que pocos dirigentes tenía una visión de lo que era el progreso del país como él la tenía y lo pudo ver en los momentos en que era difícil porque el mundo iba por un lado y parecía que nosotros íbamos exactamente en la dirección opuesta y esto muchas veces nos era reclamado desde las usinas convencionales de la cultural y del poder mediático en la República Argentina. Y la verdad que tuvimos una terquedad, algunos al principio no se dieron cuenta, pero era una sana terquedad, la sana terquedad del que está convencido de que este es el camino para llevar adelante a un pueblo y a un país que supo conocer épocas mejores.
Ayer, cuando estábamos en Atucha – Dios mío – yo me sentía… la Atucha I, ya saben la inauguró el Presidente Perón, y esta Atucha II me hubiera gustado que hubiera podido estar él, porque él la pensó. Si los trabajadores me lo decían: “él está acá con nosotros”, me lo dijeron siempre, pero me hubiera gustado que lo pudiera ver con sus ojos y yo poder compartirlo con él, pero la verdad que cuando lanzó el plan nuclear, en el año 2006; el plan de infraestructura, que es el plan más importante de integración territorial que recuerde la historia; esta escuela, que se inaugura hoy, y ya debemos ir por 1.180 escuelas inauguradas, desde el año 2003 a la fecha, en la República Argentina. Esto ha significado también fijar la dignidad del piso salarial de los docentes en toda la República Argentina a través de la Ley de Educación destinando el 6,47 por ciento del PBI a la educación. La ecuación que le gusta siempre hacer al ministro de Economía que pasamos del 2 por ciento de educación y el 5 para la deuda, al revés, 6,47 para educación y 2 por ciento para la deuda. Estos son los cambios estructurales e históricos que hemos protagonizado los argentinos.
El otro día, cuando inaugurábamos o entregábamos el certificado número 300.000 de FINES, que es la posibilidad de que los adultos, que por distintos motivos no pudieron terminar sus estudios, tengan su certificado de escuela secundaria, primaria o alfabetización, más de 1 millón de inscriptos. Esto también lo lanzamos en el año 2008 porque queríamos que aquellos que no habían tenido la oportunidad pudieran llegar a ese título.
Y podríamos ir recorriendo…Bueno, lo que ayer contaba de la energía que significa trabajo, que significa valor agregado en la República Argentina, que significa ver mejorada nuestra posición en las exportaciones y, por lo tanto, tener más trabajo para los argentinos y todo lo que estamos haciendo y queremos seguir haciendo porque todavía falta mucho, son décadas que se dejó de la lado.
Ayer cuando el ingeniero me contaba que cuando llegaron había búhos en Atucha, son décadas de abandono y, entonces, es necesario redoblar el esfuerzo y el trabajo.
También cómo olvidarme de nuestros jóvenes, de los adelantos, de lo que ha sido la universidad, el rol que ha ocupado la ciencia y la tecnología, el conocimiento, la universidad en esta etapa también inédita de la República Argentina donde hemos repatriado más de 800 científicos que se habían ido del país, donde dentro de unos días, también en otro lugar de acá de la Ciudad de Buenos Aires, donde había ratas, lechuzas y otras cosas…Dicen que son buena suerte las lechuzas y los búhos igualmente, vamos a inaugurar en el complejo de las Bodegas Giol el Polo Científico Tecnológico más importante de la República Argentina. O cuando el otro día en Rosario inauguramos el Instituto de Biología Molecular que me contaba su director que hasta que lo inauguramos, cuando llovía, se ponía botas porque se inundaba todo el subsuelo y era el último que abandonaba, no el barco, sino el laboratorio antes de que se llenara de agua.
Y así podríamos recorrer obras culturales, educativas, científicas, pero creo, tal vez, que lo más importante que hemos logrado ha sido volver a recuperar la autoestima y el orgullo de ser argentinos y el orgullo de tener patria y de saber que todos los días estamos contribuyendo a agregarle un pedacito más a esa patria.
Hoy a la mañana inaugurábamos en el BANADE, ¿se acuerdan?, para los muy jóvenes que no lo deben saber: el BANADE fue el Banco Nacional de Desarrollo que, finalmente, quebró, se tuvo que cerrar como se cerraron tantas cosas en Argentina, fundamentalmente se cerraron esperanzas también, las expectativas. Habíamos clausurado las ilusiones, habíamos clausurado las utopías y yo creo que una de las cosas que más anima, todo el mundo se asombra en la Argentina de la incorporación de los jóvenes a la política. No, no tienen que asombrarse de ninguna manera, porque cuando renace la utopía allí indefectiblemente siempre están los jóvenes. Y la utopía no como una ilusión…también la memoria, la verdad y la justicia, sí también, un capítulo central en esta historia de estos años y central también en nuestro rol como país líder en el mundo también en materia de defensa irrestricta de los derechos humanos.
Yo me siento muy orgullosa de formar parte de este proyecto político donde uno de sus pilares fundamentales radica allí, en la memoria, en la verdad y en la justicia como no podía ser de otro modo.
Y creo que el tema de la utopía no tenemos que verlo como una ilusión que no puede concretarse; la utopía siempre es el objetivo que se fija una sociedad para seguir creciendo y progresando. La utopía siempre nos decían, bueno, “son soñadores, no se pueden hacer las cosas…”.
De todas estas cosas que se han hecho, desde el pago al Fondo Monetario Internacional, de la reestructuración de la deuda, de un modelo donde el sistema de decisiones esté aquí en la República Argentina, en la Casa de Gobierno, en la Casa Rosada o en el Parlamento argentino, de poder construir escuelas, de universidades con infraestructura como nunca se había hecho en la República Argentina, aquí no más, en la Ciudad de Buenos Aires, la Universidad de Buenos Aires, la UBA, con sus facultades de Ciencias Sociales y su Facultad de Ciencias Económicas, la primera Económicas la había inaugurado Perón también igual que Atucha, en el 50, la segunda la inauguramos nosotros. Entonces, esas son utopías que se van cumpliendo y te demandan otras, porque cuando llegás da esas metas, siempre hay nuevas metas.
Y, bueno, hoy aquí, en este Museo del Libro y de la Lengua al lado de un lugar emblemático también como es la Biblioteca Nacional. Emblemático, no solamente por el lugar que es la Biblioteca, sino por el lugar en que fue enclavada esta Biblioteca Nacional. No podemos olvidarnos que era el lugar donde vivieron Perón y Evita desde 1946, ella, hasta que murió aquí en este mismo lugar.
Íbamos a hacer hoy un recordatorio de esto, Julio, ¿cuándo lo vamos a hacer el tema del lugar de…? En dos meses más vamos a recordar que en este lugar, en este emplazamiento falleció el 26 de julio de 1952 Eva Duarte de Perón. La vamos a recordar porque, además, es patrimonio de todos los argentinos, tal cual lo dije cuando inauguramos en otro también rescate de patrimonio arquitectónico, me estaba olvidando de una de mis debilidades, la recuperación y mejoramiento del histórico ministerio de Obras Públicas en el medio de la 9 de Julio con la imposición de los rostros de Eva. Y digo de los rostros porque son los rostros de Eva, la Eva que mira al Sur sonriente por las cosas que hemos conseguido y la que mira el Norte todavía hablándonos por el micrófono para hacernos acordar de las que todavía faltan. Y de esas, de las que todavía faltan, me quiero hacer cargo como siempre me he hecho cargo de todo en mi vida. Me voy a hacer cargo de cosas que hacen falta, como uno se debe hacer cargo de los errores, en fin, de todo. La vida no se toma…ni la vida ni los gobiernos se pueden tomar con beneficio de inventario.
Para los que no lo saben, para los que no son abogados, tomar algo con beneficio de inventario es quedarse con las cosas y las deudas dejarlas afuera.
Bueno, la vida no es eso ni los gobiernos tampoco ni tampoco estar echándole la culpa a los demás de lo que no somos capaces de hacer nosotros mismos. Nunca me gustó eso, siempre he tenido un altísimo sentido de la responsabilidad y, bueno, por ese altísimo sentido de la responsabilidad, frente a las cosas que a uno le han pasado, es que estamos al frente, conduciendo la nave y tratando de que el mar embravecido que nos tiran desde afuera, no le cause demasiados daños a esta nave que nos ha tocado y nos ha costado tanto construir a los argentinos en estos 8 años y que había naufragado a pique en el año 2001.
Con toda la fuerza, con toda la esperanza, con todo el amor que siento por mi país, mi patria y mi pueblo, quiero dejar formalmente, frente a todos ustedes que hoy nos acompañan, inaugurado este maravilloso Museo del Libro y de la Lengua.
Muchas gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)