Inauguración de las oficinas de la empresa Globant: Palabras de la Presidenta de la Nación

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN EN LA INAUGURACIÓN DE LAS OFICINAS DE LA EMPRESA GLOBANT Y REALIZACIÓN DE DOS VIDEOCONFERENCIAS,  DESDE INGENIERO BUTTY, CAPITAL FEDERAL.

Bueno, hola ¿qué tal a todos y a todas; acá no voy a hacer nada de discurso, de encabezamiento y toda esa cosa de protocolo que siempre se hace, porque estamos en un ambiente más desestructurado. Yo te escuchaba recién y quiero empezar por el final de las palabras de Martín porque él decía que con este desarrollo tenemos que porque no soñar que en el futuro también salgan los googles, de aquí, de la Argentina. Y él a lo mejor no me escuchó en algunos otros discursos que yo he dado, cuando hemos lanzado, por ejemplo, las netbooks, el programa de “Conectar Igualdad” o todo lo que es la promoción de software. Yo siempre digo si los argentinos que por ejemplo nuestros chicos juegan a la pelota, desde muy pequeños, y además de jugar a la pelota tienen una muy buena alimentación proteica, que también tienen que ver con las neuronas, nadie mejor que ustedes lo saben, y fuimos capaces de generar un Maradona o un Messi, yo digo si nosotros que estamos dándole, hoy, a nuestros chicos en todas las escuelas secundarias una netbook, si además tenemos recursos humanos muy calificados, además cambiamos todo el sistema de becas y estamos incentivando muy fuertemente todas las carreras duras; ayer recibí a uno de los chicos que había despedido cuando fue a Holanda, a Ámsterdam, y ganó el premio, la Medalla de Oro, en las Olimpiadas Mundiales en Matemáticas. Lo ves y no podía dejar de ganar: anteojitos; pelito, no, no, no, yo dije – te juro - ¿vos te acordás, vos estabas? Yo dije este gana algo porque con esa cara, tiene cara de genio. El chico tiene cara de genio y ganó y cuando me dijo Alberto Sileoni: “che, viste que vos estabas… uno ganó la Medalla de Oro”. Pregunté: ¿cuál fue, el de la esquina, el de los anteojitos? No sé cuál. Le dije que averiguara y me dijo: “Sí, el de la esquina, el de los anteojitos ganó la Medalla de Oro”. No te dije. Pero los otros dos chicos se vinieron con dos medallas de bronce y una de las chicas con la de plata. Me hubiera gustado que también ella ganara la de Oro, pero bueno no pudo ser.

Y yo estoy convencida absolutamente que si nosotros persistimos en este camino vamos a triunfar. Tampoco – Martín - es casual que hayamos decidido, cuando quisimos conmemorar el Bicentenario, en el año 2010, que el Bicentenario terminara con Tecnópolis. No lo hicimos el año pasado, pero finalmente lo hicimos este año y creo que ahí en Tecnópolis está la síntesis de lo que nosotros pensamos que tiene que ser la Argentina. Vos recién decías que la Argentina no podía ser solamente productora de comodities y demás y yo la verdad que coincido con eso también. Y por eso lanzamos Tecnópolis que es los comodities y todo lo que hacemos los argentinos, pero totalmente atravesados por la ciencia y la tecnología.

Yo contaba, el otro día, en la presentación del Programa Agroalimentario que cuando cloné a la oveja Victoria, que ya nació y tuvo una hija. Mira vos, Victoria tuvo una hija que se llama Libertad, además, parece una canción esto, la cloné no con instrumentos digamos de veterinaria, si no con un teclado en una computadora, en un software, donde me dijeron: “aprieta acá ya” y se produjo la clonación a través de un programa de software. La oveja nació, yo la bauticé y estaba el otro día allí. Eso es lo que yo digo, y además el otro día reunida también con empresarios que me visitaban les hablaba de esto. Yo soy una apasionada, pese a que no manejo computadoras, ando con tres kilos de papeles, más o menos, mis secretarios sacan músculos porque andan con los papeles, pero la verdad que no quiere decir que porque no sea médica no me deslumbre la medicina, ni porque no maneje una computadora y me maneje como la generación mía con papeles todavía no me deslumbre esto que me parece un salto similar o más importante todavía de lo que debe haber sido la escritura con Gutenberg. Digo que es más importante porque el tema de las imágenes, de poder proyectar las imágenes, de vernos, de desarrollar y hoy el software que algún vez lo pensamos únicamente para una computadora o para estos adminículos y hoy lo tenemos que desarrollar en toda la industria, Martín.

Y en esto te pido una ayuda, vos estás trabajando mucho para el desarrollo del software pero nosotros tenemos que meternos en todas las ramas de la industria, porque un lavarropas tiene que tener software, una heladera tiene que tener software, nuestras autopartes tienen que tener software, todo eso tiene que tener software porque vamos hacía eso.

Y entonces yo quiero convencer a todos nuestros empresarios que la competitividad de la Argentina, o sea la posibilidad de generar más riquezas va a estar muy ligada al alto grado de tecnología en esto del sistema de software. Por eso lanzamos la ley, por eso ya tenemos más de 700 millones de pesos, aplicados en beneficios fiscales, pero fíjense ustedes más de 600 millones de exportaciones en contenidos de software. Fíjense es una inversión realmente que hace el Estado, en materia impositiva, que se traduce en lo que vos recién decías, una cosa que me impresionó mucho, que nunca la había pensado, pero que también marca una diferencia. Vos me decías que cuando se te van todos tus empleados se te va todo tu capital. Una cosa que me llamó mucho la atención, mira que yo soy también creativa pero no se me había dado esa imagen tan fuerte. Porque es cierto: al productor le queda el campo, la maquinaria; al industrial le queda todo lo que es la maquinaria, pero a vos se te van los pibes estos, que son los genios que están ahí con esas máquinas, que me estuvieron explicando todos esos procedimientos y ahí se te fue todo tu capital. Ese es tu capital, ese es tu recurso, está como el decía está entre las dos orejas y la verdad es que es fascinante.

A mí me apasiona mucho todo esto, además de esto tengo que lograr que también toda la gente tenga agua potable. Por eso tengo que hacer esa obra impresionante. A ver Julio si me haces acordar los números porque me voy a olvidar. ¿Cuánto teníamos en el 2003? Teníamos 11 millones de personas sin agua y 20 millones sin cloacas en la Argentina; hoy tenemos con el crecimiento que hubo, porque no es que nos quedamos en esos 20 millones, entre el 2003 y ahora nació mucha gente, crecimos bastante del 2001 a acá, somos 40 millones y hemos dado agua – comparativamente – en el 66 por ciento teniendo en cuenta el crecimiento que tuvimos, y en materia de cloacas creo que es algo así del 46 por ciento. Nos falta un montanazo todavía, y al mismo el arte. Todo junto porque esto es también la responsabilidad de conducir un país, el del arte también es otra también de mis debilidades – como ustedes sabrán – y la verdad que poner nuevamente en marcha el Museo “Ernesto De La Cárcova”, donde ustedes ven cómo se reproducen las grandes obras y donde nuestros estudiantes de arte estudian, a escala total, cómo son todos los estilos, desde los egipcios, los asirios, etc. Eso estaba prácticamente destruido y hemos reconstruido, entre otras cosas, y entre otras universidades, en este caso una escuela de Arte, el Instituto “Ernesto De La Cárcova”. Todo esto junto, y además todo esto del software y del crecimiento, en definitiva, de la Argentina.

Y todo esto lo tenemos que hacer todo al mismo tiempo. Y yo paso de hablar con Martín Migoya y sus socios y los chicos de Globant a un barrio donde tengo que ir a llevar el agua potable y de ahí salto a un pueblito perdido en la Patagonia o en el norte del país a inaugurar una escuela entre los indios wichis en el norte o en alguna comunidad muy lejana en el sur y, al mismo tiempo, recibo los reclamos de alguno que le falta tal cosa, le falta tal otra y de los productores…

Esto es, en definitiva, pero, bueno, para hacer todo esto había que ser también lo que vos contaste al principio cuando se reunieron un día a tomar cerveza vos y tus tres socios y tuvieron esta idea y mucha gente les decían que estaban locos.

Y yo encuentro también un cierto paralelismo entre vos y tus socios conmigo y con quien era mi socio, que ya no está, mi socio de vida, Néstor, que también nos decían “estos dos son dos locos que no van a poder, que no, que bueno, que…lo que proponíamos y lo que decíamos no se podía hacer, que no, que sí, que si ibas contra el Fondo, no sé, te llevabas puesto el país, que si no hacías tal cosa, que si no pagabas exactamente todo lo que decías, hasta el último centavo de lo que les habían llevado entre…para hacerlo de un eufemismo elegante, se caía el mundo, que si te enfrentabas o discutías los intereses del país te iba a ir mal, que estábamos locos”.

¡Cuántas veces…! A él le decían “el loco” mucho, yo lo sé. Y bueno, cuántas veces a mí también me dijeron loca.

¿Sabés que pasa? Para hacer cosas como Globant o para encarar el desafío que es transformar un país como la República Argentina, con todas las potencialidades y con todos los recursos, hay que estar a veces un poco loco, pero loco en serio y loco de los buenos, porque los hay de los malos también. Creo que somos, en definitiva, locos de los buenos que queremos transformar, que tenemos una pasión por ser el número 1.

Me parece bárbaro que Globant quiera ser la número 1 en desarrollo de contenidos de software y creo que lo pueden lograr. Yo quiero que también la Argentina sea uno de los mejores países del mundo, que ofrezca oportunidades para todos los que viven y nacen aquí, que no se tenga que ir ningún chico más.

Me emocionó mucho alguien de Cañuelas que decía que pensaba que se tenía que ir del país y, bueno, y que por Néstor y demás y todo lo que pasó se quedó y ahora está trabajando aquí en Globant.

Yo la verdad que me siento muy feliz de estar aquí, me siento en un lugar que lo siento como propio. Primero, porque hay mucha gente joven; el promedio de esta empresa, se lo pregunté recién a Martín, es de 26 años. Obviamente, no puede ser de otra manera. El lenguaje este, es un lenguaje de los jóvenes. Yo la veo a mi hija de 21 años.

Vos fijate que yo estaba en una empresa automotriz el otro día y me decían que era un poco más elevado, 31 años aproximadamente. Pero vos te das cuenta que la edad también determina y, bueno, yo no creo que me vuelva fanática de la computadora, pero sí cada vez estoy más fanática de desarrollar y promocionar este tipo de industrias, de actividades económicas porque yo creo que ahí está la clave, no de lo que viene, de lo que ya está y que se va a profundizar no tengas dudas en los tiempos que vienen.

Por eso, quiero decirle a Globant y a todo el sector que sabe de nuestro compromiso, que vamos a seguir trabajando muy fuertemente y por eso estamos profundizando el programa Conectar-Igualdad. Por eso yo les decía recién a los chicos que estaban desarrollando software también para Conectar-Igualdad o para Educ.ar que tenemos que meter la educación de otra manera. Porque, evidentemente, si un chico puede estar cinco o seis horas frente a una computadora, no es un chico que no quiera estudiar; nadie que es capaz de estar sentado seis horas frente a una computadora y prestándole atención a un objetivo fijo como es la pantalla, no tiene aptitudes para aprender. Son las dos aptitudes básicas para aprender: sentarse y tener poder de abstracción y poder concentrarse y hacer una actividad.

Por lo tanto, creo que lo que tenemos y que lo que hoy está en discusión, es el gran desafío de la educación, no solamente aquí, sino en el mundo entero. Esta es una cosa que la he charlado con muchos otros jefes de Estado, cambiar los métodos de aprendizaje porque, evidentemente, si esto pasa con los jóvenes de 26 años que nos hablan un lenguaje y tienen aptitudes y habilidades que nosotros ya no vamos a aprender, porque también tenemos que saber que es la ley de la vida, van a venir otros más jóvenes que ellos también…Siempre va a haber alguien más joven, chicos acostúmbrense, siempre hay alguien más joven, yo me acostumbré ya.

Así que, me parece que este es el desafío que tenemos que tener desde todos los sectores, no solamente, como algunos creen, desde el ministerio de Educación. En Educación está la cabeza, digamos, pero, en realidad, son todos los otros sectores los que tienen que coadyuvar para que la educación se pueda transformar. Creo que este es uno de los grandes desafíos que tiene la Argentina y que, como tantos otros, lo estamos dando y lo vamos a profundizar.

Yo quiero, Martín, a vos y a tus socios y a toda tu familia, a Carola, que te aguantó, a Facundo, que por ahí está Clerc, que debe estar por allí también, y los otros chiquitos divinos, se produjeron todo cuando yo venía, me encanta, están todos divinos, Facundo también, quiero agradecerles profundamente.

¿Sabés qué? No solamente esta empresa fantástica, líder en América latina y prontamente yo creo que líder en el mundo, ¿vos sabés qué quiero agradecerte? La confianza en el país y la confianza en ustedes mismos. Nadie que no tenga autoestima personal, puede hacer lo que ustedes hicieron y además, hacerlo aquí también en la Argentina. Gracias por la autoestima personal sin la cual es imposible querer al país.

Yo siempre digo que uno no puede querer a los demás si no empieza también queriéndose y respetándose uno mismo.

Así que, felicitar a los cuatro socios, que están sentaditos ahí, a los locos, y a todos los globers jóvenes, divinos, chicos y chicas que me estuvieron explicando con mucha pasión, con mucha convicción y, fundamentalmente, con mucho conocimiento. Y gracias también por tu programa con sectores vulnerables, creo que es una cosa muy buena, el tema de responsabilidad social empresaria.

Agradecerles a todos este esfuerzo que desde los distintos lados y de distintos sectores, estamos haciendo para que Argentina sea un país todos los días un poco mejor.

Muchas gracias, felicitaciones y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS)   

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