PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA INAUGURACIÓN DE NUEVA SEDE DE LA CÁMARA ARGENTINA DE COMERCIO, AVENIDA RIVADAVIA, CAPITAL FEDERAL.
Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señor presidente de la Cámara Argentina de Comercio; señor vicepresidente primero también de la Cámara Argentina de Comercio; señores asociados; señor ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires; amigas y amigos: la verdad que me encuentro muy contenta de estar aquí, en principio quiero decirles que esto de una teleconferencia con Concepción del Uruguay para inaugurar una planta, ustedes dirán qué tiene que ver con la Cámara de Comercio y es que en realidad hemos adoptado esta metodología porque sino no nos alcanzan los días de la semana para poder – si es real – no nos alcanzan los día de la semana y hoy tienen una sola, pero tenemos jornadas de tres y cuatro videoconferencias simultáneas y la verdad que nos da mucho orgullo y mucha alegría que no nos alcancen los días de la semana para las cosas que estamos haciendo todos los argentinos, obras que necesariamente se demandaban desde hacía mucho tiempo y que por distintas causas, que ya todos conocemos y sabemos había quedado postergadas, como también había quedado postergado nuestro país, la República Argentina.
Yo recién recorría estás más que modernas instalaciones dedicadas a la educación y a la capacitación que son dos cosas que muchas veces nos dan de la mano y que además implican también dos conceptos que muchas veces parecen iguales, pero no lo son; la educación que toda persona necesita para valerse como ser humano en el mucho, pero al mismo tiempo la capacitación cuando uno decide una vocación, una orientación necesita instrumentos más precisos, más concretos, más específicos precisamente para poder generar sustentabilidad a su vida y seguir adelante.
Lo que está generando, aquí, hoy, la Cámara Argentina de Comercio es un modernísimo edificio – complementario al que tienen cerquita ahí, donde yo estoy en la Casa Rosada – y que yo le preguntaba de cuándo databa ese edificio que está frente a la Casa de Gobierno y De La Vega me decía: “del año 1959”. Este es el segundo que inauguran también coincidentemente con un crecimiento – como usted mismo indicaba – del PBI del 80 por ciento, el crecimiento más importante acumulativamente en los 8 años en los 200 años de historia y curiosamente cuando tuvieron también el primer edificio la Argentina, en el año 1950, tenía el PBI más importante de América latina; qué decir que el crecimiento de los sectores y fundamentalmente el de su comercio porque está vinculado al consumo y al intercambio de bienes y servicios necesariamente está ligado también al crecimiento del país.
Esto parece una obviedad pero no lo es tanto, porque durante muchísimo tiempo nuestras dirigencias y cuando hablo de nuestras dirigencias hablo de dirigencias políticas, sociales, empresariales, en fin de toda índole muchas veces pensaron que podía haber una disociación entre el progreso y el crecimiento del país en su conjunto y el progreso y el crecimiento de un sector social o de un sector económico. Y esto en realidad nunca es así, los sectores – en esta caso – del comercio, de los servicios crecen cuando el país crece y lo mismo pasa con la producción y lo mismo pasa con todas y cada una de las actividades que emprendemos.
Esto que parece tan claro no lo hemos tenido y por eso a mí me gusta repetirlo, y me encanta lo que dijo, últimamente cada vez que habla algún dirigente empresarial después ya no tengo que contestarle nada. Quiere decir que estamos andando últimamente bien, hemos cambiado todos un poquito creo. Y eso es muy bueno porque ya me pasó también, el otro día, con la UIA, hablé y después no tuve que contestar nada, sino al contrario, complementar, lo cual quiere decir que estamos llegando a un punto de lo que yo denomino una oportunidad histórica de la República Argentina para iniciar un proceso de desarrollo definitivo, que con todo lo que puede tener una economía de un país: altos y bajos, marchas y contramarchas nunca ni una empresa, ni un país, ni una familia tiene una marcha siempre para adelante, lo importante es que cuando haya algún período de problemas esto no signifique ir para atrás y retroceder todo lo que se ha avanzado, en una suerte de política pendular que es precisamente lo que ocasionó tantas crisis en la República Argentina.
Hablaba recién De La Vega, con muy buen criterio, de esas falsas opciones, o falsas antinomias, de si el campo o la industria, de si el comercio o los servicios, que si la exportación o el desarrollo del mercado interno, sin advertir que la economía es la suma de todos estos factores más la educación, más la ciencia y más la tecnología.
También podemos decir con mucho orgullo que, en este momento, la República Argentina destina a su educación el 6,47 de su PBI, un PBI sustancialmente más alto del que teníamos allá por el año 2001 ó 2003, donde – como gusta recordar nuestro ministro de Economía – la Argentina destinaba el 5 por ciento al pago de la deuda y solamente el 2 por ciento a la educación. Hemos hecho un giro de ciento ochenta grados en el sentido de que hoy estamos destinando el 2 por ciento de nuestro PBI al pago de la deuda y el 6,47 a la inversión educación que se da en todos los ramos. (APLAUSOS). Porque la inversión educativa es infraestructura, necesitamos – como es esta, por ejemplo – instalaciones modernas. Por eso ya llevamos más de 1.200 colegios, por eso también – y me lo recordaba recién Amado – no solamente la Cámara de Comercio, la Facultad de Ciencias Económicas, la primera sede fue fundada también, inaugurada por el Presidente Perón y nosotros inauguramos la segunda parte de esa Facultad de Ciencias Económicas también y no se había hecho en la Facultad de Ciencias Económicas desde esas dos etapas históricas una sola obra. También está la infraestructura que hemos dado a todo el sector universitario con la aparición y generación de nuevas universidades, no las tradiciones de las cuales muchos de nosotros somos egresados, sino también nuevas universidades que permiten que sectores que jamás podrían llegar a universidades tradicionales porque viven lejos puedan hacerlo.
Al mismo tiempo el mejoramiento de los sueldos de nuestros docentes universitarios, de nuestros científicos en el CONICET, los pisos – y vos te debes acordar Uribarri si me estás escuchando – porque también una de las primeras gestiones que el Presidente Kirchner, en el año 2003, cuando asumió el 25 de mayo, creo que a los tres o cuatro días, tuvo que viajar a la provincia de Entre Ríos para levantar una huelga docente que databa de o cinco meses, en un país donde en Entre Ríos, como en otras provincias, nuestros docentes y nuestros empleados públicos, en general, recibían el salario con papelitos. Llegamos a tener 13 papelitos diferentes en la República Argentina, desde el lecops que era digamos los más conocidos y cotizados hasta otros que realmente mejor dejar en el olvido y debimos también rescatar toda esa falsa moneda que circulaba. Bueno, en aquel momento, los docentes de Entre Ríos ni siquiera cobraban con papelitos, directamente no cobraban. Esa fue una de las primeras gestiones que hizo también el Presidente Kirchner. Yo creo que el desafío de la educación, el desafío de la capacitación es una de las cuestiones más importantes que hoy tenemos.
Hoy, a la mañana, yo también anunciaba algo que parece que no tuviera que ver con la educación, pero tiene que ver y mucho, tiene que ver con la educación, tiene que ver con el consumo, tiene que ver con el desarrollo del mercado interno, de la capacidad adquisitiva y de gasto de los sectores más vulnerables y que es el aumento del 22,7 por ciento de la Asignación Universal por Hijo llevándola de 220 pesos a 270 pesos, con la obligación – por supuesto – como contraprestación de Libreta Sanitaria y fundamentalmente de la concurrencia de los beneficiarios. No le había visto al señor vocal de la Corte, ¿es el vocal de la Corte o es alguien muy parecido? Ay, me lo confundí, ¿sabe con quién me lo confundí? Con Juan Carlos Maqueda, o yo estoy muy corta de vista o usted se le parece mucho. Bueno, no importa, de cualquier manera buenas tardes, me encanta que haya venido. (APLAUSOS). Yo digo tengo que saludarlo porque si es de la Corte y no lo saludo mañana salgo escrachada en todos los diarios porque había uno de la Corte y no lo saludé, están peleados. Así que bueno no… (Risas)
El otro día leía un artículo del ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, donde relataba cómo los chicos, aún cuando repiten que antes significaba el abandono del chico del colegio, a partir de la Asignación se retienen la matrícula y por lo tanto se logra que el chico quede incluido en la tarea educativa y fundamentalmente nuestros chicos que ya no van más a comer a los colegios, sino que van a lo que siempre se debió ir al colegio, que es a estudiar, a aprender y los maestros a enseñar. Para cocinar tiene que estar la mamá de los chicos, y no la maestra. Y creo que esta programa social, ha sido muy importante también en el sector de la Cámara Argentina de Comercio, en la formidable expansión del consumo – de la que habla Carlos De La Vega – se debe obviamente al mejoramiento del poder adquisitivo en el salario de los trabajadores, sin lugar a dudas al aumento del empleo, en general, del registrado que queremos que cada vez aumente más y del trabajado, en general, porque se han generado más de 5 millones de puestos de trabajos dignos y legales registrados, pero no podemos desconocer también que se han generado a partir de esto puestos de trabajo que aún están en el camino de la informalidad pero que también obviamente consumen. Todo esto es generado por un formidable desarrollo, un formidable boom del consumo, que ha sido precisamente ese desarrollo del mercado interno el que nos permitió sortear con éxito la crisis que comenzó a desbarrancar el mundo, a fines del año 2008, y que muchos creyeron inclusive que durante el año 2009 iba a tener un impacto mucho más fuerte en nuestro país y que merced a las políticas de sostenimiento de la demanda agregada, también de sostenimiento del empleo a través de instrumentos muy precisos como, por ejemplo, a título de ejemplo, fueron los REPROS en muchos sectores, permitió que, precisamente, pudiéramos seguir con el modelo adelante.
Y lo que hoy yo decía de la Asignación Universal por Hijo, una cosa que la he charlado también en el G-20 cuando hemos tenido que luchar a brazo partido con Lula ahí para que incluyeran alguna frase en la defensa del empleo, remarcar algo que parecen no entenderlo desde los sectores un poco más ortodoxos que en épocas de crisis recortar los fondos destinados a los sectores más vulnerables, es directamente hacer añicos el crecimiento. Porque la característica de las crisis es que los sectores de mediano y alto poder adquisitivo, aún pudiendo gastar, restringen por una cuestión de autodefensa, de generación de crisis sus gastos.
¿Quiénes son los únicos que no pueden restringir sus gastos, aún cuando haya crisis? Los que destinan todo a la vida cotidiana: al calzado del hijo para ir al colegio, a la comida o al pago de alquiler. Entonces, la cuestión de sostener la demanda agregada a través de los sectores más vulnerables, no solamente es una cuestión de sensibilidad ética y social, sino además, de inteligencia económica, que es lo que tenemos que tener quienes tenemos la responsabilidad de dirigir los destinos de un país, de una provincia, de un municipio y que, hablando ya más del G-20, de aquellos que tienen la responsabilidad de integrar los espacios o los foros que son los que dirigen la economía global.
Uno mira con preocupación lo que pasa en el mundo; esto no nos lleva a estar eufóricos ni decir que somos invulnerables ni que somos intocables, pero sí a decir que, como usted lo decía recién, señor presidente, en otros momentos una crisis de esta, hubiera arrasado literalmente a la Argentina. Con crisis mucho más focalizadas, como fue el Tequila, en 1995, o el efecto Caipirinha, la Argentina sufrió horrores. Una crisis de esta envergadura, de esta magnitud, con la Argentina que nosotros teníamos en cuanto a desarrollo o no desarrollo industrial, en cuanto a niveles de desocupación y de vulnerabilidad social, hubiera sido, bueno, Dios mío, mucho peor tal vez que lo que nos pasó en el año 2001.
La política también de desendeudamiento que ha tenido el Gobierno y que es uno de nuestros ejes también, porque ha permitido salir de uno de los principales cepos que teníamos en las posibilidades del crecimiento y que era destinar recursos a deuda y no destinarlos a inyectar en la economía real, que esta también es una de las claves que estamos sosteniendo en las reuniones del G-20, inyectar a la economía real, que no quiere decir dejar caer los sistemas bancarios y financieros porque si no estaríamos en un episodio similar a la crisis de 1930. Pero, sin embargo, deberían adoptarse las medidas para que esa inyección al sistema financiero volviera a la economía real a través de préstamos a los sectores.
En fin, es el mundo que tenemos, es la Argentina que hemos construido y yo creo que ahora el gran desafío, y no me canso de repetirlo en todos los foros, sean industriales o del sector agroalimentario o agroindustrial, aquí, en un sector muy generador de mano de obra, porque también este es un sector que adquiere una vital importancia, no solamente por lo que significa en términos de actividad económica, sino también porque es, precisamente, uno de los que más mano de obra genera por las características. O sea, un proceso industrial altamente tecnificado, puede suplantar mano de obra, pero, precisamente, este sector, cuanto más sofisticado es, más necesidad de mano de obra necesita y también mayor grado de capacitación para todas las actividades que se desempeñen como comercio y servicios.
Por eso creemos que esta iniciativa de profundizar la línea de capacitación, de ampliación, inclusive de inclusión de dos carreras más, de tecnicaturas cortas para que, bueno, la gente advierta que hay otras posibilidades a lo que son las carreras tradicionales históricamente en la República Argentina y vinculadas con el sector, me parece que es una excelente iniciativa y por eso, creo que estamos haciendo algo más que inaugurando un moderno e inteligente edificio. Estamos inaugurando, estamos poniendo en marcha miles de oportunidades para miles de argentinos, que es algo que tal vez no pueda medirse en metros cuadrados, no pueda medirse en el precio del metro cuadrado tampoco, pero sí puede medirse en las posibilidades de que la Argentina pueda construir, no solamente un presente, sino un futuro diferente al que hemos tenido hasta ahora.
Yo creo, y para finalizar, que tenemos una responsabilidad histórica muy grande, somos la generación del Bicentenario. La generación del 80, construyó un país…Bueno, evaluar hoy a la generación del 80 desde este parámetro y desde este mundo, es absurdo. Yo creo que a la gente hay que analizarla en el contexto histórico en el que pudo formular un proyecto. Pero fue el de larga duración que no pudo, tal vez, transformarse y advertir las transformaciones del mundo y la necesidad de generar un marco de inclusión. Pero las cabezas de esos hombres, fundamentalmente de quienes fueron sus fundadores, precisamente en el siglo XIX, tenían pensado un país que, bueno, que fuera de los primeros en el mundo.
Y yo creo que nosotros, como la generación del Bicentenario, también tenemos una responsabilidad, una responsabilidad de que estas bases, como lo he dicho el otro día, no sean minadas y que corrijamos lo que haya que corregir, pero sigamos adelante sabiendo que este es el rumbo, la unidad de todos los sectores de la economía, porque tenemos una formidable oportunidad que nos ha dado muchas cosas: la modificación de los términos de intercambio comercial que aparecían históricamente condenarnos al fracaso; lo que Dios nos ha dado y que es la tierra esta maravillosa que produce lo que produce; la ciencia y la tecnología que hemos incorporado; los recursos humanos altísimamente capacitados. El último Censo nos ha dicho que tenemos un 1.9 de analfabetos cuando, por ejemplo, Brasil tiene el 10 por ciento o Portugal el 5,4 o España el 2 y pico. Hemos perforado el piso de los 2 puntos y el analfabetismo se radica fundamentalmente en sectores muy mayores, comunidades originarias y pueblos rurales muy alejados, con lo cual es una excelente performance, un excelente punto de partida.
Y ayer y para terminar, recibí además a un niño, que ya había recibido antes que se fuera a Holanda, donde obtuvo en la competencia mundial de matemáticas la medalla de oro.
Yo cuando le vi la carita dije “este se viene con una medalla”. Ustedes no saben, un geniecillo, chiquitito, unos anteojitos allí, ¿te acordás Alberto que cuando vos me dijiste, “sacó la medalla de oro”? ¿Cuál –le digo-, el de los anteojitos? Yo lo vi y dije “esta algo se gana”. Porque tenía una cara de genio impresionante.
Bueno, y el geniecillo se vino él con una medalla de oro, sus dos compañeros con dos de bronce y una de las chicas con la de plata. Me hubiera gustado que la chica se hubiera traído la de oro también, pero bueno, no pudo ser, todo no se puede tampoco.
Pero la verdad que también recibí a un equipo que habíamos financiado de Leones, provincia de Córdoba, para que fuera a Estocolmo también a estudios sobre arsénico en el agua y potabilización del agua, muy importante, un problema que tienen muchas ciudades de Córdoba.
En definitiva, gente que venía muy orgullosa, muy orgullosa a contarme, sobre todo los chicos de Córdoba, que habían estado en Suecia y en Estocolmo, y cuando los vieron a tres de ellos con una misma netbook, les preguntaron: “¿Y ustedes por qué tienen la misma netbook los tres?” “Y porque las da el Estado” “¿Cómo que las da el Estado?” les decía uno de los chicos también de una nación latinoamericana –no voy a decir pero ustedes se imaginaban cuál- y, bueno, y la diferencia.
Y entonces yo digo, cuando nos han puesto tantas veces modelos y nos han restregado por la cara que otros que son mejores que nosotros, yo no digo que seamos mejores que nadie, pero, por favor, que nunca más nos convenzan de que somos los peores del grado porque no es así. Tenemos excelentes recursos humanos y yo creo que es cuestión de, como decía De la Vega, dialogar, discutir, saber que muchas veces hay intereses que pueden o no ponerse de acuerdo, pero que yo creo que, en definitiva, cuando uno se sienta y discute mucho y pone sobre la mesa todo, se advierte, claramente, que los intereses son definitivamente concurrentes entre trabajadores, entre empresarios, entre políticos, por lo menos aquellos que creemos en este modelo de desarrollo político, cultural y económico y, en general, en toda la comunidad.
Por eso, yo le quiero agradecer a la Cámara Argentina de Comercio esta formidable iniciativa y quedar, como siempre, a disposición de todos ustedes.
Muchísimas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas. (APLAUSOS)