PALABRAS DE LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL MINISTERIO DE TRABAJO

Cuando el “Vasco” me propuso que a la cena de la Unión Industrial, en Tecnópolis, el 1º, invitáramos también a la Confederación General del Trabajo, a los sindicatos, a mí me pareció formidable encontrarnos en esa cena de la Unión Industrial conmemorando una vez más el aniversario del Día de la Industria, que es el 2 de septiembre, que vinieran también los trabajadores, porque es, obvio, parece casi una tontería decirlo, pero sin la industria no hay trabajadores y sin trabajadores tampoco hay industria.

Por lo tanto, creo que esta comprensión es también producto de una madurez que nos impuso este proceso económico, social, cultural y político que viene desarrollándose en el país y que, en definitiva, y me perdonan los que no son peronistas, es lo que proponíamos y propuso Perón.

El otro día lo contaba en el encuentro de Cancilleres de los países de Asia del Este y de la América latina y Oceanía que nos encontramos, esta cosa del fifty-fifty, esta cosa de no enfrentar al capital con el trabajo que hoy parece casi un hallazgo en el mundo pero que, en realidad, es una cosa que viene muy de nuestras raíces.

Y creo que está muy bueno que nos encontremos en la noche del 1º de septiembre trabajando en la industria, en Tecnópolis, porque además, creo que también esa Tecnópolis es el símbolo de lo que yo quiero para este nuevo tercer centenario de la República Argentina, es decir, vincular a la industria, a los trabajadores, a la ciencia, a los técnicos, al conocimiento, a la innovación tecnológica, porque creo que en eso está el futuro de todos, de nuestros empresarios y de nuestros trabajadores también.

Y creo que puede ser el signo distintivo de los tiempos que corren, de la Argentina que viene y del mundo que viene, de esta Argentina que para mí, es mi primer mundo porque aprendí que la Argentina tiene que ser nuestro primer mundo. Y nuestro primer mundo, es vincular eso, el trabajo, la empresa, la inversión, la producción, la ciencia y la tecnología.

Y hoy, este acuerdo al que hemos llegado y que nos da una vez más a los trabajadores argentinos tener el mejor salario mínimo, vital y móvil de toda Latinoamérica, pero además el de mayor poder adquisitivo, porque no solamente es el mejor en términos numéricos, sino también en términos de poder adquisitivo, como yo lo decía también la otra vez cuando comparaba nuestras jubilaciones y nuestras pensiones con las jubilaciones y pensiones del resto de los países vecinos, y la verdad que a mí me llena de orgullo ser la Presidenta de un país que puede llegar a estos acuerdos, a estos consensos, con estos empresarios, con estos trabajadores, nuestros empresarios y nuestros trabajadores en un proyecto que nos es común a todos. Y yo quiero seguir en este rumbo, porque creo que es el rumbo que tenemos que seguir los argentinos.  

Después vendrán otros u otras que tomen estas mismas banderas, estas mismas ideas y convicciones y las lleven adelante. Porque lo que es importante, es que hemos comenzado, por primera vez en mucho tiempo, a pensar en un país en el largo plazo, en un país con una visión estratégica, que es lo que nunca debiéramos de haber perdido en estos años.

Pero, bueno, yo creo que hemos reencontrado el rumbo, lo hemos mejorado, aumentado y corregido y, seguramente, vamos a tener que seguir haciendo correcciones porque también es parte de la vida.

Así que, no quiero seguir con más “lata” porque ya son pasadas las 10 de la noche y, bueno, otra vez más nos hemos encontrado aquí, en este lugar, en el Ministerio de Trabajo, octavo año consecutivo, ¿no, Ministro?, de que funciona del Consejo del Salario y hemos llegado a un acuerdo y, además, por primera vez, incorporamos también a la Central de Trabajadores Argentinos, que siempre nos votaban en contra cuando veníamos…

Hoy estamos tan contentos realmente, Stella Maris, la veo acá representando a los educadores, que también tanto hemos bregado por mejorar su condición en la República Argentina y, por lo tanto, la de la educación que es tan importante y a los Hugos juntos, al “Hugo Negro” y al “Hugo Blanco”, como decía alguien. ¡Qué bueno eso, me encanta lo del “Hugo Negro”…! ¡Sí, las cosas hay que decirlas así, descontracturadas, sí…! ¡Me encanta!

La verdad que quiero agradecerles también porque es una alegría que me dan esta noche y la verdad que lo recibo de esa manera: como un homenaje, tal vez, a quien le hubiera gustado que los dos Hugos, el “Hugo Blanco” y el “Hugo Negro” pudieran firmar alguna vez un acuerdo.

Gracias, muchas gracias. (APLAUSOS)