PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LA PLANTA DE FABRICACIÓN DE COMPUTADORAS BANGHO, EN EL BARRIO DE PARQUE PATRICIOS, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES
Gracias, muchas gracias a todos.
Muy buenos días, voy a decir buenos días porque todavía no almorzamos, muy buenos días a todos y a todas.
La verdad que estamos muy contentos de estar aquí, veo a muchísimos empresarios de todo el sector informático.
Realmente cuando uno recorre todas las inauguraciones que comenzaron en Ensenada y terminan aquí, en Banghó, en esta empresa tecnológica, puede advertir que no estamos simplemente ante inauguraciones, sino ante cuestiones que definen un poco esta Argentina de nuestros días. En Ensenada inaugurando un Centro Comercial –recién escuchábamos a uno de sus comerciantes- donde su Intendente nos decía cómo se habían multiplicado en un doscientos por ciento las ventas, producto de la construcción de este centro comercial. Al mismo tiempo, inaugurando cloacas, como decía una vecina “ahora vamos a vivir más lindo y más sano”, para más de 6.000 familias de Ensenada, mi querida Ensenada, cerca de La Plata además, las veces que habré viajado a Ensenada, una ciudad que supo ser muy pujante, muy industrial y que supo ser en los tiempos de la Argentina que crecía, en los años 50, muy fuerte. Por eso estamos trabajando para que todo vuelva a ser más y mejor además.
Y también en Marcos Paz, en la estación transformadora Ezeiza, la estación transformadora eléctrica más importante del país, la que sirve a toda esta ciudad de Buenos Aires y a gran parte de la provincia de Buenos Aires, construida en 1972 y que contaba con 3 transformadores, uno de los cuales se había roto. En estos 40 años lo único que había pasado en la estación transformadora más importante es que se había roto un transformador y lo tuvimos que arreglar. Ahora estamos inaugurando luego de 40 años el cuarto transformador con una potencia de 800 MVA que va a permitir brindar más y mejor energía en una Argentina que ahora sí necesita más que nunca, antes no era necesario, por eso aguantó tanto tiempo con 3 transformadores, porque como no producíamos ni abríamos fábricas, ni la gente podía comprar electrodomésticos, por lo tanto no tenían nada más que enchufar, entonces obviamente cuando nadie tiene nada que enchufar ni nadie tiene nada que producir, aguantamos con la misma energía eléctrica que teníamos antes. Ahora como todos tienen algo que enchufar, afortunadamente un electrodoméstico, una heladera, en fin, todo lo que significa también acceder a una mejor calidad de vida, necesitamos más y mejor energía. Por eso también me gusta mucho lo que nos contaba el señor Marcelo Midlin, el titular de Transener y fundamentalmente una empresa importante de nuestro país, que consiguió él como empresa argentina en un mundo que se derrumba estrepitosamente, colocar un bono para su empresa a 10 años, lo que refleja también la fortaleza de la economía argentina y por lo tanto también es una muy buena noticia.
Por eso digo que es un cúmulo de cosas, también en La Matanza, Fernando su Intendente nos contaba que estaba inaugurando La Justina y ahí nos hablaba Mari, la señora de la pensión de los 7 hijos, que nos contaba que estaban inaugurando agua potable en La Matanza, que ya hemos superado largamente el medio millón de familias conectadas. Te olvidaste Fernando de decir que esto se puede hacer porque hace 30 días pusimos en marcha el acueducto Virrey Del Pino que demandó una inversión de 97 millones de pesitos –aplaudí sí porque te la habías olvidado- porque cuando uno conecta una red de agua no es que vamos con un caño, lo metemos y la gente tiene agua, debemos tener primero toda una infraestructura formidable que permita la extensión de redes de agua a zonas que estaban olvidadas y dejadas de la mano de Dios, como era nuestra querida La Matanza.
Previo a esto también inauguramos juntos, esta obra se puede hacer en La Justina porque además este acueducto que pusimos en marcha hace 30 días, un poco tiempo atrás, un poco más, inauguramos la planta de ósmosis invertida en Virrey Del Pino -¿te acordás?, mirá como me acuerdo, sí mirá como te dice Lingeri cómo me acuerdo, claro que me acuerdo, estaba sentado Alberto Balestrini al lado mío el día que inauguramos. ¿Te acordás, Fernando? Lo que no me puedo acordar es si estaba Néstor, sí fue Néstor, había ido Néstor también ese día, estaban los dos, habíamos inaugurado esa planta de ósmosis invertida que nos había costado como 40 y pico, 50 y pico de millones de pesos y que yo quería que me explicaran qué era eso de ósmosis invertida. Es un proceso muy importante para que el agua se torne potable y por esa planta, por ese acueducto estamos dándole hoy agua a la gente de La Justina.
Es bueno contar estas cosas para que todos sepan que no es magia, que no es viento de cola, que no es suerte, sino que es trabajo, esfuerzo, inversión, administración y gestión correcta de los recursos, que nos permite asignar recursos no solamente en obras de infraestructura formidable, sino también en cuestiones que tienen que ver con la calidad de vida de todos los argentinos.
Y estamos aquí hoy en Banghó. Estuve en la inauguración de la planta de Vicente López hace 120 días y ahora estamos aquí con esta inauguración que le permite a esta empresa, que hasta el año 2006 eran importadores, producir aquí. Sí, por transformación, todo lo que vos quieras pero es porque no los dejábamos importar más y entonces se tuvieron que poner a producir y está muy bien. Todos transforman pero….(Aplausos)
Yo siempre digo, yo no, Perón decía, para los que no son peronistas perdón, que el hombre es bueno pero cuando se los vigila y cuando se le dicen cositas, es mucho mejor. Y nosotros la verdad que estamos haciendo estas cosas, porque claro, los que antes importaban queremos que ahora produzcan aquí en la Argentina como hizo Banghó que me encantó además que le agregaran ahora ser nacional. Me encanta, un empresario que le ponga a su empresa la marca y le ponga ser nacional, habla también, ¿saben qué? no solamente de una transformación económica, sino de una transformación cultural que muchas veces es mucho más importante que lo económico. Así que yo quiero agradecerles eso, porque necesitamos empresarios que tengan esa transformación cultural, porque los que importaban tampoco era culpa de ellos. En un país que no impulsaba, un país que no tenía políticas para los que producían, un país que no impulsaba ni fomentaba la producción, la inversión en ciencia y tecnología, claro, de algo tenían que vivir e importaban. Esta es la prueba de que cuando hay un Estado que dota a los empresarios de los instrumentos necesarios, de las políticas, que los incentiva, que los impulsa, que los promociona, las cosas se pueden transformar para bien, se pueden transformar para generar trabajo para los argentinos.
La inversión que demandó hacer esta fábrica, que también va a pagar aunque tenga un diferencial porque es distrito tecnológico, contribuye a que los vecinos de Buenos Aires tengan trabajo, paguen impuestos y además todos los comercios del barrio puedan venderles cosas a los empleados que vienen acá, porque se compran una coca, un chicle, un pancho o lo que sea. Esta es la rueda de la economía y la rueda del consumo. Yo le preguntaba recién al empresario que empezó produciendo 356.000 instrumentos, máquinas tecnológicas y que con esta ampliación va a producir anualmente ¿1.250.000 netbooks y notebooks? Ah, 800.000, perfecto. Como vemos la rueda comienza a andar y cada vez anda mejor cuando recibe por parte del Estado los apoyos necesarios.
El hablaba también del proyecto del Bicentenario, un proyecto muy querido, muy acariciado por Débora, por Amado, por quien les habla, en el sentido de impulsar la inversión para sostener la oferta, porque la demanda la estamos haciendo nosotros también con las políticas sociales. Cómo una política social que ha sido entregarle a cada uno de nuestros alumnos secundarios públicos una netbook se transforma también en una política económica porque impulsa la inversión de los empresarios. (Aplausos) Esto que hablamos permanentemente de sostener, impulsar y fomentar la demanda agregada y lo que nosotros necesitamos es que entonces los empresarios inviertan para sostener la oferta que esa demanda tiene y no tener las tensiones propias de la economía en los procesos de crecimiento.
La verdad que hoy es un día muy emblemático, mañana vamos a tener otro día emblemático para la industria porque vamos a promulgar la nueva ley del software en nuestra Tecnópolis y también allí vamos a entregar creo que la netbook un millón, ¿qué tal? Pero al mismo tiempo uno puede ver esta Argentina que de tantas décadas de abandono, de tantas décadas de no hacer nada todavía tiene fuertes desigualdades que tenemos que cubrir y tenemos que abordar. Porque al mismo tiempo que estamos inaugurando una fábrica de netbooks también estamos poniendo agua potable, tal vez estas cosas aquí en la ciudad de Buenos Aires tengan otro sonido porque tienen la suerte de poder abrir la canilla y sale agua, de salir y encontrar un taxi, el que no tiene plata un colectivo o el subte, porque además están baratos y subsidiados también en el transporte, pero esto no pasa en todas las partes de la República, todavía hay sectores donde tenemos que llegar con el agua, donde tenemos que llegar con la cloaca, con la luz eléctrica, con el gas; estamos tendiendo toda la línea NEA – NOA para que también se puedan radicar muchas industrias, que necesitan energía, en toda la zona Norte del país que se ha convertido en el corazón del MERCOSUR, este maravilloso MERCOSUR y esta maravillosa región que estamos impulsando como un formidable mercado interno.
Por eso digo que es una Argentina de contrastes todavía y tenemos que hacernos cargo de esos contrastes y seguir trabajando para seguir achicando la brecha social. Esto es clave porque impacta en toda la sociedad, impacta en la economía, en el consumo, impacta también en la seguridad porque da mejor calidad de vida a la gente y la saca de lo que podría ser por allí la tentación o muchas veces los problemas que generan las desigualdades. Digo siempre que uno de los principales problemas es el de la desigualdad, porque genera mucho resentimiento y mucha tensión en las sociedades cuando los que no tienen nada ven que al lado hay alguien que tiene mucho. Y esto no es para justificar ni nada, es simplemente para entender las cosas que pasan y las cosas que tenemos que hacer para mejorar y solucionar la calidad de vida de todos los argentinos.
En eso estamos y en eso vamos a seguir, no nos vamos a apartar un centímetro de este camino que ha sido el camino virtuoso para que la Argentina crezca, para que la Argentina genere empresarios como Banghó que ahora producen y generan trabajo para los argentinos. El promedio de los jóvenes, jóvenes varones porque eran todos varones los que estaban en la fábrica, 28 años. El otro día estuve en Las Flores en una fábrica de zapatillas, también zapatillas que antes venían importadas, el 54 por ciento de las zapatillas que usaban los argentinos eran importadas, merced a las políticas que hemos desarrollado ahora solamente el 27 por ciento es importado y el resto es todo nacional; y el promedio de edad de los chicos de la fábrica de zapatillas, que es de inversores brasileros, es también de 28 años.
Entonces millones de puestos de trabajo, mayor calidad de vida, mejor educación con las netbooks, tenemos que mejorar mucho también la calidad de nuestra educación, necesitamos un compromiso muy fuerte de todo el sector docente, allá lo veo a Tito Nenna, necesitamos un compromiso muy fuerte de todos los sectores para mejorar la calidad de todos los servicios que brindamos pero específicamente también el de la educación, porque el gobierno está haciendo inmensos esfuerzos y las familias también cuando mandan sus hijos al colegio; con la Asignación Universal por Hijo también hemos logrado que los chicos que no iban al colegio hoy lo hagan y tengan educación y control de su salud.
Por eso estoy contenta, pese a las cosas que me faltan y que nunca podré reponer ni restituir ni nada, estoy muy contenta porque estamos haciendo la Argentina que él soñó y que soñaron otros tantos argentinos que en estos 200 años de historia han ofrendado su vida y lo mejor que tenían para que el resto de sus compatriotas vivan un poco mejor, en una sociedad todos los días un poco más libre, un poco más democrática y por sobre todas las cosas un poco más igualitaria. Muchas gracias y muy buenos días a todos y a todas. (Aplausos)