Palabras de la Presidenta al finalizar las elecciones primarias

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL HOTEL INTERCONTINENTAL

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Gracias, muy buenas noches a todos y a todas.

Quiero darles a todos unas inmensas gracias que no me caben en el corazón. Gracias, muchas gracias, gracias a todos los argentinos y argentinas que hoy construyeron un hecho histórico como es el de haber concurrido a votar por primera vez en elecciones Primarias para ampliar la democracia, para profundizar el cambio. Felicitaciones a todos los que concurrieron a las urnas, sin distinciones, como ciudadanos y ciudadanas. Muchas gracias.

Gracias también porque hemos logrado en estas primeras elecciones Primarias, que constituyen una auténtica reforma política, tener una presencia de votantes similar a la de cualquier acto general, lo que revela un grado de madurez de la sociedad argentina sumamente importante.

Quiero también saludar a todas las otras fuerzas políticas, a todos los candidatos y candidatas en todas las categorías, en todos los partidos, en todas las provincias que también concurrieron a hacer su propuesta a la ciudadanía, porque también han contribuido a la ampliación de la democracia.

Quiero agradecerles a los hombres y mujeres también que han confiado una vez más en este proyecto político que nació un 25 de mayo del año 2003 y que con trabajo, con gestión, con convicciones pudo transformar un país que había sido devastado política, cultural, económica y, sobre todo, moralmente.

Yo quiero agradecerles a todos esos hombres y mujeres que han confiado una vez más en nosotros y en los que no lo hicieron, invitarlos a reflexionar juntos, porque necesitamos la unidad de todos los argentinos para poder seguir trabajando.

No esperen de mí, en esta noche maravillosa, ninguna palabra que menoscabe, que agravie o que ofenda a nadie, no estoy para eso, no vine a eso.

Quiero decirles que me siento muy orgullosa de haber podido, junto a todas las cosas que hemos hecho desde el año 2003, también coronar esta reforma política que parecía imposible. La soñé siendo senadora opositora, no la pude llevar a cabo siendo senadora oficialista, pero la llevamos a cabo, finalmente, y hoy estamos los argentinos y argentinas dando esta lección de democracia. Pero no solamente de una democracia porque participa la sociedad, la ciudadanía en la vida de los partidos políticos, sino porque también, merced a la Ley de Medios Audiovisuales y a la Ley de Reforma Política, todos los partidos políticos han podido acceder democráticamente; todos los partidos políticos, han podido acceder por primera vez, desde 1983 a la fecha, a los medios audiovisuales y a la difusión de sus programas, de sus candidatos, en una época, y ustedes lo saben todos muy bien, donde el peso específico de lo mediático, de la comunicación audiovisual, se torna imprescindible para poder hacerlo.

Fíjense ustedes que allá por el año 1983 hasta los 90, los canales de televisión, los medios de comunicación en general, estaban en manos del Estado; luego se privatizaron y hasta este momento, hasta esta elección solamente podían acceder a la gran difusión publicitaria aquellos que contaran con mucho dinero porque se lo daban a su partido o porque el candidato tenía un patrimonio suficiente que le permitía contratar publicidad.

Hoy, en esta Argentina cada vez más igualitaria, en esta Argentina que seguimos persiguiendo denodadamente como el gran valor reparador la igualdad y que la hemos alcanzado también en ámbitos que jamás hubiéramos sospechado años atrás, hoy también podemos hablar de la igualdad de los partidos políticos para poder llegar a todos los ciudadanos sin ningún tipo de diferencia. No es una cuestión menor, significa también comenzar a construir la autonomía de la política del poder económico. Y esto es central, es casi una cuestión de supervivencia social.

Es necesario que todos los hombres y mujeres que tienen ideas y convicciones políticas puedan llegar a la ciudadanía para que no haya una voz única, un pensamiento único. Y sino, miren lo que le pasó también a ese mundo desarrollado donde solo había un pensamiento único y una teoría única, como se desmorona. Por eso es necesario cuidar no solamente la democracia política, sino también la democracia económica, que es la otra gran constructora de igualdad.

Por eso yo me enorgullezco en estas Primarias, de haber dado un salto de calidad institucional. Nadie pretende, no yo al menos, que agradezcan nada porque, en definitiva, esta no es una concesión graciosa, sino es una obligación que tenemos quienes ejercemos las primeras magistraturas de dotar a la sociedad y a los partidos políticos, al sistema político de todos los instrumentos necesarios para su desarrollo.

Pero ya sabemos, soy muy humildita, me gustaría aunque sea no agradecimiento, pero un reconocimiento a esta calidad institucional por parte de todos los partidos políticos, sería bueno. Sería bueno porque nos ayudaría a crecer a todos.

Yo quiero decirles también, y después de haber agradecido a todos los argentinos, al resto de las fuerzas políticas, de los candidatos, permítanme también agradecer a nuestros compañeros, a nuestras compañeras de este espacio político, de otras fuerzas y movimientos sociales que también nos acompañan y, especialmente, a los jóvenes, a esos cientos de miles de jóvenes que se han incorporado con tanta fuerza y con tanta fe a la política.

Quiero también convocarlos a redoblar el esfuerzo, con mucha humildad. Yo les pido como compañera de todos ustedes, como compañera de todas las luchas, más humildad que nunca, más humildad que nunca, más trabajo que nunca.

Este acompañamiento de la sociedad, es un reconocimiento al trabajo, al esfuerzo, a lo que hemos hecho en estos ocho años pero, por sobre todas las cosas, como dijo Amado el otro día en el Coliseo, también es por lo que viene, por lo que falta hacer, por todo lo que queda por hacer. Y en eso que queda por hacer, yo quiero también hacer una gran convocatoria a todos los argentinos y a todas las fuerzas políticas. Porque el mundo es un gran tembladeral y los argentinos, no el Gobierno, los argentinos, nuestro país, necesitamos de una sociedad unida pero, fundamentalmente, de una dirigencia que pueda tener la tranquilidad, que pueda tener la sapiencia de poder seguir construyendo los instrumentos que nos han permitido, con errores y con aciertos, sobrellevar con éxito el desastre del 2008, la crisis del 2009 y hoy estar plantados también frente a esta situación.

Yo pido que imitemos hacia adentro, hacia nuestra casa, lo mismo que están haciendo los países de la UNASUR que, con distintos gobiernos, con distintas ideas han coincidido en la necesidad de unirse para construir instrumentos, para adoptar medidas, para diseñar políticas que no permitan que este crecimiento, que este esfuerzo que hemos hecho en estos años, fundamentalmente en lo social, en lo económico, en lo progresivo que ha sido todo lo que hemos vivido en estos años, se dilapide o se destruya.

Por eso, quiero convocar a todos a que pensemos en grande; quiero convocarlos a que estemos unidos, porque el mundo está difícil, pero si logramos superar diferencias, si logramos no discutir sobre las cosas que ya se han resuelto y, fundamentalmente, si escuchamos lo que dice la sociedad a través de las urnas, vamos a lograr equivocarnos un poco menos.

Si me permiten, quiero también, en esta noche tan particular, mandarles a mi hijo que me está mirando y a Rocío, un beso muy grande. Florencita está por ahí, vení Florencia, vení mamita, dale, dale. Ella era la preferida de él, sí, y Máximo el preferido mío, todo el mundo lo sabe.

Yo quiero rendirle un homenaje también a él, un homenaje porque esto también que pasó hoy es de él, de él por sobre todas las cosas. Él está mirando desde algún lado, lo sé, está mirando desde algún lado. Está acá, ¿no es cierto? Díganme que sí. Sí, está con ella, está con ustedes, está en cada uno de ustedes.

Quería compartir con ustedes este momento junto a ella, a la que quiero tanto, junto al otro que lo tengo allá en el Sur y junto a todos ustedes y junto a todos los argentinos, porque hoy es un día de alegría para todos.

Miren, no importa a quienes votaron, no importa, no importa si me votó a mí o si votó a otro u a otra, lo importante es que los argentinos hemos podido protagonizar una jornada histórica, una jornada memorable en la que la gente se lanzó a la calle a votar por primera vez en algo inédito y que transforma definitivamente el sistema político argentino.

Por eso, agradecerles a todos y convocarlos una vez más a la unidad, al trabajo y al esfuerzo, que es lo único que vale. Dejemos en el olvido todo lo demás.

Yo creo, como lo dije el otro día, que, en definitiva, es un gran triunfo del amor, del amor que sentimos todos por nuestros hijos, por nuestra familia, por nuestra patria y yo los quiero mucho a todos ustedes y mi único compromiso es seguir redoblando el esfuerzo para seguir trabajando cada vez más, por todas las cosas que nos faltan.

Gracias, gracias a todos los argentinos, gracias en nombre de mis hijos, gracias en nombre de él, gracias Amado por acompañarnos, gracias a los compañeros gobernadores, a todos los legisladores, a todos los que nos han acompañado.

Mucha fuerza, ¡fuerza Argentina, adelante Argentina, fuerza Argentina que vamos a seguir creciendo con inclusión social, con justicia, con memoria y con verdad! ¡Vamos todavía!

Muchas gracias. (APLAUSOS)