PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ALMUERZO EN HONOR DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY, JOSÉ MUJICA, EN EL MUSEO DEL BICENTENARIO DE LA CASA DE GOBIERNO
Muy buenos días a todos y a todas.
Señor Presidente de la República Oriental del Uruguay, querido amigo y compañero José Pepe Mujica; a toda su Comitiva que lo acompaña; empresarios uruguayos; empresarios argentinos; gente de la cultura, del periodismo nacional, uruguayo, extranjero: déjenme decirles que me siento muy feliz hoy. Muy feliz porque la presencia de Pepe aquí –permítanme salir un poco del protocolo porque además Pepe detesta el protocolo, así que no le va a importar- la vivo como el simbolismo, la simbología de los amigos que vuelven a encontrarse. Nos habíamos encontrado hacía muchísimo tiempo, pero hacía falta de un gesto simbólico, fuerte de tu presencia, Pepe, en visita oficial del Estado Nacional porque nos hemos reunido aquí en la Argentina ya muchas veces y otro tanto en Uruguay, pero tu presencia aquí significa la reconstrucción definitiva del tejido de la amistad, del tejido de la hermandad, que nunca en realidad se quebró pero había tenido un deterioro, no entre la gente, porque la verdad que, como decías vos hoy, los uruguayos que viven en la Argentina o los argentinos que tienen sus casas en Uruguay, que viajan, vivían como una ajenidad la conflictividad, pero nosotros teníamos la responsabilidad, como gobiernos de un país, de volver a reconstruir eso; yo creo que hoy es el símbolo más fuerte.
Y recibirte aquí además que es un lugar muy especial, es el Museo del Bicentenario, es el Museo de los 200 años de historia de la República Argentina que también es la historia de Uruguay, que es la historia de Chile, que es la historia de la región, y hacerlo también en un momento muy especial que vive la región y que lo vivimos el otro día tal vez con mayor intensidad que nunca en la última reunión de UNASUR. Porque muchas veces en las propias reuniones de UNASUR había todavía en algunos gobiernos diferencias por distintas posiciones respecto a cuestiones internacionales o respecto a cuestionamientos de la posición de nosotros como países emergentes frente al mundo desarrollado, y la verdad que todos pudimos percibir en la última reunión un inmensa voluntad, una enorme decisión por parte de los hombres y mujeres que nos toca presidir circunstancialmente los destinos de nuestros países, de cuidar de la región, de cuidar de lo que hemos logrado, de lo que hemos avanzado y con el inmenso desafío de profundizar la integración, de profundizar la asociación, que no significa cerrarnos al mundo ni nada por el estilo, significa simplemente mirarnos a nosotros mismos, ver las inmensas posibilidades que tenemos, que estamos desarrollando y ver cómo las potenciamos.
Tenemos la inmensa suerte de tener una tierra maravillosa que produce lo que el mundo demanda, alimentos; tenemos la suerte de tener recursos naturales, minerales, energía y tenemos la suerte también de tener una región libre de conflictividades, que durante un tiempo, es cierto, esas conflictividades fueron alentadas tal vez desde afuera o tal vez también pivotando sobre la tontería nuestra o la mediocridad nuestra, porque para que de afuera tengan éxito tiene que haber algunos que de adentro no se den cuenta o sean funcionales a esas cosas.
Afortunadamente estamos en un momento -y lo pude percibir el otro día muy claramente en Lima, Perú- muy especial, que significa un inmenso desafío para todos nosotros de poder asegurarles no solamente a los que hoy hemos logrado que se incorporen a través de los mecanismos de inclusión social, de generar trabajo, sino asegurarles a las futuras generaciones hacer los cimientos sólidos de una región más justa, más equitativa, más igualitaria, que tampoco es una versión rosa edulcorada de que no va a haber conflictos, que no va a haber discusiones, que vamos a decir todo que sí, pero sabemos que tenemos la palabra y el diálogo franco para solucionar y abordar todos los conflictos que pueda haber o que vendrán. Porque como decía Pepe hoy en la reunión con el periodismo, siempre va a haber problemas y cuando se resuelve uno aparece el otro y cuando se resolvió ese viene el otro, pero lo importante es la actitud, la actitud que cada uno de nosotros tenga para abordar la solución de esos problemas.
Y la otra cosa que quiero señalar y que señalé en la reunión bilateral que tuve con Dilma Rousseff en Brasil, es que yo creo que lo más importante que hemos logrado en estos años, algunos podrán decir cómo hemos mejorado los índices de pobreza, de indigencia, cómo hemos creado puestos de trabajo, cómo hemos acumulado reservas, cómo hemos comenzado a reindustrializar el país,
pero creo que lo más importante que todos hemos logrado, Pepe, en estos años, es la experiencia de que una cosa distinta a lo que nos habían metido, o habían metido a nuestros pueblos en su cabeza, una cosa diferente, distinta, mejor, propia, se podía hacer. Que no es copiar ningún modelo ni darle patente a ninguna fórmula o modelo para crecer, porque cada país tiene sus particularidades. Como decíamos hoy con Pepe, no hay tampoco ciencia y tecnología que podamos traer de afuera, lo importante es desarrollar ciencia y tecnología propia sobre nuestra propia realidad, sobre nuestros propios recursos, sobre nuestras propias materias, con procesos propios, porque también sabemos que tenemos particularidades y creo que en definitiva es hacer justicia a esa vieja frase o esa vieja concepción de que pinta tu aldea y serás universal, y hoy creo que no hay manera de ser más universal que pintar desde la propia aldea, con los propios pinceles y con nuestras propias experiencias y visiones. No significa creernos más y mejores que nadie, significa saber que tenemos que darnos nuestras propias respuestas, nuestras propias soluciones y que además estamos en inmejorables condiciones para hacerlo, por lo que hemos hecho en estos años, por todo lo que tenemos como potencial en materia de minerales, de energía, de alimentación, de ciencias, de tecnología. Y en la cooperación debemos tener para la región la misma actitud que cada uno de nosotros ha tenido para adentro de su país; hemos aprendido cada uno de nosotros, adentro del país, que no hay ningún sector que se salve si al resto le va mal y esto mismo hay que trasladarlo a la región: para que le vaya bien a cada uno de nosotros nos tiene que ir bien a cada uno de los vecinos, a cada uno de los que vivimos juntos, al lado, pegados.
En unos días más, lo decía Pepe, vamos a tener otro hito fantástico entre Uruguay y Argentina, otra vez el ferrocarril va a cruzar el río Uruguay, el ferrocarril argentino. (Aplausos) Y la verdad que yo no lo vi pero me decía el gobernador de Entre Ríos, que también como un símbolo miren donde está sentado, ¿al lado de quien? de Pepe, un aplauso por eso también. (Aplausos); me decía el gobernador de Entre Ríos que el tren es fantástico, es maravilloso y la verdad es que me muero de ganas del 29 subirme a ese tren. Me vas a venir a esperar vos a salto, Pepe, con un ramo de flores además, y que Lucía no se enoje, esperame con un ramo de flores del otro lado porque creo que va a ser realmente un hito muy importante, como lo que decía Pepe de poder cambiar la matriz energética a partir de obras importantes donde también nosotros tengamos el consumo de esa energía, porque sino Uruguay no tendría escala en su economía para poder tener este cambio de matriz energética.
Como vemos, o lo hacemos juntos o no lo vamos a poder hacer, me parece que eso es como lo hicimos aquí dentro en la Argentina, como lo hizo el Uruguay adentro, como lo hizo Brasil, con otros nuevos miembros que se quieren incorporar también y están comenzando a mirar este Mercosur de una manera diferente. Y yo la verdad es que estoy muy contenta porque es en serio un país, un momento y una región muy especial para todos.
Quiero agradecerte tu presencia y una vez más bienvenido a tu casa Pepe Mujica, presidente de la República Oriental del Uruguay. Voy a brindar por Uruguay, voy brindar por Argentina, voy a brindar por el Mercosur y voy a brindar por la América del Sur, la casa común de todos nosotros. (Aplausos)