Gracias. Chicos, enrollen las banderas que quiero ver a todos los tucumanos y a todas las tucumanas, por favor sean buenitos y buenitas; aquellas pancartas que no me dejan ver aquella tribuna magnífica de los colores verde, celeste y blanco. ¡Vamos las banderas esas todavía arriba!
Gracias, muchas gracias como siempre.
Compatriotas: como siempre, Tucumán me recibe con sus mejores galas, con sus afectos y también con un hermoso día, tucumanos y tucumanas, para recordar, como recién decía José, a nuestros próceres, a aquellos hombres que, en medio de las adversidades, se animaron a declarar la Independencia de nuestro país.
Hoy los estamos homenajeando, pero creo que deberíamos rescatar de ellos, un rasgo distintivo de los hombres y mujeres de los pueblos originarios que combatieron a sangre y fuego para lograr la liberación de la patria, desde el 25 de mayo de 1810 a este 9 de julio de 1816, miles de compatriotas, de las más diversas condiciones sociales, pero unidos por una misma vocación para luchar por la Independencia. (APLAUSOS) Y había un rasgo distintivo en todos y cada uno de ellos, no era solamente la convicción, no eran solamente las ideas, era además, esa actitud de la condición humana que pone en marcha las ideas y las convicciones y que es la voluntad de cambio de todo un pueblo cuando decide levantarse en armas como lo hicieron en aquella oportunidad nuestros compatriotas. (APLAUSOS)
Los tiempos cambiaron, las luchas por las libertades, por la independencia y por la igualdad, ya no se dan, por lo menos afortunadamente en estas regiones, en los campos de batalla.
Yo aquí mismo, si mal no recuerdo, en el primer discurso que pronuncié como Presidenta de todos los argentinos, dije que teníamos que ir por la segunda independencia. Esa de la que recién José hablaba y que es la construcción de una economía que permita tener autodeterminación y que las decisiones de un país, se tomen en ese país y se tomen en los ámbitos donde hombres y mujeres han sido votados por la sociedad en elecciones libres y democráticas. (APLAUSOS)
Estas son las nuevas luchas, las luchas por reconstruir una economía devastada. Por eso, hacés bien José en recordarlo y agradecerle a él, al presidente Néstor Kirchner…(APLAUSOS)…que se animó y en ustedes, en cada joven también vive él, en cada joven que se incorpore a la política, él se animó, les decía -me gustaría que estuviera un poco más…(APLAUSOS)…-, donde otros decían que era imposible hacerlo; él se animó a plantar esta bandera de rebeldía y por momentos de irreverencia frente a los poderes constituidos por el establishment y que nos habían convencido que era imposible remover las condiciones que no permitían que Argentina creciera y se desarrollara. (APLAUSOS) Él supo que otro país era posible, como también lo supieron esos hombres y mujeres que con inmensas dificultades construyeron nuestra historia.
Fíjense: hoy leía en una crónica histórica que recién en el mes de septiembre se festejó en la ciudad de Buenos Aires aquel 8 de julio de 1816. Fíjense lo que eran las condiciones y fíjense hoy este mundo plenamente intercomunicado que también nos permite nuevas formas de comunicación, nuevas formas de democratización.
Él se animó frente a lo que parecía imposible tener una política económica de industrialización, recuperar a la educación como el gran instrumento igualador de nuestra sociedad. Él se animó a decirle a los poderes internacionales que la Argentina iba a hacer frente a su deuda pero no a costa del hambre y de la miseria del pueblo. (APLAUSOS)
Y junto a él, porque esto es mentira, no lo hace tampoco un hombre solo, también se animó la voluntad de millones y millones de argentinos que volvieron a creer que el país que alguna vez habían tenido y que sus mayores les habían contado, era posible. Y comenzaron a acompañarlo y hoy miles y miles, millones de jóvenes, se incorporan a la política. Algunos que no entienden y que nunca entenderán, se asustan.
Miren: a veces quieren comparar este maravilloso proceso de la juventud con otros, y yo les digo que este es inédito. ¿Por qué es inédito? Yo fui una joven que me incorporé a la política, en la lucha contra la dictadura. Otros jóvenes más tarde, allá por los ‘80, se incorporaron a la política con mucha ilusión de un proceso democrático que recién comenzaba. Pero acá se incorporan a la política después de 8 años de gestión para defender un proyecto que ha sido revalidado en las urnas por la sociedad argentina. (APLAUSOS)
¡Qué maravilla, qué maravilla!, digo yo. En todas partes o en muchísimas partes del mundo y en la historia misma, se advierte que muchas veces la juventud, cuando participa en esos procesos históricos, nuestros jóvenes del 25 de Mayo, nuestros jóvenes del 9 de Julio, se incorporaban contra el poder establecido para poder cambiar las cosas. Acá tenemos la suerte que tenemos millones y millones de jóvenes, miles y miles de jóvenes que se incorporan para apoyar políticas que el propio Estado impulsa. Al contrario, no vienen con las manos cargadas de piedras, sino con la cabeza llena de sueños y de ilusiones por lo que están viviendo, díganme si no es maravilloso. (APLAUSOS)
¡Cómo no estar orgullosa de ver a los jóvenes de vuelta cantar el Himno con orgullo y alegría! ¡Cómo no estar orgullosa de ver enarbolar las banderas y pintarlas ellos mismos! ¡Cómo no estar orgullosa de ver cómo miles y miles de jóvenes se incorporan a su primer trabajo! ¡Cómo no estar orgullosa de ver a nuestros alumnos secundarios con sus computadoras que llevan a sus casas, tal vez, humildes para que sus padres y sus madres también tengan lo que ellos no pudieron darle! (APLAUSOS)
Yo no me siento, y se los digo de corazón, protagonista de esta historia. Los protagonistas son ustedes. Yo solo soy un instrumento, quiero solo ser el instrumento de la sociedad argentina para que estos cambios, para que estas transformaciones se institucionalicen, para que no tengamos que depender solamente del humor de tal o cual gobernante.
Queremos políticas de Estado, que sean reconocidas como tales por todos los argentinos para que todas las puedan defender con el mismo énfasis y con la misma voluntad. (APLAUSOS)
También José recién hablaba del agradecimiento por las elecciones de octubre. Y yo también quiero recordar que aquí en Tucumán, hace exactamente dos años, tal vez en nuestro momento político más difícil, José y compañeros y amigos gobernadores de las provincias que hoy nos acompañan, en el momento más difícil, en el que supimos reconstruir desde la propia voluntad, desde el propio esfuerzo y trabajo, lo que muchos creían terminado y acabado, y lo hicimos porque estamos convencidos de estas ideas. Porque lejos de creer que cuando uno es derrotado circunstancialmente tiene que cambiar de principios, cambiar de ideas, entregar la historia, nosotros le decimos que jamás vamos a entregar nuestra historia, nuestras ideas y nuestras convicciones. No vinimos para eso a la política. (APLAUSOS)
Recuerdo que aquel 9 de julio lancé desde aquí de Tucumán, la convocatoria al diálogo político, a la reforma política porque decíamos que teníamos que volver a poner a los partidos políticos por sobre las corporaciones en la Argentina, para que fueran, precisamente, quiénes son elegidos por el voto por la voluntad popular para representarlos desde un presidente, desde un gobernador, intendentes, legisladores representen, precisamente, los intereses del conjunto de la sociedad, que muchas veces no se entiende ni las corporaciones por sus propios funcionamientos creen que reteniendo un interés o un privilegio van a poder hacerlo durante mucho tiempo.
La historia nos ha enseñado, no solamente la de nuestro país, sino la historia de lo que está pasando en el mundo, que cuando alguien pretende comerse toda la torta, lo único que hace es indigestarse y no servirle para nada. (APLAUSOS)
Por eso, seguimos apostando a la igualdad que ha dejado de ser solamente un concepto político social para transformarse en un profundo concepto económico.
Necesitamos producir más, necesitamos mayor esfuerzo y trabajo y, también, que ese crecimiento tenga la distribución del ingreso para que pueda llegar a todos y todos se sientan parte de esta patria. (APLAUSOS)
Pero les decía que desde aquí lanzamos esa convocatoria. Algunos creyeron que era un ejercicio más, se habían olvidado que cuando yo era senadora había presentado un proyecto de elecciones primarias obligatorias, no tuve las manos, pero pudimos hacerlo más tarde y este próximo 14 de agosto, los argentinos por primera vez en la historia van a poder votar a los candidatos de los partidos políticos que más les gusten en un ejercicio de democracia interna, en un ejercicio de participación popular que también debe ser rescatado. (APLAUSOS)
No importa a quiénes elijan, de corazón se los digo; no importa para quién sea su voto, lo importante es que este 14 de agosto también vayan a poner su presencia para saber que de ahora en más, no deciden más las burocracias políticas, sino que deciden también los argentinos en cada una de esas elecciones. (APLAUSOS)
Esta reforma política… Cuántas cosas que nos han pasado, cuántas cosas que me han pasado, en estos dos años desde aquel 9 de julio. Pero hemos demostrado, con mucha humildad, con mucha convicción que es posible seguir representando las ideas, que es posible seguir haciendo honor a esa representación popular que oportunamente el pueblo nos confiriera, aún en los momentos de mayor adversidad, y vuelvo para finalizar, al principio: la voluntad, lo que siempre nos movió a nuestra generación, lo que siempre lo movilizó a él, un hombre con una voluntad como no he visto en otra persona, una voluntad para seguir adelante pese a todo, una voluntad capaz de entregar su propia salud, su propio cuerpo, que le quedó chico para tanta fuerza y tanta voluntad. (APLAUSOS)
Pero yo estoy orgullosa de haber sido su compañera durante más de 35 años, y en este 9 de julio, donde recordamos a nuestros patriotas, hagamos un homenaje a todos los argentinos, a todos los argentinos. Necesitamos también, compatriotas, de la unidad nacional como presupuesto básico para seguir adelante en la profundización de este modelo.
Si uno mira la historia, la reciente y la no tan reciente, la historia que vino después de 1816 en nuestro país, cuando nos debatimos durante años en la anarquía, en las guerras intestinas, en las guerras civiles, lo que vino en el siglo pasado, cuando algunos pensaron que prohibiendo un nombre o una marcha, se podía tapar o destruir la historia.
Tenemos que aprender todos, en este aprendizaje que la historia nos da, que es necesario mantenernos unidos, porque allí está la fortaleza con la unidad nacional y la voluntad política de quienes representen por decisión soberana al pueblo, podremos seguir construyendo esto que hemos logrado y que es la patria, como dije ese 25 de mayo pasado. (APLAUSOS)
Podemos decirlo con orgullo, también aquí desde Tucumán: argentinos, tenemos patria, festejémosla y homenajeémosla todos los días, en nuestros trabajos, en nuestros estudios, en nuestras escuelas, en nuestras fábricas, en nuestros laboratorios, en nuestros campos, en todos los lugares donde haya un argentino que trabaje, estudie y siga creyendo que este es el mejor lugar para vivir, su país.
Muchas gracias Tucumán, los quiero mucho y muchas gracias a todos. (APLAUSOS)