PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ALMUERZO OFRECIDO EN SU HONOR POR EL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE MÉXICO DR. FELIPE CALDERÓN, EN EL SALÓN ALCAZAR DEL CASTILLO DE CHAPULTEPEC, EN DISTRITO FEDERAL.
Muy buenas días a todos y a todas; señor Presidente de México, querido amigo Felipe Calderón; Margarita; señores legisladores; señores miembros de la Suprema Corte de Justicia; ministros; embajadores; señores y señoras empresarios; amigos y amigas, en general: la última vez que estuve en este lugar compartimos con quien fuera mi compañero de vida y de militancia un encuentro como este, un encuentro que no hace más que reafirmar en este lugar histórico para el pueblo mexicano, pero también un entrañable y maravilloso ejemplo de amor y de defensa de la Patria para todos los pueblos libres de Latinoamérica y del mundo: el Castillo de Chapultepec, un lugar histórico, sin lugar a dudas, en el cual nos encontramos una vez más para reafirmar algo que es más que una tradición, más que un lugar de ocasión o de protocolo y que es, sin lugar a dudas, la sincera y profunda amistad entre ambos pueblos.
Los gobiernos no pueden inventar ni crear nada que no tenga sustento y lógica en la sociedad. Y creo que este momento – que como Felipe lo definiera: "el mejor momento entre ambos países" – es nada más que interpretar por parte de quienes tenemos la responsabilidad institucional de conducir los destinos de ambos países es nada más y nada menos que interpretar la voluntad, los sentimientos de argentinos y mexicanos, que más allá de los circunstanciales gobiernos de uno y de otro país han estado histórica y profundamente unidos.
Argenmex no es una construcción de políticos, ni de partidos; Argenmex es una construcción social que han hecho los argentinos y los mexicanos en los momentos difíciles que a los unos y a los otros nos ha tocado vivir a lo largo de la historia.
Hoy charlábamos, junto a Felipe y su Gabinete, de los profundos desafíos que tenemos quienes poseemos la responsabilidad, por decisión democrática de nuestros pueblos de conducir los destinos públicos de nuestros países. La América del Sur, la Latinoamérica como región emergente está llamada a ser la gran protagonista, o una de las grandes protagonistas, del siglo XXI. Contamos con lo que ya es una demanda creciente en el mundo: desde alimentos, energías, minerales, recursos hídricos, que nos convierten en una región que va a tener un gran protagonismo en este siglo XXI.
Nos ha tocado a nosotros, a los que yo denomino la Generación del Bicentenario porque somos los que hemos estado al frente de los 200 años de historia de cada uno de nuestros países haber sido protagonistas, también, de un crecimiento inédito en la región.
La modificación en los términos de intercambio comercial; la crisis profunda de un modelo que basó su crecimiento únicamente en la especulación y no en la producción, ni en la generación de trabajo decente para nuestra gente, que promueva el gran desafío de la inclusión social es precisamente lo que nos ha llevado a nosotros a tener este gran desafío de, en esta Generación del Bicentenario, dar la gran lucha por la igualdad; la gran lucha por la equidad; el gran combate por la justicia, de la misma manera que 200 años antes patriotas argentinos, mexicanos dieron la lucha y el combate por la libertad de nuestros pueblos.
Y creo que ambas son absolutamente complementarias e inescindibles, libertad e igualdad. Para qué queremos la libertad si no tenemos el derecho a tener educación, salud, vivienda, trabajo, a que nuestros hijos crezcan dignamente; para qué queremos la igualdad si no tenemos la posibilidad de decidir y elegir qué pensar, qué decir, dónde vivir, en qué trabajar. Me parece que son dos categorías en las que debemos hacer síntesis la generación del Bicentenario para poder dar los fundamentos sólidos en los que crezca la generación del XXI, la generación que va a venir indefectiblemente luego de nosotros, porque los políticos tenemos cierta tendencia a creer que todo es eterno y nada es eterno, al contrario, debemos recrearnos constantemente y ayudar a que nuestras sociedades crezcan y se profundice la igualdad, la educación, la seguridad.
Por eso creo que tenemos, como miembros del G-20, pero fundamentalmente como miembros de la región, una gran responsabilidad histórica con este crecimiento que hemos protagonizado en los últimos años. Argentina ha crecido desde el 25 de Mayo del año 2003 a este 25 de Mayo que hace pocos días ha pasado, el 80 por ciento, y la mayor parte de su crecimiento ha sido también producto de un fuerte desarrollo del mercado interno, que ha generado trabajo registrado y decente, que ha generado mayor poder adquisitivo a sus trabajadores, que nos ha permitido además tener un programa de inclusión social, como es el de la Asignación Universal por Hijo, que representa casi el 1,2 por ciento de nuestro PBI y según nos ha dicho Bernardo Kliksberg, que es el gran especialista de Naciones Unidas, representa el programa social más ambicioso del que se tenga registro.
Quiero aprovechar esta visita a México también para agradecer una vez más la hospitalidad con que fueron recibidos los que tuvieron que irse de nuestro país en momentos muy difíciles. Desde aquí diviso a la diputada Adriana Puiggrós, ella y su padre; a nuestra embajadora Patricia Vaca Narvaja, también exiliada junto a toda su familia; y los que más tarde tuvieron que hacerlo no ya por motivos que tuvieran que ver con la vida sino tal vez con el patrimonio, porque la Argentina se había hundido a partir del default declarado el año 2001. Por eso vaya en nombre de toda la sociedad argentina, Presidente, a través de usted, nuestro agradecimiento a México y nuestro compromiso de seguir profundizando nuestra relación, que es algo más que un creciente intercambio económico, casi 4 veces más en los últimos 10 años y que por supuesto no tiene techo, que es algo más que inversiones argentinas aquí o inversiones mexicanas allá, que son bienvenidas en ambos lados, yo creo que es por sobre todas las cosas la íntima convicción de que debemos compartir un mismo destino histórico a partir de una historia y de una identidad que también nos son comunes.
Los invito a alzar la copa y a brindar por México, por Argentina y por la lucha que debemos encarar para que a esta libertad que supieron construir los patriotas hace 200 años podamos agregarle nosotros la igualdad que tanta falta todavía nos hace. Muchas gracias a todos y muy buenos días. ¡Salud! (APLAUSOS).