Señor vicepresidente de la Nación; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor presidente y demás miembros de la Comisión Nacional de Energía Atómica; autoridades nacionales; señores directivos y personal del Centro de Diagnóstico Nuclear; señoras, señores; científicos presentes aquí; profesionales; investigadores: creo que estamos dando un paso que indudablemente va a generar un punto de inflexión en la construcción de la Argentina que todos deseamos.
La investigación científica en la Argentina realmente durante muchísimos años, para ciertos sectores de la supuesta intelectualidad argentina o de los pensantes en la construcción del país, era nada más que gasto público improductivo. Cuando algunos profesionales marcaban su angustia tratando de decir que ya no podían más, que ponían todo su esfuerzo intelectual para generar las necesidades que la Argentina tenía pero el Estado estaba totalmente ausente, algún ministro de Economía por allí les dijo que mejor se vayan a lavar platos antes que investigar. Fíjense las cosas que se dijeron en la Argentina. No sé si fueron las palabras precisas pero fue el contenido que nos deshonró a todos los argentinos que sentimos vergüenza de sí mismos.
Comentaba que me tocó ir a la Fábrica Militar Río Tercero y reunirme con investigadores allá por el 2002, yo no era presidente de los argentinos, y me encontré con que los profesionales que estaban formando, los becarios, no existían más; el personal de menor edad tenía 50 años. En el CONICET nos pasó lo mismo, el de menor edad era de 50, 51 años; nuestros chicos emigrando, las neuronas tan vitales para la reconstrucción de un país con sentido estratégico yéndose porque no eran entendidos, comprendidos y no se les daban los espacios que en esta Argentina se les debe dar.
Creo que hemos dado pasos importantes pero como en el resto del país todavía, y no es una caracterización caprichosa, seguimos en el infierno; estamos dando pasos como el de hoy que nos hacen sentir orgullosos; lo que hoy hemos logrado es tremendamente importante y también vemos la participación del Estado con carácter promocional, que el Estado tiene que estar presente, el Estado no puede estar ausente de la investigación.
Esto no genera incompatibilidades con explotaciones que puede llevar adelante el sector privado. Por el contrario, un Estado presente, un Estado calificado va a llevar a cualificar las acciones del sector privado y nos va a llevar a generar una síntesis superadora que es la que está necesitando la Argentina.
Esto que hoy tenemos y que en toda Sudamérica no existe lo debemos multiplicar. Decíamos cuál es el próximo paso que tenemos que dar, y el próximo paso es la creación del Instituto Nacional del Cáncer, que es fundamental, central, en el que el Estado tiene que invertir. (APLAUSOS)
Y cómo vamos a convertir esto en política de Estado, porque el Estado y la Nación quedan y los gobiernos pasan. Nosotros con el ministro Filmus en Educación tomamos una determinación que sé que va a tener contenido estratégico y va a ser muy difícil volverla atrás, cuando decidimos en la Ley de Educación que 6 puntos del producto bruto interno argentino, que gracias a Dios va creciendo, sean destinados a la inversión educativa. Creo que la investigación, la formación de profesionales, debe tener también de la misma forma en la Argentina una relación con el crecimiento del producto bruto interno que nos permita construir definitivamente una política estratégica, que tenga su contenido presupuestario más allá de las alternancias naturales que da la democracia en el ejercicio de la iniciativa de la conducción política del Estado. Es muy importante que esto quede sintetizado, porque si queda sintetizado por ley y presupuestariamente ya no habrá marcha atrás.
Y también otro tema que es candente. Nuestros profesionales tuvieron que emigrar, siguen teniendo sueldos alejados de los que motivan también las esperanzas y las motivaciones que debemos tener todos los seres humanos cuando nos dedicamos de lleno a determinadas tareas, ni hablar en este tipo de tareas. Creo que es central seguir desproletarizando la cuestión salarial, entiéndase bien lo que digo, es hora que nosotros tengamos una clara política de incentivo, lo conversábamos y lo tenemos que hacer como lo vamos a hacer paulatinamente con el CONICET y con todas las áreas de la investigación, por la cual nuestros profesionales se puedan dedicar con tranquilidad, pensando que hay un Estado que no sólo resguarda la inversión fundamental para llevar adelante sino que también los tiene en cuenta como partes centrales de la construcción de ese proyecto.
La recuperación de la autoestima, la recuperación del valor y la calidad individual, decimos que tenemos recursos humanos espectaculares pero los tratamos como si fueran recursos de cuarto nivel, eso no puede pasar más. Tenemos la obligación de darles el respaldo y las remuneraciones que merecen, y los argentinos lo tienen que entender. Hay tareas y calidades que merecen evidentemente remuneraciones superiores a las de otras tareas que se realizan. Eso es un Estado que va generando una pirámide de premios al incentivo, al estudio, a la investigación, al superarse, porque si no se hace muy difícil que todo dé lo mismo, que todo sea igual, esa caracterización la tenemos que construir.
Y la participación activa del Estado, no tengamos miedo a eso. El Estado puede ser bueno, malo, menos bueno, menos malo, pero si al Estado se lo va llenando de contenido y de calidad termina rindiendo resultados muy positivos.
¿Saben lo que pasa? A este país no lo han vaciado solamente patrimonialmente como Estado, como nación, como país, lo han vaciado de neuronas, este es el tema. Cuando uno llega, y a mí me ha sucedido ahora, con un país totalmente anarquizado, realmente más que neuronas al servicio de la construcción de un proyecto de país nos hemos encontrado que por distintos motivos se fue descualificando absolutamente. Hay que volver a construir el sistema neuronal del Estado y no tengan ninguna duda que no importará, o sí importará quien tenga la iniciativa política por el perfil o por el proyecto de país, pero va a estar la reserva neuronal que va a garantizar, como en otros países del mundo, la continuidad estratégica de un Estado y la continuidad estratégica de políticas de Estado como debe ser esta que nosotros llevamos adelante.
Emociona venir a participar de hechos como estos. Realmente les agradezco profundamente y también avancemos decididamente en los próximos desafíos que tenemos por delante. Nosotros somos absolutamente receptivos, guíennos, empújennos, ayúdennos a equivocarnos menos, porque creo que si nosotros participamos profundamente en la construcción de las políticas que esta área merece, estaremos dando respuesta a todo el arco sustancial que la Argentina tiene que llevar adelante, estaremos teniendo la tecnología de punta que nos merecemos, y podremos llegar desde la salud a explotaciones y exploraciones de tipo económico que la Argentina necesita, con la calidad medioambiental que nos merecemos.
La verdad uno está tremendamente motivado, me siento honrado de haber participado, los quiero felicitar fuertemente y Dios quiera que se siga llenando de investigadores, de chicos de 20, de 25, de 30 años, que puedan volver a honrar a la Argentina y tener, como dijo Daniel Filmus recién, éxitos y alegrías como las que tuvimos hace pocas horas en Australia con el reactor nuclear, porque es un hecho trascendente, fundamental para dar pasos sustanciales en la evolución de la tarea que estamos llevando adelante.
Muchísimas gracias, gracias por haberme invitado y adelante. (APLAUSOS)
La investigación científica en la Argentina realmente durante muchísimos años, para ciertos sectores de la supuesta intelectualidad argentina o de los pensantes en la construcción del país, era nada más que gasto público improductivo. Cuando algunos profesionales marcaban su angustia tratando de decir que ya no podían más, que ponían todo su esfuerzo intelectual para generar las necesidades que la Argentina tenía pero el Estado estaba totalmente ausente, algún ministro de Economía por allí les dijo que mejor se vayan a lavar platos antes que investigar. Fíjense las cosas que se dijeron en la Argentina. No sé si fueron las palabras precisas pero fue el contenido que nos deshonró a todos los argentinos que sentimos vergüenza de sí mismos.
Comentaba que me tocó ir a la Fábrica Militar Río Tercero y reunirme con investigadores allá por el 2002, yo no era presidente de los argentinos, y me encontré con que los profesionales que estaban formando, los becarios, no existían más; el personal de menor edad tenía 50 años. En el CONICET nos pasó lo mismo, el de menor edad era de 50, 51 años; nuestros chicos emigrando, las neuronas tan vitales para la reconstrucción de un país con sentido estratégico yéndose porque no eran entendidos, comprendidos y no se les daban los espacios que en esta Argentina se les debe dar.
Creo que hemos dado pasos importantes pero como en el resto del país todavía, y no es una caracterización caprichosa, seguimos en el infierno; estamos dando pasos como el de hoy que nos hacen sentir orgullosos; lo que hoy hemos logrado es tremendamente importante y también vemos la participación del Estado con carácter promocional, que el Estado tiene que estar presente, el Estado no puede estar ausente de la investigación.
Esto no genera incompatibilidades con explotaciones que puede llevar adelante el sector privado. Por el contrario, un Estado presente, un Estado calificado va a llevar a cualificar las acciones del sector privado y nos va a llevar a generar una síntesis superadora que es la que está necesitando la Argentina.
Esto que hoy tenemos y que en toda Sudamérica no existe lo debemos multiplicar. Decíamos cuál es el próximo paso que tenemos que dar, y el próximo paso es la creación del Instituto Nacional del Cáncer, que es fundamental, central, en el que el Estado tiene que invertir. (APLAUSOS)
Y cómo vamos a convertir esto en política de Estado, porque el Estado y la Nación quedan y los gobiernos pasan. Nosotros con el ministro Filmus en Educación tomamos una determinación que sé que va a tener contenido estratégico y va a ser muy difícil volverla atrás, cuando decidimos en la Ley de Educación que 6 puntos del producto bruto interno argentino, que gracias a Dios va creciendo, sean destinados a la inversión educativa. Creo que la investigación, la formación de profesionales, debe tener también de la misma forma en la Argentina una relación con el crecimiento del producto bruto interno que nos permita construir definitivamente una política estratégica, que tenga su contenido presupuestario más allá de las alternancias naturales que da la democracia en el ejercicio de la iniciativa de la conducción política del Estado. Es muy importante que esto quede sintetizado, porque si queda sintetizado por ley y presupuestariamente ya no habrá marcha atrás.
Y también otro tema que es candente. Nuestros profesionales tuvieron que emigrar, siguen teniendo sueldos alejados de los que motivan también las esperanzas y las motivaciones que debemos tener todos los seres humanos cuando nos dedicamos de lleno a determinadas tareas, ni hablar en este tipo de tareas. Creo que es central seguir desproletarizando la cuestión salarial, entiéndase bien lo que digo, es hora que nosotros tengamos una clara política de incentivo, lo conversábamos y lo tenemos que hacer como lo vamos a hacer paulatinamente con el CONICET y con todas las áreas de la investigación, por la cual nuestros profesionales se puedan dedicar con tranquilidad, pensando que hay un Estado que no sólo resguarda la inversión fundamental para llevar adelante sino que también los tiene en cuenta como partes centrales de la construcción de ese proyecto.
La recuperación de la autoestima, la recuperación del valor y la calidad individual, decimos que tenemos recursos humanos espectaculares pero los tratamos como si fueran recursos de cuarto nivel, eso no puede pasar más. Tenemos la obligación de darles el respaldo y las remuneraciones que merecen, y los argentinos lo tienen que entender. Hay tareas y calidades que merecen evidentemente remuneraciones superiores a las de otras tareas que se realizan. Eso es un Estado que va generando una pirámide de premios al incentivo, al estudio, a la investigación, al superarse, porque si no se hace muy difícil que todo dé lo mismo, que todo sea igual, esa caracterización la tenemos que construir.
Y la participación activa del Estado, no tengamos miedo a eso. El Estado puede ser bueno, malo, menos bueno, menos malo, pero si al Estado se lo va llenando de contenido y de calidad termina rindiendo resultados muy positivos.
¿Saben lo que pasa? A este país no lo han vaciado solamente patrimonialmente como Estado, como nación, como país, lo han vaciado de neuronas, este es el tema. Cuando uno llega, y a mí me ha sucedido ahora, con un país totalmente anarquizado, realmente más que neuronas al servicio de la construcción de un proyecto de país nos hemos encontrado que por distintos motivos se fue descualificando absolutamente. Hay que volver a construir el sistema neuronal del Estado y no tengan ninguna duda que no importará, o sí importará quien tenga la iniciativa política por el perfil o por el proyecto de país, pero va a estar la reserva neuronal que va a garantizar, como en otros países del mundo, la continuidad estratégica de un Estado y la continuidad estratégica de políticas de Estado como debe ser esta que nosotros llevamos adelante.
Emociona venir a participar de hechos como estos. Realmente les agradezco profundamente y también avancemos decididamente en los próximos desafíos que tenemos por delante. Nosotros somos absolutamente receptivos, guíennos, empújennos, ayúdennos a equivocarnos menos, porque creo que si nosotros participamos profundamente en la construcción de las políticas que esta área merece, estaremos dando respuesta a todo el arco sustancial que la Argentina tiene que llevar adelante, estaremos teniendo la tecnología de punta que nos merecemos, y podremos llegar desde la salud a explotaciones y exploraciones de tipo económico que la Argentina necesita, con la calidad medioambiental que nos merecemos.
La verdad uno está tremendamente motivado, me siento honrado de haber participado, los quiero felicitar fuertemente y Dios quiera que se siga llenando de investigadores, de chicos de 20, de 25, de 30 años, que puedan volver a honrar a la Argentina y tener, como dijo Daniel Filmus recién, éxitos y alegrías como las que tuvimos hace pocas horas en Australia con el reactor nuclear, porque es un hecho trascendente, fundamental para dar pasos sustanciales en la evolución de la tarea que estamos llevando adelante.
Muchísimas gracias, gracias por haberme invitado y adelante. (APLAUSOS)