PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DOCTOR NÉSTOR KIRCHNER, EN LA LOCALIDAD DE ALBERTI, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA NACIÓN, DOCTOR NÉSTOR KIRCHNER, EN LA LOCALIDAD DE ALBERTI, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Quiero agradecer profundamente a todos, a los hermanos y hermanas del pueblo de Alberti, al señor Gobernador, al señor Intendente, el afecto, el cariño, esas manos tendidas, esas manos de patria grande, esas manos tendidas con esperanza, con deseos de que la Argentina siga cambiando y sea para todos.

Les puedo asegurar que me emocioné profundamente; tenía ganas de venir acá y también tenía ganas de quedarme en el medio de la ciudad con la gente tomando café, charlando, conversando como viejos amigos, como si nos conociéramos toda la vida. (APLAUSOS)

Era como si nos hubiéramos conocido siempre, como si nos fuéramos encontrando argentinos de distintas latitudes y lugares que venimos de muchas frustraciones, que venimos de muchas derrotas, que venimos con nuestra autoestima golpeada y que de golpe empezamos a construir la esperanza de una patria distinta, una patria donde todos queremos ser parte, no solamente determinados lugares de la Argentina o determinados grupos que concentraron siempre el crecimiento económico.

Lo dije siempre, desde el primer día que me tocó ser Presidente: “vengo no a sentarme a un sillón, no a tratar de ser presidente al estilo de algunos presidentes que tuvimos en la Argentina y que hay en el mundo; vengo a ser un sureño, un pingüino que viene a trabajar para tratar de que la Argentina empiece a ser para todos”.

Eran días dolorosos para la patria, días difíciles, y no tenemos que perder esa memoria, porque les puedo asegurar que es duro caminar la patria y ver rostros de argentinos sin trabajo, esperando, tratando de encontrar un nuevo amanecer en su propia patria, ver abuelos y abuelas, padres y madres llorando porque sus hijos tenían menos porvenir que ellos, al revés de aquella Argentina donde el abuelo y el padre soñaban con el pibe que fuera a la Universidad; se había dado vuelta la taba al revés.

Ya no era la esperanza de la vivienda propia para el hijo, sino que el hijo se fuera a refugiar a la casa del abuelo o del padre; esa era la Argentina del 2003, donde había dirigentes que se alegraban, y no de mala fe, pero en esa mecánica de hacer política por hacer política porque se inauguraban cada vez más comedores, cuando mi sueño interno -y de a poco lo vamos logrando- era esto, tener la casa propia, el trabajo y la mesa para volver a juntar la familia, devolver la dignidad. (APLAUSOS)

Y lo estamos haciendo; estamos en el infierno todavía pero todos los argentinos tenemos que entender que estamos yendo todo lo rápido que podemos pero restaurar tanto dolor y tanto olvido no es cuestión de horas, es cuestión de años y de trabajo conjunto, solidario y plural.

No es cuestión de colores, como pienso yo y lo decía Felipe, debemos tener un solo color que es la celeste y blanca, la escarapela, la patria, el suelo, la tierra, nuestra patria amada que nos contenga a todos, que nos debe llevar fuertemente hacia delante. (APLAUSOS)

Una Argentina que tiene que entender que lo que estamos logrando, como haber bajado la pobreza del 60 por ciento al 26.9, de haber bajado la desocupación del 30 al 9 por ciento 9.2 – 9.7, de haber bajado la indigencia del 27 al 8 por ciento, de haber crecido económicamente más del 40 por ciento, de haber crecido la recaudación, las reservas, de desendeudarnos, de haber ahorrado en la negociación de la deuda externa por primera vez en la historia 70.000 millones de dólares que ahorramos a los bolsillos de los argentinos. (APLAUSOS)

Y haber terminado con el paternalismo del Fondo Monetario Internacional. En esta patria no se podía hacer nada, algunos todavía lo creen y dicen: “el Fondo dice esto, aquello y demás”, yo les aseguro, argentinos que si hubiéramos seguido los dictados del Fondo estaríamos aún mucho peor que antes. Pagamos esa deuda, terminamos con la ignominia, terminamos con ese paternalismo terrible que tuvimos que nos llevó a situaciones dificilísimas y la Argentina hoy puede decidir y tomar sus propias decisiones.

El crecimiento industrial a un promedio del 7 - 8 por ciento anual. Decíamos ayer que la industria nacional de automotores había vendido 209.000 autos, se habían patentado en el primer cuatrimestre, el record más grande de toda su historia. l crecimiento de los servicios públicos, inversiones en viviendas, rutas, como no se veían. Pero cuidado, para algunos esto es gasto público improductivo.

Sepan bien que aquellos que tratan de forzar, aquellos que agraden, que descalifican y aquellos que nos insultan permanentemente porque no adherimos a la falta de memoria, que abrazamos una patria con memoria y con justicia y sin impunidad, de antes y de ahora, que añoramos una patria con justicia, que no queremos una patria de poderes corporativos, queremos una patria de libertad para los argentinos, queremos una gran patria para todos, queremos tener los sueños y las esperanzas que nos sinteticen queridos hermanos de Alberti.

Por eso les pido que me ayuden. Van a venir sobre mi, van a atacarme permanentemente, seguiré poniendo la otra mejilla, el amor y la pasión pero no voy a renunciar al cambio de la Argentina, al cambio de la patria, a la búsqueda de la justicia, a la búsqueda de la inclusión, a la búsqueda de la equidad. (APLAUSOS)

Hay un nuevo tiempo y hay una nueva historia, y los jóvenes argentinos deben tener la seguridad que como generación no vamos a rifar su futuro. Nuestras clases medias tienen que recuperar fuertemente su movilidad ascendente y junto a nuestra clase trabajadora -como vemos aquellos gorros amarillos- tienen que definitivamente ser el orgullo y la alianza policlasista que hay que construir en la patria. (APLAUSOS)

Los empresarios regionales y nacionales tienen que consolidar la construcción de patria. Queremos que vengan todos los capitales del mundo, queremos que a todos les vaya bien pero queremos fundamentalmente que nos vaya bien a todos los argentinos y si la patria crece que crezca para todos, que todos tengamos la esperanza de estar todos los días un poco mejor.

Un pueblo con memoria, nuestros abuelas y abuelos, nuestros jubilados, que les puedo asegurar que hemos hecho lo imposible y lo seguiremos haciendo para que vayan recuperando el lugar que merecen, con el mejoramiento de su salario, el mejoramiento de la mínima jubilatoria y con el programa de inclusión jubilatoria. Porque hay más de un millón de argentinos que trabajaron toda su vida que habían quedado en la calle y que el Estado argentino, como corresponde, los fue a rescatar para hacerlos parte de la patria y arrancarlos del olvido al que habían quedado sometidos. (APLAUSOS)

Por eso los abrazo fuertemente. Me decía el amigo intendente las cosas que falta hacer en Alberti, no tengan ninguna duda que vamos a construir los playones y el pavimento que me solicitó en forma conjunta. Vamos a seguir haciendo, a seguir trabajando como lo hicimos todo este tiempo con el gobernador Solá, y como no tengo ninguna duda que en los tiempos que vienen lo van a hacer con Daniel Scioli y con el pingüino o pingüina que conduzca la Argentina.

Muchísimas gracias, un abrazo muy grande para todos, muchas gracias Alberti, muchas gracias señores intendentes, muchas gracias amigos de Chivilcoy, de Bragado, de Chacabuco, de los distintos lugares. Realmente de corazón un argentino da sus brazos a otros argentinos. Viva la patria, viva la bandera.

Muchísimas gracias. (APLAUSOS)