Abuelas, Madres, Hijos, hermanos, amigos, compañeros, detenidos desaparecidos: desde el Gobierno nacional -por más que algunos medios tradicionales seguramente van a criticar lo que voy a decir- quiero expresar mis sentimientos, no personales solamente porque en este tiempo de la historia me toca presidir la Patria y siempre uno acierta y se equivoca, pero nunca le esquivé a las responsabilidades.
Lo primero que le quiero decir al pueblo argentino desde Córdoba, desde este campo del horror que lo comandaron cobardes inmostrables que se dicen argentinos, es lo mismo que dije en la ESMA: pido perdón al pueblo argentino, a los detenidos desaparecidos, a la Abuelas, a los Hijos por haber demorado tantos años, por la falta de coraje, por la falta de asumir la responsabilidad, como dijeron aquí, por la valentía de tan pocas y pocos y por la cobardía de tantos que por allí nos invadió el terror. (APLAUSOS)
Hace un rato allí -y voy a seguir después recorriéndolo con detenidos desaparecidos- me tocó ver, tocar y palpar el horror. Por eso la primera síntesis que quiero hacer es decirle a la Justicia argentina, y el Consejo de la Magistratura sé que va a proceder, que basta por favor, basta, juicio y castigo, necesitamos que los juicios se aceleren. (APLAUSOS)
¿Cuál es el compromiso que tienen algunos integrantes de la Justicia? ¿Qué pasa en aquella Cámara de Casación, por dar un ejemplo, donde están parados hace años juicios que deberían estar en marcha? ¿Quiénes son los fiscales de esa Cámara de Casación?
Señores: es hora de que todos, desde donde podamos, hagamos todo el esfuerzo. No estamos invadiendo otro Poder, estamos pidiendo que funcione. Porque les voy a decir una cosa: nosotros no estamos predicando venganza, estamos pidiendo que funcione la Justicia, esa Justicia que nuestros hermanos, nuestros compañeros y nuestros amigos no tuvieron. (APLAUSOS)
Ustedes saben que hubo dirigentes y militares que hoy se esconden porque tienen miedo de ir ante un Juzgado y eran dueños de la vida de argentinos comprometidos con un país distinto. En la diversidad y la pluralidad algunos pensábamos de una forma y otros de otra, pero todos luchábamos y creíamos que nunca íbamos a vivir la Argentina posterior que nos tocó vivir; además, soñábamos con cosas muy distintas y no bajamos los brazos ni los vamos a bajar nunca. Nos está costando más, porque hubo muchos que claudicaron y muchos que creyeron que convirtiéndose en reyes de la globalización y del seudo primer mundo, iban a hacer crecer la Argentina. (APLAUSOS)
Creo que nuestros hermanos y nuestros compañeros que no están pero están, desde algún lado nos están mirando y deben sentirse, al menos, al ver a sus madres, a sus hermanos, a sus hijos, absolutamente reconfortados al saber que la lucha no está perdida, que está luchando y peleando cada uno como cree y como siente, pero que se está luchando y peleando. (APLAUSOS)
Desde acá, desde Córdoba, a ese general, que lo voy a nombrar como Presidente de la Nación que soy, señor...No te voy a llamar general porque ni eso merecés. Señor Luciano Benjamín Menéndez (ABUCHEOS Y SILBIDOS DESDE EL PÚBLICO): tené en claro que sos un cobarde, tené en claro que los argentinos saben quién sos y que estás escondido en tu casa. Tendrías que estar en una cárcel común, donde tienen que estar los delincuentes y los asesinos como corresponde. (APLAUSOS)
Tenemos que saber hoy, como bien se dijo acá, que lo que empezó y nos sucedió ese 24 de marzo, no solamente se pudo hacer porque había algunos que usaron las armas del pueblo para matar al pueblo, sino porque muchos decían que tenía que volver el orden de cualquier forma. Por eso, todos sabemos qué pasó y cómo sucedió.
Tenemos que tomar las cosas con la firmeza que tuvieron estos héroes, las abuelas Sonia, Estela, Hebe, las Madres, los Hijos que solos, hace 30 años, emprendieron la tarea y acá están con nosotros.
Estamos -no como Estado nacional aunque hay que hacerlo por la burocracia- entregando este predio que es el signo de la victoria de vuestra lucha que lo recuperaron para la memoria del pueblo, han ganado las Abuelas, los Hijos y los argentinos, han triunfado sobre el olvido. (APLAUSOS)
Por eso, no voy a extenderme más, pero les quiero decir lo siguiente: a esos que torturaron y mataron allí, como ese mayor Barreiro, que se escapó del país, otro cobarde, que nos viven amenazando, no les tenemos miedo, no le tenemos miedo, se los digo permanentemente y queremos que realmente se pueda profundizar y avanzar rápidamente. Pero ahora, la traba que tenemos –y ustedes tienen que saberlo- es que la Justicia está lenta. Yo les puedo asegurar que empujo, empujo y empujo, pero algunos se hacen los distraídos. Este es un tema que hay que tener en cuenta.
Así que, necesitamos que el pueblo argentino en su conjunto, todos den la posibilidad que estos señores tengan un juicio y la posibilidad de defenderse para que haya justicia de una vez por todas.
Por eso, para terminar, quiero mencionar el nombre del compañero López, porque allí está la amenaza, allí está el terror, allí están ellos. A López no se lo llevaron dos o tres distraídos, a López se lo llevaron los de siempre y lo tenemos que encontrar vivo, por los argentinos, por todos nosotros y por su familia.
Todos juntos como un signo de que podemos dar vuelta este mecanismo perverso que nos han implementado durante mucho tiempo: el temor para garantizar la impunidad.
¡Viva la Patria! ¡Viva nuestros compañeros desaparecidos! ¡Viva nuestras Abuelas! ¡Viva nuestros Hijos! ¡Viva los argentinos! ¡Viva Latinoamérica! ¡Viva los pueblos hermanos de América!
Muchísimas gracias. (APLAUSOS)
Lo primero que le quiero decir al pueblo argentino desde Córdoba, desde este campo del horror que lo comandaron cobardes inmostrables que se dicen argentinos, es lo mismo que dije en la ESMA: pido perdón al pueblo argentino, a los detenidos desaparecidos, a la Abuelas, a los Hijos por haber demorado tantos años, por la falta de coraje, por la falta de asumir la responsabilidad, como dijeron aquí, por la valentía de tan pocas y pocos y por la cobardía de tantos que por allí nos invadió el terror. (APLAUSOS)
Hace un rato allí -y voy a seguir después recorriéndolo con detenidos desaparecidos- me tocó ver, tocar y palpar el horror. Por eso la primera síntesis que quiero hacer es decirle a la Justicia argentina, y el Consejo de la Magistratura sé que va a proceder, que basta por favor, basta, juicio y castigo, necesitamos que los juicios se aceleren. (APLAUSOS)
¿Cuál es el compromiso que tienen algunos integrantes de la Justicia? ¿Qué pasa en aquella Cámara de Casación, por dar un ejemplo, donde están parados hace años juicios que deberían estar en marcha? ¿Quiénes son los fiscales de esa Cámara de Casación?
Señores: es hora de que todos, desde donde podamos, hagamos todo el esfuerzo. No estamos invadiendo otro Poder, estamos pidiendo que funcione. Porque les voy a decir una cosa: nosotros no estamos predicando venganza, estamos pidiendo que funcione la Justicia, esa Justicia que nuestros hermanos, nuestros compañeros y nuestros amigos no tuvieron. (APLAUSOS)
Ustedes saben que hubo dirigentes y militares que hoy se esconden porque tienen miedo de ir ante un Juzgado y eran dueños de la vida de argentinos comprometidos con un país distinto. En la diversidad y la pluralidad algunos pensábamos de una forma y otros de otra, pero todos luchábamos y creíamos que nunca íbamos a vivir la Argentina posterior que nos tocó vivir; además, soñábamos con cosas muy distintas y no bajamos los brazos ni los vamos a bajar nunca. Nos está costando más, porque hubo muchos que claudicaron y muchos que creyeron que convirtiéndose en reyes de la globalización y del seudo primer mundo, iban a hacer crecer la Argentina. (APLAUSOS)
Creo que nuestros hermanos y nuestros compañeros que no están pero están, desde algún lado nos están mirando y deben sentirse, al menos, al ver a sus madres, a sus hermanos, a sus hijos, absolutamente reconfortados al saber que la lucha no está perdida, que está luchando y peleando cada uno como cree y como siente, pero que se está luchando y peleando. (APLAUSOS)
Desde acá, desde Córdoba, a ese general, que lo voy a nombrar como Presidente de la Nación que soy, señor...No te voy a llamar general porque ni eso merecés. Señor Luciano Benjamín Menéndez (ABUCHEOS Y SILBIDOS DESDE EL PÚBLICO): tené en claro que sos un cobarde, tené en claro que los argentinos saben quién sos y que estás escondido en tu casa. Tendrías que estar en una cárcel común, donde tienen que estar los delincuentes y los asesinos como corresponde. (APLAUSOS)
Tenemos que saber hoy, como bien se dijo acá, que lo que empezó y nos sucedió ese 24 de marzo, no solamente se pudo hacer porque había algunos que usaron las armas del pueblo para matar al pueblo, sino porque muchos decían que tenía que volver el orden de cualquier forma. Por eso, todos sabemos qué pasó y cómo sucedió.
Tenemos que tomar las cosas con la firmeza que tuvieron estos héroes, las abuelas Sonia, Estela, Hebe, las Madres, los Hijos que solos, hace 30 años, emprendieron la tarea y acá están con nosotros.
Estamos -no como Estado nacional aunque hay que hacerlo por la burocracia- entregando este predio que es el signo de la victoria de vuestra lucha que lo recuperaron para la memoria del pueblo, han ganado las Abuelas, los Hijos y los argentinos, han triunfado sobre el olvido. (APLAUSOS)
Por eso, no voy a extenderme más, pero les quiero decir lo siguiente: a esos que torturaron y mataron allí, como ese mayor Barreiro, que se escapó del país, otro cobarde, que nos viven amenazando, no les tenemos miedo, no le tenemos miedo, se los digo permanentemente y queremos que realmente se pueda profundizar y avanzar rápidamente. Pero ahora, la traba que tenemos –y ustedes tienen que saberlo- es que la Justicia está lenta. Yo les puedo asegurar que empujo, empujo y empujo, pero algunos se hacen los distraídos. Este es un tema que hay que tener en cuenta.
Así que, necesitamos que el pueblo argentino en su conjunto, todos den la posibilidad que estos señores tengan un juicio y la posibilidad de defenderse para que haya justicia de una vez por todas.
Por eso, para terminar, quiero mencionar el nombre del compañero López, porque allí está la amenaza, allí está el terror, allí están ellos. A López no se lo llevaron dos o tres distraídos, a López se lo llevaron los de siempre y lo tenemos que encontrar vivo, por los argentinos, por todos nosotros y por su familia.
Todos juntos como un signo de que podemos dar vuelta este mecanismo perverso que nos han implementado durante mucho tiempo: el temor para garantizar la impunidad.
¡Viva la Patria! ¡Viva nuestros compañeros desaparecidos! ¡Viva nuestras Abuelas! ¡Viva nuestros Hijos! ¡Viva los argentinos! ¡Viva Latinoamérica! ¡Viva los pueblos hermanos de América!
Muchísimas gracias. (APLAUSOS)