Señor vicepresidente de la Nación; señores presidentes de las honorables Cámaras Legislativas; señores gobernadores; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señores ministros de la honorable Corte Suprema de Justicia; miembros del Cuerpo Diplomático; señores jefes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad; señores legisladores; autoridades nacionales, provinciales y municipales; representantes de organismos de derechos humanos; señoras y señores: vengo a dejar inauguradas las sesiones del Honorable Congreso de la Nación, como los dispone el artículo 99 de la Constitución de la Nación Argentina en su inciso 8°.
Al llevar a cabo esta apertura de las sesiones venimos a dar cuenta del estado de la Nación. Nos hemos planteado desde el primer día de nuestro gobierno la necesidad de construir prácticas colectivas de cooperación que superaran los discursos individuales de diagnóstico y oposición.
Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, el nombre de nuestro futuro es el cambio: Argentina protagoniza una profunda transformación, es hora del cambio cultural y moral. Producto del profundo cambio de paradigma que necesitamos, el éxito de la gestión tiene que ser juzgado desde las perspectivas del bien común, el funcionamiento pleno del estado de derecho, la vigencia de una efectiva democracia, la correcta gestión de los asuntos de gobierno y el ejercicio del poder político a favor del bienestar del pueblo.
En una Nación desbarrancada en un profundo abismo, con un esfuerzo conjunto y sostenido, reconstruyendo y reindustrializando, intentamos salir del infierno para poder decir el próximo 10 de diciembre que nos encontramos en las puertas mismas del purgatorio.
Es hora de mirar alto y lejos para echar las bases de un proyecto de una Argentina plural y diversa que nos convoque y contenga. Esa es la situación actual, ese es el estado actual de los asuntos de la Nación.
Superados los peores momentos, con todo lo realizado ante nuestra memoria, debemos emprender el esfuerzo de inventarnos un futuro innovando con vistas a la integración, el crecimiento con equidad, la inclusión social y el desarrollo sustentable. Una Argentina en crecimiento económico sostenido, que viene dejando atrás muchas de sus carencias de infraestructura en base a una formidable inversión pública y privada que a su vez aporta al crecimiento de la economía, tiene la oportunidad de decidir las características de su futuro.
El fuerte desendeudamiento, la programación ordenada de sus obligaciones futuras, la recuperación del crédito interno, la subsistencia y consolidación de superávit gemelos, el apoyo a la innovación, el desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología, el financiamiento creciente en la educación, la transformación educativa, los avances en todos los aspectos, tiene que ser la mejor base para un desarrollo nacional estratégico.
Un modelo argentino con crecimiento e inclusión, a partir de la creación de trabajo digno, un modelo en que el pueblo argentino resulte el principal actor y beneficiario, sin copiar recetas enlatadas, que ponga de pie nuestra capacidad de actuar colectivamente, tiene que ser el norte de nuestra sociedad, con sólida base en lo que hemos logrado hasta aquí.
La economía argentina está transitando su 5° año consecutivo de crecimiento a un fuerte ritmo que ronda entre el 8 y el 9 por ciento anual, sin mostrar signos de desaceleración y con firmes expectativas de que en el año 2007 continuará el proceso de crecimiento a una tasa todavía elevada. (APLAUSOS)
Se confirma que, luego de la crisis económica y financiera más grave de la que se tenga memoria, lejos de experimentar un rebote, como decían los especialistas, la economía experimentó un cambio decisivo en su modo de funcionamiento. Los resultados son elocuentes en todos los frentes, a pesar de algunos representantes dignos y brillantes de las escuelas económicas que nos vienen asesorando diariamente. (APLAUSOS)
Se mantiene un superávit fiscal elevado, consistente con la estrategia de desendeudamiento del país y con el manejo de la política económica en la fase ascendente del ciclo económico. La política monetaria acompaña al crecimiento económico y contribuye a la estabilidad macroeconómica al apuntalar la competitividad de los sectores transables de la economía y al asegurar, vía acumulación de reservas internacionales, la cobertura necesaria frente a eventuales turbulencias en los mercados internacionales, al tiempo que se expande el crédito doméstico especialmente el dirigido a las pymes.
En estos momentos calculo que las reservas deben estar pasando los 35 mil millones de dólares, en estos instantes. (APLAUSOS)
El crecimiento económico se produce en el marco de una solidez en que las cuentas externas de la economía prácticamente no tiene parangón en otras etapas de la historia del país. En efecto, la economía sigue mostrando un cuantioso superávit comercial y en cuenta corriente a pesar de que las importaciones reflejen el alto crecimiento de la actividad. Más del 41 por ciento de nuestras importaciones son de bienes de capital, lo que está marcando con toda claridad que la inversión está dirigiéndose claramente a consolidar el crecimiento en bienes de capital.
El incremento del acervo de reservas internacionales se produce fundamentalmente como consecuencia de dicho superávit, y no como efecto de un proceso irresponsable de endeudamiento del exterior. Ustedes se acuerdan que en las anteriores reservas, cuando la Argentina llegó más o menos a la misma cifra, para mantener la relación convertibilidad-emisión se tomaban créditos internacionales en el Fondo y en el Banco Mundial para mantener el nivel de reservas para poder mantener, con endeudamiento, la famosa convertibilidad. Hoy las reservas que tenemos son absolutamente genuinas.
La inversión, un componente crucial para asegurar la sostenibilidad del crecimiento, acumuló un incremento de su mínimo histórico más reciente y ya se han superado los niveles máximos de la década de los 90, aún cuando en dicha década la apreciación cambiaria proveía de enormes facilidades para importar bienes de capital endeudando al país.
En efecto, en términos de la relación de inversión y PBI, la misma alcanzó el 21,5. Dentro del gasto de inversión se destaca la evolución de la compra de equipo durable, que luego de 4 años de crecimiento mostró en el tercer trimestre de 2006 un alza interanual del 22,4, más del doble de lo que viene creciendo el producto y ya alcanza el máximo de la convertibilidad cercano al 9 por ciento del PBI.
El consumo privado acompaña la evolución del producto, la recuperación del consumo está asociada, principalmente, a la mayor participación en el producto de la masa salarial, que ha sido posible en virtud de la creación de nuevas oportunidades de empleo y del aumento de los salarios reales de la economía.
El crecimiento económico para 2006 fue aproximadamente el 8,5 por ciento. Falta aquí ver cuál fue el crecimiento de las actividades financieras para tener el crecimiento definitivo de lo que fue el 2006. Por un fuerte incremento en la inversión pública y privada y una alta tasa de variación de las exportaciones, se difunde cada vez más a todos los sectores de la economía y a todas las regiones del territorio nacional.
La evolución sectorial demuestra que se consolida la difusión del crecimiento: en la segunda mitad del 2006 comenzó a producirse una nueva aceleración del crecimiento del sector agropecuario y se espera en el próximo año, merced al logro de una nueva cosecha récord, que este sector supere, incluso, el notable dinamismo exhibido durante el año 2005.
La industria creció un 8,3 en el último año y todos los bloques productivos siguen exhibiendo altas tasas de crecimiento. El aumento de la utilización de la capacidad instalada en algunos sectores tuvo como respuesta proyectos de inversión para ampliar durante este año su capacidad de producción, como es el caso de la siderurgia y el papel.
Al buen desempeño de la industria se suman cada vez más los sectores productores de servicios. Entre estos ya se percibe una importante recuperación del sector financiero, tanto el comercio como el transporte y las comunicaciones continúan exhibiendo tasas significativas de crecimiento.
Esta recuperación económica, después de casi 5 años, sigue mostrando efectos positivos sobre los indicadores sociales. Los argentinos hicimos un esfuerzo enorme, un número creciente de compatriotas se pudo sumar al empleo y la medición del último trimestre del 2006, cuando la esperábamos para el 2007, marcó un descenso de la ocupación, después de 14 años, a un dígito. Podemos decir que tenemos el 8,7 de desocupación, perforando la barrera de los dos dígitos, característica de la década anterior. (APLAUSOS) Esta es sólo un tercio de la que padecíamos al hacernos cargo de la gestión del Estado nacional.
Sólo entre el tercer trimestre de 2005 y el mismo período de 2006, la creación neta de puestos de trabajo registrada fue de 658.000 y desde 2003, se han creado 3.400.000 empleos. (APLAUSOS)
Como dice mi compañera Cristina, a mí me tocó ser el presidente de la historia votado solamente –y agradecido a esos votantes- por el 22,7 por ciento de los ciudadanos, pero la tasa de desocupación era del 27 por ciento, es decir que era más alta la tasa de desocupación que los votos que obtuve. Muchas gracias argentinos, realmente, por confiar. (APLAUSOS)
Pero no sólo miles de argentinos se sumaron al mercado del trabajo en 2006, además aumentó el poder adquisitivo de la familia. El salario nominal de los trabajadores registrados, que alcanzaba en promedio 949 pesos en mayo de 2003, llegó en septiembre del año pasado a 1.631 pesos, lo que representa un crecimiento del 72 por ciento.
En mismo período los salarios de los trabajadores de menores ingresos aumentaron un 110 por ciento y también la remuneración de los no registrados aumentó en mayor proporción que los registrados, como respuesta a la política activa de salarios encarada por el Gobierno nacional con el acompañamiento de los sectores trabajadores argentinos a quienes estamos permanentemente agradecidos.
Esta recuperación es fruto de los acuerdos entre empresarios y trabajadores, en el marco de la negociación colectiva en plena libertad, institución que había caído en desuso y que hemos recuperado como herramienta de redistribución del ingreso y de la inclusión social.
En 2006 los salarios mejoraron un 19 por ciento, contra una inflación del 9,8 por ciento. Hoy todos los trabajadores bajo convenio colectivo reciben salarios que superan la línea de pobreza.
La participación de los asalariados en el PBI subió del 34,3 en 2003, al 38,6 a fines de 2005 y siguió mejorando en el 2006, estimándose que a fines de este año estaremos en el 41,1. Obviamente, todavía no estamos en el 50 por ciento de los grandes tiempos cuando conducía el país el general Perón, pero estamos en el 41 por ciento de la participación de los ingresos. (APLAUSOS)
El coeficiente de Gini, de ingreso familiar de las personas que mide la desigualdad, mejoró del 0,537 en el tercer bimestre del 2003 al 0,41 promedio del año 2006, es decir que ha mejorado la participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno ostensiblemente y también ha mejorado la distribución del ingreso. Son dos datos realmente muy importantes en esta política de crecimiento con derrame, ese derrame de que tanto nos hablaron en la década del 90.
Las finanzas públicas de la Nación siguen mostrando un saludable sostenimiento del superávit fiscal primario en términos del PBI. Mientras tanto, debido a una menor carga de intereses, el superávit financiero se podría mantener en torno al 1,5 del producto. El incremento en la recaudación sigue superando al producto nominal, signo de una sistemática mejora en la eficacia recaudatoria. La mayor recaudación permitió expandir, atender las necesidades en materia de inversión pública, especialmente de infraestructura y asistencia social. Uno de los principales desafíos que enfrentamos vinculados con el papel del Estado es volver a poner a la inversión en obra pública, en infraestructura, como una de las prioridades de la gestión estatal, considerando su capacidad de mejorar la calidad de vida, de motorizar rápidamente el nivel de actividad y generar mejor competitividad económica y social. Para ello hemos dado la pelea también en el plano de las ideas, tuvimos que luchar contra un pensamiento muy arraigado en determinados sectores acerca de que las políticas activas en materia de infraestructura y obras públicas, significan un gasto y no una inversión.
La falta de planificación o la decisión manifiesta de su ausencia, presente durante muchos años en la Argentina, agudizó los desequilibrios territoriales del país, acentuando la posición periférica de muchas de nuestras provincias en paralelo al empobrecimiento de nuestra población. En cambio, en nuestra gestión, el Estado asumió un rol activo y la planificación en inversión e infraestructura ha sido uno de los ejes. Estamos trabajando con un crecimiento equilibrado social y territorial, y la industria de la construcción actúa indudablemente como una eficaz herramienta para el desarrollo.
La inversión en obras públicas ha continuado incrementándose y hoy representa diez veces más de lo que fue ejecutado en el 2002. Diez veces más. Y seis veces más que lo ejecutado en 2003.
Durante el 2006 se alcanzaron los mayores registros históricos en materia de cantidad de soluciones de viviendas terminadas y en ejecución desde la aplicación del sistema del FONAVI. Esto fue posible por el incremento de la inversión realizada por el Gobierno Nacional y el trabajo conjunto con las administraciones provinciales y municipales. Al finalizar el 2006 se encontraban en ejecución 185.000 soluciones habitacionales entre viviendas nuevas y mejoramiento de las viviendas existentes que permitirán solucionar la situación habitacional de 850.000 argentinos, que representan más de 2,5 veces a las que se tenían en ejecución en el 2003. Solamente en el 2006 se finalizaron 66.000 viviendas beneficiando a 300.000 hermanos argentinos.
En el 2006 se ejecutaron cerca de 4.000 millones de pesos en obras viales, 8 veces más que en el 2003 y 13 veces más que en el 2002. La magnitud de esta inversión significa que cubre el 91 por ciento de la red vial nacional, se producen intervenciones en 35.000 kilómetros de la red y las inversiones en marcha son por un total de 12.000 millones de pesos. Las inversiones en marcha en construcción de autopistas representan 2.400 nuevos kilómetros de autovías, de importancia estratégica para la integración territorial, como es el caso de la autopista Rosario - Córdoba, la autovía Nº 14 Gualeguaychú - Paso de los Libres, utilizada como principal vía de comunicación carretera con el MERCOSUR; la autovía ruta provincial número 6, que constituye la última circunvalación de la región metropolitana de Buenos Aires y la autopista Pilar- Pergamino, que es la construcción de la primera autovía por iniciativa privada entre muchas otras.
Entre las obras a iniciarse próximamente pueden destacarse la autopista número 19 de las provincias Santa Fe y Córdoba, la autovía Nº 3, Comodoro Rivadavia – Caleta Olivia, en las provincias de Chubut y Santa Cruz; la autovía número 3, Trelew- Puerto Madryn en Chubut, entre otras, y varias iniciativas que han sido declaradas de interés público, como la autovía Luján – Carlos Casares, la autovía Parque Perón y la autovía Río Cuarto – Córdoba.
También deben destacarse las obras de pavimentación y mejoras de muchas rutas y caminos de diferentes zonas del país, como por ejemplo los trabajos en la Ruta Nacional 40, la Ruta Nacional 35 en La Pampa, la Ruta Nacional 3 en Tierra del Fuego, la Ruta Nacional 101 en Misiones, la construcción de la Ruta 234 en Neuquén y la Ruta Nacional 23 en Río Negro. Con este nivel de inversión, el nivel de actividad en el sector vial alcanzó en el 2006 el máximo histórico producto de las inversiones públicas y privadas.
En materia ferroviaria estamos revirtiendo décadas de desinversión. Nuestra política de recuperación del ferrocarril como elemento de articulación territorial ha tenido como base la reorganización, la recuperación y la modernización del sistema ferroviario. Teniendo en cuenta que hay que tener muy buena memoria, acá se desarticularon los ferrocarriles, se los remató, “ramal que para, ramal que cierra” fue la política de quienes gobernaron en los 90. Todos los argentinos queremos volver a recuperar lo que tienen los países desarrollados del mundo, que están unidos por una red ferroviaria que los permite interconectarse, no buscando la rentabilidad financiera sino la rentabilidad social, la rentabilidad de integración, la rentabilidad de inclusión social. (Aplausos) Por ello hay que ver de dónde partimos, cómo los dejaron, porque muchos que los dejaron como los dejaron aún hoy hablan como si el pueblo argentino no tuviera memoria. (Aplausos) Pero es hora de que las cosas sean expresadas con absoluta claridad.
Durante el año 2006 el Estado Nacional invirtió 550 millones en obras para seguir la mejora del servicio ferroviario metropolitano y de los servicios interjurisdiccionales ya reestablecidos. Se encuentran en ejecución 82 obras, por un monto de inversión superior a los 2.500 millones de pesos. Se construyeron 300 kilómetros de vías y se repararon 650 coches. El indicador sintético de la construcción siguió creciendo, alcanzando durante 2006 nuevos registros históricos que superan las cifras alcanzadas en el 2005. La expansión ha tenido su correlato en el crecimiento del empleo formal del sector, registrándose también en este ámbito nuevos máximos históricos de la serie.
La construcción. Siempre me emociono cuando voy a cada pueblo de la República Argentina y veo los gorritos amarillos que habían desaparecido prácticamente de la Argentina, ya que habíamos llegado a tener nada más que 60 ó 70.000 trabajadores afiliados a la UOCRA. Hoy estamos pisando los 400.000 trabajadores que están en toda la Argentina colocando su capacidad y esfuerzo para llevar adelante este proyecto. (Aplausos)
La construcción ha sido el sector más dinámico de la economía en los últimos 3 años, alcanzado tasas del 34,4 en el 2003, 29,4 en el 2004, 20,4 en el 2005. Para el 2006 se proyecta un crecimiento del orden del 20 por ciento. En el tercer trimestre del 2006 se superaron los 372.000 puestos de trabajo en relación de dependencia y puestos indirectos aportantes al sistema integrado de jubilaciones y pensiones.
La planificación del desarrollo de la estructura energética es una cuestión prioritaria y estratégica. La creciente y sostenida demanda de energía eléctrica generada por la reactivación económica ha requerido ajustes regulatorios y la intervención del Estado Nacional con el objeto de regenerar las condiciones de mercado que alientan la inversión en el sector energético. Ya en mayo de 2004 estructuramos el Plan Energético Nacional 2004 - 2008, con una inversión prevista de más de 27.400 millones de pesos. Estas inversiones incluyen la incorporación de 4.605 nuevos megavatios de potencia, la construcción de 5.127 líneas de extra alta tensión, que representan un incremento de más del 50 por ciento sobre el tendido actual, y la ampliación de más de 27 millones de metros cúbicos de la capacidad de transporte de gas natural, que representa ampliar nuestro sistema de gasoductos troncales en un 22 por ciento. Concluimos la primera ampliación de la capacidad de transporte de gas natural, incorporando 4,7 millones de metros cúbicos día.
Hemos terminado la construcción de la línea Choele Choel – Puerto Madryn, que permitió interconectar el sistema eléctrico patagónico al sistema interconectado nacional. Se incrementó la oferta de potencia del sistema eléctrico en las horas pico en 350 megavatios, con instalación del transformador de la potencia de la central hidroeléctrica Río Grande, se elevó la cota de Yacyretá a 78 metros sobre el nivel del mar, adicionando 350 megavatios de generación y se finalizaron 52 obras de adecuación y seguridad de abastecimiento sobre el SADI y se realizaron las obras de la compensación de la tercera y cuarta terna, línea Comahue – Buenos Aires. Ambos proyectos nos permitieron incorporar transporte adicional de potencia por casi 700 megavatios e incorporación de 1.300 megavatios de transformación.
Se encuentran en ejecución obras por casi 10.000 millones de pesos, que también integran nuestro Plan Energético Nacional, como es la construcción de 1.811 kilómetros de líneas extra alta tensión, el plan de terminación de Yacyretá, las obras civiles para terminar Atucha II, el tendido de las líneas Guemes y Salta Norte, gasoductos regionales de distribución y la ampliación en 22,2 millones de metros cúbicos día de la capacidad de transporte de gas natural. Asimismo estamos trabajando en 2.962 kilómetros de línea alta tensión como Comahue – Cuyo, Pico Truncado – Río Gallegos, y la línea NOA – NEA, que atravesará las provincias de Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, por un total aproximado de 15.000 millones de pesos. Estas inversiones del Gobierno Nacional en obra pública han producido efectos directos en la estructura productiva apoyando la expansión de los distintos indicadores como el nivel de la actividad, la creación de empleo, la demanda de insumos y proveedores.
Yo creo que la Argentina está teniendo una inversión en el tema energético, en gasoductos, incomparable en el tiempo. Desde el 2003 nos vienen anunciando el caos energético, desde el año 2003 dijeron que la Argentina se quedaba sin luz, desde el año 2003 dijeron que la Argentina vivía una crisis energética. Lo que yo digo es que es verdad, que hemos estado y estamos luchando al límite porque la Argentina crece, gracias a Dios, en términos realmente incomparables respecto del resto de nuestra historia, pero creo que hemos estado a la altura de la historia y estamos dando las respuestas que hay que dar, se invierte en energía, hay energía, hemos alcanzado máximos puntos de consumo, como el día sábado que llegamos a 17.800 megavatios como el récord histórico de la Argentina y la energía la tenemos allí. (Aplausos) Uno a veces también, pero con tremenda caridad cristiana, pide grados de comprensión de la Argentina que nos tocó tomar, nos tiraron toda la Argentina sobre nuestras espaldas. No fuimos nosotros los que llevamos a la recesión a la Argentina, no fuimos nosotros los que dejamos de invertir en energía en la Argentina, no fuimos nosotros los que quisimos hacer un país de servicios; nosotros soñábamos, como ustedes y la mayoría de los Argentinos, con hacer un país productivo, un país industrial y obviamente un país que para desarrollarse necesita su energía. (Aplausos)
Ahora, cuando hay peligro de una crisis energética algunos medios lo titulan con todas sus fuerzas, cuando tenemos récord de consumo y un comportamiento medianamente normal sale chiquititito. ¡No importa, fuerza argentinos, a creernos entre nosotros, a creer con firmeza que los argentinos tenemos que recuperar nuestra estima y los argentinos realmente podemos! (Aplausos)
Estas inversiones del Gobierno, estos ejemplos ponen en evidencia la existencia de un círculo virtuoso que enlaza la mayor actividad económica, el doble superávit, la mejor recaudación, la mayor inversión pública, la mejor infraestructura que mejora la competitividad y baja los costos, lo que a su vez realimenta el crecimiento económico y mantiene la firmeza de las cuentas públicas.
Del lado del financiamiento, las emisiones realizadas durante el 2006 reflejaron una notoria baja en los rendimientos pagados y en un alargamiento de plazos. La última emisión del año se complementó a una tasa del 8 por ciento anual, la mínima de todo el año con una maduración de 7 años. El debut del 2007 no pudo ser más auspicioso, el marco de las ofertas formó montos 5 veces superiores a la emisión nominal, la tasa siguió bajando y se situó en el 7,7 por ciento.
El éxito de las colocaciones se da en un contexto en el cual el riesgo país continúa perforando mínimos históricos y Argentina incluso ve mejorar este indicador en términos relativos a otras tasas emergentes. Yo el otro día decía, por algunas cuestiones de que algunos sueñan que el país sea manejado por los gerentes, que el país lo tienen que manejar los que representan al pueblo, poner la cara los que representan al pueblo y tener la iniciativa que corresponde, ya sabemos lo que nos pasó en el país de los gerentes. (Aplausos)
No era por ese tema, era realmente porque había habido una compra de bonos importante y después una venta importante de bonos argentinos en los mercados internacionales. Decían:”por tal o cual tema ha subido el riesgo país en la Argentina”. Yo no me había fijado y entonces fui, marqué la computadora: riesgo país 224. A mí me tocó subir con 7.000 de riesgo país. ¡Por favor, por favor argentinos!” (APLAUSOS)
Les digo en serio, se los digo con todo cariño, es decir, lo importante es discutir ideas, debatir ideas y que la Argentina vaya adelante, pero ahora llegar a esa calidad... Los argentinos no se merecen eso.
La verdad es que a veces uno piensa que algunos quisieran que las cosas salgan mal porque salgan mal, pero más aún riesgoso es cuando esos tienen que hacer un análisis objetivo de la realidad. Tienen que informar, tienen que estudiar, tienen que investigar; tienen que estudiar no solamente los que van a asumir cargos públicos y políticos, tienen que estudiar los periodistas, los científicos, todos; en la Argentina llegó la hora de investigar y estudiar, eso realmente es muy importante. (APLAUSOS)
En el 2006 se redujo la tasa de inflación respecto a lo ocurrido en el 2005. El IPC registró un aumento del 9,8; 2,5 puntos menos que lo ocurrido durante el 2005. De esta manera se logró quebrar la tendencia creciente observada durante el 2004 y el 2005 cuando el IPC exhibía año a año una duplicación de su tasa; 3,7 en el 2003, 6,1 en el 2004 y 12,3 en el 2205.
Los resultados del 2006 confirman la contención de las expectativas de inflación. De acuerdo con las estimaciones privadas del relevamiento de expectativas del mercado realizado por el Banco Central de la República Argentina, el pronóstico inflacionario para el 2006 había alcanzado el 12 por ciento hace un año con algunas previsiones que vaticinaban hasta un 14 por ciento y algunos por allí me dijeron que iba a ser del 20 por ciento. Pero bueno, gracias a Dios los argentinos tuvimos un 9,8 por ciento y vamos a seguir trabajando. Porque en un país que crece, un país donde hay inversión, en un país que hay consumo, es natural que ciertas variables tengan determinada movilidad. Durante la década del ´90 tuvimos deflación pero teníamos 60 por ciento de pobreza. Tanto dudan de los índices ahora, no sé si era cierto o no que bajaba el 0,2, ¡vaya a saber, qué se yo! Pero teníamos deflación, la verdad que teníamos el 60 por ciento de pobreza. Ahora tenemos algo de inflación pero ya bajamos al 31,8 de pobreza del 60 que teníamos y esperamos seguir bajando y seguramente estaremos por romper el 30 por ciento de la misma. (APLAUSOS)
La moderación en las expectativas se refleja además en la reducción de la inflación de costos. Durante el 2006 los precios mayoristas del IPMI exhibieron una importante desaceleración, observando un incremento interanual del 7,1 frente a un aumento del 2005 del 10,7 y un pico interanual en febrero de 2006 del 13,8. Esta situación supone una recomposición de los márgenes de comercialización tanto a nivel minorista, principalmente los servicios, cuyos precio relativo se sigue recuperando como en la etapa de distribución.
Es importante recalcar que la menor inflación mayorista no se debió a una reducción exógena de los precios internacionales, sino a una dinámica de precios internos que refleja menores expectativas de inflación. En efecto, el índice de productos manufacturados nacionales exhibió en el 2006 un aumento del 7,4 y un punto porcentual inferior al año pasado. En los manufacturados el aumento del 5,6 en los alimentos y bebidas mayoristas fue casi la mitad del incremento ocurrido en el 2005, que había exhibido un alza del 10,8 por ciento. Estos resultados estarían anticipando una todavía mayor atenuación de las expectativas inflacionarias en los precios de alimentos minorista para los próximos meses.
Tengamos en cuenta que también que nosotros no vamos a recurrir a las medidas heterodoxas que nos dicen que hay que restringir el consumo para que los procesos inflacionarios sean menores. Es decir, caminan por el rumbo o el silencio o la paz de los cementerios donde tratan de bajar la inflación y donde la gente no pueda consumir, no pueda evolucionar, no pueda tener movilidad ascendente. Nosotros queremos que haya una sociedad viva. Por eso vamos a seguir siendo heterodoxos, seguimos creyendo en estos mecanismos, seguimos creyendo que hay que aumentar el consumo en la sociedad y seguimos creyendo que la Argentina puede tener un modelo que responda a la necesidad de los argentinos cada vez con más fuerza.
El frente externo de la economía sigue mostrando resultados extraordinarios, a pesar de que la economía crece a un ritmo vertiginoso el superávit comercial sigue superando los 11.000 millones de dólares, lo que nos presenta aproximadamente un 6 por ciento del PBI. En tanto el superávit de cuenta corriente se sostiene por encima del 3 por ciento del PBI desde hace ya 3 años.
Las exportaciones de bienes siguen creciendo a una tasa muy elevada. En el 2006 se logró un récord de algo más de 46.500 millones de dólares, 15 por ciento por encima de las alcanzadas un año atrás y también por las vigentes a principios de 2006.
En los últimos 4 años las exportaciones anuales acumularon un crecimiento del 82 por ciento, pasando de 25.650 millones de dólares en el 2002 a 46.569 millones de dólares en el 2006.
En ese marco, el pasado año el superávit comercial alcanzó los 12.409 millones de dólares en un 6,4 más elevado que en el 2005. Este superávit que obedece tanto al aumento de los precios como a los volúmenes colocados en terceros mercados, fue posible principalmente gracias a la federalización del comercio exterior con la participación activa de las provincias en la elaboración de estrategias y programas de acciones de promoción externa.
Las exportaciones de manufacturas tuvieron un muy buen desempeño y como consecuencia el aumento de las cantidades exportadas está creciendo a un ritmo de casi un 10 por ciento anual en el caso de las agropecuarias y un 15 por ciento de las industriales, con una contribución muy importante de la industria automotriz.
Las importaciones siguen reflejando el ritmo de crecimiento del país, sumaron en el 2006 algo más de 34.000 millones de dólares y exhibieron un crecimiento del 19 por ciento.
De esta manera la elasticidad producto de las importaciones sigue disminuyendo y alcanza un valor cercano a aproximadamente la mitad de la década de los ´90. Sigue siendo muy fuerte la contribución a este resultado de las importaciones de bienes de capital cuyo volumen en general creció un 23 por ciento en el año.
Vale la pena destacar especialmente el comportamiento de las exportaciones de servicios reales que incluyen turismo, que se duplicó en los últimos 4 años. El desarrollo del turismo concebido como política de Estado se ha mostrado como motor de la economía. El turismo receptivo se incrementó en un 16 por ciento de turistas argentinos con respecto al 2005 y en un crecimiento en el gasto total del 25 por ciento respecto al año anterior.
Asimismo el turismo interno tuvo un crecimiento del 6 por ciento de turistas, que representa un aumento del gasto del 15 por ciento respecto a la temporada anterior.
En cuanto a las inversiones, en la actualidad se encuentran en construcción más de 250 nuevos establecimientos hoteleros en todo el país y por un monto total de inversión que asciende a 1.900 millones de pesos entre cadenas internacionales, nacionales y empresarios independientes.
Del lado de la cuenta financiera argentina continúa recibiendo ingresos de capital destacándose la participación de la inversión extranjera directa con ingresos significativos por la inversión de utilidades e ingresos por préstamos financieros y comerciales. Como resultado del superávit de cuenta corriente del ingreso de capitales, ya lo dijimos, las reservas internacionales están oscilando, creo que en este momento están pasando los 35.000 millones de dólares.
La recuperación ha sido muy acelerada; en menos de 1 año las reservas duplican las existentes. ¿Se acuerdan ustedes cuando los especialistas dijeron, los técnicos, los economistas, los asesores del Fondo, bueno...de todas las escuelas que tienen unos títulos bárbaros decían: “es una locura lo que está haciendo este señor de pagarle al Fondo Monetario Internacional la deuda porque nos vamos a quedar sin reservas y quedamos expuestos a la vulnerabilidad de cualquier crisis internacional”.
Pagamos 10.200, 10.300 millones de dólares, nos fuimos a 17.000 millones de reservas y al cabo de un año y un poco más tenemos el doble de reservas todos los argentinos y ya no tenemos más la dictadura del Fondo Monetario Internacional manejando los destinos de los argentinos. (APLAUSOS)
Ahora dicen: “es una exageración las reservas que tienen, se puede funcionar con el 25 por ciento de lo que emiten, vamos a ser un país solvente”. Déjennos en nuestra calidad primaria de administración de la economía, porque la verdad, con todo respeto y sin ignorar su capacidad intelectual y lo que han estudiado, entre lo que ustedes nos proponían y lo que hicimos nosotros hay un abismo. Lo que nos propusieron ustedes nos llevó al 60 por ciento de pobreza, 30 por ciento de indigencia, 20 por ciento de desocupación, tuvimos la deuda externa privada, la deuda del Fondo. Hemos pagado casi más de 26.000 millones de dólares, 27.000 millones de dólares en total de lo que nos han dejado. Con la actitud primaria que hemos tenido nosotros de tener un sentido racional de administrar con toda nuestra voluntad, con la gran capacidad de los técnicos y políticos con sentido nacional, argentino, popular, por amar la patria y la tierra argentinas, nosotros creo que hemos tenido un resultado distinto. (APLAUSOS)
En esto los argentinos tenemos que aprender la lección de la historia. La verdad discúlpenme si me salgo de este discurso, total ustedes lo tienen en su escritorio, lo bueno es que podamos hablar así.
Días pasados cuando la ministra de Economía le dice a la gente del Club de París: “señores queremos pagar la deuda”, nuestros hermanos españoles rápidamente dijeron: “nos parece bárbaro arreglamos a 6 años”. La deuda, les cuento, esos 2.000 millones -a ustedes, a los que nos miran por televisión, les digo- que arreglamos, que la Argentina está pagando, que la Argentina está pagando, que estamos pagando todos, son del famoso blindaje. ¿Se acuerdan del famoso blindaje, de aquella toma en la Quinta de Olivos? El blindaje. Lo estamos pagando ahora, lo arreglamos y lo empezamos a pagar todos los argentinos. ¡Miren lo que nos costó el blindaje! Pero bueno...
Sobre la deuda del Club de París nos dicen: “tienen que hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para que puedan pagar la deuda con el Club de París”. Nosotros les dijimos: “señores, nosotros somos soberanos; nosotros queremos pagar la deuda del país pero “de acá” que vamos a volver a hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional; bajo ningún sentido, bajo ningún aspecto. Estamos dispuestos y queremos pagarla porque somos un país estable y previsible. (APLAUSOS)
Es así, hoy los bonos emitidos para compensar la pesificación asimétrica, entre febrero de 2002 y abril de 2003, con vencimientos programados para fechas que van desde mayo de 2005 hasta octubre de 2020 abonamos el ciento por ciento de los vencimientos por un total de 2.565 millones de dólares.
También acá quiero aclarar otro tema: todos los bonos que se emitieron adecuados a la inflación, para llevar las cosas para adelante en su momento, no fueron realizados ni emitidos durante mi gestión. Yo no lo hubiera hecho así y lo quiero decir con total sinceridad también. Y fueron todos colocados 2006, 2007, 2008, prácticamente los vencimientos más grandes. Esos que solucionaron algunos magos de la economía en el 2002 los pasaron a 2006, 2007 y 2008 y lo estamos pagando entre todos los argentinos, pero yo no tuve nada que ver con la adecuación de esos bonos que están en el mercado que son adecuados por la inflación. Nosotros, cuando hicimos los bonos de la reconversión de la deuda, los adecuamos al crecimiento argentino, ir pagando y adecuando los valores en la forma que creciera la Argentina. Esto es muy importante porque a veces pareciera ser que algunos no tienen buena memoria y la buena memoria es bueno que la refresquen.
Argentina crece y se desendeuda y afronta el pago de la crisis, ha ganado autonomía cancelando la deuda con el Fondo Monetario Internacional y se reforma estructuralmente. La fortaleza que muestran los números de la economía facilita que en algunas visiones interesadas explote una falsa imagen de que lo único bueno que ocurre en nuestro país es el crecimiento económico. Sin embargo, la tarea transformadora ha sido mucho más profunda que la que solamente las cifras expresan, estamos construyendo un nuevo país sobre la base de paradigmas que nos alejan de los vigentes en la pasada década.
Buscamos incentivar la producción industrial con fuertes políticas activas que han permitido potenciar su crecimiento y retroalimentar el círculo virtuoso del crecimiento de la actividad y de la recaudación fiscal.
Hemos replanteado estructuralmente el funcionamiento del MERCOSUR y al hacerlo hemos dado el impulso renovado a la integración de nuestros países superando un largo período de dificultades, profundizándolo y ampliándolo.
Yo acá me hago una pregunta, argentinos: desde acá, durante años nos estuvimos endeudando y subordinando a los países centrales, a los organismos internacionales, a tasas y a condicionamientos increíbles. Hoy cuando escucho que nosotros estamos por profundizar el MERCOSUR, que creemos en la construcción de los pueblos de América del Sur, más allá de quienes gobiernen en cada uno de sus pueblos por voluntad de sus pueblos mismos, que en la Argentina se puede, y debe hacerlo, tener relaciones profundas con los países de América del Sur, cuando nosotros emitimos bonos y estos bonos son muchas veces licitados y comprados por la propia Venezuela, sin ningún tipo de condicionamientos, cuestionan el acercamiento a un pueblo hermano que colabora con la Argentina y ayuda a la Argentina. (APLAUSOS). Díganme cuál es el riesgo que los argentinos tenemos, cuál es el riesgo de compartir y de tener el Bono del Sur y licitarlo juntamente con la hermana República Bolivariana de Venezuela, cuando el otro día licitamos 1.500 millones de dólares y tuvimos 12.000 millones de dólares de oferta, ejerciendo nuestra soberanía.
Señores, es hora que tengamos la mayoría de edad, que tengamos nuestra decisión y no tengamos miedo porque nadie se subordina ideológicamente a nadie. Este país siempre será un país latinoamericanista, independiente, plural y amplio con todos los pueblos de América del Sur. (APLAUSOS).
Logramos sancionar el mecanismo de adaptación competitiva, es decir la posibilidad de establecer medidas arancelarias al interior del MERCOSUR frente a daños sectoriales. Este mecanismo es de especial relevancia como señal de largo plazo para nuestros inversores y consolida la existencia del MERCOSUR. Se ha avanzado, asimismo, en negociaciones que implican limitaciones sectoriales a las importaciones de Brasil en aquellos sectores más vulnerables o sensibles en esta etapa a los subsidios de nuestro socio comercial.
La negociación del régimen automotriz con ese país es también una señal clara para la radicación de inversiones en el país y el crecimiento de las exportaciones industriales de Argentina, como ha quedado claro en la evolución de este sector en el 2006. Esta nueva estrategia comercial se plasma en todas las negociaciones que encara nuestro país en el exterior.
En el pasado mes de julio concluyeron las negociaciones para la ampliación y profundización del acuerdo bilateral con México, logrando acceso preferencial a dicho mercado para 2.700 productos, que representan el 30 por ciento del total de nuestras exportaciones a ese país. El éxito de esta negociación ha sido reconocido por todos los sectores industriales. A este resultado se suma el de la negociación, culminada en abril de 2006, también con México, para el sector automotriz, que estableció el libre comercio para los vehículos y utilitarios livianos, comerciados entre ambos países, donde la Argentina tiene fuerte saldo superavitario.
En el ámbito del MERCOSUR hemos asistido, recientemente, a uno de los hechos más destacados desde su creación, tanto en términos políticos como económicos. Me refiero a la incorporación como nuevo socio de la República Bolivariana de Venezuela.
Nuestra complementación y complementariedad industrial con Venezuela brinda a los empresarios argentinos un importante mercado potencial hacia donde orientar su producción y ofrece la posibilidad de captar nuevas inversiones que potencien el desarrollo de la industria nacional.
Como vemos no sólo estamos creciendo, Argentina vive un proceso de profundas transformaciones e importantes cambios, construye un nuevo modelo que reconoce como pilares fundamentales la educación, la ciencia y la tecnología.
La educación es una prioridad de Gobierno. Todos ustedes, los que tienen responsabilidades saben que la eliminación de la escuela técnica, la conformación de una Ley Federal que no funcionó, el abandono de la excelencia en la investigación, nos trajo crecientes dolores de cabeza a los argentinos. Aún hoy empresas que demandan trabajo no pueden darle trabajo a miles de chicos argentinos porque aún no tienen su capacitación y ello nos llevó a nosotros a afrontar a fondo ese problema. Y avanzamos fuertemente con la nueva sanción de la Ley de Educación Técnica, con la nueva Ley de Educación, que sancionaron, por supuesto, ustedes, a fines del año pasado aquí, en este Honorable Congreso y con colocar 6 puntos del Producto Bruto Interno hacia el 2006 para financiar la educación, para que definitivamente la educación en la Argentina deje de ser la sirvienta de las políticas públicas para convertirse en la herramienta de la reconversión nacional. (APLAUSOS).
Esta Ley de Educación es el resultado del extenso y profundo debate del que participaron 750 mil docentes y más de 2 millones de alumnos de los 440 mil establecimientos educativos de todo el país, que recibieron más de 900 aportes de instituciones representativas de los más diversos sectores de la sociedad. La Ley de Educación Nacional nos permitirá construir un sistema educativo plural y con contenido. Es el inicio de la Argentina con inclusión y recuperación social que soñamos, en donde el Estado recupera su responsabilidad principal e indelegable en la educación.
La ley por sí misma no cambiará la realidad, si no va acompañada de políticas de mediano y largo plazo, que promuevan el cumplimiento de los objetivos de las mismas, sin importar el gobierno de turno, pero la decisión política y el consenso existente implican un profundo cambio estratégico, ese cambio está en marcha.
Durante el 2006 ya se ha avanzado en la implementación de la Ley de Financiamiento Educativo, como recién les decía, sancionada en diciembre de 2005, que prevé las estrategias y los instrumentos para realizar un aumento progresivo de la inversión total en la educación.
Se verificó un incremento en el gasto consolidado de la educación, ciencia y tecnología, que asegura 31.985.000 millones, equivalentes al 5.09 del PBI. Este gasto implica un aumento del 32 por ciento nominal respecto del año 2005. Se pusieron en marcha los mecanismos e instrumentos previstos en esta ley, se filmaron 22 convenios bilaterales entre la Nación y las provincias, que fijan las metas a cumplir y los recursos a asignar en el período 2006-2007, por parte de cada nivel de Gobierno.
Asimismo con el programa de compensación salarial docente se asistió a varias provincias para alcanzar un salario de bolsillo mínimo de 840 pesos en todo el país, para el maestro de grado y ahora aspiramos a llegar a 1.040 pesos. Con el último incremento aspiramos a llegar a 1.040, cuando en mayo de 2003 se ubicaba en 278 pesos. Aún me acuerdo cuando tuve que ir a Entre Ríos, con el ministro Filmus, cuando meses y meses estaban los docentes sin cobrar y posteriormente a la provincia de San Juan y así a otras provincias. Hemos incrementado esa cifra de 278 mínimos que ganaba cada docente, en un 274 por ciento. (APLAUSOS). Es decir que más allá de las naturales discusiones existentes en algunas provincias, en el período 2003-2007 los salarios docentes se han triplicado.
En lo que se refiere al Fondo Nacional del Incentivo Docente se realizaron las transferencias para beneficiar a casi 800 mil docentes, con la cuota mensual de 110 pesos por cargo o equivalente y se cancelaron los pagos de las partidas correspondientes a 2004 y parte del 2005.
Durante el 2006 – yo les decía recién – se sancionó la Ley de Educación Técnico Profesional, se constituyó el Consejo Nacional de la Educación, el Trabajo y la Producción con representación de los sectores gremiales y empresarios, y se creó el Registro Federal de Instituciones de Educación Técnica Profesional, en el cual están inscriptos 2.787 instituciones, de las cuales 1.394 son instituciones técnicas y agrotécnicas.
La Ley de Presupuesto para el año 2006 asignó recursos presupuestarios para las universidades nacionales por 3.359 millones. Esto es un incremento del 44 por ciento respecto del 2005.
En el 2006 se incrementó el presupuesto para gastos del funcionamiento de las universidades nacionales, por 80 millones de pesos, y para ciencia y tecnología por 10 millones de pesos.
Se celebraron acuerdos paritarios generales que significan una asignación presupuestaria adicional de 340 millones de pesos, representando una mejora salarial promedio del 34 por ciento para 137 mil docentes universitarios y preuniversitarios y de 28 por ciento promedio para 37 mil no docentes.
En materia científica y tecnológica se concluyó la elaboración del Plan Estratégico Nacional de Ciencia Tecnológica e Innovación Bicentenario, 2006-2010. En el marco de la política de jerarquización de la actividad científica y tecnológica los estipendios promedios de las becas doctorales y posdoctorales que otorga el CONICET, fueron incrementados en 121 por ciento y 117 por ciento. Nuestro querido CONICET, durante tanto tiempo olvidado y que tan importante es para el desarrollo global del país.
En el mismo período el incremento salarial promedio de los investigadores del CONICET fue del 190 por ciento para un investigador asistente, del 100 por ciento para un independiente del 87 por ciento para un superior. Estas y otras acciones son pruebas contundentes e irrefutables de la prioridad de la educación como estrategia de crecimiento sustentable y racional.
Hemos puesto acento en el fortalecimiento del mercado interno, ayudando a promover la demanda de sectores de menores ingresos con un exitoso efecto multiplicador.
El Consejo del Salario, esa institución fundamental que con nuestro Gobierno volvió a la normalidad; es importante recordar que en mayo de 2003 el salario mínimo era de apenas 200 pesos; en el 2006, con la participación de todos los trabajadores argentinos y los sectores sociales y empresarios, el Consejo lo llevó a 800 pesos.
Una gran parte de nuestra gestión y de los esfuerzos están puestos en mejorar la calidad del empleo. Apuntamos al empleo en blanco, los resultados están a la vista, el crecimiento del empleo registrado se viene acelerando y acumula un 28 por ciento en el 2003. De acuerdo con los datos del sistema integrado de jubilaciones y pensiones, es decir sobre salarios realmente pagados, tenemos un millón más de empleos registrados que los que habían en el mejor momento de la década del 90’.
El Plan Nacional de Regulación del Trabajo es el pilar de esta política de inclusión, sin lugar a dudas la obligación de los empresarios es registrar a sus trabajadores y la del Estado es que la normativa laboral se cumpla. Desde el lanzamiento del plan se controlaron 320 mil establecimientos y se verificó la situación de más de 1 millón de trabajadores, así como la incorporación de 400 nuevos inspectores se recuperó la función de control del Ministerio de Trabajo.
A partir del crecimiento económico hemos avanzado en la transformación de algunos programas asistenciales, en políticas activas de inserción laboral y productivas para la población desocupada. A fines de 2006 más de 790. 000 beneficiarios del Plan Jefes ya se había incorporado al trabajo registrado, gracias a Dios.
El año pasado se puso en marcha el Seguro de Capacitación y Empleo, su misión es generar las condiciones para estimular el traspaso de beneficiarios del Programa Jefas y Jefes de Hogar al trabajo formal, a través de la formación y la orientación en la búsqueda del empleo.
El Programa de Empleo Transitorio en Obra Pública Local, con aportes de materiales, apoyó la construcción de infraestructuras de utilidad comunitaria y productiva. Con la participación de beneficiarios y beneficiarias de programas sociales, desde junio de 2003 se aprobaron 5.800 proyectos, en los que participaron 122 mil beneficiarios, con un aporte total en materiales de más de 147 millones de pesos.
Recuperamos otra institución básica de la seguridad social, el Seguro por Desempleo; se avanzó en la evaluación y rediseño del sistema integral de prestaciones por desempleo; se incrementaron los montos; se amplió el período de cobertura; se concedió, además, una extensión especial de seguro para los trabajadores mayores de 45 años, por un valor equivalente al 70 por ciento de la prestación.
El proceso de recomposición de ingresos también incluyó a nuestros queridos jubilados y a otros sectores vulnerables. Hemos dispuesto 10 aumentos de jubilaciones y pensiones en tres años de gestión, luego de años de congelamiento. La primera suba en agosto de 2003 llevó el mínimo a 220 pesos, a partir de enero de 2007 esa prestación alcanzó los 560 pesos si sumamos los 30 pesos de subsidio que otorgó el PAMI; además por primera vez en quince años hubo un aumento – que fue aprobado por ustedes – en todas las escalas de los haberes jubilatorios.
Por otra parte, se dio respuesta a trabajadores que se encontraban en una situación hasta hace poco sin solución, al tratarse de personas que contaban con todos los años de aportes exigidos, pero no le alcanzaban la edad para jubilarse, fruto de las privatizaciones y demás, resultándoles sumamente difícil la incorporación al mercado laboral para subsistir. Así se creó el Sistema de Prestación Anticipada por Desempleo, un hito en la historia previsional de nuestro país, que ya dio cobertura a más de 200 mil argentinos.
Se restableció la vigencia de los regímenes previsionales especiales para docentes e investigadores científicos y tecnológicos, creando un suplemento destinado a abonar el 82 por ciento del último sueldo recibido.
Hemos diseñado y llevado adelante una amplia moratoria previsional, si precedentes, que permitió que un millón de trabajadores puedan estar incluidos en el sistema. Optamos por el ejercicio de la solidaridad para reparar una injusticia y recuperar la dignidad de los adultos mayores a tener derecho a su jubilación y a su obra social luego de tantos años de trabajo y esfuerzo. (Aplausos)
Un párrafo aparte merece la modificación al régimen previsional que posibilita la libre opción jubilatoria, terminamos con la dictadura, los trabajadores pueden volver a optar por qué sistema se van a jubilar. (Aplausos)
La verdad que les puedo asegurar que fue un paso con el que siempre soñé, siempre nos dijimos que lo queríamos dar. Creo que es un tema trascendente, tan trascendente que fue apoyado mayoritariamente por este Congreso. El principal beneficio de esta reforma es indiscutible, la libertad de elegir entre el régimen de reparto o el de capitalización; la posibilidad para 15 millones de argentinos de poder elegir qué sistema jubilatorio quieren para su futuro.
Las asignaciones familiares son parte de un sistema que le permite a un trabajador tener asistencia del Estado de acuerdo a la vulnerabilidad de su situación, ya sea por la condición de su grupo familiar como por la condición salarial. En base a esa premisa hemos decidido un reciente aumento del 20 por ciento en los valores de las asignaciones familiares ya en vigencia, y una nueva modificación en las escalas salariales para poder percibirlas. Desde el comienzo de esta gestión las asignaciones familiares han tenido un aumento que van del 80 al 100 por ciento. La seguridad social es el instrumento transparente que tiene un gobierno a la hora de la redistribución del ingreso, de allí nuestro esfuerzo sostenido de poner a disposición de los argentinos los mayores recursos de la economía para quienes más los necesitan.
La tasa de cobertura de la cantidad de gente mayor de 65 años que es alcanzada por una prestación de la seguridad social en el 2002 era del 64.9, esto significa que 35 de cada 100 abuelos nuestros estaban condenados a la indigencia. Hoy la tasa de cobertura de cobertura en la Argentina subió a casi 90 puntos, estando cubiertos 9 de de cada 10 abuelos. (Aplausos)
En todo el territorio nacional pusimos en ejecución una fuerte solidaridad social, trabajando para reconstruir el tejido social destruido por la crisis. En el terreno del desarrollo social también se operan cambios estructurarles.
La caída siempre es instantánea, el retorno a los niveles de dignidad cuesta y es trabajoso. Por cada punto de caída del Producto Bruto en la crisis se necesitan tres del ciclo de crecimiento para reparar el daño causado a la estructura productiva y a la población más humilde. Pero no hay dato cuantitativo que refleje la tarea humana que acompaña cada acción.
La Argentina ha realizado avances en el cumplimiento de los objetivos del milenio, apuntando a erradicar la pobreza extrema y el hambre. En el 2003 y en 2006 redujo prácticamente a la mitad la población bajo el nivel de indigencia, y casi a un tercio a la que está debajo del la línea de pobreza. Y todavía es una vergüenza. Es bueno que lo digan muchos de los que ampararon políticas que nos llevaron a esta pobreza, y a los que hoy les preocupa la pobreza, mucho les preocupa la pobreza, yo creo que les preocupa en serio.
También es bueno que aquellos que no vieron o que callaron cuando se implementaban estas políticas de pobreza, que tenían que haber levantado su voz desde cada fuente de doctrina, como dicen algunos, y no lo hicieron, también es bueno que les preocupe la pobreza. Nosotros, que la hemos bajado a la mitad, seguimos diciendo con total humildad que todavía sentimos vergüenza por la cantidad de pobres argentinos que hay, porque nuestro objetivo es llevarlos a los niveles que los argentinos nos merecemos. (Aplausos)
También bajó sensiblemente la brecha entre los ingresos de los hogares pobres y la línea de pobreza de estos mismos hogares, como consecuencia de la mejora en la distribución.
En cuanto a alcanzar la educación básica universal, debe señalarse que la tasa neta de escolarización de niños entre 6 y 11 años creció, desde 1991, del 96.9 por ciento al 98.1 por ciento. Para las salas de 5 años pasó del 57.5 en los años 80 al 90.8 por ciento en la actualidad.
En cuanto a la reducción de la mortalidad infantil la tasa se redujo del 25,6 por mil en 1990 al 13.3 por mil. Las principales causas son afecciones originadas en el período prenatal, malformaciones congénitas, enfermedades respiratorias e infecciosas. Las causas son mayoritariamente reducibles mediante prevención, trabajo, inversión, como una de las asignaturas que nosotros consideramos pendientes, y que esperamos la podamos llevar adelante en el próximo período, fortaleciendo como corresponde la salud pública, los hospitales públicos como el eje rector de nuestra salud, consolidando, por supuesto, la columna vertebral, acompañado por la salud privada pero teniendo definitivamente hospitales públicos que honren a todos los argentinos. (Aplausos)
Creemos en la persona con derechos, en la construcción de ciudadanías, no en la persona cautiva, porque no existe oportunidad más importante que participar y comprometerse.
Dejamos atrás las recetas únicas, estamos resolviendo problemáticas que habían sido abandonadas en materia de provisión de agua potable, de la organización de la comunidad, políticas de saneamiento, medio ambiente y viviendas.
Estamos trabajando con inversión social y una política de derechos y de equidad territorial, con la ejecución presupuestaria más alta de la historia, el 97.8 por ciento, de 3.912,7 millones en el 2006.
Estamos instalando capacidades para los que no tuvieron la oportunidad y lo estamos haciendo juntos, el Estado, la sociedad civil participando en las prácticas cotidianas, defendiendo el derecho de los argentinos.
Para fortalecer la política de recuperación de derechos sociales contamos con tres planes nacionales. El plan nacional de desarrollo local y economía social Manos a la Obra fue creado para generar trabajo y desarrollo social en los sectores sociales de menos recursos; cubre estrategias de desarrollo local y regional con proyectos integrales que apuntan a mejorar la competitividad y comercialización de los emprendimientos sociales. En el plan se implementó una combinación financiera de subsidios, de créditos y capacitación, de igual manera se impulsaron para la escala de economía social mecanismos adecuados, para facilitar el compre social y el compre nacional a través del Estado.
En el 2006 se iniciaron 34.950 nuevos emprendimientos productivos, los cuales nos permiten totalizar 67 mil unidades productivas, realizadas por 552 mil argentinos emprendedores.
Alrededor de 17.300 emprendedores productivos se incorporaron al Registro Nacional de Efectores de Desarrollo y Economía social en el año 2006.
Con la implementación de la reciente Ley Nacional sancionada por el Honorable Congreso de la Nación, la 26117, de Promoción de Microcréditos, se espera seguir expandiendo la inclusión social a los sectores más vulnerables, desde el acceso al crédito sin garantías patrimoniales y con garantías solidarias.
Las cooperativas y talleres sociales del Ministerio de Desarrollo Social confeccionaron en los últimos 15 meses 208.300 guardapolvos, lo que representa casi la tercera parte del total comprado en el año, pasando satisfactoriamente los controles de calidad realizados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
Se crearon además centros integrales para el desarrollo de la economía social, además se dio apoyo productivo con insumos y maquinarias a las cooperativas.
El Plan Nacional de Manos a la Obra invirtió en el 2006, 145 millones de pesos, alcanzando un acumulado desde el inicio de la gestión de 414 millones de pesos.
El Plan Nacional Familias encara, desde el abordaje integral de las familias, diferentes líneas de trabajo, asistencia, contención, protección y promoción de niños, adolescentes y mayores. Actualmente llega con ingresos familiares a 878 mil familias, correspondiendo 503 mil a pensiones y 375 mil a ingresos mensuales familiares, lo que representa en este último caso 1.030.000 menores asistidos.
La tasa de escolaridad de los grupos alcanzó del 86.6 por ciento al 97.4. En el 2006 se invirtieron 2.660 millones de pesos, incluyendo pensiones y familias, lo que significa un aumento respecto al 2005 del 56 por ciento. Las metas proyectadas fueron cumplidas en el ciento por ciento.
La inversión anual del Plan Nacional Familia fue de 2.951 millones de pesos en el 2006, alcanzando una inversión total en los tres años y medio de gestión de 7.261 millones de pesos.
Para difundir aún más el derecho a una vejez digna se realizaron en todo el país 448 operativos de campo para capacitación, asesoramiento e inicio de pensiones.
El Plan de Seguridad Alimentaria constituye una política de Estado ininterrumpida. En la historia de las políticas nacionales alimentarias por destinas causas nunca había habido continuidad.
Hemos transferido recursos monetarios a las provincias, a los municipios, a los organismos gubernamentales y no gubernamentales por 740 millones de pesos en el transcurso del año 2006, totalizando desde el inicio de la gestión 2.450 millones.
Son 730 millones las personas asistidas complementariamente y a través del Plan de Seguridad Nacional. Estamos trabajando para que por lo menos el 90 por ciento de las familias reciban tarjetas magnéticas o vales para la compra de alimentos, buscando recuperar la comensalidad familiar, reuniendo y comprometiendo al núcleo familiar en sus vínculos sociales en torno a la alimentación y a la salud. (Aplausos)
Esta forma de prestación ya opera en algunos municipios de la provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Neuquén, Capital,Córdoba Capital, Catamarca, Santa Cruz, Chubut, Entre Ríos, La Pampa, Mendoza, Río Negro, Santa Fe, Tierra del Fuego, La Rioja y parte de Santiago del Estero. Esta modalidad ya alcanza el 63 por ciento del país, era impensable en otras épocas donde se usó el alimento como modo de trabajo clientelar.
Se crearon el año pasado 933 cooperativas de trabajo, de las cuales 596 se constituyeron en el marco de planes de emergencia nacional, en coordinación con los ministerios de Desarrollo Social, de Planificación, Inversión Pública y Servicios, son 9.536 trabajadores cooperativistas. Estas cooperativas, junto a las constituidas en los tres años anteriores, totalizan 3.500, de las que participan aproximadamente 55 mil trabajadores.
En salud este año resulta determinante, porque marca el límite de una experiencia inédita del Plan Federal de Salud 2004-2007, fruto de un acuerdo con todos los gobiernos provinciales. Con él hemos comenzado a revertir el modelo privatizador y centralista, demostrando la conveniencia de la progresiva elaboración de consensos con los gobiernos provinciales y municipales, la planificación concertada los sectores de este sistema, la equidad y la transparente aplicación de recursos, y la consolidación de metas comunes.
Reforzando el sector público hemos empezado a invertir en un sistema que se había centralizado exclusivamente en la atención de enfermedades, nadie se atrevía a cambiar esa estructura. En menos de cuatro años ampliamos las redes públicas de prevención y asistencia con 179 centros integradores comunitarios y 6.433 efectores de atención primaria en todo el país. En consecuencia aumentaron en un 46 por ciento las consultas médicas en los centros de atención primaria y hospitales.
Asimismo estamos reasignando progresivamente más presupuesto para reforzar la infraestructura hospitalaria. En ese sentido ya hemos invertido más de 600 millones de pesos
Al llevar a cabo esta apertura de las sesiones venimos a dar cuenta del estado de la Nación. Nos hemos planteado desde el primer día de nuestro gobierno la necesidad de construir prácticas colectivas de cooperación que superaran los discursos individuales de diagnóstico y oposición.
Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, el nombre de nuestro futuro es el cambio: Argentina protagoniza una profunda transformación, es hora del cambio cultural y moral. Producto del profundo cambio de paradigma que necesitamos, el éxito de la gestión tiene que ser juzgado desde las perspectivas del bien común, el funcionamiento pleno del estado de derecho, la vigencia de una efectiva democracia, la correcta gestión de los asuntos de gobierno y el ejercicio del poder político a favor del bienestar del pueblo.
En una Nación desbarrancada en un profundo abismo, con un esfuerzo conjunto y sostenido, reconstruyendo y reindustrializando, intentamos salir del infierno para poder decir el próximo 10 de diciembre que nos encontramos en las puertas mismas del purgatorio.
Es hora de mirar alto y lejos para echar las bases de un proyecto de una Argentina plural y diversa que nos convoque y contenga. Esa es la situación actual, ese es el estado actual de los asuntos de la Nación.
Superados los peores momentos, con todo lo realizado ante nuestra memoria, debemos emprender el esfuerzo de inventarnos un futuro innovando con vistas a la integración, el crecimiento con equidad, la inclusión social y el desarrollo sustentable. Una Argentina en crecimiento económico sostenido, que viene dejando atrás muchas de sus carencias de infraestructura en base a una formidable inversión pública y privada que a su vez aporta al crecimiento de la economía, tiene la oportunidad de decidir las características de su futuro.
El fuerte desendeudamiento, la programación ordenada de sus obligaciones futuras, la recuperación del crédito interno, la subsistencia y consolidación de superávit gemelos, el apoyo a la innovación, el desarrollo de la ciencia, la técnica y la tecnología, el financiamiento creciente en la educación, la transformación educativa, los avances en todos los aspectos, tiene que ser la mejor base para un desarrollo nacional estratégico.
Un modelo argentino con crecimiento e inclusión, a partir de la creación de trabajo digno, un modelo en que el pueblo argentino resulte el principal actor y beneficiario, sin copiar recetas enlatadas, que ponga de pie nuestra capacidad de actuar colectivamente, tiene que ser el norte de nuestra sociedad, con sólida base en lo que hemos logrado hasta aquí.
La economía argentina está transitando su 5° año consecutivo de crecimiento a un fuerte ritmo que ronda entre el 8 y el 9 por ciento anual, sin mostrar signos de desaceleración y con firmes expectativas de que en el año 2007 continuará el proceso de crecimiento a una tasa todavía elevada. (APLAUSOS)
Se confirma que, luego de la crisis económica y financiera más grave de la que se tenga memoria, lejos de experimentar un rebote, como decían los especialistas, la economía experimentó un cambio decisivo en su modo de funcionamiento. Los resultados son elocuentes en todos los frentes, a pesar de algunos representantes dignos y brillantes de las escuelas económicas que nos vienen asesorando diariamente. (APLAUSOS)
Se mantiene un superávit fiscal elevado, consistente con la estrategia de desendeudamiento del país y con el manejo de la política económica en la fase ascendente del ciclo económico. La política monetaria acompaña al crecimiento económico y contribuye a la estabilidad macroeconómica al apuntalar la competitividad de los sectores transables de la economía y al asegurar, vía acumulación de reservas internacionales, la cobertura necesaria frente a eventuales turbulencias en los mercados internacionales, al tiempo que se expande el crédito doméstico especialmente el dirigido a las pymes.
En estos momentos calculo que las reservas deben estar pasando los 35 mil millones de dólares, en estos instantes. (APLAUSOS)
El crecimiento económico se produce en el marco de una solidez en que las cuentas externas de la economía prácticamente no tiene parangón en otras etapas de la historia del país. En efecto, la economía sigue mostrando un cuantioso superávit comercial y en cuenta corriente a pesar de que las importaciones reflejen el alto crecimiento de la actividad. Más del 41 por ciento de nuestras importaciones son de bienes de capital, lo que está marcando con toda claridad que la inversión está dirigiéndose claramente a consolidar el crecimiento en bienes de capital.
El incremento del acervo de reservas internacionales se produce fundamentalmente como consecuencia de dicho superávit, y no como efecto de un proceso irresponsable de endeudamiento del exterior. Ustedes se acuerdan que en las anteriores reservas, cuando la Argentina llegó más o menos a la misma cifra, para mantener la relación convertibilidad-emisión se tomaban créditos internacionales en el Fondo y en el Banco Mundial para mantener el nivel de reservas para poder mantener, con endeudamiento, la famosa convertibilidad. Hoy las reservas que tenemos son absolutamente genuinas.
La inversión, un componente crucial para asegurar la sostenibilidad del crecimiento, acumuló un incremento de su mínimo histórico más reciente y ya se han superado los niveles máximos de la década de los 90, aún cuando en dicha década la apreciación cambiaria proveía de enormes facilidades para importar bienes de capital endeudando al país.
En efecto, en términos de la relación de inversión y PBI, la misma alcanzó el 21,5. Dentro del gasto de inversión se destaca la evolución de la compra de equipo durable, que luego de 4 años de crecimiento mostró en el tercer trimestre de 2006 un alza interanual del 22,4, más del doble de lo que viene creciendo el producto y ya alcanza el máximo de la convertibilidad cercano al 9 por ciento del PBI.
El consumo privado acompaña la evolución del producto, la recuperación del consumo está asociada, principalmente, a la mayor participación en el producto de la masa salarial, que ha sido posible en virtud de la creación de nuevas oportunidades de empleo y del aumento de los salarios reales de la economía.
El crecimiento económico para 2006 fue aproximadamente el 8,5 por ciento. Falta aquí ver cuál fue el crecimiento de las actividades financieras para tener el crecimiento definitivo de lo que fue el 2006. Por un fuerte incremento en la inversión pública y privada y una alta tasa de variación de las exportaciones, se difunde cada vez más a todos los sectores de la economía y a todas las regiones del territorio nacional.
La evolución sectorial demuestra que se consolida la difusión del crecimiento: en la segunda mitad del 2006 comenzó a producirse una nueva aceleración del crecimiento del sector agropecuario y se espera en el próximo año, merced al logro de una nueva cosecha récord, que este sector supere, incluso, el notable dinamismo exhibido durante el año 2005.
La industria creció un 8,3 en el último año y todos los bloques productivos siguen exhibiendo altas tasas de crecimiento. El aumento de la utilización de la capacidad instalada en algunos sectores tuvo como respuesta proyectos de inversión para ampliar durante este año su capacidad de producción, como es el caso de la siderurgia y el papel.
Al buen desempeño de la industria se suman cada vez más los sectores productores de servicios. Entre estos ya se percibe una importante recuperación del sector financiero, tanto el comercio como el transporte y las comunicaciones continúan exhibiendo tasas significativas de crecimiento.
Esta recuperación económica, después de casi 5 años, sigue mostrando efectos positivos sobre los indicadores sociales. Los argentinos hicimos un esfuerzo enorme, un número creciente de compatriotas se pudo sumar al empleo y la medición del último trimestre del 2006, cuando la esperábamos para el 2007, marcó un descenso de la ocupación, después de 14 años, a un dígito. Podemos decir que tenemos el 8,7 de desocupación, perforando la barrera de los dos dígitos, característica de la década anterior. (APLAUSOS) Esta es sólo un tercio de la que padecíamos al hacernos cargo de la gestión del Estado nacional.
Sólo entre el tercer trimestre de 2005 y el mismo período de 2006, la creación neta de puestos de trabajo registrada fue de 658.000 y desde 2003, se han creado 3.400.000 empleos. (APLAUSOS)
Como dice mi compañera Cristina, a mí me tocó ser el presidente de la historia votado solamente –y agradecido a esos votantes- por el 22,7 por ciento de los ciudadanos, pero la tasa de desocupación era del 27 por ciento, es decir que era más alta la tasa de desocupación que los votos que obtuve. Muchas gracias argentinos, realmente, por confiar. (APLAUSOS)
Pero no sólo miles de argentinos se sumaron al mercado del trabajo en 2006, además aumentó el poder adquisitivo de la familia. El salario nominal de los trabajadores registrados, que alcanzaba en promedio 949 pesos en mayo de 2003, llegó en septiembre del año pasado a 1.631 pesos, lo que representa un crecimiento del 72 por ciento.
En mismo período los salarios de los trabajadores de menores ingresos aumentaron un 110 por ciento y también la remuneración de los no registrados aumentó en mayor proporción que los registrados, como respuesta a la política activa de salarios encarada por el Gobierno nacional con el acompañamiento de los sectores trabajadores argentinos a quienes estamos permanentemente agradecidos.
Esta recuperación es fruto de los acuerdos entre empresarios y trabajadores, en el marco de la negociación colectiva en plena libertad, institución que había caído en desuso y que hemos recuperado como herramienta de redistribución del ingreso y de la inclusión social.
En 2006 los salarios mejoraron un 19 por ciento, contra una inflación del 9,8 por ciento. Hoy todos los trabajadores bajo convenio colectivo reciben salarios que superan la línea de pobreza.
La participación de los asalariados en el PBI subió del 34,3 en 2003, al 38,6 a fines de 2005 y siguió mejorando en el 2006, estimándose que a fines de este año estaremos en el 41,1. Obviamente, todavía no estamos en el 50 por ciento de los grandes tiempos cuando conducía el país el general Perón, pero estamos en el 41 por ciento de la participación de los ingresos. (APLAUSOS)
El coeficiente de Gini, de ingreso familiar de las personas que mide la desigualdad, mejoró del 0,537 en el tercer bimestre del 2003 al 0,41 promedio del año 2006, es decir que ha mejorado la participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno ostensiblemente y también ha mejorado la distribución del ingreso. Son dos datos realmente muy importantes en esta política de crecimiento con derrame, ese derrame de que tanto nos hablaron en la década del 90.
Las finanzas públicas de la Nación siguen mostrando un saludable sostenimiento del superávit fiscal primario en términos del PBI. Mientras tanto, debido a una menor carga de intereses, el superávit financiero se podría mantener en torno al 1,5 del producto. El incremento en la recaudación sigue superando al producto nominal, signo de una sistemática mejora en la eficacia recaudatoria. La mayor recaudación permitió expandir, atender las necesidades en materia de inversión pública, especialmente de infraestructura y asistencia social. Uno de los principales desafíos que enfrentamos vinculados con el papel del Estado es volver a poner a la inversión en obra pública, en infraestructura, como una de las prioridades de la gestión estatal, considerando su capacidad de mejorar la calidad de vida, de motorizar rápidamente el nivel de actividad y generar mejor competitividad económica y social. Para ello hemos dado la pelea también en el plano de las ideas, tuvimos que luchar contra un pensamiento muy arraigado en determinados sectores acerca de que las políticas activas en materia de infraestructura y obras públicas, significan un gasto y no una inversión.
La falta de planificación o la decisión manifiesta de su ausencia, presente durante muchos años en la Argentina, agudizó los desequilibrios territoriales del país, acentuando la posición periférica de muchas de nuestras provincias en paralelo al empobrecimiento de nuestra población. En cambio, en nuestra gestión, el Estado asumió un rol activo y la planificación en inversión e infraestructura ha sido uno de los ejes. Estamos trabajando con un crecimiento equilibrado social y territorial, y la industria de la construcción actúa indudablemente como una eficaz herramienta para el desarrollo.
La inversión en obras públicas ha continuado incrementándose y hoy representa diez veces más de lo que fue ejecutado en el 2002. Diez veces más. Y seis veces más que lo ejecutado en 2003.
Durante el 2006 se alcanzaron los mayores registros históricos en materia de cantidad de soluciones de viviendas terminadas y en ejecución desde la aplicación del sistema del FONAVI. Esto fue posible por el incremento de la inversión realizada por el Gobierno Nacional y el trabajo conjunto con las administraciones provinciales y municipales. Al finalizar el 2006 se encontraban en ejecución 185.000 soluciones habitacionales entre viviendas nuevas y mejoramiento de las viviendas existentes que permitirán solucionar la situación habitacional de 850.000 argentinos, que representan más de 2,5 veces a las que se tenían en ejecución en el 2003. Solamente en el 2006 se finalizaron 66.000 viviendas beneficiando a 300.000 hermanos argentinos.
En el 2006 se ejecutaron cerca de 4.000 millones de pesos en obras viales, 8 veces más que en el 2003 y 13 veces más que en el 2002. La magnitud de esta inversión significa que cubre el 91 por ciento de la red vial nacional, se producen intervenciones en 35.000 kilómetros de la red y las inversiones en marcha son por un total de 12.000 millones de pesos. Las inversiones en marcha en construcción de autopistas representan 2.400 nuevos kilómetros de autovías, de importancia estratégica para la integración territorial, como es el caso de la autopista Rosario - Córdoba, la autovía Nº 14 Gualeguaychú - Paso de los Libres, utilizada como principal vía de comunicación carretera con el MERCOSUR; la autovía ruta provincial número 6, que constituye la última circunvalación de la región metropolitana de Buenos Aires y la autopista Pilar- Pergamino, que es la construcción de la primera autovía por iniciativa privada entre muchas otras.
Entre las obras a iniciarse próximamente pueden destacarse la autopista número 19 de las provincias Santa Fe y Córdoba, la autovía Nº 3, Comodoro Rivadavia – Caleta Olivia, en las provincias de Chubut y Santa Cruz; la autovía número 3, Trelew- Puerto Madryn en Chubut, entre otras, y varias iniciativas que han sido declaradas de interés público, como la autovía Luján – Carlos Casares, la autovía Parque Perón y la autovía Río Cuarto – Córdoba.
También deben destacarse las obras de pavimentación y mejoras de muchas rutas y caminos de diferentes zonas del país, como por ejemplo los trabajos en la Ruta Nacional 40, la Ruta Nacional 35 en La Pampa, la Ruta Nacional 3 en Tierra del Fuego, la Ruta Nacional 101 en Misiones, la construcción de la Ruta 234 en Neuquén y la Ruta Nacional 23 en Río Negro. Con este nivel de inversión, el nivel de actividad en el sector vial alcanzó en el 2006 el máximo histórico producto de las inversiones públicas y privadas.
En materia ferroviaria estamos revirtiendo décadas de desinversión. Nuestra política de recuperación del ferrocarril como elemento de articulación territorial ha tenido como base la reorganización, la recuperación y la modernización del sistema ferroviario. Teniendo en cuenta que hay que tener muy buena memoria, acá se desarticularon los ferrocarriles, se los remató, “ramal que para, ramal que cierra” fue la política de quienes gobernaron en los 90. Todos los argentinos queremos volver a recuperar lo que tienen los países desarrollados del mundo, que están unidos por una red ferroviaria que los permite interconectarse, no buscando la rentabilidad financiera sino la rentabilidad social, la rentabilidad de integración, la rentabilidad de inclusión social. (Aplausos) Por ello hay que ver de dónde partimos, cómo los dejaron, porque muchos que los dejaron como los dejaron aún hoy hablan como si el pueblo argentino no tuviera memoria. (Aplausos) Pero es hora de que las cosas sean expresadas con absoluta claridad.
Durante el año 2006 el Estado Nacional invirtió 550 millones en obras para seguir la mejora del servicio ferroviario metropolitano y de los servicios interjurisdiccionales ya reestablecidos. Se encuentran en ejecución 82 obras, por un monto de inversión superior a los 2.500 millones de pesos. Se construyeron 300 kilómetros de vías y se repararon 650 coches. El indicador sintético de la construcción siguió creciendo, alcanzando durante 2006 nuevos registros históricos que superan las cifras alcanzadas en el 2005. La expansión ha tenido su correlato en el crecimiento del empleo formal del sector, registrándose también en este ámbito nuevos máximos históricos de la serie.
La construcción. Siempre me emociono cuando voy a cada pueblo de la República Argentina y veo los gorritos amarillos que habían desaparecido prácticamente de la Argentina, ya que habíamos llegado a tener nada más que 60 ó 70.000 trabajadores afiliados a la UOCRA. Hoy estamos pisando los 400.000 trabajadores que están en toda la Argentina colocando su capacidad y esfuerzo para llevar adelante este proyecto. (Aplausos)
La construcción ha sido el sector más dinámico de la economía en los últimos 3 años, alcanzado tasas del 34,4 en el 2003, 29,4 en el 2004, 20,4 en el 2005. Para el 2006 se proyecta un crecimiento del orden del 20 por ciento. En el tercer trimestre del 2006 se superaron los 372.000 puestos de trabajo en relación de dependencia y puestos indirectos aportantes al sistema integrado de jubilaciones y pensiones.
La planificación del desarrollo de la estructura energética es una cuestión prioritaria y estratégica. La creciente y sostenida demanda de energía eléctrica generada por la reactivación económica ha requerido ajustes regulatorios y la intervención del Estado Nacional con el objeto de regenerar las condiciones de mercado que alientan la inversión en el sector energético. Ya en mayo de 2004 estructuramos el Plan Energético Nacional 2004 - 2008, con una inversión prevista de más de 27.400 millones de pesos. Estas inversiones incluyen la incorporación de 4.605 nuevos megavatios de potencia, la construcción de 5.127 líneas de extra alta tensión, que representan un incremento de más del 50 por ciento sobre el tendido actual, y la ampliación de más de 27 millones de metros cúbicos de la capacidad de transporte de gas natural, que representa ampliar nuestro sistema de gasoductos troncales en un 22 por ciento. Concluimos la primera ampliación de la capacidad de transporte de gas natural, incorporando 4,7 millones de metros cúbicos día.
Hemos terminado la construcción de la línea Choele Choel – Puerto Madryn, que permitió interconectar el sistema eléctrico patagónico al sistema interconectado nacional. Se incrementó la oferta de potencia del sistema eléctrico en las horas pico en 350 megavatios, con instalación del transformador de la potencia de la central hidroeléctrica Río Grande, se elevó la cota de Yacyretá a 78 metros sobre el nivel del mar, adicionando 350 megavatios de generación y se finalizaron 52 obras de adecuación y seguridad de abastecimiento sobre el SADI y se realizaron las obras de la compensación de la tercera y cuarta terna, línea Comahue – Buenos Aires. Ambos proyectos nos permitieron incorporar transporte adicional de potencia por casi 700 megavatios e incorporación de 1.300 megavatios de transformación.
Se encuentran en ejecución obras por casi 10.000 millones de pesos, que también integran nuestro Plan Energético Nacional, como es la construcción de 1.811 kilómetros de líneas extra alta tensión, el plan de terminación de Yacyretá, las obras civiles para terminar Atucha II, el tendido de las líneas Guemes y Salta Norte, gasoductos regionales de distribución y la ampliación en 22,2 millones de metros cúbicos día de la capacidad de transporte de gas natural. Asimismo estamos trabajando en 2.962 kilómetros de línea alta tensión como Comahue – Cuyo, Pico Truncado – Río Gallegos, y la línea NOA – NEA, que atravesará las provincias de Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, por un total aproximado de 15.000 millones de pesos. Estas inversiones del Gobierno Nacional en obra pública han producido efectos directos en la estructura productiva apoyando la expansión de los distintos indicadores como el nivel de la actividad, la creación de empleo, la demanda de insumos y proveedores.
Yo creo que la Argentina está teniendo una inversión en el tema energético, en gasoductos, incomparable en el tiempo. Desde el 2003 nos vienen anunciando el caos energético, desde el año 2003 dijeron que la Argentina se quedaba sin luz, desde el año 2003 dijeron que la Argentina vivía una crisis energética. Lo que yo digo es que es verdad, que hemos estado y estamos luchando al límite porque la Argentina crece, gracias a Dios, en términos realmente incomparables respecto del resto de nuestra historia, pero creo que hemos estado a la altura de la historia y estamos dando las respuestas que hay que dar, se invierte en energía, hay energía, hemos alcanzado máximos puntos de consumo, como el día sábado que llegamos a 17.800 megavatios como el récord histórico de la Argentina y la energía la tenemos allí. (Aplausos) Uno a veces también, pero con tremenda caridad cristiana, pide grados de comprensión de la Argentina que nos tocó tomar, nos tiraron toda la Argentina sobre nuestras espaldas. No fuimos nosotros los que llevamos a la recesión a la Argentina, no fuimos nosotros los que dejamos de invertir en energía en la Argentina, no fuimos nosotros los que quisimos hacer un país de servicios; nosotros soñábamos, como ustedes y la mayoría de los Argentinos, con hacer un país productivo, un país industrial y obviamente un país que para desarrollarse necesita su energía. (Aplausos)
Ahora, cuando hay peligro de una crisis energética algunos medios lo titulan con todas sus fuerzas, cuando tenemos récord de consumo y un comportamiento medianamente normal sale chiquititito. ¡No importa, fuerza argentinos, a creernos entre nosotros, a creer con firmeza que los argentinos tenemos que recuperar nuestra estima y los argentinos realmente podemos! (Aplausos)
Estas inversiones del Gobierno, estos ejemplos ponen en evidencia la existencia de un círculo virtuoso que enlaza la mayor actividad económica, el doble superávit, la mejor recaudación, la mayor inversión pública, la mejor infraestructura que mejora la competitividad y baja los costos, lo que a su vez realimenta el crecimiento económico y mantiene la firmeza de las cuentas públicas.
Del lado del financiamiento, las emisiones realizadas durante el 2006 reflejaron una notoria baja en los rendimientos pagados y en un alargamiento de plazos. La última emisión del año se complementó a una tasa del 8 por ciento anual, la mínima de todo el año con una maduración de 7 años. El debut del 2007 no pudo ser más auspicioso, el marco de las ofertas formó montos 5 veces superiores a la emisión nominal, la tasa siguió bajando y se situó en el 7,7 por ciento.
El éxito de las colocaciones se da en un contexto en el cual el riesgo país continúa perforando mínimos históricos y Argentina incluso ve mejorar este indicador en términos relativos a otras tasas emergentes. Yo el otro día decía, por algunas cuestiones de que algunos sueñan que el país sea manejado por los gerentes, que el país lo tienen que manejar los que representan al pueblo, poner la cara los que representan al pueblo y tener la iniciativa que corresponde, ya sabemos lo que nos pasó en el país de los gerentes. (Aplausos)
No era por ese tema, era realmente porque había habido una compra de bonos importante y después una venta importante de bonos argentinos en los mercados internacionales. Decían:”por tal o cual tema ha subido el riesgo país en la Argentina”. Yo no me había fijado y entonces fui, marqué la computadora: riesgo país 224. A mí me tocó subir con 7.000 de riesgo país. ¡Por favor, por favor argentinos!” (APLAUSOS)
Les digo en serio, se los digo con todo cariño, es decir, lo importante es discutir ideas, debatir ideas y que la Argentina vaya adelante, pero ahora llegar a esa calidad... Los argentinos no se merecen eso.
La verdad es que a veces uno piensa que algunos quisieran que las cosas salgan mal porque salgan mal, pero más aún riesgoso es cuando esos tienen que hacer un análisis objetivo de la realidad. Tienen que informar, tienen que estudiar, tienen que investigar; tienen que estudiar no solamente los que van a asumir cargos públicos y políticos, tienen que estudiar los periodistas, los científicos, todos; en la Argentina llegó la hora de investigar y estudiar, eso realmente es muy importante. (APLAUSOS)
En el 2006 se redujo la tasa de inflación respecto a lo ocurrido en el 2005. El IPC registró un aumento del 9,8; 2,5 puntos menos que lo ocurrido durante el 2005. De esta manera se logró quebrar la tendencia creciente observada durante el 2004 y el 2005 cuando el IPC exhibía año a año una duplicación de su tasa; 3,7 en el 2003, 6,1 en el 2004 y 12,3 en el 2205.
Los resultados del 2006 confirman la contención de las expectativas de inflación. De acuerdo con las estimaciones privadas del relevamiento de expectativas del mercado realizado por el Banco Central de la República Argentina, el pronóstico inflacionario para el 2006 había alcanzado el 12 por ciento hace un año con algunas previsiones que vaticinaban hasta un 14 por ciento y algunos por allí me dijeron que iba a ser del 20 por ciento. Pero bueno, gracias a Dios los argentinos tuvimos un 9,8 por ciento y vamos a seguir trabajando. Porque en un país que crece, un país donde hay inversión, en un país que hay consumo, es natural que ciertas variables tengan determinada movilidad. Durante la década del ´90 tuvimos deflación pero teníamos 60 por ciento de pobreza. Tanto dudan de los índices ahora, no sé si era cierto o no que bajaba el 0,2, ¡vaya a saber, qué se yo! Pero teníamos deflación, la verdad que teníamos el 60 por ciento de pobreza. Ahora tenemos algo de inflación pero ya bajamos al 31,8 de pobreza del 60 que teníamos y esperamos seguir bajando y seguramente estaremos por romper el 30 por ciento de la misma. (APLAUSOS)
La moderación en las expectativas se refleja además en la reducción de la inflación de costos. Durante el 2006 los precios mayoristas del IPMI exhibieron una importante desaceleración, observando un incremento interanual del 7,1 frente a un aumento del 2005 del 10,7 y un pico interanual en febrero de 2006 del 13,8. Esta situación supone una recomposición de los márgenes de comercialización tanto a nivel minorista, principalmente los servicios, cuyos precio relativo se sigue recuperando como en la etapa de distribución.
Es importante recalcar que la menor inflación mayorista no se debió a una reducción exógena de los precios internacionales, sino a una dinámica de precios internos que refleja menores expectativas de inflación. En efecto, el índice de productos manufacturados nacionales exhibió en el 2006 un aumento del 7,4 y un punto porcentual inferior al año pasado. En los manufacturados el aumento del 5,6 en los alimentos y bebidas mayoristas fue casi la mitad del incremento ocurrido en el 2005, que había exhibido un alza del 10,8 por ciento. Estos resultados estarían anticipando una todavía mayor atenuación de las expectativas inflacionarias en los precios de alimentos minorista para los próximos meses.
Tengamos en cuenta que también que nosotros no vamos a recurrir a las medidas heterodoxas que nos dicen que hay que restringir el consumo para que los procesos inflacionarios sean menores. Es decir, caminan por el rumbo o el silencio o la paz de los cementerios donde tratan de bajar la inflación y donde la gente no pueda consumir, no pueda evolucionar, no pueda tener movilidad ascendente. Nosotros queremos que haya una sociedad viva. Por eso vamos a seguir siendo heterodoxos, seguimos creyendo en estos mecanismos, seguimos creyendo que hay que aumentar el consumo en la sociedad y seguimos creyendo que la Argentina puede tener un modelo que responda a la necesidad de los argentinos cada vez con más fuerza.
El frente externo de la economía sigue mostrando resultados extraordinarios, a pesar de que la economía crece a un ritmo vertiginoso el superávit comercial sigue superando los 11.000 millones de dólares, lo que nos presenta aproximadamente un 6 por ciento del PBI. En tanto el superávit de cuenta corriente se sostiene por encima del 3 por ciento del PBI desde hace ya 3 años.
Las exportaciones de bienes siguen creciendo a una tasa muy elevada. En el 2006 se logró un récord de algo más de 46.500 millones de dólares, 15 por ciento por encima de las alcanzadas un año atrás y también por las vigentes a principios de 2006.
En los últimos 4 años las exportaciones anuales acumularon un crecimiento del 82 por ciento, pasando de 25.650 millones de dólares en el 2002 a 46.569 millones de dólares en el 2006.
En ese marco, el pasado año el superávit comercial alcanzó los 12.409 millones de dólares en un 6,4 más elevado que en el 2005. Este superávit que obedece tanto al aumento de los precios como a los volúmenes colocados en terceros mercados, fue posible principalmente gracias a la federalización del comercio exterior con la participación activa de las provincias en la elaboración de estrategias y programas de acciones de promoción externa.
Las exportaciones de manufacturas tuvieron un muy buen desempeño y como consecuencia el aumento de las cantidades exportadas está creciendo a un ritmo de casi un 10 por ciento anual en el caso de las agropecuarias y un 15 por ciento de las industriales, con una contribución muy importante de la industria automotriz.
Las importaciones siguen reflejando el ritmo de crecimiento del país, sumaron en el 2006 algo más de 34.000 millones de dólares y exhibieron un crecimiento del 19 por ciento.
De esta manera la elasticidad producto de las importaciones sigue disminuyendo y alcanza un valor cercano a aproximadamente la mitad de la década de los ´90. Sigue siendo muy fuerte la contribución a este resultado de las importaciones de bienes de capital cuyo volumen en general creció un 23 por ciento en el año.
Vale la pena destacar especialmente el comportamiento de las exportaciones de servicios reales que incluyen turismo, que se duplicó en los últimos 4 años. El desarrollo del turismo concebido como política de Estado se ha mostrado como motor de la economía. El turismo receptivo se incrementó en un 16 por ciento de turistas argentinos con respecto al 2005 y en un crecimiento en el gasto total del 25 por ciento respecto al año anterior.
Asimismo el turismo interno tuvo un crecimiento del 6 por ciento de turistas, que representa un aumento del gasto del 15 por ciento respecto a la temporada anterior.
En cuanto a las inversiones, en la actualidad se encuentran en construcción más de 250 nuevos establecimientos hoteleros en todo el país y por un monto total de inversión que asciende a 1.900 millones de pesos entre cadenas internacionales, nacionales y empresarios independientes.
Del lado de la cuenta financiera argentina continúa recibiendo ingresos de capital destacándose la participación de la inversión extranjera directa con ingresos significativos por la inversión de utilidades e ingresos por préstamos financieros y comerciales. Como resultado del superávit de cuenta corriente del ingreso de capitales, ya lo dijimos, las reservas internacionales están oscilando, creo que en este momento están pasando los 35.000 millones de dólares.
La recuperación ha sido muy acelerada; en menos de 1 año las reservas duplican las existentes. ¿Se acuerdan ustedes cuando los especialistas dijeron, los técnicos, los economistas, los asesores del Fondo, bueno...de todas las escuelas que tienen unos títulos bárbaros decían: “es una locura lo que está haciendo este señor de pagarle al Fondo Monetario Internacional la deuda porque nos vamos a quedar sin reservas y quedamos expuestos a la vulnerabilidad de cualquier crisis internacional”.
Pagamos 10.200, 10.300 millones de dólares, nos fuimos a 17.000 millones de reservas y al cabo de un año y un poco más tenemos el doble de reservas todos los argentinos y ya no tenemos más la dictadura del Fondo Monetario Internacional manejando los destinos de los argentinos. (APLAUSOS)
Ahora dicen: “es una exageración las reservas que tienen, se puede funcionar con el 25 por ciento de lo que emiten, vamos a ser un país solvente”. Déjennos en nuestra calidad primaria de administración de la economía, porque la verdad, con todo respeto y sin ignorar su capacidad intelectual y lo que han estudiado, entre lo que ustedes nos proponían y lo que hicimos nosotros hay un abismo. Lo que nos propusieron ustedes nos llevó al 60 por ciento de pobreza, 30 por ciento de indigencia, 20 por ciento de desocupación, tuvimos la deuda externa privada, la deuda del Fondo. Hemos pagado casi más de 26.000 millones de dólares, 27.000 millones de dólares en total de lo que nos han dejado. Con la actitud primaria que hemos tenido nosotros de tener un sentido racional de administrar con toda nuestra voluntad, con la gran capacidad de los técnicos y políticos con sentido nacional, argentino, popular, por amar la patria y la tierra argentinas, nosotros creo que hemos tenido un resultado distinto. (APLAUSOS)
En esto los argentinos tenemos que aprender la lección de la historia. La verdad discúlpenme si me salgo de este discurso, total ustedes lo tienen en su escritorio, lo bueno es que podamos hablar así.
Días pasados cuando la ministra de Economía le dice a la gente del Club de París: “señores queremos pagar la deuda”, nuestros hermanos españoles rápidamente dijeron: “nos parece bárbaro arreglamos a 6 años”. La deuda, les cuento, esos 2.000 millones -a ustedes, a los que nos miran por televisión, les digo- que arreglamos, que la Argentina está pagando, que la Argentina está pagando, que estamos pagando todos, son del famoso blindaje. ¿Se acuerdan del famoso blindaje, de aquella toma en la Quinta de Olivos? El blindaje. Lo estamos pagando ahora, lo arreglamos y lo empezamos a pagar todos los argentinos. ¡Miren lo que nos costó el blindaje! Pero bueno...
Sobre la deuda del Club de París nos dicen: “tienen que hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para que puedan pagar la deuda con el Club de París”. Nosotros les dijimos: “señores, nosotros somos soberanos; nosotros queremos pagar la deuda del país pero “de acá” que vamos a volver a hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional; bajo ningún sentido, bajo ningún aspecto. Estamos dispuestos y queremos pagarla porque somos un país estable y previsible. (APLAUSOS)
Es así, hoy los bonos emitidos para compensar la pesificación asimétrica, entre febrero de 2002 y abril de 2003, con vencimientos programados para fechas que van desde mayo de 2005 hasta octubre de 2020 abonamos el ciento por ciento de los vencimientos por un total de 2.565 millones de dólares.
También acá quiero aclarar otro tema: todos los bonos que se emitieron adecuados a la inflación, para llevar las cosas para adelante en su momento, no fueron realizados ni emitidos durante mi gestión. Yo no lo hubiera hecho así y lo quiero decir con total sinceridad también. Y fueron todos colocados 2006, 2007, 2008, prácticamente los vencimientos más grandes. Esos que solucionaron algunos magos de la economía en el 2002 los pasaron a 2006, 2007 y 2008 y lo estamos pagando entre todos los argentinos, pero yo no tuve nada que ver con la adecuación de esos bonos que están en el mercado que son adecuados por la inflación. Nosotros, cuando hicimos los bonos de la reconversión de la deuda, los adecuamos al crecimiento argentino, ir pagando y adecuando los valores en la forma que creciera la Argentina. Esto es muy importante porque a veces pareciera ser que algunos no tienen buena memoria y la buena memoria es bueno que la refresquen.
Argentina crece y se desendeuda y afronta el pago de la crisis, ha ganado autonomía cancelando la deuda con el Fondo Monetario Internacional y se reforma estructuralmente. La fortaleza que muestran los números de la economía facilita que en algunas visiones interesadas explote una falsa imagen de que lo único bueno que ocurre en nuestro país es el crecimiento económico. Sin embargo, la tarea transformadora ha sido mucho más profunda que la que solamente las cifras expresan, estamos construyendo un nuevo país sobre la base de paradigmas que nos alejan de los vigentes en la pasada década.
Buscamos incentivar la producción industrial con fuertes políticas activas que han permitido potenciar su crecimiento y retroalimentar el círculo virtuoso del crecimiento de la actividad y de la recaudación fiscal.
Hemos replanteado estructuralmente el funcionamiento del MERCOSUR y al hacerlo hemos dado el impulso renovado a la integración de nuestros países superando un largo período de dificultades, profundizándolo y ampliándolo.
Yo acá me hago una pregunta, argentinos: desde acá, durante años nos estuvimos endeudando y subordinando a los países centrales, a los organismos internacionales, a tasas y a condicionamientos increíbles. Hoy cuando escucho que nosotros estamos por profundizar el MERCOSUR, que creemos en la construcción de los pueblos de América del Sur, más allá de quienes gobiernen en cada uno de sus pueblos por voluntad de sus pueblos mismos, que en la Argentina se puede, y debe hacerlo, tener relaciones profundas con los países de América del Sur, cuando nosotros emitimos bonos y estos bonos son muchas veces licitados y comprados por la propia Venezuela, sin ningún tipo de condicionamientos, cuestionan el acercamiento a un pueblo hermano que colabora con la Argentina y ayuda a la Argentina. (APLAUSOS). Díganme cuál es el riesgo que los argentinos tenemos, cuál es el riesgo de compartir y de tener el Bono del Sur y licitarlo juntamente con la hermana República Bolivariana de Venezuela, cuando el otro día licitamos 1.500 millones de dólares y tuvimos 12.000 millones de dólares de oferta, ejerciendo nuestra soberanía.
Señores, es hora que tengamos la mayoría de edad, que tengamos nuestra decisión y no tengamos miedo porque nadie se subordina ideológicamente a nadie. Este país siempre será un país latinoamericanista, independiente, plural y amplio con todos los pueblos de América del Sur. (APLAUSOS).
Logramos sancionar el mecanismo de adaptación competitiva, es decir la posibilidad de establecer medidas arancelarias al interior del MERCOSUR frente a daños sectoriales. Este mecanismo es de especial relevancia como señal de largo plazo para nuestros inversores y consolida la existencia del MERCOSUR. Se ha avanzado, asimismo, en negociaciones que implican limitaciones sectoriales a las importaciones de Brasil en aquellos sectores más vulnerables o sensibles en esta etapa a los subsidios de nuestro socio comercial.
La negociación del régimen automotriz con ese país es también una señal clara para la radicación de inversiones en el país y el crecimiento de las exportaciones industriales de Argentina, como ha quedado claro en la evolución de este sector en el 2006. Esta nueva estrategia comercial se plasma en todas las negociaciones que encara nuestro país en el exterior.
En el pasado mes de julio concluyeron las negociaciones para la ampliación y profundización del acuerdo bilateral con México, logrando acceso preferencial a dicho mercado para 2.700 productos, que representan el 30 por ciento del total de nuestras exportaciones a ese país. El éxito de esta negociación ha sido reconocido por todos los sectores industriales. A este resultado se suma el de la negociación, culminada en abril de 2006, también con México, para el sector automotriz, que estableció el libre comercio para los vehículos y utilitarios livianos, comerciados entre ambos países, donde la Argentina tiene fuerte saldo superavitario.
En el ámbito del MERCOSUR hemos asistido, recientemente, a uno de los hechos más destacados desde su creación, tanto en términos políticos como económicos. Me refiero a la incorporación como nuevo socio de la República Bolivariana de Venezuela.
Nuestra complementación y complementariedad industrial con Venezuela brinda a los empresarios argentinos un importante mercado potencial hacia donde orientar su producción y ofrece la posibilidad de captar nuevas inversiones que potencien el desarrollo de la industria nacional.
Como vemos no sólo estamos creciendo, Argentina vive un proceso de profundas transformaciones e importantes cambios, construye un nuevo modelo que reconoce como pilares fundamentales la educación, la ciencia y la tecnología.
La educación es una prioridad de Gobierno. Todos ustedes, los que tienen responsabilidades saben que la eliminación de la escuela técnica, la conformación de una Ley Federal que no funcionó, el abandono de la excelencia en la investigación, nos trajo crecientes dolores de cabeza a los argentinos. Aún hoy empresas que demandan trabajo no pueden darle trabajo a miles de chicos argentinos porque aún no tienen su capacitación y ello nos llevó a nosotros a afrontar a fondo ese problema. Y avanzamos fuertemente con la nueva sanción de la Ley de Educación Técnica, con la nueva Ley de Educación, que sancionaron, por supuesto, ustedes, a fines del año pasado aquí, en este Honorable Congreso y con colocar 6 puntos del Producto Bruto Interno hacia el 2006 para financiar la educación, para que definitivamente la educación en la Argentina deje de ser la sirvienta de las políticas públicas para convertirse en la herramienta de la reconversión nacional. (APLAUSOS).
Esta Ley de Educación es el resultado del extenso y profundo debate del que participaron 750 mil docentes y más de 2 millones de alumnos de los 440 mil establecimientos educativos de todo el país, que recibieron más de 900 aportes de instituciones representativas de los más diversos sectores de la sociedad. La Ley de Educación Nacional nos permitirá construir un sistema educativo plural y con contenido. Es el inicio de la Argentina con inclusión y recuperación social que soñamos, en donde el Estado recupera su responsabilidad principal e indelegable en la educación.
La ley por sí misma no cambiará la realidad, si no va acompañada de políticas de mediano y largo plazo, que promuevan el cumplimiento de los objetivos de las mismas, sin importar el gobierno de turno, pero la decisión política y el consenso existente implican un profundo cambio estratégico, ese cambio está en marcha.
Durante el 2006 ya se ha avanzado en la implementación de la Ley de Financiamiento Educativo, como recién les decía, sancionada en diciembre de 2005, que prevé las estrategias y los instrumentos para realizar un aumento progresivo de la inversión total en la educación.
Se verificó un incremento en el gasto consolidado de la educación, ciencia y tecnología, que asegura 31.985.000 millones, equivalentes al 5.09 del PBI. Este gasto implica un aumento del 32 por ciento nominal respecto del año 2005. Se pusieron en marcha los mecanismos e instrumentos previstos en esta ley, se filmaron 22 convenios bilaterales entre la Nación y las provincias, que fijan las metas a cumplir y los recursos a asignar en el período 2006-2007, por parte de cada nivel de Gobierno.
Asimismo con el programa de compensación salarial docente se asistió a varias provincias para alcanzar un salario de bolsillo mínimo de 840 pesos en todo el país, para el maestro de grado y ahora aspiramos a llegar a 1.040 pesos. Con el último incremento aspiramos a llegar a 1.040, cuando en mayo de 2003 se ubicaba en 278 pesos. Aún me acuerdo cuando tuve que ir a Entre Ríos, con el ministro Filmus, cuando meses y meses estaban los docentes sin cobrar y posteriormente a la provincia de San Juan y así a otras provincias. Hemos incrementado esa cifra de 278 mínimos que ganaba cada docente, en un 274 por ciento. (APLAUSOS). Es decir que más allá de las naturales discusiones existentes en algunas provincias, en el período 2003-2007 los salarios docentes se han triplicado.
En lo que se refiere al Fondo Nacional del Incentivo Docente se realizaron las transferencias para beneficiar a casi 800 mil docentes, con la cuota mensual de 110 pesos por cargo o equivalente y se cancelaron los pagos de las partidas correspondientes a 2004 y parte del 2005.
Durante el 2006 – yo les decía recién – se sancionó la Ley de Educación Técnico Profesional, se constituyó el Consejo Nacional de la Educación, el Trabajo y la Producción con representación de los sectores gremiales y empresarios, y se creó el Registro Federal de Instituciones de Educación Técnica Profesional, en el cual están inscriptos 2.787 instituciones, de las cuales 1.394 son instituciones técnicas y agrotécnicas.
La Ley de Presupuesto para el año 2006 asignó recursos presupuestarios para las universidades nacionales por 3.359 millones. Esto es un incremento del 44 por ciento respecto del 2005.
En el 2006 se incrementó el presupuesto para gastos del funcionamiento de las universidades nacionales, por 80 millones de pesos, y para ciencia y tecnología por 10 millones de pesos.
Se celebraron acuerdos paritarios generales que significan una asignación presupuestaria adicional de 340 millones de pesos, representando una mejora salarial promedio del 34 por ciento para 137 mil docentes universitarios y preuniversitarios y de 28 por ciento promedio para 37 mil no docentes.
En materia científica y tecnológica se concluyó la elaboración del Plan Estratégico Nacional de Ciencia Tecnológica e Innovación Bicentenario, 2006-2010. En el marco de la política de jerarquización de la actividad científica y tecnológica los estipendios promedios de las becas doctorales y posdoctorales que otorga el CONICET, fueron incrementados en 121 por ciento y 117 por ciento. Nuestro querido CONICET, durante tanto tiempo olvidado y que tan importante es para el desarrollo global del país.
En el mismo período el incremento salarial promedio de los investigadores del CONICET fue del 190 por ciento para un investigador asistente, del 100 por ciento para un independiente del 87 por ciento para un superior. Estas y otras acciones son pruebas contundentes e irrefutables de la prioridad de la educación como estrategia de crecimiento sustentable y racional.
Hemos puesto acento en el fortalecimiento del mercado interno, ayudando a promover la demanda de sectores de menores ingresos con un exitoso efecto multiplicador.
El Consejo del Salario, esa institución fundamental que con nuestro Gobierno volvió a la normalidad; es importante recordar que en mayo de 2003 el salario mínimo era de apenas 200 pesos; en el 2006, con la participación de todos los trabajadores argentinos y los sectores sociales y empresarios, el Consejo lo llevó a 800 pesos.
Una gran parte de nuestra gestión y de los esfuerzos están puestos en mejorar la calidad del empleo. Apuntamos al empleo en blanco, los resultados están a la vista, el crecimiento del empleo registrado se viene acelerando y acumula un 28 por ciento en el 2003. De acuerdo con los datos del sistema integrado de jubilaciones y pensiones, es decir sobre salarios realmente pagados, tenemos un millón más de empleos registrados que los que habían en el mejor momento de la década del 90’.
El Plan Nacional de Regulación del Trabajo es el pilar de esta política de inclusión, sin lugar a dudas la obligación de los empresarios es registrar a sus trabajadores y la del Estado es que la normativa laboral se cumpla. Desde el lanzamiento del plan se controlaron 320 mil establecimientos y se verificó la situación de más de 1 millón de trabajadores, así como la incorporación de 400 nuevos inspectores se recuperó la función de control del Ministerio de Trabajo.
A partir del crecimiento económico hemos avanzado en la transformación de algunos programas asistenciales, en políticas activas de inserción laboral y productivas para la población desocupada. A fines de 2006 más de 790. 000 beneficiarios del Plan Jefes ya se había incorporado al trabajo registrado, gracias a Dios.
El año pasado se puso en marcha el Seguro de Capacitación y Empleo, su misión es generar las condiciones para estimular el traspaso de beneficiarios del Programa Jefas y Jefes de Hogar al trabajo formal, a través de la formación y la orientación en la búsqueda del empleo.
El Programa de Empleo Transitorio en Obra Pública Local, con aportes de materiales, apoyó la construcción de infraestructuras de utilidad comunitaria y productiva. Con la participación de beneficiarios y beneficiarias de programas sociales, desde junio de 2003 se aprobaron 5.800 proyectos, en los que participaron 122 mil beneficiarios, con un aporte total en materiales de más de 147 millones de pesos.
Recuperamos otra institución básica de la seguridad social, el Seguro por Desempleo; se avanzó en la evaluación y rediseño del sistema integral de prestaciones por desempleo; se incrementaron los montos; se amplió el período de cobertura; se concedió, además, una extensión especial de seguro para los trabajadores mayores de 45 años, por un valor equivalente al 70 por ciento de la prestación.
El proceso de recomposición de ingresos también incluyó a nuestros queridos jubilados y a otros sectores vulnerables. Hemos dispuesto 10 aumentos de jubilaciones y pensiones en tres años de gestión, luego de años de congelamiento. La primera suba en agosto de 2003 llevó el mínimo a 220 pesos, a partir de enero de 2007 esa prestación alcanzó los 560 pesos si sumamos los 30 pesos de subsidio que otorgó el PAMI; además por primera vez en quince años hubo un aumento – que fue aprobado por ustedes – en todas las escalas de los haberes jubilatorios.
Por otra parte, se dio respuesta a trabajadores que se encontraban en una situación hasta hace poco sin solución, al tratarse de personas que contaban con todos los años de aportes exigidos, pero no le alcanzaban la edad para jubilarse, fruto de las privatizaciones y demás, resultándoles sumamente difícil la incorporación al mercado laboral para subsistir. Así se creó el Sistema de Prestación Anticipada por Desempleo, un hito en la historia previsional de nuestro país, que ya dio cobertura a más de 200 mil argentinos.
Se restableció la vigencia de los regímenes previsionales especiales para docentes e investigadores científicos y tecnológicos, creando un suplemento destinado a abonar el 82 por ciento del último sueldo recibido.
Hemos diseñado y llevado adelante una amplia moratoria previsional, si precedentes, que permitió que un millón de trabajadores puedan estar incluidos en el sistema. Optamos por el ejercicio de la solidaridad para reparar una injusticia y recuperar la dignidad de los adultos mayores a tener derecho a su jubilación y a su obra social luego de tantos años de trabajo y esfuerzo. (Aplausos)
Un párrafo aparte merece la modificación al régimen previsional que posibilita la libre opción jubilatoria, terminamos con la dictadura, los trabajadores pueden volver a optar por qué sistema se van a jubilar. (Aplausos)
La verdad que les puedo asegurar que fue un paso con el que siempre soñé, siempre nos dijimos que lo queríamos dar. Creo que es un tema trascendente, tan trascendente que fue apoyado mayoritariamente por este Congreso. El principal beneficio de esta reforma es indiscutible, la libertad de elegir entre el régimen de reparto o el de capitalización; la posibilidad para 15 millones de argentinos de poder elegir qué sistema jubilatorio quieren para su futuro.
Las asignaciones familiares son parte de un sistema que le permite a un trabajador tener asistencia del Estado de acuerdo a la vulnerabilidad de su situación, ya sea por la condición de su grupo familiar como por la condición salarial. En base a esa premisa hemos decidido un reciente aumento del 20 por ciento en los valores de las asignaciones familiares ya en vigencia, y una nueva modificación en las escalas salariales para poder percibirlas. Desde el comienzo de esta gestión las asignaciones familiares han tenido un aumento que van del 80 al 100 por ciento. La seguridad social es el instrumento transparente que tiene un gobierno a la hora de la redistribución del ingreso, de allí nuestro esfuerzo sostenido de poner a disposición de los argentinos los mayores recursos de la economía para quienes más los necesitan.
La tasa de cobertura de la cantidad de gente mayor de 65 años que es alcanzada por una prestación de la seguridad social en el 2002 era del 64.9, esto significa que 35 de cada 100 abuelos nuestros estaban condenados a la indigencia. Hoy la tasa de cobertura de cobertura en la Argentina subió a casi 90 puntos, estando cubiertos 9 de de cada 10 abuelos. (Aplausos)
En todo el territorio nacional pusimos en ejecución una fuerte solidaridad social, trabajando para reconstruir el tejido social destruido por la crisis. En el terreno del desarrollo social también se operan cambios estructurarles.
La caída siempre es instantánea, el retorno a los niveles de dignidad cuesta y es trabajoso. Por cada punto de caída del Producto Bruto en la crisis se necesitan tres del ciclo de crecimiento para reparar el daño causado a la estructura productiva y a la población más humilde. Pero no hay dato cuantitativo que refleje la tarea humana que acompaña cada acción.
La Argentina ha realizado avances en el cumplimiento de los objetivos del milenio, apuntando a erradicar la pobreza extrema y el hambre. En el 2003 y en 2006 redujo prácticamente a la mitad la población bajo el nivel de indigencia, y casi a un tercio a la que está debajo del la línea de pobreza. Y todavía es una vergüenza. Es bueno que lo digan muchos de los que ampararon políticas que nos llevaron a esta pobreza, y a los que hoy les preocupa la pobreza, mucho les preocupa la pobreza, yo creo que les preocupa en serio.
También es bueno que aquellos que no vieron o que callaron cuando se implementaban estas políticas de pobreza, que tenían que haber levantado su voz desde cada fuente de doctrina, como dicen algunos, y no lo hicieron, también es bueno que les preocupe la pobreza. Nosotros, que la hemos bajado a la mitad, seguimos diciendo con total humildad que todavía sentimos vergüenza por la cantidad de pobres argentinos que hay, porque nuestro objetivo es llevarlos a los niveles que los argentinos nos merecemos. (Aplausos)
También bajó sensiblemente la brecha entre los ingresos de los hogares pobres y la línea de pobreza de estos mismos hogares, como consecuencia de la mejora en la distribución.
En cuanto a alcanzar la educación básica universal, debe señalarse que la tasa neta de escolarización de niños entre 6 y 11 años creció, desde 1991, del 96.9 por ciento al 98.1 por ciento. Para las salas de 5 años pasó del 57.5 en los años 80 al 90.8 por ciento en la actualidad.
En cuanto a la reducción de la mortalidad infantil la tasa se redujo del 25,6 por mil en 1990 al 13.3 por mil. Las principales causas son afecciones originadas en el período prenatal, malformaciones congénitas, enfermedades respiratorias e infecciosas. Las causas son mayoritariamente reducibles mediante prevención, trabajo, inversión, como una de las asignaturas que nosotros consideramos pendientes, y que esperamos la podamos llevar adelante en el próximo período, fortaleciendo como corresponde la salud pública, los hospitales públicos como el eje rector de nuestra salud, consolidando, por supuesto, la columna vertebral, acompañado por la salud privada pero teniendo definitivamente hospitales públicos que honren a todos los argentinos. (Aplausos)
Creemos en la persona con derechos, en la construcción de ciudadanías, no en la persona cautiva, porque no existe oportunidad más importante que participar y comprometerse.
Dejamos atrás las recetas únicas, estamos resolviendo problemáticas que habían sido abandonadas en materia de provisión de agua potable, de la organización de la comunidad, políticas de saneamiento, medio ambiente y viviendas.
Estamos trabajando con inversión social y una política de derechos y de equidad territorial, con la ejecución presupuestaria más alta de la historia, el 97.8 por ciento, de 3.912,7 millones en el 2006.
Estamos instalando capacidades para los que no tuvieron la oportunidad y lo estamos haciendo juntos, el Estado, la sociedad civil participando en las prácticas cotidianas, defendiendo el derecho de los argentinos.
Para fortalecer la política de recuperación de derechos sociales contamos con tres planes nacionales. El plan nacional de desarrollo local y economía social Manos a la Obra fue creado para generar trabajo y desarrollo social en los sectores sociales de menos recursos; cubre estrategias de desarrollo local y regional con proyectos integrales que apuntan a mejorar la competitividad y comercialización de los emprendimientos sociales. En el plan se implementó una combinación financiera de subsidios, de créditos y capacitación, de igual manera se impulsaron para la escala de economía social mecanismos adecuados, para facilitar el compre social y el compre nacional a través del Estado.
En el 2006 se iniciaron 34.950 nuevos emprendimientos productivos, los cuales nos permiten totalizar 67 mil unidades productivas, realizadas por 552 mil argentinos emprendedores.
Alrededor de 17.300 emprendedores productivos se incorporaron al Registro Nacional de Efectores de Desarrollo y Economía social en el año 2006.
Con la implementación de la reciente Ley Nacional sancionada por el Honorable Congreso de la Nación, la 26117, de Promoción de Microcréditos, se espera seguir expandiendo la inclusión social a los sectores más vulnerables, desde el acceso al crédito sin garantías patrimoniales y con garantías solidarias.
Las cooperativas y talleres sociales del Ministerio de Desarrollo Social confeccionaron en los últimos 15 meses 208.300 guardapolvos, lo que representa casi la tercera parte del total comprado en el año, pasando satisfactoriamente los controles de calidad realizados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
Se crearon además centros integrales para el desarrollo de la economía social, además se dio apoyo productivo con insumos y maquinarias a las cooperativas.
El Plan Nacional de Manos a la Obra invirtió en el 2006, 145 millones de pesos, alcanzando un acumulado desde el inicio de la gestión de 414 millones de pesos.
El Plan Nacional Familias encara, desde el abordaje integral de las familias, diferentes líneas de trabajo, asistencia, contención, protección y promoción de niños, adolescentes y mayores. Actualmente llega con ingresos familiares a 878 mil familias, correspondiendo 503 mil a pensiones y 375 mil a ingresos mensuales familiares, lo que representa en este último caso 1.030.000 menores asistidos.
La tasa de escolaridad de los grupos alcanzó del 86.6 por ciento al 97.4. En el 2006 se invirtieron 2.660 millones de pesos, incluyendo pensiones y familias, lo que significa un aumento respecto al 2005 del 56 por ciento. Las metas proyectadas fueron cumplidas en el ciento por ciento.
La inversión anual del Plan Nacional Familia fue de 2.951 millones de pesos en el 2006, alcanzando una inversión total en los tres años y medio de gestión de 7.261 millones de pesos.
Para difundir aún más el derecho a una vejez digna se realizaron en todo el país 448 operativos de campo para capacitación, asesoramiento e inicio de pensiones.
El Plan de Seguridad Alimentaria constituye una política de Estado ininterrumpida. En la historia de las políticas nacionales alimentarias por destinas causas nunca había habido continuidad.
Hemos transferido recursos monetarios a las provincias, a los municipios, a los organismos gubernamentales y no gubernamentales por 740 millones de pesos en el transcurso del año 2006, totalizando desde el inicio de la gestión 2.450 millones.
Son 730 millones las personas asistidas complementariamente y a través del Plan de Seguridad Nacional. Estamos trabajando para que por lo menos el 90 por ciento de las familias reciban tarjetas magnéticas o vales para la compra de alimentos, buscando recuperar la comensalidad familiar, reuniendo y comprometiendo al núcleo familiar en sus vínculos sociales en torno a la alimentación y a la salud. (Aplausos)
Esta forma de prestación ya opera en algunos municipios de la provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Neuquén, Capital,Córdoba Capital, Catamarca, Santa Cruz, Chubut, Entre Ríos, La Pampa, Mendoza, Río Negro, Santa Fe, Tierra del Fuego, La Rioja y parte de Santiago del Estero. Esta modalidad ya alcanza el 63 por ciento del país, era impensable en otras épocas donde se usó el alimento como modo de trabajo clientelar.
Se crearon el año pasado 933 cooperativas de trabajo, de las cuales 596 se constituyeron en el marco de planes de emergencia nacional, en coordinación con los ministerios de Desarrollo Social, de Planificación, Inversión Pública y Servicios, son 9.536 trabajadores cooperativistas. Estas cooperativas, junto a las constituidas en los tres años anteriores, totalizan 3.500, de las que participan aproximadamente 55 mil trabajadores.
En salud este año resulta determinante, porque marca el límite de una experiencia inédita del Plan Federal de Salud 2004-2007, fruto de un acuerdo con todos los gobiernos provinciales. Con él hemos comenzado a revertir el modelo privatizador y centralista, demostrando la conveniencia de la progresiva elaboración de consensos con los gobiernos provinciales y municipales, la planificación concertada los sectores de este sistema, la equidad y la transparente aplicación de recursos, y la consolidación de metas comunes.
Reforzando el sector público hemos empezado a invertir en un sistema que se había centralizado exclusivamente en la atención de enfermedades, nadie se atrevía a cambiar esa estructura. En menos de cuatro años ampliamos las redes públicas de prevención y asistencia con 179 centros integradores comunitarios y 6.433 efectores de atención primaria en todo el país. En consecuencia aumentaron en un 46 por ciento las consultas médicas en los centros de atención primaria y hospitales.
Asimismo estamos reasignando progresivamente más presupuesto para reforzar la infraestructura hospitalaria. En ese sentido ya hemos invertido más de 600 millones de pesos