Señor gobernador de la Provincia de Buenos Aires; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor jefe del Estado Mayor General de la Armada; señor director de la Escuela de Suboficiales de la Armada; señores intendentes; autoridades nacionales, provinciales y municipales; personal de la Armada; pueblo, amigos y amigas presentes aquí, de Bahía Blanca, de Punta Alta, de todos los pueblos cercanos: venimos a cumplir con la palabra empeñada, venimos a inaugurar las nuevas instalaciones de la Escuela de Suboficiales de la Armada.
Este nuevo edificio de la sede de la Escuela de Suboficiales de la Armada constituye un medio material adecuado, moderno y planeado para la realización específica de procesos pedagógicos. Los procesos educativos tienen historia y los edificios donde se desarrollan también. Todos sabemos, toda la Argentina conoce que la antigua sede de la Escuela de Mecánica de la Armada en la ciudad de Buenos Aires fue utilizada durante la última dictadura militar como uno de los centros más significativos de concentración de tortura y asesinato de seres humanos, que hoy lamentablemente figuran en lista de desaparecidos. La cesión de aquel predio para un proyecto de museo destinado a la verdad, la memoria y la justicia respecto de aquellos tiempos, de aquellos procesos que produjeron saltos siniestros, generó y aceleró la construcción de esta nueva sede.
Esta inauguración constituye entonces simbólicamente un comienzo. Pero no son los muros los que definen la historia, el presente y el porvenir, mirar de frente al pasado y al futuro, proyectar un nuevo destino, son responsabilidades de la autoridad política, pero también de los hombres de la institución armada, específicamente de la naval y sobre todo de esta renovada escuela.
Los jóvenes militares, los de esta unidad y los de todos los destinos, la nueva generación de nuestros militares, debe concebirse a sí misma como el futuro de las instituciones armadas. Son el futuro, no el pasado. En una mano la Constitución Nacional y en la otra las armas que la patria les da para que la defiendan. No deben por ello cargar con la mochila ensangrentada de la que otros son responsables, muchos de los cuales se encuentran hoy en situación de ser juzgados para que la impunidad termine de una vez en nuestro país y deje paso a la justicia.
Esta escuela debe rescatar entonces las mejores tradiciones, como aquella que forjó en 1883 la Escuela de Aprendices Mecánicos y Maestranza, luego la Escuela de Aprendices de Mecánicos Foguistas, para servir a la patria. Las artes y las técnicas creadas por los marinos han sido desde hace milenios una fuente de progreso para la civilización y en función de eso el general Manuel Belgrano pensó la primera Escuela de Náutica en el Siglo IXX. Nuestro prócer imaginó que una escuela de este tipo podía hacernos avanzar en el concierto de las naciones, obviamente tenía a la vista que la superioridad marítima en su época era crucial, como lo mostraba la experiencia mundial.
En la actualidad no sólo han cambiado las tecnologías marítimas, también ha cambiado la naturaleza de los conflictos, la idea de la territorialidad, las distancias. Formar cuadros técnicos en la vida militar o en la civil debe servir adecuadamente a las necesidades económicas y técnicas de la Nación y constituye un verdadero desafío. Este nuevo edificio, cuya formal inauguración hoy celebramos, facilita enfrentar ese desafío y permitirá estar a la altura de las exigencias del futuro.
El mundo y la República están experimentando profundos cambios, la educación tiene que convertirse en una herramienta central para comprender esos cambios en su justa magnitud y para guiarnos en el camino de la construcción del crecimiento con inclusión que nuestra patria está protagonizando.
La reactivación económica y la reconstrucción social en la que nos hemos empeñado desde el inicio de nuestro mandato, puede exhibir hoy logros concretos: crecimiento económico, sostenido incremento de reservas, desendeudamiento, autonomía en las decisiones, descenso de la desocupación, recuperación del tiempo desperdiciado en materia de infraestructura, incremento de los ingresos de los asalariados con mejora paulatina en la distribución del ingreso, superávit fiscal, ampliación de la cobertura de jubilaciones y pensiones, crecimiento sostenido de las exportaciones.
Nos ocupamos también de algo que es esencial para el futuro de toda la sociedad, el sistema educativo. Si bien la Argentina es uno de los países que ofrece mayores y diversas oportunidades educativas a sus habitantes en América Latina, queda mucho por mejorar puesto que hemos decaído en la calidad. Desde el Gobierno hemos mejorado las remuneraciones docentes, hemos invertido más en el mejoramiento de la infraestructura escolar, estamos reforzando la organización del sistema, pero nos queda todavía mucho por hacer en cuanto a los resultados de la educación.
Acabamos de presentar ante el Congreso de la Nación el proyecto de una ley de educación nacional para recuperar la coherencia y la calidad de un sistema amenazado por la fragmentación y la desorientación.
Hemos firmado también, cumpliendo la palabra empeñada y agradeciendo profundamente al personal civil de las Fuerzas Armadas, la norma que convalida los incrementos salariales sectoriales para el personal civil y docente civil de las Fuerzas Armadas comprendidos en las leyes 20.239 y 17.409. Gracias por vuestra paciencia y por su colaboración permanente. Así entre todos iremos construyendo la Argentina que nos merecemos.
Estamos impulsando la articulación de los institutos de formación militar de las Fuerzas Armadas, a fin de lograr que todas ellas formen un sistema congruente y eficaz. Hemos reglamentado la ley de Defensa Nacional a fin de efectivizar la vigencia de un comando conjunto de las Fuerzas Armadas. Marchamos hacia Fuerzas Armadas integradas y cohesionadas, con mayor nivel educativo y con fuerte compromiso con la democracia y la defensa de los derechos humanos.
Con la puesta en marcha del Consejo Nacional de la Defensa se otorga al Congreso Nacional su papel asignado en la ley y se avanza en el concepto integral de defensa nacional. En la sociedad del conocimiento en la cual nos queremos inscribir, la profesionalización y la competencia de los cuadros militares llena exigibles niveles cada vez más altos de formación profesional.
El país está empeñado en la construcción de un espacio geopolítico con el MERCOSUR, tratamos de fortalecer nuestra capacidad tecnológica y nuestro tejido social a través de la educación. Desde este punto de vista la Armada y sus escuelas de Oficiales y Suboficiales tienen mucho que aportar al país en cuanto al desarrollo de la cultura marítima, esencial para nuestro futuro como nación. Vivimos en medio de mutaciones que nos obligan a repensar el estado del mundo todos los días. Por eso la formación de suboficiales tiene que ser mucho más amplia que en el pasado. Por un lado se les exige mayor competencia tecnológica y por el otro lado mayor conciencia ciudadana.
Estamos construyendo una identidad sudamericana, retomando los ideales de nuestros héroes de la independencia, estamos transitando el siglo XXI mejorando la herramienta que nos permitirá colocarnos entre las naciones más desarrolladas, el uso del conocimiento intensivo.
Esta inauguración de la Escuela de Suboficiales de la Armada puede inscribirse en un proceso de renacimiento, no sólo por el cambio de nombre y lugar, puede constituirse en un renacer también porque esta escuela se inscribe en el siglo XXI y nace con una perspectiva de futuro mucho más amplia y distinta a la de anteriores generaciones. Tenemos por delante un horizonte más complejo, con nuevos desafíos pero también con nuevas posibilidades de progreso individual y colectivo.
Todavía se pueden ver en todas partes los signos de una decadencia que queremos dejar atrás, estamos construyendo un nuevo país, la educación juega una función muy importante en todo esto. Hace unas décadas atrás a los suboficiales se les requerían menos niveles educativos, ahora necesitan aprender, formarse y consolidarse para desarrollarse en todos los campos que el desafío de la vida les plantee. La formación de los suboficiales debe inscribirse en este horizonte, estar preparados para el aprendizaje permanente.
El Gobierno y el pueblo van transitando con esfuerzo la reactivación económica del país, nos encontramos empeñados en la reconstrucción social y en la reconstrucción del Estado, tenemos aún muchísimas materias pendientes, pero estamos mostrando progresos y esfuerzos cotidianos.
Ustedes han abrazado una profesión noble, desde lo ético y lo político la profesión militar es una de las más nobles, pues significa estar dispuesto a dar la vida para resguardar la vida y la libertad de los otros ciudadanos. Por ser portadores de los medios y las armas que sus conciudadanos, la patria y la democracia les entregan para su defensa, serán exigidos en forma especial para el cumplimiento de su deber. Sabemos que van a estar a la altura de la historia.
Venimos hoy con toda la fe y con toda la esperanza a acompañarlos en la inauguración de la Escuela de Suboficiales de la Armada, a acompañar a los cuadros de la institución, al señor Jefe del Estado Mayor Conjunto, al señor Jefe y representantes de las distintas Fuerzas, a los padres de los aspirantes, al pueblo que los mira esperanzados sabiendo que ustedes van a ser la base fundamental de la construcción de cuadros profesionales que nos van a honrar permanentemente. Porque en la tarea de la construcción de la nueva Argentina y en la tarea de la consolidación de la institucionalidad, nuestras Fuerzas Armadas, constitucionalmente, política y socialmente tienen un rol central. En esa tarea de volver a recuperar a la Argentina, en esa tarea de autocrítica permanente que debemos tener, en esa tarea de tratar de corregir los errores cotidianamente, en esa tarea de darnos cuenta que nadie tiene la verdad absoluta, en esa tarea donde la formación, la educación, la justicia, la convivencia y el derecho a tener esperanza llegue a toda la sociedad argentina, ustedes tienen un rol central, fundamental. Y sabemos que de estos aspirantes que hoy están siendo formados ya en esta Escuela, saldrán cuadros que serán un ejemplo para la consolidación democrática y la calidad de vida de nuestro país.
Que tengan muchísima suerte y estamos a vuestra disposición. (Aplausos)
Este nuevo edificio de la sede de la Escuela de Suboficiales de la Armada constituye un medio material adecuado, moderno y planeado para la realización específica de procesos pedagógicos. Los procesos educativos tienen historia y los edificios donde se desarrollan también. Todos sabemos, toda la Argentina conoce que la antigua sede de la Escuela de Mecánica de la Armada en la ciudad de Buenos Aires fue utilizada durante la última dictadura militar como uno de los centros más significativos de concentración de tortura y asesinato de seres humanos, que hoy lamentablemente figuran en lista de desaparecidos. La cesión de aquel predio para un proyecto de museo destinado a la verdad, la memoria y la justicia respecto de aquellos tiempos, de aquellos procesos que produjeron saltos siniestros, generó y aceleró la construcción de esta nueva sede.
Esta inauguración constituye entonces simbólicamente un comienzo. Pero no son los muros los que definen la historia, el presente y el porvenir, mirar de frente al pasado y al futuro, proyectar un nuevo destino, son responsabilidades de la autoridad política, pero también de los hombres de la institución armada, específicamente de la naval y sobre todo de esta renovada escuela.
Los jóvenes militares, los de esta unidad y los de todos los destinos, la nueva generación de nuestros militares, debe concebirse a sí misma como el futuro de las instituciones armadas. Son el futuro, no el pasado. En una mano la Constitución Nacional y en la otra las armas que la patria les da para que la defiendan. No deben por ello cargar con la mochila ensangrentada de la que otros son responsables, muchos de los cuales se encuentran hoy en situación de ser juzgados para que la impunidad termine de una vez en nuestro país y deje paso a la justicia.
Esta escuela debe rescatar entonces las mejores tradiciones, como aquella que forjó en 1883 la Escuela de Aprendices Mecánicos y Maestranza, luego la Escuela de Aprendices de Mecánicos Foguistas, para servir a la patria. Las artes y las técnicas creadas por los marinos han sido desde hace milenios una fuente de progreso para la civilización y en función de eso el general Manuel Belgrano pensó la primera Escuela de Náutica en el Siglo IXX. Nuestro prócer imaginó que una escuela de este tipo podía hacernos avanzar en el concierto de las naciones, obviamente tenía a la vista que la superioridad marítima en su época era crucial, como lo mostraba la experiencia mundial.
En la actualidad no sólo han cambiado las tecnologías marítimas, también ha cambiado la naturaleza de los conflictos, la idea de la territorialidad, las distancias. Formar cuadros técnicos en la vida militar o en la civil debe servir adecuadamente a las necesidades económicas y técnicas de la Nación y constituye un verdadero desafío. Este nuevo edificio, cuya formal inauguración hoy celebramos, facilita enfrentar ese desafío y permitirá estar a la altura de las exigencias del futuro.
El mundo y la República están experimentando profundos cambios, la educación tiene que convertirse en una herramienta central para comprender esos cambios en su justa magnitud y para guiarnos en el camino de la construcción del crecimiento con inclusión que nuestra patria está protagonizando.
La reactivación económica y la reconstrucción social en la que nos hemos empeñado desde el inicio de nuestro mandato, puede exhibir hoy logros concretos: crecimiento económico, sostenido incremento de reservas, desendeudamiento, autonomía en las decisiones, descenso de la desocupación, recuperación del tiempo desperdiciado en materia de infraestructura, incremento de los ingresos de los asalariados con mejora paulatina en la distribución del ingreso, superávit fiscal, ampliación de la cobertura de jubilaciones y pensiones, crecimiento sostenido de las exportaciones.
Nos ocupamos también de algo que es esencial para el futuro de toda la sociedad, el sistema educativo. Si bien la Argentina es uno de los países que ofrece mayores y diversas oportunidades educativas a sus habitantes en América Latina, queda mucho por mejorar puesto que hemos decaído en la calidad. Desde el Gobierno hemos mejorado las remuneraciones docentes, hemos invertido más en el mejoramiento de la infraestructura escolar, estamos reforzando la organización del sistema, pero nos queda todavía mucho por hacer en cuanto a los resultados de la educación.
Acabamos de presentar ante el Congreso de la Nación el proyecto de una ley de educación nacional para recuperar la coherencia y la calidad de un sistema amenazado por la fragmentación y la desorientación.
Hemos firmado también, cumpliendo la palabra empeñada y agradeciendo profundamente al personal civil de las Fuerzas Armadas, la norma que convalida los incrementos salariales sectoriales para el personal civil y docente civil de las Fuerzas Armadas comprendidos en las leyes 20.239 y 17.409. Gracias por vuestra paciencia y por su colaboración permanente. Así entre todos iremos construyendo la Argentina que nos merecemos.
Estamos impulsando la articulación de los institutos de formación militar de las Fuerzas Armadas, a fin de lograr que todas ellas formen un sistema congruente y eficaz. Hemos reglamentado la ley de Defensa Nacional a fin de efectivizar la vigencia de un comando conjunto de las Fuerzas Armadas. Marchamos hacia Fuerzas Armadas integradas y cohesionadas, con mayor nivel educativo y con fuerte compromiso con la democracia y la defensa de los derechos humanos.
Con la puesta en marcha del Consejo Nacional de la Defensa se otorga al Congreso Nacional su papel asignado en la ley y se avanza en el concepto integral de defensa nacional. En la sociedad del conocimiento en la cual nos queremos inscribir, la profesionalización y la competencia de los cuadros militares llena exigibles niveles cada vez más altos de formación profesional.
El país está empeñado en la construcción de un espacio geopolítico con el MERCOSUR, tratamos de fortalecer nuestra capacidad tecnológica y nuestro tejido social a través de la educación. Desde este punto de vista la Armada y sus escuelas de Oficiales y Suboficiales tienen mucho que aportar al país en cuanto al desarrollo de la cultura marítima, esencial para nuestro futuro como nación. Vivimos en medio de mutaciones que nos obligan a repensar el estado del mundo todos los días. Por eso la formación de suboficiales tiene que ser mucho más amplia que en el pasado. Por un lado se les exige mayor competencia tecnológica y por el otro lado mayor conciencia ciudadana.
Estamos construyendo una identidad sudamericana, retomando los ideales de nuestros héroes de la independencia, estamos transitando el siglo XXI mejorando la herramienta que nos permitirá colocarnos entre las naciones más desarrolladas, el uso del conocimiento intensivo.
Esta inauguración de la Escuela de Suboficiales de la Armada puede inscribirse en un proceso de renacimiento, no sólo por el cambio de nombre y lugar, puede constituirse en un renacer también porque esta escuela se inscribe en el siglo XXI y nace con una perspectiva de futuro mucho más amplia y distinta a la de anteriores generaciones. Tenemos por delante un horizonte más complejo, con nuevos desafíos pero también con nuevas posibilidades de progreso individual y colectivo.
Todavía se pueden ver en todas partes los signos de una decadencia que queremos dejar atrás, estamos construyendo un nuevo país, la educación juega una función muy importante en todo esto. Hace unas décadas atrás a los suboficiales se les requerían menos niveles educativos, ahora necesitan aprender, formarse y consolidarse para desarrollarse en todos los campos que el desafío de la vida les plantee. La formación de los suboficiales debe inscribirse en este horizonte, estar preparados para el aprendizaje permanente.
El Gobierno y el pueblo van transitando con esfuerzo la reactivación económica del país, nos encontramos empeñados en la reconstrucción social y en la reconstrucción del Estado, tenemos aún muchísimas materias pendientes, pero estamos mostrando progresos y esfuerzos cotidianos.
Ustedes han abrazado una profesión noble, desde lo ético y lo político la profesión militar es una de las más nobles, pues significa estar dispuesto a dar la vida para resguardar la vida y la libertad de los otros ciudadanos. Por ser portadores de los medios y las armas que sus conciudadanos, la patria y la democracia les entregan para su defensa, serán exigidos en forma especial para el cumplimiento de su deber. Sabemos que van a estar a la altura de la historia.
Venimos hoy con toda la fe y con toda la esperanza a acompañarlos en la inauguración de la Escuela de Suboficiales de la Armada, a acompañar a los cuadros de la institución, al señor Jefe del Estado Mayor Conjunto, al señor Jefe y representantes de las distintas Fuerzas, a los padres de los aspirantes, al pueblo que los mira esperanzados sabiendo que ustedes van a ser la base fundamental de la construcción de cuadros profesionales que nos van a honrar permanentemente. Porque en la tarea de la construcción de la nueva Argentina y en la tarea de la consolidación de la institucionalidad, nuestras Fuerzas Armadas, constitucionalmente, política y socialmente tienen un rol central. En esa tarea de volver a recuperar a la Argentina, en esa tarea de autocrítica permanente que debemos tener, en esa tarea de tratar de corregir los errores cotidianamente, en esa tarea de darnos cuenta que nadie tiene la verdad absoluta, en esa tarea donde la formación, la educación, la justicia, la convivencia y el derecho a tener esperanza llegue a toda la sociedad argentina, ustedes tienen un rol central, fundamental. Y sabemos que de estos aspirantes que hoy están siendo formados ya en esta Escuela, saldrán cuadros que serán un ejemplo para la consolidación democrática y la calidad de vida de nuestro país.
Que tengan muchísima suerte y estamos a vuestra disposición. (Aplausos)