Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires, querido compañero Felipe Solá; señor intendente de Tres de Febrero; querido amigo y compañero Hugo Curto; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; autoridades nacionales y provinciales, diputados, concejales; querido Hugo Moyano y todos los amigos aquí presentes, pueblo: en primer lugar les quiero decir que en esta lucha cotidiana que estamos llevando adelante hoy a la tarde se va a anunciar una buena noticia en este tema de la distribución del ingreso que tanto se habla. Podemos decir que desde que empezamos el Gobierno hemos mejorado la distribución del ingreso entre ricos y pobres de 44 a 31 y hemos bajado el primer semestre de 36 a 31, es decir que estamos mejorando bastante en algo que decían que no mejorábamos y ahora estamos mejorando también. Y en el índice Gini, que también tiene que ver con la distribución del ingreso, tenemos el 0,483, el mejor de Latinoamérica, el mejor de desarrollo en recurso humano y el mejor índice que desde toda la década del 90 hasta ahora ha tenido la Argentina. Este es el esfuerzo por la búsqueda de la justicia social y la equidad que los argentinos estamos logrando. (Aplausos)
También estoy muy contento porque en una zona como Tres de Febrero, que tiene mucho que ver con el desarrollo, podemos decir que la industria automotriz creció año a año el 48 por ciento, que la desocupación está rondando el 10 por ciento, que la pobreza ha bajado 23 puntos, que la indigencia ha bajado 16 puntos, que la recaudación ha subido este mes cerca del 28 por ciento -28 puntos, es un dato realmente importante- y evidentemente incluso toda la política de costos, la inflación, está por debajo que el año pasado, cuando decían muchos que íbamos a estar en el 12. Es decir que con el esfuerzo del pueblo argentino, trabajando junto con el gobierno, junto con los intendentes, con los gobernadores, estamos logrando resultados económicos muy importantes. El crecimiento de la industria agosto a agosto fue del 7,2; el acumulado de año a año 7,6 y tenemos mucha esperanza de que esté igual o superior a lo que fue el año pasado. El producto, la actividad económica está creciendo entre el 8,3 – 8,2 por ciento. Señores, entre todos los argentinos estamos creciendo a niveles muy buenos, esto marca administración, responsabilidad y seriedad.
¿Pero todo esto qué origina? ¿Qué origina la obra que inauguramos hoy y las obras que pusimos en marcha? ¿Qué origina en la Argentina cumplir con la palabra empeñada? ¿Qué origina generar trabajo? ¿Qué origina terminar con la política de mendicidad? Que algunos sectores privilegiados de siempre se empiecen a poner nerviosos. Entonces algunos, como el secretario del señor Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, dijo que yo era un presidente de la discordia. ¿Por qué yo un presidente de la discordia? ¿Porque peleo por la justicia, por la equidad, porque no haya impunidad, por los pobres, por el trabajo, por la patria? Si eso es ser un presidente de la discordia, soy un presidente de la discordia. Yo no vine a renunciar a las convicciones; vine a defender esas convicciones y a cumplir con la gente que nos acompañó, con aquella gente que estaba sin trabajo, con aquellos chicos que no podían ir a la escuela, con aquellos marginados, con la memoria. Algunos dicen que juzgar los crímenes del proceso es dividir a los argentinos. Dividir a los argentinos, queridos hermanos, es que no haya justicia, que haya impunidad. Por eso vivimos temas tan confusos como el caso del amigo López, porque si acá hubiera habido justicia cuando corresponde, todas estas cosas serían cosas del pasado. Pero va a haber justicia, porque hay una decisión del Gobierno y un Presidente que no se dobla, no tengo miedo y estoy dispuesto con todas mis fuerzas a llevarla adelante. (Aplausos)
Por eso, como dije en Misiones la vez pasada, yo digo que hay un Dios y que Dios es de todos, Dios no es de alguien en particular, Nuestro Dios, Nuestro Señor es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotana, porque el diablo penetra por todos lados. Esto tengámoslo claro también. (Aplausos)
Estas cosas maniqueístas se tienen que terminar definitivamente en la sociedad. Nosotros realmente estamos poniendo todo nuestro esfuerzo. Algunos me dicen: “tenés que callarte la boca”. Yo los miro a todos ustedes y en cada lugar donde voy, y yo no soy un hipócrita, yo no me voy a callar la boca, voy a seguir diciendo lo que pienso, no me van a hacer retroceder. (Aplausos)
Esto, queridos hermanos, es muy importante. Hay algunos sectores del periodismo que dicen que yo no respeto la libertad de prensa porque no hablo con ellos, sino que directamente hablo con el pueblo. Y con quién voy a hablar si no es con el pueblo, si es el que me ayuda a cambiar la Argentina, el que me ayuda incondicionalmente a construir un país diferente, distinto. (Aplausos)
Claro que respeto al periodismo, pero nadie me puede decir o prohibir que yo hable con ustedes en forma directa, porque queridos hermanos, cuando hablo con ustedes, cuando nos tocamos, cuando nos miramos, cuando me dicen que me quieren ver, me dan esa fuerza espiritual y ese cariño que me hace sentir que no estoy solo y que podemos construir la Argentina que nuestros abuelos y nuestros padres soñaron. Ahí está mi esfuerzo, ahí está el esfuerzo del Gobernador, de los Intendentes, de Hugo y de todos aquellos que quieren una Argentina diferente. Una Argentina amplia, una Argentina no sectaria, una Argentina donde se respete la decisión de la gente. (Aplausos)
Por eso le vengo a decir a 3 de Febrero de vuelta, acá, que tienen grandes dirigentes, que tiene un gran Intendente, que tienen la gente de 3 de Febrero que ha luchado tremenda y permanentemente por llevar adelante esta gran ciudad, que tienen a un Presidente, a un Presidente que vino del Sur, que le está eternamente agradecido a la gente de 3 de Febrero que me acompañó desde aquellos primeros días en que soñaba que podía ser Presidente de los argentinos. Y sepan que cuando algunos me quieren cargar despectivamente cuando me dicen pingüino, a mí me honra que me digan pingüino porque soy pingüino, porque vengo del Sur, porque siento como ellos, con la amplitud del cariño que se debe sentir. (Aplausos)
Por eso, por el amor, por el amor en Dios, por el amor entre nosotros, por el cariño, por la solidaridad, por el afecto, por respetar a los que piensan diferente, por saber entender que la verdad relativa de uno ayuda a la verdad relativa del otro para encontrar la verdad superadora que nos contiene; pero fundamentalmente, a todos los que me acompañan y a todos los intendentes, al Gobernador y a todos los que tienen responsabilidad institucional, señores: trabajo, trabajo, esfuerzo, esfuerzo. Está bien hablar pero mucho mejor está trabajar y dedicarse de lleno a la sociedad y a la gente, que es lo que la gente quiere de sus dirigentes. Dirigentes que estén al frente del pueblo, que trabajen con el pueblo y que se ocupen de toda la sociedad con fuerza, de los pobres, de los trabajadores, de la clase media, de los empresarios nacionales, que podamos reconstruir esa sociedad viva que en su momento construyó la Argentina con tanta fuerza entre el ’45 y el ’55.
Nosotros aspiramos seriamente a reconstruir en la Argentina la equidad y la justicia, claro que estamos en el infierno y espero que el día que termine mi mando el 10 de diciembre de 2007, queridos hermanos, pueda decirles que estamos llegando al purgatorio, habremos ganado una batalla. Después estarán dando ustedes y quien le toque gobernar la Argentina la batalla definitiva, pero ahora queremos llegar a salir del infierno el 10 de diciembre de 2007 para que los argentinos recuperen definitivamente la fe.
Fíjense ustedes, en menos de un año que le pagamos al Fondo, contra todos los pronósticos de los economistas, recuperamos toda la plata; en menos de un año, en 9 meses recuperamos toda la plata que le pagamos al Fondo. (Aplausos) Fíjense si la Argentina puede, si los argentinos podemos.
Hermanos queridos muchas gracias, muchas gracias señora de Curto por acompañarnos siempre, muchas gracias a todos, a sus órdenes, con fe, con cariño, con amor, con fuerza, con decisión, con la bandera, con la escarapela, con el sentir de Patria, con el recuerdo de nuestros patriotas, por una argentina para todos. Muchísimas gracias. (Aplausos)
También estoy muy contento porque en una zona como Tres de Febrero, que tiene mucho que ver con el desarrollo, podemos decir que la industria automotriz creció año a año el 48 por ciento, que la desocupación está rondando el 10 por ciento, que la pobreza ha bajado 23 puntos, que la indigencia ha bajado 16 puntos, que la recaudación ha subido este mes cerca del 28 por ciento -28 puntos, es un dato realmente importante- y evidentemente incluso toda la política de costos, la inflación, está por debajo que el año pasado, cuando decían muchos que íbamos a estar en el 12. Es decir que con el esfuerzo del pueblo argentino, trabajando junto con el gobierno, junto con los intendentes, con los gobernadores, estamos logrando resultados económicos muy importantes. El crecimiento de la industria agosto a agosto fue del 7,2; el acumulado de año a año 7,6 y tenemos mucha esperanza de que esté igual o superior a lo que fue el año pasado. El producto, la actividad económica está creciendo entre el 8,3 – 8,2 por ciento. Señores, entre todos los argentinos estamos creciendo a niveles muy buenos, esto marca administración, responsabilidad y seriedad.
¿Pero todo esto qué origina? ¿Qué origina la obra que inauguramos hoy y las obras que pusimos en marcha? ¿Qué origina en la Argentina cumplir con la palabra empeñada? ¿Qué origina generar trabajo? ¿Qué origina terminar con la política de mendicidad? Que algunos sectores privilegiados de siempre se empiecen a poner nerviosos. Entonces algunos, como el secretario del señor Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, dijo que yo era un presidente de la discordia. ¿Por qué yo un presidente de la discordia? ¿Porque peleo por la justicia, por la equidad, porque no haya impunidad, por los pobres, por el trabajo, por la patria? Si eso es ser un presidente de la discordia, soy un presidente de la discordia. Yo no vine a renunciar a las convicciones; vine a defender esas convicciones y a cumplir con la gente que nos acompañó, con aquella gente que estaba sin trabajo, con aquellos chicos que no podían ir a la escuela, con aquellos marginados, con la memoria. Algunos dicen que juzgar los crímenes del proceso es dividir a los argentinos. Dividir a los argentinos, queridos hermanos, es que no haya justicia, que haya impunidad. Por eso vivimos temas tan confusos como el caso del amigo López, porque si acá hubiera habido justicia cuando corresponde, todas estas cosas serían cosas del pasado. Pero va a haber justicia, porque hay una decisión del Gobierno y un Presidente que no se dobla, no tengo miedo y estoy dispuesto con todas mis fuerzas a llevarla adelante. (Aplausos)
Por eso, como dije en Misiones la vez pasada, yo digo que hay un Dios y que Dios es de todos, Dios no es de alguien en particular, Nuestro Dios, Nuestro Señor es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotana, porque el diablo penetra por todos lados. Esto tengámoslo claro también. (Aplausos)
Estas cosas maniqueístas se tienen que terminar definitivamente en la sociedad. Nosotros realmente estamos poniendo todo nuestro esfuerzo. Algunos me dicen: “tenés que callarte la boca”. Yo los miro a todos ustedes y en cada lugar donde voy, y yo no soy un hipócrita, yo no me voy a callar la boca, voy a seguir diciendo lo que pienso, no me van a hacer retroceder. (Aplausos)
Esto, queridos hermanos, es muy importante. Hay algunos sectores del periodismo que dicen que yo no respeto la libertad de prensa porque no hablo con ellos, sino que directamente hablo con el pueblo. Y con quién voy a hablar si no es con el pueblo, si es el que me ayuda a cambiar la Argentina, el que me ayuda incondicionalmente a construir un país diferente, distinto. (Aplausos)
Claro que respeto al periodismo, pero nadie me puede decir o prohibir que yo hable con ustedes en forma directa, porque queridos hermanos, cuando hablo con ustedes, cuando nos tocamos, cuando nos miramos, cuando me dicen que me quieren ver, me dan esa fuerza espiritual y ese cariño que me hace sentir que no estoy solo y que podemos construir la Argentina que nuestros abuelos y nuestros padres soñaron. Ahí está mi esfuerzo, ahí está el esfuerzo del Gobernador, de los Intendentes, de Hugo y de todos aquellos que quieren una Argentina diferente. Una Argentina amplia, una Argentina no sectaria, una Argentina donde se respete la decisión de la gente. (Aplausos)
Por eso le vengo a decir a 3 de Febrero de vuelta, acá, que tienen grandes dirigentes, que tiene un gran Intendente, que tienen la gente de 3 de Febrero que ha luchado tremenda y permanentemente por llevar adelante esta gran ciudad, que tienen a un Presidente, a un Presidente que vino del Sur, que le está eternamente agradecido a la gente de 3 de Febrero que me acompañó desde aquellos primeros días en que soñaba que podía ser Presidente de los argentinos. Y sepan que cuando algunos me quieren cargar despectivamente cuando me dicen pingüino, a mí me honra que me digan pingüino porque soy pingüino, porque vengo del Sur, porque siento como ellos, con la amplitud del cariño que se debe sentir. (Aplausos)
Por eso, por el amor, por el amor en Dios, por el amor entre nosotros, por el cariño, por la solidaridad, por el afecto, por respetar a los que piensan diferente, por saber entender que la verdad relativa de uno ayuda a la verdad relativa del otro para encontrar la verdad superadora que nos contiene; pero fundamentalmente, a todos los que me acompañan y a todos los intendentes, al Gobernador y a todos los que tienen responsabilidad institucional, señores: trabajo, trabajo, esfuerzo, esfuerzo. Está bien hablar pero mucho mejor está trabajar y dedicarse de lleno a la sociedad y a la gente, que es lo que la gente quiere de sus dirigentes. Dirigentes que estén al frente del pueblo, que trabajen con el pueblo y que se ocupen de toda la sociedad con fuerza, de los pobres, de los trabajadores, de la clase media, de los empresarios nacionales, que podamos reconstruir esa sociedad viva que en su momento construyó la Argentina con tanta fuerza entre el ’45 y el ’55.
Nosotros aspiramos seriamente a reconstruir en la Argentina la equidad y la justicia, claro que estamos en el infierno y espero que el día que termine mi mando el 10 de diciembre de 2007, queridos hermanos, pueda decirles que estamos llegando al purgatorio, habremos ganado una batalla. Después estarán dando ustedes y quien le toque gobernar la Argentina la batalla definitiva, pero ahora queremos llegar a salir del infierno el 10 de diciembre de 2007 para que los argentinos recuperen definitivamente la fe.
Fíjense ustedes, en menos de un año que le pagamos al Fondo, contra todos los pronósticos de los economistas, recuperamos toda la plata; en menos de un año, en 9 meses recuperamos toda la plata que le pagamos al Fondo. (Aplausos) Fíjense si la Argentina puede, si los argentinos podemos.
Hermanos queridos muchas gracias, muchas gracias señora de Curto por acompañarnos siempre, muchas gracias a todos, a sus órdenes, con fe, con cariño, con amor, con fuerza, con decisión, con la bandera, con la escarapela, con el sentir de Patria, con el recuerdo de nuestros patriotas, por una argentina para todos. Muchísimas gracias. (Aplausos)