Querido amigo Presidente; querido amigo vicepresidente; señor presidente de la Cámara de Diputados; señores ministros; legisladores, funcionarios; amigos y amigas: para mí es una profunda alegría poder estar hoy en Paraguay y compartir con mi amigo Nicanor un día de trabajo, un día de esfuerzos, un día de sueños por la integración de la región, por la integración latinoamericana, por la construcción del MERCOSUR, por la consolidación de la solidaridad, por darle voz, identidad y rumbos a esta querida región, que tantas veces terminó siendo el patio trasero de las grandes decisiones que se han tomado hacia esta región del mundo y en el propio mundo.
Nosotros soñamos con la construcción del espacio en los países de América, soñamos con tener una voz que nos permita en bloque poder expresar la vocación de integración, pero la vocación de difusión de los intereses que tenemos, también soñamos con abrir nuestras puertas a todos los pueblos del mundo. Muchas veces hemos conversado con Nicanor estas ideas, estos conceptos que cuesta, a veces, hacer entender en la región porque creen que muchas veces es mejor tener determinado tipo de relaciones carnales o determinado tipo de subordinación política, intelectual, de identidad, de construcción, que empezar a expresar una política de construcción como alternativa que nos permita consolidar definitivamente el crecimiento de nuestros pueblos.
Creo, lo hemos conversado contigo Nicanor, que cuando la historia nos da la oportunidad de tener la iniciativa política en la conducción del Estado nosotros tenemos que ser absolutamente fieles a nuestras convicciones, tenemos que creer que no se construye un mundo sin ideas, que no se construye un mundo sin conceptos, pensamientos y que si bien la integración económica es importante, mucho más importante es la integración política, la integración de ideas, la integración de solidaridades, que eso permite la construcción de las alternativas económicas que, de última, terminan definiendo las respuestas que nuestros pueblos necesitan.
Nuestra región durante décadas ha sufrido muchísimos, desde oscurantismo desde la propia iniciativa del poder, hasta dictaduras atroces que han quebrado la posibilidad de tener generaciones muy fuertes, generaciones potenciadas para la conducción del Estado y que los Estados no han podido contar. Por eso en esta etapa que estamos tratando de construir en América latina, estamos tratando de construir el MERCOSUR es vital generar marcos de solidaridad, de responsabilidad, de entender que tenemos que luchar por la justicia y la equidad, que es fundamental luchar por la inclusión social, que es fundamental derrotar la pobreza, construir trabajo, derrotar la indigencia, erigir una industria nacional, la construcción de nuestros productos con valor agregado, darle la potencialidad económica y administraciones correctas a nuestros Estados, entender – como expresábamos recién con el señor vicepresidente – que es muy importante el mercado pero es muy importante no tener un Estado ausente. Y no hay que tener vergüenza porque hayan existido Estados prebendarios no significa anular la gran importancia en la construcción de nuestras naciones.
Nosotros creemos en el Estado que promociona, en el Estado que empuja, en el Estado que consolida, en el Estado que perfila, en el Estado que tiene realmente una acción y una incidencia, no empresaria ni paternalista ni un tutelaje fuera de época, pero si en un Estado que representa los intereses de todos los ciudadanos. Creemos en el mercado que funcione con cristalinidad y transparencia, que permita la inversión, el crecimiento económico y el funcionamiento global de la capacidad, de la inteligencia, de la imaginación y de la vocación del sector privado. Si logramos combinar estos dos factores fundamentales nuestras naciones necesariamente van a crecer.
Y después de mucho tiempo en la región se está dando un interesante proceso de crecimiento, si ese proceso de crecimiento lo hacemos con equidad, lo hacemos con inclusión, lo hacemos con la vocación de construir un proceso industrial en serio vamos bien, porque no hay desarrollo económico realmente sustentable, si no hay una industria nacional que lo consolide. Y si a eso logramos una producción agropecuaria con valor agregado e integrada a los intereses del país y no en un pequeño sector, evidentemente va a alumbra una región absolutamente diferente.
Por eso yo vengo al Paraguay feliz a compartir esta primera visita oficial, como vine feliz a compartir vuestra asunción, la suya y del vicepresidente, y también a la reunión que tuvimos del MERCOSUR. Se que tenemos por delante muchísimo trabajo entre ambos, que tenemos que solucionar muchísimos problemas, que tenemos que encontrar el camino que le de viabilidad a muchas aspiraciones que ambos tenemos, pero estoy seguro que todos esos desafíos que tenemos los vamos a ir resolviendo con la madurez, con la racionalidad, con la responsabilidad y teniendo en cuenta los valores que nuestros pueblos necesitan y las necesidades que tienen.
La Argentina quiere al Paraguay, la Argentina lo siente como un hermano al pueblo paraguayo y a mí en este tiempo circunstancia de la historia, que me toca tener la iniciativa transitoria de la conducción del Estado en mi país me toca la suerte de compartir con alguien que considero un amigo, que está hoy conduciendo el Paraguay, que es el señor Presidente Nicanor Duarte, yo le digo con todo afecto, Nicanor, con quien hemos construido una amistad, un afecto y hemos compartido muchísimos foros, levantando, a veces, un poco la voz para tratar de ser escuchados para que entiendan que atrás de muchas cosas hay una región que lucha por ser, que quiere ser, que no quiere mendicidad, pero que quiere ser escuchada y quiere tener las mismas posibilidades que el resto de las otras regiones y que evidentemente nosotros, muchas veces, hemos sido postergados por esa cuestión de la división del capital y el trabajo, que aún hoy – nos guste o no – reinan en el mundo.
Por eso, querido Nicanor, sé que nos espera una larga lucha todavía, pero estoy seguro que la construcción de ese espacio grande, que soñamos para Latinoamérica, lo vamos a poder lograr con un proceso de solidaridad, de mutuo respeto, de escucharnos permanentemente y de entender que nuestros pueblos necesitan que sus gobernantes tengan el coraje, la decisión y la vocación de llevar esa voz que muchas veces uno dice dentro de casa a todos los lugares del mundo. A todos los amigos del Paraguay les puedo decir que el Presidente de Paraguay lo que dice en casa lo dice fuera. Por eso yo dije que el Presidente de Paraguay es una persona que vale. Por eso, con mucha sinceridad, hemos construido este afecto y esta amistad, porque alguien que lo que dice adentro, lo dice afuera, independientemente de las circunstancias y la coyuntura que le toca vivir, más cuando proviene de países como los nuestros - y en el caso de Paraguay más chico que el propio que me toca conducir a mí - tiene un valor realmente muy fuerte, muy grande y genera una conducta valorativa de parte nuestra realmente profunda.
Así que, querido Nicanor, muchas gracias por esta condecoración, la agradezco profundamente, para mi es un profundo honor ser condecorado con la Orden de este patriota y te digo, de corazón, que Argentina y Paraguay, Paraguay y Argentina tienen mucho camino que recorrer, pero ambos países tienen que ayudar a construir ese espacio que América del Sur necesita para que esa voz que, a veces solitaria levantamos, tenga la fuerza de la construcción política. Muchísimas gracias. (Aplausos).
Nosotros soñamos con la construcción del espacio en los países de América, soñamos con tener una voz que nos permita en bloque poder expresar la vocación de integración, pero la vocación de difusión de los intereses que tenemos, también soñamos con abrir nuestras puertas a todos los pueblos del mundo. Muchas veces hemos conversado con Nicanor estas ideas, estos conceptos que cuesta, a veces, hacer entender en la región porque creen que muchas veces es mejor tener determinado tipo de relaciones carnales o determinado tipo de subordinación política, intelectual, de identidad, de construcción, que empezar a expresar una política de construcción como alternativa que nos permita consolidar definitivamente el crecimiento de nuestros pueblos.
Creo, lo hemos conversado contigo Nicanor, que cuando la historia nos da la oportunidad de tener la iniciativa política en la conducción del Estado nosotros tenemos que ser absolutamente fieles a nuestras convicciones, tenemos que creer que no se construye un mundo sin ideas, que no se construye un mundo sin conceptos, pensamientos y que si bien la integración económica es importante, mucho más importante es la integración política, la integración de ideas, la integración de solidaridades, que eso permite la construcción de las alternativas económicas que, de última, terminan definiendo las respuestas que nuestros pueblos necesitan.
Nuestra región durante décadas ha sufrido muchísimos, desde oscurantismo desde la propia iniciativa del poder, hasta dictaduras atroces que han quebrado la posibilidad de tener generaciones muy fuertes, generaciones potenciadas para la conducción del Estado y que los Estados no han podido contar. Por eso en esta etapa que estamos tratando de construir en América latina, estamos tratando de construir el MERCOSUR es vital generar marcos de solidaridad, de responsabilidad, de entender que tenemos que luchar por la justicia y la equidad, que es fundamental luchar por la inclusión social, que es fundamental derrotar la pobreza, construir trabajo, derrotar la indigencia, erigir una industria nacional, la construcción de nuestros productos con valor agregado, darle la potencialidad económica y administraciones correctas a nuestros Estados, entender – como expresábamos recién con el señor vicepresidente – que es muy importante el mercado pero es muy importante no tener un Estado ausente. Y no hay que tener vergüenza porque hayan existido Estados prebendarios no significa anular la gran importancia en la construcción de nuestras naciones.
Nosotros creemos en el Estado que promociona, en el Estado que empuja, en el Estado que consolida, en el Estado que perfila, en el Estado que tiene realmente una acción y una incidencia, no empresaria ni paternalista ni un tutelaje fuera de época, pero si en un Estado que representa los intereses de todos los ciudadanos. Creemos en el mercado que funcione con cristalinidad y transparencia, que permita la inversión, el crecimiento económico y el funcionamiento global de la capacidad, de la inteligencia, de la imaginación y de la vocación del sector privado. Si logramos combinar estos dos factores fundamentales nuestras naciones necesariamente van a crecer.
Y después de mucho tiempo en la región se está dando un interesante proceso de crecimiento, si ese proceso de crecimiento lo hacemos con equidad, lo hacemos con inclusión, lo hacemos con la vocación de construir un proceso industrial en serio vamos bien, porque no hay desarrollo económico realmente sustentable, si no hay una industria nacional que lo consolide. Y si a eso logramos una producción agropecuaria con valor agregado e integrada a los intereses del país y no en un pequeño sector, evidentemente va a alumbra una región absolutamente diferente.
Por eso yo vengo al Paraguay feliz a compartir esta primera visita oficial, como vine feliz a compartir vuestra asunción, la suya y del vicepresidente, y también a la reunión que tuvimos del MERCOSUR. Se que tenemos por delante muchísimo trabajo entre ambos, que tenemos que solucionar muchísimos problemas, que tenemos que encontrar el camino que le de viabilidad a muchas aspiraciones que ambos tenemos, pero estoy seguro que todos esos desafíos que tenemos los vamos a ir resolviendo con la madurez, con la racionalidad, con la responsabilidad y teniendo en cuenta los valores que nuestros pueblos necesitan y las necesidades que tienen.
La Argentina quiere al Paraguay, la Argentina lo siente como un hermano al pueblo paraguayo y a mí en este tiempo circunstancia de la historia, que me toca tener la iniciativa transitoria de la conducción del Estado en mi país me toca la suerte de compartir con alguien que considero un amigo, que está hoy conduciendo el Paraguay, que es el señor Presidente Nicanor Duarte, yo le digo con todo afecto, Nicanor, con quien hemos construido una amistad, un afecto y hemos compartido muchísimos foros, levantando, a veces, un poco la voz para tratar de ser escuchados para que entiendan que atrás de muchas cosas hay una región que lucha por ser, que quiere ser, que no quiere mendicidad, pero que quiere ser escuchada y quiere tener las mismas posibilidades que el resto de las otras regiones y que evidentemente nosotros, muchas veces, hemos sido postergados por esa cuestión de la división del capital y el trabajo, que aún hoy – nos guste o no – reinan en el mundo.
Por eso, querido Nicanor, sé que nos espera una larga lucha todavía, pero estoy seguro que la construcción de ese espacio grande, que soñamos para Latinoamérica, lo vamos a poder lograr con un proceso de solidaridad, de mutuo respeto, de escucharnos permanentemente y de entender que nuestros pueblos necesitan que sus gobernantes tengan el coraje, la decisión y la vocación de llevar esa voz que muchas veces uno dice dentro de casa a todos los lugares del mundo. A todos los amigos del Paraguay les puedo decir que el Presidente de Paraguay lo que dice en casa lo dice fuera. Por eso yo dije que el Presidente de Paraguay es una persona que vale. Por eso, con mucha sinceridad, hemos construido este afecto y esta amistad, porque alguien que lo que dice adentro, lo dice afuera, independientemente de las circunstancias y la coyuntura que le toca vivir, más cuando proviene de países como los nuestros - y en el caso de Paraguay más chico que el propio que me toca conducir a mí - tiene un valor realmente muy fuerte, muy grande y genera una conducta valorativa de parte nuestra realmente profunda.
Así que, querido Nicanor, muchas gracias por esta condecoración, la agradezco profundamente, para mi es un profundo honor ser condecorado con la Orden de este patriota y te digo, de corazón, que Argentina y Paraguay, Paraguay y Argentina tienen mucho camino que recorrer, pero ambos países tienen que ayudar a construir ese espacio que América del Sur necesita para que esa voz que, a veces solitaria levantamos, tenga la fuerza de la construcción política. Muchísimas gracias. (Aplausos).