Su Majestad, la Reina Beatriz, de los Países Bajos; Su Alteza Real, el Príncipe de Orange; Su Alteza Real, la Princesa Máxima, de los Países Bajos; señor Vicepresidente de la Nación; señores presidentes de ambas Cámaras legislativas; señores gobernadores; distinguida comitiva que acompaña a Su Majestad, la Reina de los Países Bajos; distintas organizaciones empresariales y sociales; autoridades nacionales; amigos y amigas: deseo, en primer lugar, reiterar nuestra más calurosa bienvenida a la República Argentina ya que su visita es motivo de particular satisfacción y estoy seguro que nos permitirá profundizar aún más los vínculos que unen a nuestros pueblos.
En la mañana de hoy hemos mantenido una fructífera reunión. Nuestros países pueden celebrar el excelente grado de entendimiento en nuestra relación bilateral y constatar que el futuro presenta posibilidades muy alentadoras.
La República Argentina aprecia la participación comprometida de empresarios visionarios que inviertan y obtengan honestas ganancias en nuestro país. Esperamos de ellos su compromiso y constancia cuando las circunstancias tornan necesaria su solidaridad y el ejercicio de su responsabilidad social.
En ese sentido, celebramos que venga usted acompañada por una destacada delegación empresarial, particularmente la del sector agroindustrial.
Sé que durante su estancia en nuestro país están desarrollando una intensa agenda que conducirá, sin duda, a fortalecer nuestros importantes vínculos comerciales y económicos y que habrán establecido contactos que serán muy útiles para impulsar nuevos negocios e inversiones.
Hoy, tantos esfuerzos han hecho de la Argentina un país confiable. Las condiciones están dadas, bienvenidos sean entonces, los emprendimientos directos o indirectos con los que vuestros empresarios participen de nuestro crecimiento económico sobre un beneficio mutuo, con reglas claras y con seriedad.
La Argentina y los Países Bajos cuentan una prolongada vinculación en materia de inversiones y desarrollo. Grandes y medianas empresas se insertaron en la economía nacional y las cifras del comercio bilateral son realmente significativas.
Hace muchos años que la presencia de los intereses de los Países Bajos forman parte de la imagen empresarial nacional. Muchas compañías de aquel origen estuvieron presentes desde el comienzo del desarrollo argentino, permanecieron durante las épocas difíciles y se expanden en la actualidad.
La República Argentina, como país miembro del MERCOSUR y proveedor de materias primas y productos elaborados, desea una negociación global y justa en el área comercial. Tanto el MERCOSUR como la Unión Europea constituyen modelos de integración y son el puerto de entrada para mercados regionales ampliados, que nos abren las puertas hacia un uso más eficiente de los recursos productivos, mayores incentivos para la inversión externa y un mejor aprovechamiento de las economías de escala.
El compromiso que tenemos con nuestros pueblos exige que redoblemos nuestros esfuerzos para acercar nuestros mercados. Confiamos, por ello, en la participación sin duda significativa que tiene su país en las negociaciones entre el MERCOSUR y la Unión Europea y esperamos poder contar con su comprensión en el desmantelamiento de esquemas proteccionistas e injustificados que hoy traban nuestras exportaciones hacia ese continente y hacia otros destinos del mundo.
Es importante constatar que existe un abanico de coincidencias que fundamentan nuestra relación. Desde un pasado forjado en la inmigración y el comercio hasta nuestro compromiso en la defensa de los valores democráticos, de la libertad y del respeto a los derechos humanos.
Nuestra actuación en diversos foros y organismos internacionales, han puesto de manifiesto muchas veces una compartida vocación por la defensa del multilateralismo, la no proliferación, la lucha contra el terrorismo internacional, el combate contra la pobreza y la desigualdad.
Los Países Bajos y la República Argentina han recorrido juntos un largo camino en la historia de relaciones entre los pueblos. Nuestra amistad es de vieja data y hoy mantenemos una relación bilateral de excelencia y una cooperación internacional intensa.
En el campo de los derechos humanos trabajamos mancomunadamente para su promoción y protección en todos los países del mundo. Al respecto, Majestad, no podemos dejar de recordar que su país fue tierra de refugio para quienes en los años más oscuros de nuestra historia reciente, debieron abandonar nuestro país para escapar a la persecución del terrorismo de Estado.
La Argentina reconoce el apego de los Países Bajos por la paz y la justicia y su vocación permanente por la solución pacífica de las controversias internacionales.
Estoy convencido que podemos construir una sociedad internacional sobre la base del respeto al Estado de derecho que nos permita avanzar hacia un nuevo orden internacional más justo y equitativo capaz de garantizar el beneficio de todos.
El excelente nivel de relaciones entre nuestros dos países se manifiestan también en el orden cultural. Un campo fértil para la cooperación que debiéramos explorar más es, sin duda, el universitario, en el que los Países Bajos tienen un prestigio secular.
Dada la excelencia internacional de los centros de investigación y formación de los Países Bajos y el prestigio tradicional de nuestras universidades, deseo destacar en esta oportunidad el firme interés de la Argentina en comenzar a explorar vías que permitan crear un marco más eficiente destinado a intensificar el nivel que merece la cooperación en este terreno.
Su Majestad, una demostración fehaciente de la mutua estima de nuestros pueblos, lo constituye la plaza que lleva su nombre. Es un homenaje a una Reina que goza del cariño y el respeto de un pueblo que ha soportado en el siglo XX tremendas vicisitudes, pero que también ha conocido un extraordinario progreso en un medio democrático que persigue la tolerancia y la cuestión social.
Se advierte la tarea de Su Alteza Real, el Príncipe Guillermo Alejandro, en causas que interesan a toda la humanidad, en particular con referencia al desarrollo sustentable y a un recurso vital y escaso como es el agua.
Permítame, Su Majestad, poder cerrar con la profunda alegría y el agradecimiento que nos genera la presencia de la Princesa Máxima que sabemos que va a hacer una gran tarea en los Países Bajos, que va a realizar una tarea realmente importante en todo lo que hace a la construcción de los tiempos que vienen en dichos países, pero nosotros la sentimos argentina, la seguimos sintiendo argentina y sabemos que junto a ella vamos a poder encontrar la mano solidaria y permanente de alguien que ama a su tierra, a su Patria y, querida Princesa, la recibimos con los brazos de hermanos absolutamente abiertos, está usted en su casa y realmente nos causa un profundo placer compartir con usted este momento.
Finalmente, quisiera elevar una copa para brindar por la felicidad y ventura personal de todos los aquí presentes.
Gracias. (APLAUSOS)
En la mañana de hoy hemos mantenido una fructífera reunión. Nuestros países pueden celebrar el excelente grado de entendimiento en nuestra relación bilateral y constatar que el futuro presenta posibilidades muy alentadoras.
La República Argentina aprecia la participación comprometida de empresarios visionarios que inviertan y obtengan honestas ganancias en nuestro país. Esperamos de ellos su compromiso y constancia cuando las circunstancias tornan necesaria su solidaridad y el ejercicio de su responsabilidad social.
En ese sentido, celebramos que venga usted acompañada por una destacada delegación empresarial, particularmente la del sector agroindustrial.
Sé que durante su estancia en nuestro país están desarrollando una intensa agenda que conducirá, sin duda, a fortalecer nuestros importantes vínculos comerciales y económicos y que habrán establecido contactos que serán muy útiles para impulsar nuevos negocios e inversiones.
Hoy, tantos esfuerzos han hecho de la Argentina un país confiable. Las condiciones están dadas, bienvenidos sean entonces, los emprendimientos directos o indirectos con los que vuestros empresarios participen de nuestro crecimiento económico sobre un beneficio mutuo, con reglas claras y con seriedad.
La Argentina y los Países Bajos cuentan una prolongada vinculación en materia de inversiones y desarrollo. Grandes y medianas empresas se insertaron en la economía nacional y las cifras del comercio bilateral son realmente significativas.
Hace muchos años que la presencia de los intereses de los Países Bajos forman parte de la imagen empresarial nacional. Muchas compañías de aquel origen estuvieron presentes desde el comienzo del desarrollo argentino, permanecieron durante las épocas difíciles y se expanden en la actualidad.
La República Argentina, como país miembro del MERCOSUR y proveedor de materias primas y productos elaborados, desea una negociación global y justa en el área comercial. Tanto el MERCOSUR como la Unión Europea constituyen modelos de integración y son el puerto de entrada para mercados regionales ampliados, que nos abren las puertas hacia un uso más eficiente de los recursos productivos, mayores incentivos para la inversión externa y un mejor aprovechamiento de las economías de escala.
El compromiso que tenemos con nuestros pueblos exige que redoblemos nuestros esfuerzos para acercar nuestros mercados. Confiamos, por ello, en la participación sin duda significativa que tiene su país en las negociaciones entre el MERCOSUR y la Unión Europea y esperamos poder contar con su comprensión en el desmantelamiento de esquemas proteccionistas e injustificados que hoy traban nuestras exportaciones hacia ese continente y hacia otros destinos del mundo.
Es importante constatar que existe un abanico de coincidencias que fundamentan nuestra relación. Desde un pasado forjado en la inmigración y el comercio hasta nuestro compromiso en la defensa de los valores democráticos, de la libertad y del respeto a los derechos humanos.
Nuestra actuación en diversos foros y organismos internacionales, han puesto de manifiesto muchas veces una compartida vocación por la defensa del multilateralismo, la no proliferación, la lucha contra el terrorismo internacional, el combate contra la pobreza y la desigualdad.
Los Países Bajos y la República Argentina han recorrido juntos un largo camino en la historia de relaciones entre los pueblos. Nuestra amistad es de vieja data y hoy mantenemos una relación bilateral de excelencia y una cooperación internacional intensa.
En el campo de los derechos humanos trabajamos mancomunadamente para su promoción y protección en todos los países del mundo. Al respecto, Majestad, no podemos dejar de recordar que su país fue tierra de refugio para quienes en los años más oscuros de nuestra historia reciente, debieron abandonar nuestro país para escapar a la persecución del terrorismo de Estado.
La Argentina reconoce el apego de los Países Bajos por la paz y la justicia y su vocación permanente por la solución pacífica de las controversias internacionales.
Estoy convencido que podemos construir una sociedad internacional sobre la base del respeto al Estado de derecho que nos permita avanzar hacia un nuevo orden internacional más justo y equitativo capaz de garantizar el beneficio de todos.
El excelente nivel de relaciones entre nuestros dos países se manifiestan también en el orden cultural. Un campo fértil para la cooperación que debiéramos explorar más es, sin duda, el universitario, en el que los Países Bajos tienen un prestigio secular.
Dada la excelencia internacional de los centros de investigación y formación de los Países Bajos y el prestigio tradicional de nuestras universidades, deseo destacar en esta oportunidad el firme interés de la Argentina en comenzar a explorar vías que permitan crear un marco más eficiente destinado a intensificar el nivel que merece la cooperación en este terreno.
Su Majestad, una demostración fehaciente de la mutua estima de nuestros pueblos, lo constituye la plaza que lleva su nombre. Es un homenaje a una Reina que goza del cariño y el respeto de un pueblo que ha soportado en el siglo XX tremendas vicisitudes, pero que también ha conocido un extraordinario progreso en un medio democrático que persigue la tolerancia y la cuestión social.
Se advierte la tarea de Su Alteza Real, el Príncipe Guillermo Alejandro, en causas que interesan a toda la humanidad, en particular con referencia al desarrollo sustentable y a un recurso vital y escaso como es el agua.
Permítame, Su Majestad, poder cerrar con la profunda alegría y el agradecimiento que nos genera la presencia de la Princesa Máxima que sabemos que va a hacer una gran tarea en los Países Bajos, que va a realizar una tarea realmente importante en todo lo que hace a la construcción de los tiempos que vienen en dichos países, pero nosotros la sentimos argentina, la seguimos sintiendo argentina y sabemos que junto a ella vamos a poder encontrar la mano solidaria y permanente de alguien que ama a su tierra, a su Patria y, querida Princesa, la recibimos con los brazos de hermanos absolutamente abiertos, está usted en su casa y realmente nos causa un profundo placer compartir con usted este momento.
Finalmente, quisiera elevar una copa para brindar por la felicidad y ventura personal de todos los aquí presentes.
Gracias. (APLAUSOS)