Señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires, querido amigo Felipe Solá; señor Intendente Municipal de Olavarría, querido amigo Helios Eseverri; señores ministros; autoridades nacionales, provinciales y municipales; amigos y amigas de Olavarría: todavía tengo el recuerdo tan hermoso de cuando estuve visitándolos allá en ese encuentro con el pueblo de Olavarría, un encuentro entre Gobierno y pueblo, las calles, el acto que, realmente, quedará grabado en mi corazón permanentemente.
Estoy feliz de poder demostrar nuevamente que se puede construir una Argentina diferente.
El día viernes pudo estar junta la gente de mi partido, la gente que acompaña a don Felipe Sapag y la gente que acompaña al intendente radical de Neuquén, mi amigo Pichi Quiroga, más gente de Patria Libre y de otras fuerzas políticas. Esto hace a la convergencia de sectores que identifica la conducción de una Nación, de un país federal independientemente de la individualidad partidaria que tanto daño nos ha hecho en la Argentina, a veces en el marco del sectarismo cerrado de no entender que, a lo mejor, si juntamos lo mejor de todos nosotros y corregimos los errores que podamos tener, vamos a construir una Argentina relativamente mejor.
Hace horas, en la mañana, tuvimos la suerte, querido Intendente y querido Gobernador, de estar con el intendente de Azul, Intendente que representa al radicalismo; trabajamos juntos con todos los sectores de la comunidad de Azul, como lo estamos haciendo ahora con Olavarría.
A las pocas horas, fui a Corrientes, ni hablar de lo que fueron las calles, el recorrido, la gente, al igual que en Neuquén, y me tocó participar de un acto donde había banderas del Justicialismo, banderas radicales, banderas argentinas y le decía al Gobernador “¡qué bueno lo que estamos logrando de ir construyendo las alternativas de gobernabilidad!”. Es decir, que no importaba ahí si el número uno de la fórmula es de un partido o si el número dos de la fórmula es de otro, lo que importaba era garantizar lo que estamos logrando en Corrientes, es decir, haber bajado a niveles no conocidos la mortalidad infantil, la indigencia, la pobreza. Esto es lo que la Argentina quiere de sus gobernantes.
Claro, a todo esto, hay otros que dicen que el Presidente viaja mucho, que tendría que viajar menos, que tendría, por ahí, estar más tiempo encerrado en su despacho. Es verdad, hay algunos intereses a los que les gusta y les hizo bien durante mucho tiempo que el Presidente estuviese encerrado en su despacho, que estuviese con los oídos tapados, que no escuchara a la gente, que no escuchara al pueblo, que no escuchara a las organizaciones libres del pueblo, que no escuchara a las cooperadoras, que no escuchara a los sectores empresarios, que no escuchara a los sectores sindicales o que le dijesen “Presidente está todo bien”, el país se está derrumbando pero le dicen que está todo bien. Entonces, ya sabemos como termina toda esa historia.
A uno, con sus virtudes y defectos –que tenemos muchos pero que tratamos permanentemente de corregirlos- le gusta estar con la gente, con los dirigentes que elige la gente, haciendo cosas, como dijo tan bien el señor Intendente de Olavarría, resolviendo las asignaturas pendientes que tiene esta sociedad y que son tantas.
No hay otra forma de gobernar un país federal que yendo a los lugares y pueblo por pueblo. Yo no lo estoy haciendo por la elección del 23 de octubre, ustedes saben más que nadie que estuve en Olavarría prácticamente al inicio de mi mandato. No había elecciones por delante ni fui por una cuestión partidaria, fui decididamente a trabajar con el pueblo de Olavarría para consolidar un lugar progresista de desarrollo muy importante de la provincia de Buenos Aires y muy admirado por aquellos hombres y mujeres que somos del Sur y que siempre hemos visto en Olavarría un ejemplo a seguir.
Por eso, para gestionar es muy importante estar donde hay que estar. Fíjense ustedes que hace pocos minutos se anunció el crecimiento industrial de la Argentina de julio a agosto del 1,6; 7,2 en lo que va del año y 7,6 de mes a mes tomando agosto de 2005 con agosto de 2004.
Si ustedes observan, todos los índices han mejorado, pero claro, la pobreza en la Argentina estaba en el 57 por ciento cuando me tocó entrar a gobernar y había 22 millones de pobres; hay 7 millones menos de pobres en la Argentina en dos años y tres meses. Esto se puede decir de dos formas: ¿qué dice algún sector del periodismo para vender? Quedan 15 millones de pobres, es verdad, es terrible; pero también podrían haber dicho que hay 7 millones menos de pobres en dos años y tres meses. Es la forma y la voluntad de querer construir una Argentina distinta.
Creo que para vender algo más o más que tratar de buscar alguna forma de “rating”, lo importante es construir una Argentina grande, porque si la Argentina es grande, a todos nos va a ir mucho mejor. Los argentinos tenemos que recuperar nuestra autoestima, que es fundamental y lo tenemos que lograr; los argentinos tenemos que darnos cuenta que somos capaces de construir un gran país y que para ello hay que tener optimismo, voluntad, vender y saber sobrellevar las adversidades, algo muy importante.
En cuanto a la pobreza, hay 7 millones menos de pobres; respecto de la indigencia, estamos en la mitad: de 27, estamos en 13,6, que es la mitad de cuando hemos entrado a gobernar; teníamos más del 20 por ciento de desocupación y ahora estamos en el 12,1 y en julio fue de 11, 11,1, 11,2; teníamos 7 ú 8 mil millones de reservas y ahora tenemos casi 26 mil millones; la recaudación viene creciendo en un promedio de entre el 18 y el 20 por ciento año a año si ustedes toman el esquema comparativo; respecto de los niveles de exportación, empezamos con 29 mil millones y podemos llegar a fin de año a 38 ó 39 mil millones de dólares; la Argentina crece a un promedio del 8, en 2004, del 9,2, el año pasado, el 9,1 llevamos este año, 10,1 el último trimestre, creo que vamos a crecer entre el 6 y 7 al menos, a fin de año; en cuanto a la inversión, que decían que la Argentina crecía sin inversión, el primer trimestre creció el 13,4 -yo los canso un poco con los números pero es bueno conocerlos porque indican tantas cosas-, el segundo trimestre creció el 24,4 y si ustedes toman la relación de inversión de año a año, el 20,4 fue en 2005 y el 17,4 fue en 2004.
Esto lo vamos forjando los argentinos con fuerza. Tenemos un 15 por ciento de argentinos, queridos amigos, que no consiguen trabajo porque les falta especialización técnica. Es decir, las empresas demandan trabajo y ellos no pueden conseguirlo. Por eso, hemos vuelto a la Ley de Educación Técnica. Es una vergüenza que hayan desaparecido en los años ’90 la vieja Escuela de Artes y Oficios y la Escuela Técnica, las escuelas que nos daban las herramientas para poder ir adelante.
Para que ustedes tengan una idea, de 70 mil trabajadores que había en la construcción en 2002, ahora hay 400 mil, con libreta, en blanco, más otra cantidad de trabajadores cuentapropistas y demás que hacen llegar la cifra a 450 mil trabajadores en la construcción.
Creo que todos estos números, el crecimiento en el consumo, el mejoramiento en la distribución del ingreso –lento pero que también está mejorando después de mucho tiempo, esto es muy importante-, es fundamental para que siga creciendo la Argentina en los niveles que lo está haciendo, son cosas muy importantes.
La construcción de un país –y lo vemos en los grandes países del mundo- requiere décadas. Creo que la Argentina, por su potencialidad, tiene posibilidades de hacerlo mucho más rápido que otros países del mundo a los que les costó mucho más tiempo que a nosotros. Pero tenemos que adquirir perseverancia, capacidad de administración, responsabilidad, no ser inmediatistas, darnos cuenta que es la primera vez en todo el siglo pero tomando como una referencia concreta los últimos cincuenta años, que hubo superávit fiscal primario en este país durante tres años consecutivos. Es decir, que lo que hemos hecho los argentinos lo hicimos prácticamente con nuestros propios ingresos.
En lo que se refiere a la negociación de la deuda, nos decían los hombres de las escuelas económicas “no, esto es una barbaridad”, al tiempo que hablaban tanto de que “esto se va a caer, se va a mesetar la economía, que va a haber 800 por ciento de inflación, que el dólar se va a ir a 80, 40, 30”, siempre tratando de generar un cuadro de situación realmente gravísimo.
Logramos ahorrar, porque nos pusimos firmes, 67 mil millones de dólares. No hay acuerdo en el mundo que se haya logrado así y la Argentina lo logró. Y vamos a seguir con toda nuestra fortaleza negociando fuertemente con el Fondo para hacer el acuerdo más digno y el mejor posible para que la Argentina pueda seguir saliendo porque ése es el objetivo que tenemos que llevar adelante.
En cuanto a políticas de vivienda y de obra pública, en la provincia de Buenos Aires, querido Gobernador, usted que lo sufrió y que le tocó tomar una Provincia realmente en el límite de la subsistencia, estamos pasando los mil millones de pesos de inversión contra 49 millones de pesos ó 50 o casi 100 en los años ’99, 2000 y 2001. Este es un esfuerzo conjunto y se está haciendo y llevando adelante, por supuesto, en todo el país.
Yo les quiero agradecer la presencia en la Casa de Gobierno, a ustedes, al señor Intendente y a todas las organizaciones de Olavarría. Esta es la casa de todos los argentinos. Bien dijo el Gobernador que nosotros –en este caso en particular- somos un marco temporal de la historia y hay que tener absolutamente en claro que por acá transitamos.
Pero queremos transitar devolviéndole la dignidad a esta Casa Rosada, que la gente la vuelva a sentir como propia porque es de la gente, y realmente nos enorgullece que vecinos de una localidad de la provincia de Buenos Aires estén trabajando acá junto a nosotros, al Intendente y al Gobernador. Esto hace a la práctica democrática, esto es trabajar juntos, esto es consolidar una sociedad donde nos podamos volver a mirar todos a los ojos.
Les voy a pedir que cuando termine de exponer –no los quise aburrir pero se los quería contar, uno le quiere contar a sus hermanos, a los argentinos las cosas que están pasando, que están sucediendo y me parece que es una cuestión de respeto hacerlo- que nos acompañen. A mí me hubiera gustado recibirlos en mi despacho, pero aunque estemos un poco apretujados allí, les pido que cuando salgamos de acá vayamos al despacho presidencial para que nos saquemos algunas fotos y compartamos un lugar donde se hicieron muchas cosas buenas para la Argentina y muchas cosas muy malas, pero es el despacho de los presidentes de los argentinos y a ustedes, hermanos míos, que hoy tuve el alto honor de que me visitaran, realmente los quiero invitar a pasar por allí porque me hubiera gustado recibirlos en el lugar que el Presidente debe recibir a argentinos y argentinas de la calidad de ustedes.
Muchísimas gracias y a vuestras órdenes. (Aplausos)
Estoy feliz de poder demostrar nuevamente que se puede construir una Argentina diferente.
El día viernes pudo estar junta la gente de mi partido, la gente que acompaña a don Felipe Sapag y la gente que acompaña al intendente radical de Neuquén, mi amigo Pichi Quiroga, más gente de Patria Libre y de otras fuerzas políticas. Esto hace a la convergencia de sectores que identifica la conducción de una Nación, de un país federal independientemente de la individualidad partidaria que tanto daño nos ha hecho en la Argentina, a veces en el marco del sectarismo cerrado de no entender que, a lo mejor, si juntamos lo mejor de todos nosotros y corregimos los errores que podamos tener, vamos a construir una Argentina relativamente mejor.
Hace horas, en la mañana, tuvimos la suerte, querido Intendente y querido Gobernador, de estar con el intendente de Azul, Intendente que representa al radicalismo; trabajamos juntos con todos los sectores de la comunidad de Azul, como lo estamos haciendo ahora con Olavarría.
A las pocas horas, fui a Corrientes, ni hablar de lo que fueron las calles, el recorrido, la gente, al igual que en Neuquén, y me tocó participar de un acto donde había banderas del Justicialismo, banderas radicales, banderas argentinas y le decía al Gobernador “¡qué bueno lo que estamos logrando de ir construyendo las alternativas de gobernabilidad!”. Es decir, que no importaba ahí si el número uno de la fórmula es de un partido o si el número dos de la fórmula es de otro, lo que importaba era garantizar lo que estamos logrando en Corrientes, es decir, haber bajado a niveles no conocidos la mortalidad infantil, la indigencia, la pobreza. Esto es lo que la Argentina quiere de sus gobernantes.
Claro, a todo esto, hay otros que dicen que el Presidente viaja mucho, que tendría que viajar menos, que tendría, por ahí, estar más tiempo encerrado en su despacho. Es verdad, hay algunos intereses a los que les gusta y les hizo bien durante mucho tiempo que el Presidente estuviese encerrado en su despacho, que estuviese con los oídos tapados, que no escuchara a la gente, que no escuchara al pueblo, que no escuchara a las organizaciones libres del pueblo, que no escuchara a las cooperadoras, que no escuchara a los sectores empresarios, que no escuchara a los sectores sindicales o que le dijesen “Presidente está todo bien”, el país se está derrumbando pero le dicen que está todo bien. Entonces, ya sabemos como termina toda esa historia.
A uno, con sus virtudes y defectos –que tenemos muchos pero que tratamos permanentemente de corregirlos- le gusta estar con la gente, con los dirigentes que elige la gente, haciendo cosas, como dijo tan bien el señor Intendente de Olavarría, resolviendo las asignaturas pendientes que tiene esta sociedad y que son tantas.
No hay otra forma de gobernar un país federal que yendo a los lugares y pueblo por pueblo. Yo no lo estoy haciendo por la elección del 23 de octubre, ustedes saben más que nadie que estuve en Olavarría prácticamente al inicio de mi mandato. No había elecciones por delante ni fui por una cuestión partidaria, fui decididamente a trabajar con el pueblo de Olavarría para consolidar un lugar progresista de desarrollo muy importante de la provincia de Buenos Aires y muy admirado por aquellos hombres y mujeres que somos del Sur y que siempre hemos visto en Olavarría un ejemplo a seguir.
Por eso, para gestionar es muy importante estar donde hay que estar. Fíjense ustedes que hace pocos minutos se anunció el crecimiento industrial de la Argentina de julio a agosto del 1,6; 7,2 en lo que va del año y 7,6 de mes a mes tomando agosto de 2005 con agosto de 2004.
Si ustedes observan, todos los índices han mejorado, pero claro, la pobreza en la Argentina estaba en el 57 por ciento cuando me tocó entrar a gobernar y había 22 millones de pobres; hay 7 millones menos de pobres en la Argentina en dos años y tres meses. Esto se puede decir de dos formas: ¿qué dice algún sector del periodismo para vender? Quedan 15 millones de pobres, es verdad, es terrible; pero también podrían haber dicho que hay 7 millones menos de pobres en dos años y tres meses. Es la forma y la voluntad de querer construir una Argentina distinta.
Creo que para vender algo más o más que tratar de buscar alguna forma de “rating”, lo importante es construir una Argentina grande, porque si la Argentina es grande, a todos nos va a ir mucho mejor. Los argentinos tenemos que recuperar nuestra autoestima, que es fundamental y lo tenemos que lograr; los argentinos tenemos que darnos cuenta que somos capaces de construir un gran país y que para ello hay que tener optimismo, voluntad, vender y saber sobrellevar las adversidades, algo muy importante.
En cuanto a la pobreza, hay 7 millones menos de pobres; respecto de la indigencia, estamos en la mitad: de 27, estamos en 13,6, que es la mitad de cuando hemos entrado a gobernar; teníamos más del 20 por ciento de desocupación y ahora estamos en el 12,1 y en julio fue de 11, 11,1, 11,2; teníamos 7 ú 8 mil millones de reservas y ahora tenemos casi 26 mil millones; la recaudación viene creciendo en un promedio de entre el 18 y el 20 por ciento año a año si ustedes toman el esquema comparativo; respecto de los niveles de exportación, empezamos con 29 mil millones y podemos llegar a fin de año a 38 ó 39 mil millones de dólares; la Argentina crece a un promedio del 8, en 2004, del 9,2, el año pasado, el 9,1 llevamos este año, 10,1 el último trimestre, creo que vamos a crecer entre el 6 y 7 al menos, a fin de año; en cuanto a la inversión, que decían que la Argentina crecía sin inversión, el primer trimestre creció el 13,4 -yo los canso un poco con los números pero es bueno conocerlos porque indican tantas cosas-, el segundo trimestre creció el 24,4 y si ustedes toman la relación de inversión de año a año, el 20,4 fue en 2005 y el 17,4 fue en 2004.
Esto lo vamos forjando los argentinos con fuerza. Tenemos un 15 por ciento de argentinos, queridos amigos, que no consiguen trabajo porque les falta especialización técnica. Es decir, las empresas demandan trabajo y ellos no pueden conseguirlo. Por eso, hemos vuelto a la Ley de Educación Técnica. Es una vergüenza que hayan desaparecido en los años ’90 la vieja Escuela de Artes y Oficios y la Escuela Técnica, las escuelas que nos daban las herramientas para poder ir adelante.
Para que ustedes tengan una idea, de 70 mil trabajadores que había en la construcción en 2002, ahora hay 400 mil, con libreta, en blanco, más otra cantidad de trabajadores cuentapropistas y demás que hacen llegar la cifra a 450 mil trabajadores en la construcción.
Creo que todos estos números, el crecimiento en el consumo, el mejoramiento en la distribución del ingreso –lento pero que también está mejorando después de mucho tiempo, esto es muy importante-, es fundamental para que siga creciendo la Argentina en los niveles que lo está haciendo, son cosas muy importantes.
La construcción de un país –y lo vemos en los grandes países del mundo- requiere décadas. Creo que la Argentina, por su potencialidad, tiene posibilidades de hacerlo mucho más rápido que otros países del mundo a los que les costó mucho más tiempo que a nosotros. Pero tenemos que adquirir perseverancia, capacidad de administración, responsabilidad, no ser inmediatistas, darnos cuenta que es la primera vez en todo el siglo pero tomando como una referencia concreta los últimos cincuenta años, que hubo superávit fiscal primario en este país durante tres años consecutivos. Es decir, que lo que hemos hecho los argentinos lo hicimos prácticamente con nuestros propios ingresos.
En lo que se refiere a la negociación de la deuda, nos decían los hombres de las escuelas económicas “no, esto es una barbaridad”, al tiempo que hablaban tanto de que “esto se va a caer, se va a mesetar la economía, que va a haber 800 por ciento de inflación, que el dólar se va a ir a 80, 40, 30”, siempre tratando de generar un cuadro de situación realmente gravísimo.
Logramos ahorrar, porque nos pusimos firmes, 67 mil millones de dólares. No hay acuerdo en el mundo que se haya logrado así y la Argentina lo logró. Y vamos a seguir con toda nuestra fortaleza negociando fuertemente con el Fondo para hacer el acuerdo más digno y el mejor posible para que la Argentina pueda seguir saliendo porque ése es el objetivo que tenemos que llevar adelante.
En cuanto a políticas de vivienda y de obra pública, en la provincia de Buenos Aires, querido Gobernador, usted que lo sufrió y que le tocó tomar una Provincia realmente en el límite de la subsistencia, estamos pasando los mil millones de pesos de inversión contra 49 millones de pesos ó 50 o casi 100 en los años ’99, 2000 y 2001. Este es un esfuerzo conjunto y se está haciendo y llevando adelante, por supuesto, en todo el país.
Yo les quiero agradecer la presencia en la Casa de Gobierno, a ustedes, al señor Intendente y a todas las organizaciones de Olavarría. Esta es la casa de todos los argentinos. Bien dijo el Gobernador que nosotros –en este caso en particular- somos un marco temporal de la historia y hay que tener absolutamente en claro que por acá transitamos.
Pero queremos transitar devolviéndole la dignidad a esta Casa Rosada, que la gente la vuelva a sentir como propia porque es de la gente, y realmente nos enorgullece que vecinos de una localidad de la provincia de Buenos Aires estén trabajando acá junto a nosotros, al Intendente y al Gobernador. Esto hace a la práctica democrática, esto es trabajar juntos, esto es consolidar una sociedad donde nos podamos volver a mirar todos a los ojos.
Les voy a pedir que cuando termine de exponer –no los quise aburrir pero se los quería contar, uno le quiere contar a sus hermanos, a los argentinos las cosas que están pasando, que están sucediendo y me parece que es una cuestión de respeto hacerlo- que nos acompañen. A mí me hubiera gustado recibirlos en mi despacho, pero aunque estemos un poco apretujados allí, les pido que cuando salgamos de acá vayamos al despacho presidencial para que nos saquemos algunas fotos y compartamos un lugar donde se hicieron muchas cosas buenas para la Argentina y muchas cosas muy malas, pero es el despacho de los presidentes de los argentinos y a ustedes, hermanos míos, que hoy tuve el alto honor de que me visitaran, realmente los quiero invitar a pasar por allí porque me hubiera gustado recibirlos en el lugar que el Presidente debe recibir a argentinos y argentinas de la calidad de ustedes.
Muchísimas gracias y a vuestras órdenes. (Aplausos)