PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN LA CIUDAD DE SAN NICOLÁS, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN LA CIUDAD DE SAN NICOLÁS, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires, amigo Felipe Solá; señor intendente municipal de San Nicolás, amigo Marcelo Carignani; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; amigos, dirigentes, pueblo de San Nicolás: nuevamente muchísimas gracias por todo el afecto, por todo el cariño que he sentido desde el mismo momento en que he vuelto a pisar esta localidad que tanto he aprendido a amar. He sentido siempre en San Nicolás el calor, el afecto y el amor de la familia, y ello tiene un valor incalculable. Muchas gracias pueblo de San Nicolás por tanto cariño y tanto afecto. (Aplausos)

Vengo en otra jornada de trabajo. No vengo contra nadie, vengo a trabajar por San Nicolás y por la provincia de Buenos Aires, por los habitantes de carne y hueso de San Nicolás que necesitan que tanto el gobierno municipal como los gobiernos provincial y nacional trabajen juntos para que su pueblo vaya adelante por arriba de cualquier cuestión secundaria. Lo fundamental es poner el mayor esfuerzo y la mayor grandeza por la felicidad de nuestra gente.

Por eso venimos a anunciar estas obras y estas inversiones que obviamente son consultadas con las organizaciones libres del pueblo y con la Intendencia de San Nicolás, porque no queremos imponer ningún modelo, por el contrario, queremos ayudar a que el modelo, el esfuerzo, el concepto y la filosofía que el pueblo de San Nicolás ha tomado y ha direccionado tenga el mayor de los éxitos. Porque en la Argentina hay que aprender a trabajar con grandeza por el éxito de quien le toca en cada momento asumir la responsabilidad y dejar de lado esas mezquindades tan chicas, de “si yo no soy rompo todo, si no hacen lo que yo quiero son traidores, si no piensan todo igual que lo que yo pienso, eso está mal”. Así nos fue a los argentinos. Cada uno tenemos una verdad relativa y la verdad relativa de uno con la verdad relativa del otro nos da la verdad superadora que nos permite dar las respuestas que necesita nuestro pueblo. Por eso yo les abro mi corazón y mis brazos a los radicales, peronistas, socialistas, independientes, organizaciones sociales, sindicatos, con toda mi fuerza, para trabajar y lograr en San Nicolás el país que queremos. (Aplausos)

No importa, yo soñando y rezando –como me decían muchos vecinos que rezaban para que la gestión vaya bien- ante cada golpe pongo la otra mejilla, porque como Presidente de los argentinos debo tener toda la grandeza, la fortaleza espiritual para que este pueblo argentino, este pueblo de la provincia de Buenos Aires, este querido pueblo de San Nicolás, pueda ir hacia adelante. Los enfrentamientos cortos no sirven, hay que ayudar a cada uno en el momento histórico que le toca.

Yo les vengo a pedir, en serio, a los que están acá, a los que están atrás, a los que están afuera, a los que piensan distinto, no como vino algún presidente en algún momento a decir que me sigan, que me sigan; yo no quiero eso, yo quiero que me ayuden, que me acompañen, que me ayuden a lograr los aciertos que este país necesita para poder salir adelante. (Aplausos)

Vamos a consolidar lo que estamos logrando. Antes de venir hemos logrado promulgar la Ley de Educación Técnica, devolverles a nuestros chicos el oficio, esa ley que en la década del 90 fue sacada. Acá en San Nicolás saben qué importante es que nuestros pibes tengan la posibilidad de tener un oficio. Miren lo que dicen las encuestas del INDEC, que hay un 15 por ciento de argentinos que podrían tener trabajo si tuvieran oficio, pero aquellos que destruyeron la Argentina sacaron la Ley de Educación Técnica, o la escuela de artes y oficios de cuando éramos chicos, que preparaba a nuestros jóvenes para poder entrar al mercado laboral con puestos y salarios dignos. Ahora la Ley de Educación técnica está nuevamente y va a estar nuestro apoyo con toda la fuerza.

También vamos a seguir invirtiendo fuertemente en obra pública, en rutas, en viviendas, porque cada vivienda es la reconstrucción de la familia. Yo sé que es importante para ir superando la coyuntura tener comedores, pero cómo sueño, queridos hermanos, que definitivamente podamos los argentinos tener cada uno una vivienda digna para que la familia se pueda juntar en el comedor de la casa alrededor de una mesa, reconstruyendo los lazos espirituales, reconstruyendo al autoestima familiar.

Asimismo, potenciar la industria nacional, potenciar la inversión pública, potenciar la producción agropecuaria, potenciar las cooperativas, es el sinónimo del crecimiento que tiene la Argentina por tercer año consecutivo a cifras realmente importantes, tanto del producto bruto como en el plano industrial. Ustedes acá tienen a un ministro que se llama Ginés –así le decimos nosotros- , que anunció hace pocos días uno de los éxitos más importantes que hemos tenido en este gobierno y que nosotros más valoramos, que la mortalidad infantil haya bajado a su nivel más bajo en los últimos 35 años, el 14,4 por mil; este es un logro tremendamente importante. (Aplausos)

No los voy a agotar con cifras, ustedes saben lo que estamos haciendo, saben el esfuerzo que estamos dando día tras día. Es como me dice mi compañera de toda la vida, Cristina: no hay que aflojar, hay que poner esfuerzo, hay que dejar todo, porque los argentinos están confiando cada segundo en nosotros. No les quepa ninguna duda, desde la mañana a la noche gestiono, trabajo y pongo todos mis esfuerzos, lo que no hago es quedarme sentado en un escritorio como un burócrata mientras el pueblo sufre, voy a abrazarme con mi pueblo para escuchar su voz, para saber cuáles son las necesidades que tiene. (Aplausos)

El escritorio de la Casa Rosada tiene que andar por todo el país. Ya sabemos lo que nos pasa a los argentinos cuando los presidentes se terminan encerrando o cuando los presidentes tienen miedo de caminar en medio de la gente. Hay que caminar junto al pueblo, hay que estar con su pueblo y hay que escuchar al pueblo. (Aplausos)

Nadie hace todo perfecto, uno debe tener capacidad de autocrítica en forma permanente. Tengo la suerte de tener la mayor crítica al lado mío, que es Cristina, que vive criticándome, a veces se excede. Pero yo la escucho permanentemente, porque es muy importante para corregir, porque los gobernantes tenemos que aprender a corregir, los que hacemos política nos tenemos que dar cuenta de que somos seres normales, seres comunes; tenemos que darnos cuenta de que no tenemos que llevarles problemas secundarios al pueblo sino soluciones; cuando nos eligen tenemos que trabajar, trabajar, trabajar, eso es lo que está esperando nuestra gente. (Aplausos)

Queridos hermanos, espero estar pronto nuevamente por San Nicolás. Voy a venir con las mismas ganas de hoy cuando pase el 23 de octubre, el 24, el 25, el 26 y todos los meses que faltan para terminar mi mandato. Voy a seguir trabajando junto a ustedes y junto al señor Intendente, con todas las ganas y la fuerza, con todas las fuerzas políticas, institucionales, con todas las fuerzas sociales que existen en este querido San Nicolás, para constituir un país donde haya un empresariado nacional fuerte, una clase media potente, con movilidad social, y el renacimiento y la consolidación de nuestra gloriosa clase trabajadora, para estructurar definitivamente el país que nosotros queremos.

Hace muchos años hubo un gran Presidente que tenía al lado a una gran mujer que era Eva Perón. (Aplausos) En esa Argentina, en la Argentina de Evita y Perón, los abuelos y los padres miraban a sus hijos y sabían que iban a estar mucho mejor que ellos; en la Argentina de las últimas décadas, con lágrimas en los ojos me tocó ver a padres y abuelos, amuchados a veces todos en una sola vivienda, llorando por dentro y por fuera porque sus hijos iban a estar peor que ellos. Quiero que ustedes me ayuden a dar vuelta la taba, a recuperar esas sonrisas y esa esperanza de hace 50 años, para que nuestros abuelos y nuestros padres vuelvan a tener la certeza y la tranquilidad en su corazón y recuperen la sonrisa porque como corresponde a una sociedad justa sus hijos van a poder estar mejor que ellos, van a poder trabajar, van a poder estudiar, van a poder reconstruir la sociedad que merecen todos los argentinos, esto es fundamental. (Aplausos)

Para despedirme de San Nicolás, vine hoy a trabajar con ustedes, me toca ser circunstancialmente presidente, les dije el 25 de mayo que no iba a dejar las convicciones de lado. Me ponen trabas de todo tipo, si trabajo porque trabajo, si no porque no trabajo, porque si me cierro el botón de una forma o de otra, o me equivoqué de corbata o me coloqué los mocasines al revés. Yo soy así, soy autentico, no quiero ser un hipócrita, quiero que el pueblo cuando me toca sepa que tiene un dirigente de carne y hueso, un ser humano normal. Soy así, derechito. Iba a la escuela –mi mamá me mandaba bien arregladito- y ya cuando llegaba o me había peleado con alguno o me había puesto a jugar fútbol por allí. Entonces los maestros me decía “Néstor, no cambiás más”, eran las palabras más suaves que me decían. Y bueno, algunos salen ordenaditos y otros no. Yo digo que soy muy prolijo, soy muy desordenado por ahí para vestir, pero soy muy prolijíto para manejar la plata del pueblo, que los otros fueron bastante desprolijos y nos trajeron bastantes problemas. Muy clarito. (Aplausos)

Queridos hermanos de San Nicolás, muchas gracias, a vuestras órdenes. Gracias señor Intendente, gracias señor Gobernador, viva la provincia de Buenos Aires, viva San Nicolás, viva Argentina, muchas gracias a todos los sectores de la sociedad de San Nicolás.