Señores Ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales, provinciales, municipales; señores intendentes; amigos, representantes de las distintas organizaciones sociales; jóvenes, qué palabra, no: yo creo que no debe haber país en el mundo que su dirigencia se halla referido permanentemente o en una parte de su discurso hacia la tarea de la juventud. A niveles de hipocresía, durísimo, en este país hablando por el futuro de los jóvenes se mataron jóvenes. Se imaginan ustedes a qué nivel hemos llegado, a los niveles de que los jóvenes participen y se preparen y se los condenó a la exclusión, a la pobreza, a la resignación, en una Argentina que hace 50 años atrás los padres miraban a sus hijos sabiendo que sus hijos iban a tener un futuro mejor, llegamos a esta Argentina, de 2001, que estamos tratando de salir del infierno, donde abuelos y padres lloran todavía porque no saben cuál va a ser el futuro o el destino de sus hijos.
Sin embargo, con una calidad entrecomillas autista muy grande en la Argentina mucha dirigencia siempre dicen que hay que decir algo para los jóvenes como si fueran parte de un determinado mercado. Yo creo honestamente que la tarea de la juventud argentina es una tarea donde tiene que seguir este deseo que lo he visto en muchos lados en reuniones y en actos que he participado con algunos de ustedes, en tareas y en los emprendimientos, que hemos visto esto 100 Proyectos Estratégicos, que es una verdadera lección moral para todos los argentinos no solicitando, no “robando” lugares, sino que definitivamente ustedes consoliden el espacio que les corresponde dentro de la sociedad participando activamente en la construcción institucional del país. No como un apéndice más, sino como la parte activa, real y concreta de que el pensamiento de las nuevas generaciones argentinas esta inserto en el proyecto que tenemos que encontrar los argentinos que nos sintetice definitivamente para construir un país con equidad e inclusión.
Se ha bajado fuertemente la pobreza, todavía tenemos 40 por ciento de pobreza en la Argentina, se ha incluido a 2 millones de jóvenes. Nos encontramos con que hay empresas en el avance económico que tiene el país que solicitan trabajo y gente con oficio y nuestros chicos no tienen oficio.
Hay dos hechos fundamentales que se van a dar esta semana, que van a apuntalar esta gran tarea que está haciendo el Ministerio de Desarrollo y Acción Social: uno, es volver a que en país existan las escuelas técnicas. (Aplausos). En este momento el Congreso de la Nación lo está votando, el Senado, y espero promulgarla mañana aquí. Escuelas técnicas que fueron mantenidas solamente por la Capital Federal y mi provincia, que no nos resignamos en ese momento a creer que la Argentina podía ser un país de servicios. Absurdo, entre la división mundial del trabajo habían dicho que Argentina tiene que ser un país generador de servicios y olvidarse de su aspecto industrial, productivo, la inversión pública, la construcción de infraestructura, era un país condenado.
Son innumerables las posibilidades que hay, que se van generando y entonces yo sé que con la Ley de Educación Técnica nosotros vamos a darle el oficio a una de las calidades humanas más importante y al recurso más importante que tiene el mundo, que es el recurso humano argentino.
Nos había hecho perder hasta la autoestima, nos había dicho que los argentinos no servíamos, que éramos vagos, que no nos gustaba trabajar, ese discurso destructor. Pero no, no es que los argentinos no servimos, no nos gusta trabajar ni mucho menos, nos cerraron las posibilidades de trabajar, nos cerraron las posibilidades de soñar, nos cerraron las posibilidades de pensar en forma plural, nos cerraron las posibilidades a tener nuestra propia identidad. Eso es lo que ahora ustedes están ayudando a refundar y es muy difícil porque a algunos les interesa la juventud resignada, una juventud con los brazos caídos y una juventud que crea que el trabajo no es el instrumento de cambio. Y hay una generación de argentinos, que muchos de ellos no han podido siquiera obtener el primer trabajo después del proceso que nos ha tocado vivir. Y entonces esa situación de exclusión social repercutió fuertemente en la estructura social argentina. Y no hay nada más constructor, no hay nada más edificante que la posibilidad de pensar, de trabajar, de producir, de elaborar, de investigar, de avanzar en la ciencia del conocimiento y para eso nada mejor que los jóvenes lo hagan, lo lleven adelante.
Nosotros tenemos que promover esta tarea, pero sin ningún sentido paternalista, sino con total sentido liberador. Es decir, nosotros necesitamos jóvenes que piensen, que creen, que inventen porque este país se tiene que recuperar socialmente, económicamente, pero también se tiene que recuperar en su calidad de pensamiento, en su capacidad de elaboración, que es fundamental, ese pensamiento creador, ese pensamiento que va generando las posibilidades de un país distinto.
No tengo ninguna duda que la juventud argentina y quienes tenemos responsabilidades y comprendemos este problema vamos a encontrar la síntesis que la Argentina está necesitando. (Aplausos). También yo sé que de profundizarse esta tarea de innovación tecnológica vamos a aumentar y a profundizar la comprensión de este tema, pues tenemos que ir allá donde están los hermanos que más necesitan. Pero no tenemos que ir a golpearles la puerta para decirles: “acá tenés tal plano, tal cosa”, como si fuéramos, entrecomillas, con un estilo de político viejo, cansado y agotado, sino lo que tenemos es que ir a hacer, a construir con ellos. Esto que ustedes han construido ahora.
Si nosotros trasladamos las cooperativas, los microemprendimientos, los planes de “Manos a la Obra”, los planes de innovación tecnológica, si todos estos planes, que se están llevando adelante los trasladamos a los lugares donde más se necesita en la Argentina se va a ver un crecimiento y un potencial humano bárbaro y nuestros chicos van a volver a creer paulatinamente, porque la recuperación de la credibilidad está en los hechos y realidades concretas.
El otro tema que le quería decir a ustedes, que es muy importante, es que el día viernes nosotros vamos a enviar al Congreso el Proyecto del Financiamiento Educativo. Seis puntos del Producto Bruto Interno argentino, en los próximos 5 años van destinado exclusivamente a la educación, lo cual nos va a colocar entre los países del mundo que van invierte en educación. (Aplausos). Esto no solamente es muy importante, va a ayudar a la recuperación de quienes trabajan en la educación, lo que los docentes merecen, sino también en la inversión de escuelas, en la inversión cualitativa, en la preparación permanente, en la elevación de la calidad educativa de nuestros jóvenes. Es decir, con un instrumento educativo acorde, la Argentina va a crecer y se va a transformar mucho más rápido.
Fíjense que a los Gobiernos que más le interesa la concentración económica y que menos le interesa la gente, son los que necesariamente menos inversión educativa hacen, porque cuando un pueblo tiene los instrumentos educativos en sus manos es capaz de superar montañas y construir verdaderos edificios de un nuevo destino, esto es fundamental y nosotros creemos que la educación cumple allí un rol central, fundamental. (Aplausos)
Por eso los quiero felicitar profundamente: generen, elaboren, imaginen, sueñen, luchen, van a tener nuestro permanente acompañamiento, ayúdennos a construir las bases de una sociedad distinta. Dios quiera que el 10 de diciembre, cuando me toque terminar mi mandato, estemos en las puertas del purgatorio y estemos saliendo del infierno, porque habremos ganado una de las batallas más difíciles de la historia argentina, y la habremos ganado entre todos.
Chicos muchas gracias por estar acá y mi más profunda felicitación. (Aplausos)
Sin embargo, con una calidad entrecomillas autista muy grande en la Argentina mucha dirigencia siempre dicen que hay que decir algo para los jóvenes como si fueran parte de un determinado mercado. Yo creo honestamente que la tarea de la juventud argentina es una tarea donde tiene que seguir este deseo que lo he visto en muchos lados en reuniones y en actos que he participado con algunos de ustedes, en tareas y en los emprendimientos, que hemos visto esto 100 Proyectos Estratégicos, que es una verdadera lección moral para todos los argentinos no solicitando, no “robando” lugares, sino que definitivamente ustedes consoliden el espacio que les corresponde dentro de la sociedad participando activamente en la construcción institucional del país. No como un apéndice más, sino como la parte activa, real y concreta de que el pensamiento de las nuevas generaciones argentinas esta inserto en el proyecto que tenemos que encontrar los argentinos que nos sintetice definitivamente para construir un país con equidad e inclusión.
Se ha bajado fuertemente la pobreza, todavía tenemos 40 por ciento de pobreza en la Argentina, se ha incluido a 2 millones de jóvenes. Nos encontramos con que hay empresas en el avance económico que tiene el país que solicitan trabajo y gente con oficio y nuestros chicos no tienen oficio.
Hay dos hechos fundamentales que se van a dar esta semana, que van a apuntalar esta gran tarea que está haciendo el Ministerio de Desarrollo y Acción Social: uno, es volver a que en país existan las escuelas técnicas. (Aplausos). En este momento el Congreso de la Nación lo está votando, el Senado, y espero promulgarla mañana aquí. Escuelas técnicas que fueron mantenidas solamente por la Capital Federal y mi provincia, que no nos resignamos en ese momento a creer que la Argentina podía ser un país de servicios. Absurdo, entre la división mundial del trabajo habían dicho que Argentina tiene que ser un país generador de servicios y olvidarse de su aspecto industrial, productivo, la inversión pública, la construcción de infraestructura, era un país condenado.
Son innumerables las posibilidades que hay, que se van generando y entonces yo sé que con la Ley de Educación Técnica nosotros vamos a darle el oficio a una de las calidades humanas más importante y al recurso más importante que tiene el mundo, que es el recurso humano argentino.
Nos había hecho perder hasta la autoestima, nos había dicho que los argentinos no servíamos, que éramos vagos, que no nos gustaba trabajar, ese discurso destructor. Pero no, no es que los argentinos no servimos, no nos gusta trabajar ni mucho menos, nos cerraron las posibilidades de trabajar, nos cerraron las posibilidades de soñar, nos cerraron las posibilidades de pensar en forma plural, nos cerraron las posibilidades a tener nuestra propia identidad. Eso es lo que ahora ustedes están ayudando a refundar y es muy difícil porque a algunos les interesa la juventud resignada, una juventud con los brazos caídos y una juventud que crea que el trabajo no es el instrumento de cambio. Y hay una generación de argentinos, que muchos de ellos no han podido siquiera obtener el primer trabajo después del proceso que nos ha tocado vivir. Y entonces esa situación de exclusión social repercutió fuertemente en la estructura social argentina. Y no hay nada más constructor, no hay nada más edificante que la posibilidad de pensar, de trabajar, de producir, de elaborar, de investigar, de avanzar en la ciencia del conocimiento y para eso nada mejor que los jóvenes lo hagan, lo lleven adelante.
Nosotros tenemos que promover esta tarea, pero sin ningún sentido paternalista, sino con total sentido liberador. Es decir, nosotros necesitamos jóvenes que piensen, que creen, que inventen porque este país se tiene que recuperar socialmente, económicamente, pero también se tiene que recuperar en su calidad de pensamiento, en su capacidad de elaboración, que es fundamental, ese pensamiento creador, ese pensamiento que va generando las posibilidades de un país distinto.
No tengo ninguna duda que la juventud argentina y quienes tenemos responsabilidades y comprendemos este problema vamos a encontrar la síntesis que la Argentina está necesitando. (Aplausos). También yo sé que de profundizarse esta tarea de innovación tecnológica vamos a aumentar y a profundizar la comprensión de este tema, pues tenemos que ir allá donde están los hermanos que más necesitan. Pero no tenemos que ir a golpearles la puerta para decirles: “acá tenés tal plano, tal cosa”, como si fuéramos, entrecomillas, con un estilo de político viejo, cansado y agotado, sino lo que tenemos es que ir a hacer, a construir con ellos. Esto que ustedes han construido ahora.
Si nosotros trasladamos las cooperativas, los microemprendimientos, los planes de “Manos a la Obra”, los planes de innovación tecnológica, si todos estos planes, que se están llevando adelante los trasladamos a los lugares donde más se necesita en la Argentina se va a ver un crecimiento y un potencial humano bárbaro y nuestros chicos van a volver a creer paulatinamente, porque la recuperación de la credibilidad está en los hechos y realidades concretas.
El otro tema que le quería decir a ustedes, que es muy importante, es que el día viernes nosotros vamos a enviar al Congreso el Proyecto del Financiamiento Educativo. Seis puntos del Producto Bruto Interno argentino, en los próximos 5 años van destinado exclusivamente a la educación, lo cual nos va a colocar entre los países del mundo que van invierte en educación. (Aplausos). Esto no solamente es muy importante, va a ayudar a la recuperación de quienes trabajan en la educación, lo que los docentes merecen, sino también en la inversión de escuelas, en la inversión cualitativa, en la preparación permanente, en la elevación de la calidad educativa de nuestros jóvenes. Es decir, con un instrumento educativo acorde, la Argentina va a crecer y se va a transformar mucho más rápido.
Fíjense que a los Gobiernos que más le interesa la concentración económica y que menos le interesa la gente, son los que necesariamente menos inversión educativa hacen, porque cuando un pueblo tiene los instrumentos educativos en sus manos es capaz de superar montañas y construir verdaderos edificios de un nuevo destino, esto es fundamental y nosotros creemos que la educación cumple allí un rol central, fundamental. (Aplausos)
Por eso los quiero felicitar profundamente: generen, elaboren, imaginen, sueñen, luchen, van a tener nuestro permanente acompañamiento, ayúdennos a construir las bases de una sociedad distinta. Dios quiera que el 10 de diciembre, cuando me toque terminar mi mandato, estemos en las puertas del purgatorio y estemos saliendo del infierno, porque habremos ganado una de las batallas más difíciles de la historia argentina, y la habremos ganado entre todos.
Chicos muchas gracias por estar acá y mi más profunda felicitación. (Aplausos)