Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; autoridades nacionales y provinciales; representantes del Cuerpo Diplomático; señores empresarios; señoras y señores: con la finalidad de promover las inversiones, incorporar nuevas tecnologías y conseguir un desarrollo ambientalmente sostenible, ponemos en marcha hoy el Fondo Argentino de Carbono.
Este Fondo tiene por objetivo facilitar e incentivar el desarrollo de proyectos del mecanismo para un desarrollo limpio, al amparo del Protocolo de Kyoto. Designamos como autoridad de aplicación de toda la actividad relacionada con el funcionamiento, la operación y la administración del Fondo, a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Salud y Ambiente.
Pensamos que el mundo debe marchar hacia una economía mundial que premie la eficiencia en materia de producción de energía y castigue las emisiones nocivas de carbono. Los dispositivos del Protocolo de Kyoto dirigidas a regular el uso de la atmósfera, dan impulso al mercado del carbono en tanto el marco regulatorio deberá intensificar en el tiempo las restricciones a las emisiones.
Con este Fondo se pone en marcha un mecanismo por el cual los deudores ambientales pueden empezar a saldar su deuda, y los acreedores ambientales cobrarla en crecimiento sustentable.
Nuestro país, en su condición de país en desarrollo, puede participar del mecanismo para un desarrollo limpio por lo que es necesario y conveniente la creación de este Fondo.
Los derechos de emisión por proyectos a desarrollarse en nuestro territorio, pueden alcanzar a 15 millones de toneladas anuales en volumen y esto puede representar unos 150 millones de dólares por la comercialización de servicios ambientales.
En Argentina hay más de medio centenar de proyectos destinados a producir reducción de emisiones, y pueden utilizarse inicialmente recursos provenientes de organismos internacionales que financian actividades de reducción de emisiones para su financiamiento.
Por eso, podemos decir que al dejar creado el Fondo Argentino de Carbono, estamos abriendo la posibilidad de que estas ideas y esos proyectos se puedan concretar. Es como estar abriendo una puerta hacia un futuro mejor con menos emisiones y menor riesgo de cambios climáticos.
Ya hemos destacado que el mapa mundial de la pobreza y el endeudamiento financiero, es el mismo que marca la ubicación de las extensiones de activos ambientales que producen el mayor aporte al mantenimiento de la biodiversidad.
Del mismo modo, el mapa mundial de los acreedores financieros es el mismo que ubica a quienes producen mayor degradación ambiental y causan con ello el cambio del clima mundial que todos sufrimos.
Por eso exigimos que, así como ellos reclaman con altisonancia que los deudores paguen sus deudas financieras, se dispongan a escuchar nuestro firme reclamo para que salden su deuda ambiental con el resto del mundo.
Los países industrializados no deben rehuir o dilatar el cumplimiento de los compromisos a los que obligan las reglas del Protocolo de Kyoto. Deben comenzar a pagar los aportes prometidos para atender el problema del cambio climático y constituir los diversos fondos creados con ese fin.
Ese cumplimiento permitirá que en forma más rápida podamos mejorar la competitividad nacional, al aumentar la eficiencia en las actividades económicas, promover el empleo y la inversión productiva, contribuir a la mitigación de la pobreza y disminuir la exclusión social.
Nuestro atraso relativo en materia de desarrollo, puede darnos las ventajas en el cuidado del medio ambiente, si promovemos un crecimiento compatible con el ambiente sano.
Hoy podemos decir que la República Argentina está recuperando dimensión del futuro, en el planeamiento y la preservación del ambiente. Cuidar el ambiente es parte fundamental de la construcción del futuro. Poniendo en ejecución las utopías, estamos trabajando para que todos podamos vivir en un ambiente saludable.
Con nuestra política ambiental queremos crear, construir en definitiva ayer el futuro, nuestro futuro.
Muchísimas gracias. (Aplausos)
Este Fondo tiene por objetivo facilitar e incentivar el desarrollo de proyectos del mecanismo para un desarrollo limpio, al amparo del Protocolo de Kyoto. Designamos como autoridad de aplicación de toda la actividad relacionada con el funcionamiento, la operación y la administración del Fondo, a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Salud y Ambiente.
Pensamos que el mundo debe marchar hacia una economía mundial que premie la eficiencia en materia de producción de energía y castigue las emisiones nocivas de carbono. Los dispositivos del Protocolo de Kyoto dirigidas a regular el uso de la atmósfera, dan impulso al mercado del carbono en tanto el marco regulatorio deberá intensificar en el tiempo las restricciones a las emisiones.
Con este Fondo se pone en marcha un mecanismo por el cual los deudores ambientales pueden empezar a saldar su deuda, y los acreedores ambientales cobrarla en crecimiento sustentable.
Nuestro país, en su condición de país en desarrollo, puede participar del mecanismo para un desarrollo limpio por lo que es necesario y conveniente la creación de este Fondo.
Los derechos de emisión por proyectos a desarrollarse en nuestro territorio, pueden alcanzar a 15 millones de toneladas anuales en volumen y esto puede representar unos 150 millones de dólares por la comercialización de servicios ambientales.
En Argentina hay más de medio centenar de proyectos destinados a producir reducción de emisiones, y pueden utilizarse inicialmente recursos provenientes de organismos internacionales que financian actividades de reducción de emisiones para su financiamiento.
Por eso, podemos decir que al dejar creado el Fondo Argentino de Carbono, estamos abriendo la posibilidad de que estas ideas y esos proyectos se puedan concretar. Es como estar abriendo una puerta hacia un futuro mejor con menos emisiones y menor riesgo de cambios climáticos.
Ya hemos destacado que el mapa mundial de la pobreza y el endeudamiento financiero, es el mismo que marca la ubicación de las extensiones de activos ambientales que producen el mayor aporte al mantenimiento de la biodiversidad.
Del mismo modo, el mapa mundial de los acreedores financieros es el mismo que ubica a quienes producen mayor degradación ambiental y causan con ello el cambio del clima mundial que todos sufrimos.
Por eso exigimos que, así como ellos reclaman con altisonancia que los deudores paguen sus deudas financieras, se dispongan a escuchar nuestro firme reclamo para que salden su deuda ambiental con el resto del mundo.
Los países industrializados no deben rehuir o dilatar el cumplimiento de los compromisos a los que obligan las reglas del Protocolo de Kyoto. Deben comenzar a pagar los aportes prometidos para atender el problema del cambio climático y constituir los diversos fondos creados con ese fin.
Ese cumplimiento permitirá que en forma más rápida podamos mejorar la competitividad nacional, al aumentar la eficiencia en las actividades económicas, promover el empleo y la inversión productiva, contribuir a la mitigación de la pobreza y disminuir la exclusión social.
Nuestro atraso relativo en materia de desarrollo, puede darnos las ventajas en el cuidado del medio ambiente, si promovemos un crecimiento compatible con el ambiente sano.
Hoy podemos decir que la República Argentina está recuperando dimensión del futuro, en el planeamiento y la preservación del ambiente. Cuidar el ambiente es parte fundamental de la construcción del futuro. Poniendo en ejecución las utopías, estamos trabajando para que todos podamos vivir en un ambiente saludable.
Con nuestra política ambiental queremos crear, construir en definitiva ayer el futuro, nuestro futuro.
Muchísimas gracias. (Aplausos)