PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN ITUZAINGÓ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN ITUZAINGÓ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente Municipal; señores ministros; amigos, candidatos, intendentes; querido pueblo de Ituzaingó del cual tengo el mejor de los recuerdos: he construido con ustedes una alianza de trabajo y amor permanente; he tratado de cumplir siempre lo que he dicho desde el primer día en que me abrieron las puertas cuando venía desde allá, desde el Sur; me abrieron su corazón y su amor sin pedirme nada, diciéndome “metele, te apoyamos, queremos una Argentina distinta”. Muchas gracias Ituzaingó, muchas gracias por tanto afecto, por tanto cariño. (Aplausos)

Hoy me ha encantado la sinceridad del pueblo y la sinceridad del Gobernador; así tienen que hablar pueblos y gobiernos. Es verdad que aquel día de agosto de 2004 yo lo acompañaba como tantas veces nos acompañamos mutuamente con el Gobernador de la provincia de Buenos Aires, y me gustó que este pueblo tenga memoria y también me gustó que el Gobernador, con la dignidad que tiene, asuma la responsabilidad de cumplir con la palabra empeñada. El pueblo dijo: “señor Gobernador le recordamos el hospital”, y el Gobernador dijo: “tengo mil cosas que hacer pero voy a cumplir con mi palabra empeñada con el hospital”.

Lo felicito señor Gobernador, felicito al pueblo de Ituzaingó; además a mí no me gusta mirar desde la tribuna un hecho tan importante, un hecho vital como es el hospital para un pueblo. Querido Felipe, el Gobierno Nacional te va a ayudar a terminar la obra cuanto antes para que la podamos cumplir como corresponde. (Aplausos)

Y así tenemos que hablar entre gobiernos y pueblo, con total sinceridad y afecto, como se dio en esta democracia participativa que hoy tenemos aquí en este acto que estamos realizando.

También quiero felicitar a los jubilados en su día y decirles que después de 14 años a la mayoría de los jubilados, a los que tienen la jubilación mínima, este Gobierno hace pocos días les dio el octavo aumento consecutivo llevándolos de 150 pesos a 420 con los 30 del PAMI más los 390. (Aplausos)

Claro que falta, claro que es poco, pero descongelamos y después de 14 años estamos dando gestos claros de que los jubilados pasan a ser parte importante de nuestra vida. Se terminó el discurso vacío, hay acciones responsables y serias del Gobierno. Y les digo, queridos hermanos jubilados, vamos a seguir en este camino, cada tanto otro pasito adelante hasta darle el lugar que los jubilados merecen en nuestra sociedad. (Aplausos)

También, aquellos que han escrito tanto sobre el tema de aguas y cloacas, aquellos que han hablado y están tan preocupados por las inversiones, supuestamente preocupados por las inversiones, para aquellos que custodian más, aquellos que se llevan lo nuestro en vez de cuidar lo nuestro, acá hay un ejemplo para el país, me gustaría que todo el país en este momento mirara a Ituzaingó, que mirara que este gran pueblo de Ituzaingó no tiene ni agua ni cloacas. Agua por responsabilidad de Aguas Argentinas, de Suez, porque nadie invirtió nada, menos ellos. Esta es la empresa que algunos les preocupa que se quiere ir, a mí me preocuparía que esa empresa cumpla y hubiera traído las inversiones que correspondan a este pueblo. Sin embargo el Gobierno Nacional, junto con el provincial y el municipal, tuvo que venir a hacer la planta depuradora de líquidos cloacales para hacer las cloacas y las obras de agua después porque la empresa no está en ningún lado. Que el pueblo argentino vea cómo pueblos como Ituzaingó están sufriendo a estas empresas que no respetan el derecho de los argentinos, que es el derecho a la salud, que es el derecho a un servicio que es fundamental para la vida.

Cuando se hacen diagnósticos, cuando se habla de la inversión nosotros queremos la inversión en la Patria y que vengan todos los capitales de buena voluntad del mundo, pero no hay mayor inversión que cuidar la salud de los argentinos, no hay mayor inversión que darles agua a los argentinos. Miren lo que estamos pidiendo en el siglo que estamos viviendo, estas son las cosas que tenemos que tener claras. Por eso este país que está tratando de salir del infierno, queridos hermanos, tiene que cambiar y seguir cambiando y cambiando permanentemente. Hay algunos que se acostumbraron a que no se podía, me lo decían con la deuda privada, cuando renegociamos los 100 mil millones de dólares de deuda. Me decían. “por favor, señor Presidente, no haga una quita tan grande porque vamos a quedar mal parados, cómo va a quedar la Argentina en el mundo”. Y no aflojamos, por más que algunos me decían: “ y bueno bajá un poquito”. Y dije que no porque la espalda del pueblo argentino no podía aguantar más y ahorramos 67 mil millones de dólares de deuda que el pueblo argentino no tiene que pagar, estaban esquilmando al pueblo.

Son los mismos que quieren volver a la vieja Argentina, son los mismos que no quieren que este país se pueda potenciar y recuperar, son los que les duele cuando la pobreza bajó 16 puntos, son los que les duele que la indigencia haya bajado 14 puntos, son los que les duele que el desempleo haya bajado 12 puntos, son los que les duele que la industria nacional esté creciendo al 7,6 por ciento y se esté reindustrializando el país, son los que les duele que la Argentina crezca al 9 por ciento y crezca por tercer año consecutivo, son los que les duele que vuelvan las escuelas técnicas, son los que les duele que venga el financiamiento educativo, son los que les duele que vuelva a renacer la esperanza del pueblo argentino, son los que les duele que volvamos a soñar, son los que les duele que esta Argentina pueda crecer. Por eso las viviendas, por eso la inversión permanente, por eso – queridos hermanos y hermanas – acá debemos tener en claro que sólo valen el trabajo, la solidaridad, el amor y el afecto.

Yo les puedo asegurar que desde hace dos años y tres meses que soy Presidente he recorrido de punta a punta la provincia de Buenos Aires y el país, he ido, he conversado y me he tomado de la mano con miles y miles de argentinos y argentinas, compartiendo sus esperanzas, ideas, sueños. Durante muchísimo años, lamentablemente, este país estuvo prácticamente a la vera de la mano de Dios. Por eso yo quiero tomar la fuerza espiritual de Dios, nuestro Señor, para tener esa fe que nos dé la fuerza para dar y poner de pie esta Argentina, esa fe inclaudicable de que es posible vivir en un mundo mejor.

Pero también recordemos que en dos años y tres meses, yo no soy Mandraque el mago ni soy perfecto. A mí no me gusta hablar de los demás porque cuando uno habla mucho de los demás es porque tiene muy poco para hablar de sí mismo, pero ustedes saben qué es lo que pasó, ustedes lo saben mejor que nadie, cuántas cosas tuvieron que sufrir. Saben también que algunos creen que ustedes no tienen memoria y siguen hablando y hablando con tal de seguir siendo. Yo digo, ¿para qué hay tanta gente que quiere seguir siendo y después no quieren hacer nada? Lo único que les interesa es detentar las cositas del poder, ¿para qué quieren seguir siendo? Que se abran las compuertas, que vengan nuevas generaciones, que venga la gente con ganas de trabajar, que nos tomemos de la mano por arriba de la cuestión partidaria, que pensemos en el país y en esta provincia de Buenos Aires.

Yo sé que Cristina -y estoy seguro porque lo hizo siempre- aparte de acompañarme, de luchar, de pelear, de defender sus ideas, ella que nació, estudió y militó en esta provincia, va a levantar la voz por la provincia de Buenos Aires con la fuerza y la dignidad que la provincia necesita. (Aplausos)

Por eso, queridos hermanos, yo les vengo a dejar mi corazón sureño, les vengo a decir que voy a seguir viniendo a Ituzaingó. Ustedes me ven aquí, algunos se enojan porque no me cierro el saco o porque a la mañana me equivoco en el color de la corbata; bueno, algunos dicen que tendría que ser más prolijito para peinarme o que me tengo que lustrar más los zapatos; a mí realmente esas cosas no me salen, a mí lo que me preocupa cada mañana es ver cómo puedo seguir ayudando a levantar la Argentina y que haya menos gente que sufra. Eso es lo que me interesa, eso es lo que me preocupa. Esos son mis sueños, esos son mis desvelos. Algunos dicen “ahí va ese pingüino”, y a mí me encanta cuando me dicen pingüino, soy pingüino y me abrazo a todos los argentinos, como pingüino que soy, para hacer una patria distinta.

Algunos, hermanos y hermanas, se quejan porque vengo a este tipo de actos y no voy a otros, a algunos actos medio pomposos que se hacen por allí, pero yo el tiempo libre que tengo lo quiero compartir con el pueblo argentino y no con pequeñas minorías que no tienen nada que ver con mi querido pueblo. Me vengo a abrazar con el pueblo, estoy con el pueblo, vengo a trabajar con él y a tratar de escuchar su voz para hacer una patria totalmente distinta.

Soñando con amor, con fuerza, con solidaridad, con pluralismo, sin sectarismo, por una Argentina para todos, con una Argentina con dignidad, con una Argentina que vuelva a levantar la bandera que llevan los abanderados allá con tanta fuerza; con una Argentina que vuelva a sentirse orgullosa de sus hijos que defienden la bandera y la patria como se merece, les vengo a pedir no que me acompañen, porque ya sabemos lo que pasó, ¿saben lo que les vengo a pedir? Que me ayuden y que me corrijan cada vez que me equivoco, yo estoy dispuesto a escucharlos permanentemente. Pero ayúdenme, porque si ustedes me ayudan la Argentina va a tener el país que nos merecemos.

Muchas gracias Ituzaingó, muchas gracias señor Gobernador, muchas gracias señor Intendente, tienen mi firme compromiso de venir a acompañarlos en la construcción de su sueño. Muchas gracias pueblo de Ituzaingó, muchas gracias provincia de Buenos Aires.