Señor gobernador de la Provincia; señor vicegobernador; señor presidente de la Corte de Justicia de la Provincia; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional y Provincial; señoras, señores, intendentes de distintas localidades; amigos, amigas, compañeros, compañeras, hermanos y hermanas sanjuaninos: es importante para mí volver a estar junto a ustedes por cuarta vez, poder mirarlos a los ojos y decirles lo que les dije aquí un día de abril del año 2003, cuando veníamos con el gobernador Gioja a firmar un pacto de reparación histórica para San Juan. Era para muchos algo entendible, era una promesa electoral más de tantas que sacudieron los oídos y los corazones de los argentinos, pero yo les puedo asegurar que venía con esa pureza del viento y el frío del sur a decirles a los sanjuaninos que no les mentía y que si el pueblo argentino me daba la posibilidad de tener la iniciativa de la conducción de esta patria iba a cumplir con San Juan. (Aplausos)
Así en cuatro veces que hemos vuelto a San Juan pusimos en marcha obras de todo tipo e inversiones que no recuerda la historia de la provincia, y puedo pararme en cada esquina a mirar a cada sanjuanino, a cada argentino sanjuanino, mirarlo a los ojos y decirle: estamos cumpliendo hermano, no fuimos un marco de promesas más, fue la realidad; estamos cumpliendo con tu orgullo y tu dignidad, hermano sanjuanino te hemos respetado. No vinimos a hacer un discurso electoral más, vinimos a decir lo que íbamos a hacer por la patria y por San Juan.
Cuando veo los gorros amarillos de los queridos hermanos y compañeros de la UOCRA, recuerdo que en el año 2002 llegaron a quedar 70.000 trabajadores en todo el país y hoy le podemos decir a la patria que hay más de 350.000 obreros de UOCRA trabajando de una punta a la otra de la Argentina. Se han vuelto el símbolo del trabajo, volvieron los gorritos amarillos, volvió la dignidad y la posibilidad de tener un trabajo digno. Hermanos y hermanas trabajadores de la UOCRA, tengan la certeza de que en este país se va a seguir invirtiendo con seriedad y responsabilidad, porque para este gobierno la inversión pública y la inversión privada no es un gasto público más sino una inversión de dignidad, de trabajo y de justicia que bajo ningún aspecto vamos a abandonar. (Aplausos)
Les puedo decir también que venimos del mayor de los infiernos, en soledad. Cuando escucho hablar a muchos de los que fundieron y quebraron la Argentina, cuando escucho hablar a los que salían corriendo y dejaban los escritorios en mis manos, con una Argentina devastada; cuando escucho hablar a los que saquearon y robaron la patria, y creen que los argentinos no tenemos memoria, me causa mucho dolor. Pero estén tranquilos los argentinos porque estamos dispuestos a todo, a dar todo nuestro esfuerzo para que el cambio siga. La Argentina va a seguir cambiando, va a seguir creciendo y va a seguir mejorando.
Estamos venciendo a la indigencia, la pobreza y el desempleo. Sueño que cuando me toque terminar el mandato la indigencia sea menos de un dígito, la pobreza sea la mitad y el desempleo de una vez por todas ya sea solamente de un dígito. Si eso lo logramos en el 2007 habremos estado ya cerca de las puertas del purgatorio y dejando atrás el infierno en la Argentina.
Crecen fuertemente las exportaciones y esperamos llegar a números récord; crece fuertemente la producción del campo en la Argentina; crece el trabajo de los pequeños productores; crece la reindustrialización; vuelve la industria y el capital nacional a este país que había sido absolutamente abandonado; vuelve fuertemente también la inversión pública. Y en esa síntesis de producción, reindustrialización e inversión pública se dinamiza la economía para construir el país que todos los argentinos necesitamos, un país parado ante el mundo con dignidad.
Claro que me toca soportar también que digan que a veces somos duros. Ahora yo me pregunto y les pregunto desde San Juan a todos los argentinos: ¿si a este país no lo defendemos con firmeza y con dignidad, si no nos jugamos por los argentinos, si no ponemos lo que tenemos que poner, qué le va a quedar al país? ¿Vamos a repetir la experiencia del pasado, donde los negociadores argentinos, seguramente mucho más ordenadamente y por ahí bastante más educados que este Presidente, se sentaban a negociar y siempre perdíamos en todas las negociaciones? Porque lo importante era ser bien educado, no defender los intereses de la Argentina. Hoy lo importante es defender los intereses de la patria, defenderlos con dignidad y con fuerza, que es lo que está necesitando nuestro país. (Aplausos)
Voy a cada lugar de la Argentina y digo: a la deuda privada de 100.000 millones de dólares le hicimos una quita del 75 por ciento; no creía ninguno de los centros de poder que lo íbamos a poder llevar adelante, todos nos miraban como diciendo qué locura pide esta gente. Y puede ser, tenemos la locura de amar al pueblo argentino y a la patria y por eso estábamos dispuestos a dejar todo, no me interesaba seguir en el gobierno entregando el patrimonio nacional. Cuando me senté a la mesa y dije “vamos a hacer la quita del 75 por ciento” les expresé a los argentinos que me interesaba gobernar un país con dignidad y no un país de rodillas. Y logramos la mejor negociación del mundo que se recuerde. (Aplausos) Ahorramos más de 67.000 millones de dólares y seguimos trabajando en la causa del desendeudamiento nacional, causa nacional porque no queremos que el Fondo Monetario Internacional nos imponga más las políticas. Las políticas se dictan desde la Argentina y la Argentina se va a desendeudar y va a dejar de ser una quinta para convertirse definitivamente en un país. Es la gran lucha que tenemos que dar, es la causa nacional, con identidad nacional, levantando la bandera nacional, levantando la escarapela y el sentir de patria, diciendo que este país empieza a resurgir con fuerza. (Aplausos)
Claro que nos piden todo en apenas dos años; claro que aquellos que avalaron a los que fueron destruyendo el país primero dijeron “van a tener una inflación del 200 mil por ciento”, después dijeron que la Argentina vivía un veranito de crecimiento, después dijeron que era imposible bajar el desempleo, la indigencia y a la pobreza. A esos consultores económicos que hoy están esperando que algo salga mal para decir que tienen razón, les decimos que nosotros no estamos enojados con ellos, lo que decimos es que vayan a estudiar un poquito más, que vayan a revalidar los títulos y a ver sus teorías porque evidentemente en la Argentina han fallado. (Aplausos)
A esos consultores económicos que ponen cara de importantes y dicen que la Argentina está a punto de no crecer más, que va a entrar en un amesetamiento, les digo que desde que estoy en el Gobierno estoy escuchando lo mismo y la Argentina sigue creciendo, creció en el 2003, creció en el 2004, creció en el 2005 y va a crecer en el 2006 y 2007, porque los argentinos quieren hacer un país más grande y están trabajando día tras día con el arado, con la cuchara, con la industria, con la máquina, en el campo, la ciudad, las escuelas y las universidades, en cuanto lugar se pueda brindar cultura y trabajo para que este sea un país de todos, un país distinto.
Por eso, queridos sanjuaninos y queridos argentinos, yo les pido que me ayuden, les pido firmemente que me acompañen; señor Gobernador, les pido que me den toda la fuerza que necesito porque tengo que encabezar fuertemente la batalla de la reconstrucción nacional.
Es muy importante lo que pasó en San Juan hoy; no me voy a olvidar jamás de los miles y miles de sanjuaninos en todas las calles de la ciudad levantando sus brazos y diciendo: “aguante pingüino, aguante Presidente, no baje los brazos que acá están los sanjuaninos para darle todo su apoyo y su solidaridad”. (Aplausos)
Muchas gracias sanjuaninos, no saben lo que significan, no saben el apoyo que me dan. Después de ver tantas veces claudicar a la dirigencia argentina, a la dirigencia de los distintos sectores, después de ver tantas veces renunciar a la idea de construir un país, donde voy me abrazo al pueblo porque creo firmemente en el pueblo argentino y en cada argentino que toco sin intermediación alguna sé que estoy tocando sangre de Patria, sangre de destino, de un futuro distinto para nuestros hijos, de un futuro totalmente distinto para nuestros abuelos y nuestros trabajadores que es lo que guía todas nuestras acciones. (Aplausos)
Por eso, querido San Juan, queridos sanjuaninos, desde acá a la Argentina toda: soy un hombre común que tengo aciertos y errores, que tengo pasiones y amores por esta tierra como ustedes, totales y absolutos, que vivo jugándome; no me interesa un segundo estar en el Gobierno y no poder mirar a los argentinos y en este caso a los sanjuaninos. Quiero estar en el Gobierno y siempre mirarlos de frente, que ustedes se sientan orgullosos de tener un Presidente que es un hombre común, con aciertos y errores pero que nunca baja la guardia, que siempre levanta la bandera y siempre levanta el sentido de Patria. (Aplausos)
No soy de andar de fiesta en fiesta y en reuniones selectas por allí, eso no se lo critican a nadie. A mí me critican por esto que estoy haciendo con ustedes, porque soy de andar de pueblo en pueblo, de rancho en rancho y de acto en acto abrazándome a los argentinos, a todos mis hermanos que son como yo para construir ese país que todos nosotros soñamos. (Aplausos)
Quiero terminar mis palabras agradeciendo profundamente al señor Gobernador, al pueblo de San Juan. Sanjuaninos, les agradezco infinitamente este recibimiento, este acompañamiento. Este monumento que ven acá enfrente es la impotencia de años que en distintos lugares de la Patria hemos vivido los argentinos, pero la estamos derrotando y el 22 de agosto de donde tenga que venir, desde mi tierra, voy a estar como un argentino allí compartiendo con ustedes el fin de este olvido que San Juan no merecía. (Aplausos)
Así como hoy en el Aeropuerto me encontré con los hombres de la producción vitivinícola, con los productores de San Juan que me atendieron allá en el 2002-2003 cuando hablamos de la Argentina que soñábamos y hablamos hoy de lo que avanzamos y de lo que hace falta avanzar y cambiar. Pero siempre me acuerdo de esos rostros que aún con los brazos casi caídos escuchaban a este hombre del Sur que les hablaba de un nuevo país. Hoy tuve la alegría de volver a encontrarlos, volver a tocarnos la mano y volver a decir hemos hecho esto pero nos falta aquello; veremos cómo encontramos las herramientas para hacer lo que nos falta que es lo importante para ir construyendo la Argentina que nosotros necesitamos llevar adelante. (Aplausos)
Vi a los docentes argentinos, a la educación argentina. No hay proceso de cambio posible sin educación que es el elemento de transformación vital. Dios quiera que en los próximos 30 días podamos firmar con todos los gobernadores del país el pacto del financiamiento educativo para que le podamos decir a la Patria que definitivamente la educación en la Argentina tiene el financiamiento que se merece y el lugar que los argentinos debemos darle a la educación, que es una tarea central. (Aplausos)
Por eso San Juan -y se los digo así, como me gusta hablar a mí, llano y sincero, sin hipocresías- les vengo a decir que cuando vaya asomando el amanecer del 23 de octubre se acuerden que hay un pingüino que está en la Casa de Gobierno que necesita el apoyo de ustedes para seguir dando vuelta la taba y construir la Patria que todos nosotros necesitamos. (Aplausos) Que se acuerden que hay un argentino que está dispuesto a seguir jugándose, que solamente necesita las manos de ustedes y el acompañamiento de ustedes. Que se acuerden que hay un argentino que junto a ustedes quiere clavar la bandera de la nueva Patria, del nuevo país y de la Argentina que nos merecemos. (Aplausos)
Muchas gracias San Juan, muchas gracias sanjuaninos, muchas gracias señor Gobernador, gracias por todo, un argentino a vuestro servicio. ¡Viva San Juan, viva la Patria y viva nuestra querida Argentina!
Muchísimas gracias. (Aplausos)
Así en cuatro veces que hemos vuelto a San Juan pusimos en marcha obras de todo tipo e inversiones que no recuerda la historia de la provincia, y puedo pararme en cada esquina a mirar a cada sanjuanino, a cada argentino sanjuanino, mirarlo a los ojos y decirle: estamos cumpliendo hermano, no fuimos un marco de promesas más, fue la realidad; estamos cumpliendo con tu orgullo y tu dignidad, hermano sanjuanino te hemos respetado. No vinimos a hacer un discurso electoral más, vinimos a decir lo que íbamos a hacer por la patria y por San Juan.
Cuando veo los gorros amarillos de los queridos hermanos y compañeros de la UOCRA, recuerdo que en el año 2002 llegaron a quedar 70.000 trabajadores en todo el país y hoy le podemos decir a la patria que hay más de 350.000 obreros de UOCRA trabajando de una punta a la otra de la Argentina. Se han vuelto el símbolo del trabajo, volvieron los gorritos amarillos, volvió la dignidad y la posibilidad de tener un trabajo digno. Hermanos y hermanas trabajadores de la UOCRA, tengan la certeza de que en este país se va a seguir invirtiendo con seriedad y responsabilidad, porque para este gobierno la inversión pública y la inversión privada no es un gasto público más sino una inversión de dignidad, de trabajo y de justicia que bajo ningún aspecto vamos a abandonar. (Aplausos)
Les puedo decir también que venimos del mayor de los infiernos, en soledad. Cuando escucho hablar a muchos de los que fundieron y quebraron la Argentina, cuando escucho hablar a los que salían corriendo y dejaban los escritorios en mis manos, con una Argentina devastada; cuando escucho hablar a los que saquearon y robaron la patria, y creen que los argentinos no tenemos memoria, me causa mucho dolor. Pero estén tranquilos los argentinos porque estamos dispuestos a todo, a dar todo nuestro esfuerzo para que el cambio siga. La Argentina va a seguir cambiando, va a seguir creciendo y va a seguir mejorando.
Estamos venciendo a la indigencia, la pobreza y el desempleo. Sueño que cuando me toque terminar el mandato la indigencia sea menos de un dígito, la pobreza sea la mitad y el desempleo de una vez por todas ya sea solamente de un dígito. Si eso lo logramos en el 2007 habremos estado ya cerca de las puertas del purgatorio y dejando atrás el infierno en la Argentina.
Crecen fuertemente las exportaciones y esperamos llegar a números récord; crece fuertemente la producción del campo en la Argentina; crece el trabajo de los pequeños productores; crece la reindustrialización; vuelve la industria y el capital nacional a este país que había sido absolutamente abandonado; vuelve fuertemente también la inversión pública. Y en esa síntesis de producción, reindustrialización e inversión pública se dinamiza la economía para construir el país que todos los argentinos necesitamos, un país parado ante el mundo con dignidad.
Claro que me toca soportar también que digan que a veces somos duros. Ahora yo me pregunto y les pregunto desde San Juan a todos los argentinos: ¿si a este país no lo defendemos con firmeza y con dignidad, si no nos jugamos por los argentinos, si no ponemos lo que tenemos que poner, qué le va a quedar al país? ¿Vamos a repetir la experiencia del pasado, donde los negociadores argentinos, seguramente mucho más ordenadamente y por ahí bastante más educados que este Presidente, se sentaban a negociar y siempre perdíamos en todas las negociaciones? Porque lo importante era ser bien educado, no defender los intereses de la Argentina. Hoy lo importante es defender los intereses de la patria, defenderlos con dignidad y con fuerza, que es lo que está necesitando nuestro país. (Aplausos)
Voy a cada lugar de la Argentina y digo: a la deuda privada de 100.000 millones de dólares le hicimos una quita del 75 por ciento; no creía ninguno de los centros de poder que lo íbamos a poder llevar adelante, todos nos miraban como diciendo qué locura pide esta gente. Y puede ser, tenemos la locura de amar al pueblo argentino y a la patria y por eso estábamos dispuestos a dejar todo, no me interesaba seguir en el gobierno entregando el patrimonio nacional. Cuando me senté a la mesa y dije “vamos a hacer la quita del 75 por ciento” les expresé a los argentinos que me interesaba gobernar un país con dignidad y no un país de rodillas. Y logramos la mejor negociación del mundo que se recuerde. (Aplausos) Ahorramos más de 67.000 millones de dólares y seguimos trabajando en la causa del desendeudamiento nacional, causa nacional porque no queremos que el Fondo Monetario Internacional nos imponga más las políticas. Las políticas se dictan desde la Argentina y la Argentina se va a desendeudar y va a dejar de ser una quinta para convertirse definitivamente en un país. Es la gran lucha que tenemos que dar, es la causa nacional, con identidad nacional, levantando la bandera nacional, levantando la escarapela y el sentir de patria, diciendo que este país empieza a resurgir con fuerza. (Aplausos)
Claro que nos piden todo en apenas dos años; claro que aquellos que avalaron a los que fueron destruyendo el país primero dijeron “van a tener una inflación del 200 mil por ciento”, después dijeron que la Argentina vivía un veranito de crecimiento, después dijeron que era imposible bajar el desempleo, la indigencia y a la pobreza. A esos consultores económicos que hoy están esperando que algo salga mal para decir que tienen razón, les decimos que nosotros no estamos enojados con ellos, lo que decimos es que vayan a estudiar un poquito más, que vayan a revalidar los títulos y a ver sus teorías porque evidentemente en la Argentina han fallado. (Aplausos)
A esos consultores económicos que ponen cara de importantes y dicen que la Argentina está a punto de no crecer más, que va a entrar en un amesetamiento, les digo que desde que estoy en el Gobierno estoy escuchando lo mismo y la Argentina sigue creciendo, creció en el 2003, creció en el 2004, creció en el 2005 y va a crecer en el 2006 y 2007, porque los argentinos quieren hacer un país más grande y están trabajando día tras día con el arado, con la cuchara, con la industria, con la máquina, en el campo, la ciudad, las escuelas y las universidades, en cuanto lugar se pueda brindar cultura y trabajo para que este sea un país de todos, un país distinto.
Por eso, queridos sanjuaninos y queridos argentinos, yo les pido que me ayuden, les pido firmemente que me acompañen; señor Gobernador, les pido que me den toda la fuerza que necesito porque tengo que encabezar fuertemente la batalla de la reconstrucción nacional.
Es muy importante lo que pasó en San Juan hoy; no me voy a olvidar jamás de los miles y miles de sanjuaninos en todas las calles de la ciudad levantando sus brazos y diciendo: “aguante pingüino, aguante Presidente, no baje los brazos que acá están los sanjuaninos para darle todo su apoyo y su solidaridad”. (Aplausos)
Muchas gracias sanjuaninos, no saben lo que significan, no saben el apoyo que me dan. Después de ver tantas veces claudicar a la dirigencia argentina, a la dirigencia de los distintos sectores, después de ver tantas veces renunciar a la idea de construir un país, donde voy me abrazo al pueblo porque creo firmemente en el pueblo argentino y en cada argentino que toco sin intermediación alguna sé que estoy tocando sangre de Patria, sangre de destino, de un futuro distinto para nuestros hijos, de un futuro totalmente distinto para nuestros abuelos y nuestros trabajadores que es lo que guía todas nuestras acciones. (Aplausos)
Por eso, querido San Juan, queridos sanjuaninos, desde acá a la Argentina toda: soy un hombre común que tengo aciertos y errores, que tengo pasiones y amores por esta tierra como ustedes, totales y absolutos, que vivo jugándome; no me interesa un segundo estar en el Gobierno y no poder mirar a los argentinos y en este caso a los sanjuaninos. Quiero estar en el Gobierno y siempre mirarlos de frente, que ustedes se sientan orgullosos de tener un Presidente que es un hombre común, con aciertos y errores pero que nunca baja la guardia, que siempre levanta la bandera y siempre levanta el sentido de Patria. (Aplausos)
No soy de andar de fiesta en fiesta y en reuniones selectas por allí, eso no se lo critican a nadie. A mí me critican por esto que estoy haciendo con ustedes, porque soy de andar de pueblo en pueblo, de rancho en rancho y de acto en acto abrazándome a los argentinos, a todos mis hermanos que son como yo para construir ese país que todos nosotros soñamos. (Aplausos)
Quiero terminar mis palabras agradeciendo profundamente al señor Gobernador, al pueblo de San Juan. Sanjuaninos, les agradezco infinitamente este recibimiento, este acompañamiento. Este monumento que ven acá enfrente es la impotencia de años que en distintos lugares de la Patria hemos vivido los argentinos, pero la estamos derrotando y el 22 de agosto de donde tenga que venir, desde mi tierra, voy a estar como un argentino allí compartiendo con ustedes el fin de este olvido que San Juan no merecía. (Aplausos)
Así como hoy en el Aeropuerto me encontré con los hombres de la producción vitivinícola, con los productores de San Juan que me atendieron allá en el 2002-2003 cuando hablamos de la Argentina que soñábamos y hablamos hoy de lo que avanzamos y de lo que hace falta avanzar y cambiar. Pero siempre me acuerdo de esos rostros que aún con los brazos casi caídos escuchaban a este hombre del Sur que les hablaba de un nuevo país. Hoy tuve la alegría de volver a encontrarlos, volver a tocarnos la mano y volver a decir hemos hecho esto pero nos falta aquello; veremos cómo encontramos las herramientas para hacer lo que nos falta que es lo importante para ir construyendo la Argentina que nosotros necesitamos llevar adelante. (Aplausos)
Vi a los docentes argentinos, a la educación argentina. No hay proceso de cambio posible sin educación que es el elemento de transformación vital. Dios quiera que en los próximos 30 días podamos firmar con todos los gobernadores del país el pacto del financiamiento educativo para que le podamos decir a la Patria que definitivamente la educación en la Argentina tiene el financiamiento que se merece y el lugar que los argentinos debemos darle a la educación, que es una tarea central. (Aplausos)
Por eso San Juan -y se los digo así, como me gusta hablar a mí, llano y sincero, sin hipocresías- les vengo a decir que cuando vaya asomando el amanecer del 23 de octubre se acuerden que hay un pingüino que está en la Casa de Gobierno que necesita el apoyo de ustedes para seguir dando vuelta la taba y construir la Patria que todos nosotros necesitamos. (Aplausos) Que se acuerden que hay un argentino que está dispuesto a seguir jugándose, que solamente necesita las manos de ustedes y el acompañamiento de ustedes. Que se acuerden que hay un argentino que junto a ustedes quiere clavar la bandera de la nueva Patria, del nuevo país y de la Argentina que nos merecemos. (Aplausos)
Muchas gracias San Juan, muchas gracias sanjuaninos, muchas gracias señor Gobernador, gracias por todo, un argentino a vuestro servicio. ¡Viva San Juan, viva la Patria y viva nuestra querida Argentina!
Muchísimas gracias. (Aplausos)