Señor gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente Municipal, querido amigo Intendente que las reiteradas veces que nos hemos encontrado y cuando lo he visitado siempre me ha atendido con un gran afecto y un gran cariño; señores intendentes de localidades vecinas; autoridades en general; amigas, amigos; hermanas y hermanos de esta querida localidad de Pilar: quería recordar que cuando me tocó entrar a gobernar la Argentina había una filosofía de tratamiento para la resolución de los problemas que la podríamos sintetizar de la siguiente manera: un buen gobernante era aquel que era fuerte con los débiles y débil con los poderosos. Era una verdadera vergüenza para toda la Argentina, “fuertes con los débiles y débiles con los poderosos”. Desde el primer día me impuse cambiar esa cultura. (Aplausos) Cambiarla por esta cultura de trabajar junto a todos, apoyando fuertemente a los más débiles y convocando a los que más poder tienen a trabajar juntos por una nueva Argentina para recuperar de la situación en que nos dejaron este querido país.
Horas y horas de angustia me han tocado vivir. Escuchaba al Gobernador que con toda certeza decía cómo hablan y cómo dicen, pero cuando llega la hora de definir los problemas, aquellos que están todos los días hablando por radio o en los programas de televisión nunca están o nunca resolvieron nada, dejan que el problema caiga sobre la espalda de unos pocos. Que se queden tranquilos que la espalda de este patagónico por la patria, por el pueblo y por la Argentina va a estar siempre a disposición de ustedes. (Aplausos)
Sueño con que la Argentina pueda seguir recuperando los niveles de justicia, dignidad e inclusión social. Vamos bajando la indigencia, la pobreza, el desempleo, con fuerte inversión pública. Si cumplimos todos los planes de viviendas que ya se han firmado en la provincia de Buenos Aires habremos hecho más viviendas en los últimos 3 años que en los últimos 32 años que la provincia de Buenos Aires. (Aplausos)
Y así en todo el país, tomándonos de las manos con los argentinos. A mí no me importa qué ideologías tienen, qué filosofía tienen, estoy cansado del sectarismo, estoy cansado de aquellos que creen que tienen la verdad única; hay una verdad relativa queridos amigos, y de la verdad relativa de unos y la verdad relativa de otros sale la verdad que nos contiene a todos.
Yo voy a trabajar fuertemente por la unidad de los argentinos pero sin hipocresías; no por la unidad de las cúpulas dirigenciales o las cúpulas políticas sino por la unidad por el pueblo argentino, por la unidad con las organizaciones libres del pueblo. (Aplausos)
No me interesa salir a pactar con las corporaciones, no me interesa pactar para generar acuerdos de eternidad que perjudican notablemente el desarrollo global de la Argentina; me interesa trabajar, entender, escuchar los problemas, escuchar a cada vecino, saber lo que dicen, saber lo que necesitan, acercarme a ustedes y que me digan en esto están haciendo bien las cosas, esto corríjanlo, porque cuando a uno el pueblo le va marcando el camino es mucho más seguro acertar que equivocarse y hay que tener las orejitas bien abiertas. Porque hablar, hablar y hablar significa que se aturdan, pero no significa escuchar lo que el pueblo necesita y yo quiero escuchar lo que el pueblo necesita. (Aplausos)
Ahora dicen “el Presidente anda de campaña”. A veces cuesta mucho entender o entendemos por qué lo dicen. Me tocó entrar a gobernar esta Argentina, porque quien tenía que ir a la segunda vuelta no se animó, tuvo un gesto de cobardía, con el 22 por ciento de los votos y asumí la responsabilidad en un país quebrado, en un país que venía de una transición institucional muy difícil, en un país con múltiples interrogantes y problemas. Fíjense si yo no hubiera asumido esa responsabilidad qué hubiera pasado en la Argentina. Y al otro día me decían que era un Presidente débil, “tiene solamente el 22 por ciento”; eran todas pálidas. Tenía que ir al despacho, ponerme a trabajar y demostrar a los argentinos que no importaba la cantidad de votos que teníamos, importaba la Argentina y si había que sacrificarse por la Argentina había que hacerlo y había que poner todo lo que había que poner para levantar este país.(Aplausos)
Ahora que salgo a pedirle al pueblo argentino que en octubre me ayude, no le vengo a pedir que me siga porque ya vimos lo que nos pasó por seguir, seguir y seguir, les vengo a pedir que me ayuden, les vengo a pedir que me acompañen, les vengo a decir al Gobernador y al Intendente que pongan todas sus fuerzas para ayudar y consolidar la gobernabilidad en la Argentina, me dicen “está haciendo campaña”. Les voy a decir dos cosas, porque a mí no me gusta ser hipócrita: primero, un gobernante debe hacer campaña todos los días, no nos votan para sentarnos en el sillón y ver cómo pasan las cosas. Ya vimos, cuando pasa eso se tienen que escapar en un helicóptero después; nos votan para trabajar. (Aplausos)
Díganme qué pecado tiene. Si dijeron que era un presidente débil con el 22 por ciento, ¿qué pecado tiene que yo les pida a todos los argentinos, piensen como piensen, que para seguir cambiando el país necesito que me ayuden, que me apoyen? ¿Qué pecado tiene eso? Necesito el apoyo de ustedes para tener la fuerza para darle la polea transformadora a este país. (Aplausos)
O aquellos que dicen eso y hay un matutino nacional que lo dice, que dijo que yo iba a durar 6 meses. Le interesa más tener un presidente débil que un presidente apoyado por el pueblo argentino que tenga capacidad de decisión. Hay intereses a los que les gusta un presidente débil porque creen que lo pueden manejar. Gracias al pueblo va a haber un presidente que va a tener la capacidad de decisión para cambiar la Argentina. (Aplausos)
También pasó cuando estábamos negociando la deuda privada, 100.000 millones de dólares de deuda; me apretaban de acá, me apretaban de allá, que el Fondo, que los organismos internacionales, y había sectores, de acá de la Argentina, que muy eruditos ellos decían “el Presidente tiene que ceder”. Claro, es muy fácil ceder cuando los que van a tener que poner la espalda y el corazón son otros, es muy fácil ceder cuando no significa el hambre para ellos sino el hambre para millones de argentinos, es muy fácil ceder cuando significa que los que quiebran no son los que nos vinieron a vaciar el país sino los empresarios nacionales y los que invierten en la Argentina, es muy fácil ceder cuando la que se derrumba es la clase media argentina y no los que robaron la patria. Por eso dije ¡no cedo, defiendo con todas mis fuerzas los intereses de los argentinos! (Aplausos) Y ahorramos, como dijo el intendente Zuccaro, 67.000 millones de dólares.
Pero esto es muy importante, queridos amigos y chicos que están con la bandera argentina, honrados ellos por la calidad de ser abanderados de sus escuelas: acá hay que recuperar el sentido de dignidad, el sentido de identidad nacional, el sentido de construir una patria para todos, el sentido de reconstruir la clase trabajadora, el sentido de reconstruir la clase media, el sentido de tener un empresariado nacional al que le vaya bien, que gane, que tenga rentabilidad y que pueda generar trabajo, el sentido de que todos los factores de la producción se puedan mover en la construcción de una patria diferente. Esta es la Argentina que nosotros pretendemos, es la Argentina por la cual luchamos con toda nuestra fuerza. (Aplausos)
Por eso les quiero agradecer a las miles de personas que están afuera, muchas gracias por venir a acompañarnos; a las miles de personas, amigos y hermanos que están afuera y adentro, y decirles que tienen un Presidente como lo ven, con sus virtudes y sus defectos, que todos los tenemos, pero con unas ganas, con una fuerza, con una decisión de jugarme con ustedes por la patria, de jugarme por la bandera, de jugarme por la Argentina, de jugarme por los argentinos, de demostrarle al mundo entero que no es cierto que los argentinos somos los peores del mundo. Podemos haber tenido los peores dirigentes del mundo pero somos uno de los pueblos más patriotas, más humanos, más dignos y más honestos del mundo. (Aplausos)
Cuando veo a los jóvenes argentinos estudiar cotidianamente y con fuerza, les digo que hay que recuperar la autoestima. Recuperen la autoestima, participen activamente de la vida nacional, pongan toda su fuerza para ayudar a cambiar la Argentina, porque la Argentina necesita retroalimentarse de mentalidades nuevas, de nuevos proyectos, renovarse, no quedarse atada a la vieja política. Estamos cansados de la lucha de las corporaciones políticas y de las luchas tradicionales de la política, queremos gente que haga, que resuelva temas. (Aplausos)
Por eso les digo que trabajo con todas mis fuerzas para un tiempo nuevo que me permita mirar la historia, que me permita mirar a mi país cuando deje de ser Presidente, que los pueda mirar de frente, a los ojos; que no tenga que andar lleno de custodias o en autos polarizados para que el pueblo no me pueda ver; que cuando la gente me vea diga “allá va el ex pingüino que fue Presidente y trabajó por la Argentina”; digamos el ex Presidente, porque pingüino voy a ser siempre. (Aplausos)
Quiero terminar diciéndoles muchas gracias Pilar, muchas gracias a los trabajadores de Pilar, a los empresarios de Pilar; muchas gracias por ese parque industrial que están levantando, muchas gracias por la fuerza que están poniendo en esta región. Les quiero decir que sepan que me he venido a comprometer a fondo con ustedes, con el Intendente y con el Gobernador para trabajar juntos, y que me siento como dice Cristina, fanáticamente argentino, apasionadamente argentino. (Aplausos)
Y con estas manos que tocan las manos de ustedes, con las que nos abrazamos y nos damos fuerzas, acá en Pilar quiero agradecer a los miles y miles de argentinos que donde voy me dicen “aguante, no afloje, ponga lo que tenga que poner, dele para adelante”. Muchas gracias argentinos, me dan una fuerza espiritual muy grande. Muchas gracias Pilar, muchas gracias Intendente, muchas gracias señor Gobernador. ¡Viva la patria! ¡Viva la Argentina! ¡Viva Pilar! ¡Viva la provincia de Buenos Aires! (Aplausos)
Horas y horas de angustia me han tocado vivir. Escuchaba al Gobernador que con toda certeza decía cómo hablan y cómo dicen, pero cuando llega la hora de definir los problemas, aquellos que están todos los días hablando por radio o en los programas de televisión nunca están o nunca resolvieron nada, dejan que el problema caiga sobre la espalda de unos pocos. Que se queden tranquilos que la espalda de este patagónico por la patria, por el pueblo y por la Argentina va a estar siempre a disposición de ustedes. (Aplausos)
Sueño con que la Argentina pueda seguir recuperando los niveles de justicia, dignidad e inclusión social. Vamos bajando la indigencia, la pobreza, el desempleo, con fuerte inversión pública. Si cumplimos todos los planes de viviendas que ya se han firmado en la provincia de Buenos Aires habremos hecho más viviendas en los últimos 3 años que en los últimos 32 años que la provincia de Buenos Aires. (Aplausos)
Y así en todo el país, tomándonos de las manos con los argentinos. A mí no me importa qué ideologías tienen, qué filosofía tienen, estoy cansado del sectarismo, estoy cansado de aquellos que creen que tienen la verdad única; hay una verdad relativa queridos amigos, y de la verdad relativa de unos y la verdad relativa de otros sale la verdad que nos contiene a todos.
Yo voy a trabajar fuertemente por la unidad de los argentinos pero sin hipocresías; no por la unidad de las cúpulas dirigenciales o las cúpulas políticas sino por la unidad por el pueblo argentino, por la unidad con las organizaciones libres del pueblo. (Aplausos)
No me interesa salir a pactar con las corporaciones, no me interesa pactar para generar acuerdos de eternidad que perjudican notablemente el desarrollo global de la Argentina; me interesa trabajar, entender, escuchar los problemas, escuchar a cada vecino, saber lo que dicen, saber lo que necesitan, acercarme a ustedes y que me digan en esto están haciendo bien las cosas, esto corríjanlo, porque cuando a uno el pueblo le va marcando el camino es mucho más seguro acertar que equivocarse y hay que tener las orejitas bien abiertas. Porque hablar, hablar y hablar significa que se aturdan, pero no significa escuchar lo que el pueblo necesita y yo quiero escuchar lo que el pueblo necesita. (Aplausos)
Ahora dicen “el Presidente anda de campaña”. A veces cuesta mucho entender o entendemos por qué lo dicen. Me tocó entrar a gobernar esta Argentina, porque quien tenía que ir a la segunda vuelta no se animó, tuvo un gesto de cobardía, con el 22 por ciento de los votos y asumí la responsabilidad en un país quebrado, en un país que venía de una transición institucional muy difícil, en un país con múltiples interrogantes y problemas. Fíjense si yo no hubiera asumido esa responsabilidad qué hubiera pasado en la Argentina. Y al otro día me decían que era un Presidente débil, “tiene solamente el 22 por ciento”; eran todas pálidas. Tenía que ir al despacho, ponerme a trabajar y demostrar a los argentinos que no importaba la cantidad de votos que teníamos, importaba la Argentina y si había que sacrificarse por la Argentina había que hacerlo y había que poner todo lo que había que poner para levantar este país.(Aplausos)
Ahora que salgo a pedirle al pueblo argentino que en octubre me ayude, no le vengo a pedir que me siga porque ya vimos lo que nos pasó por seguir, seguir y seguir, les vengo a pedir que me ayuden, les vengo a pedir que me acompañen, les vengo a decir al Gobernador y al Intendente que pongan todas sus fuerzas para ayudar y consolidar la gobernabilidad en la Argentina, me dicen “está haciendo campaña”. Les voy a decir dos cosas, porque a mí no me gusta ser hipócrita: primero, un gobernante debe hacer campaña todos los días, no nos votan para sentarnos en el sillón y ver cómo pasan las cosas. Ya vimos, cuando pasa eso se tienen que escapar en un helicóptero después; nos votan para trabajar. (Aplausos)
Díganme qué pecado tiene. Si dijeron que era un presidente débil con el 22 por ciento, ¿qué pecado tiene que yo les pida a todos los argentinos, piensen como piensen, que para seguir cambiando el país necesito que me ayuden, que me apoyen? ¿Qué pecado tiene eso? Necesito el apoyo de ustedes para tener la fuerza para darle la polea transformadora a este país. (Aplausos)
O aquellos que dicen eso y hay un matutino nacional que lo dice, que dijo que yo iba a durar 6 meses. Le interesa más tener un presidente débil que un presidente apoyado por el pueblo argentino que tenga capacidad de decisión. Hay intereses a los que les gusta un presidente débil porque creen que lo pueden manejar. Gracias al pueblo va a haber un presidente que va a tener la capacidad de decisión para cambiar la Argentina. (Aplausos)
También pasó cuando estábamos negociando la deuda privada, 100.000 millones de dólares de deuda; me apretaban de acá, me apretaban de allá, que el Fondo, que los organismos internacionales, y había sectores, de acá de la Argentina, que muy eruditos ellos decían “el Presidente tiene que ceder”. Claro, es muy fácil ceder cuando los que van a tener que poner la espalda y el corazón son otros, es muy fácil ceder cuando no significa el hambre para ellos sino el hambre para millones de argentinos, es muy fácil ceder cuando significa que los que quiebran no son los que nos vinieron a vaciar el país sino los empresarios nacionales y los que invierten en la Argentina, es muy fácil ceder cuando la que se derrumba es la clase media argentina y no los que robaron la patria. Por eso dije ¡no cedo, defiendo con todas mis fuerzas los intereses de los argentinos! (Aplausos) Y ahorramos, como dijo el intendente Zuccaro, 67.000 millones de dólares.
Pero esto es muy importante, queridos amigos y chicos que están con la bandera argentina, honrados ellos por la calidad de ser abanderados de sus escuelas: acá hay que recuperar el sentido de dignidad, el sentido de identidad nacional, el sentido de construir una patria para todos, el sentido de reconstruir la clase trabajadora, el sentido de reconstruir la clase media, el sentido de tener un empresariado nacional al que le vaya bien, que gane, que tenga rentabilidad y que pueda generar trabajo, el sentido de que todos los factores de la producción se puedan mover en la construcción de una patria diferente. Esta es la Argentina que nosotros pretendemos, es la Argentina por la cual luchamos con toda nuestra fuerza. (Aplausos)
Por eso les quiero agradecer a las miles de personas que están afuera, muchas gracias por venir a acompañarnos; a las miles de personas, amigos y hermanos que están afuera y adentro, y decirles que tienen un Presidente como lo ven, con sus virtudes y sus defectos, que todos los tenemos, pero con unas ganas, con una fuerza, con una decisión de jugarme con ustedes por la patria, de jugarme por la bandera, de jugarme por la Argentina, de jugarme por los argentinos, de demostrarle al mundo entero que no es cierto que los argentinos somos los peores del mundo. Podemos haber tenido los peores dirigentes del mundo pero somos uno de los pueblos más patriotas, más humanos, más dignos y más honestos del mundo. (Aplausos)
Cuando veo a los jóvenes argentinos estudiar cotidianamente y con fuerza, les digo que hay que recuperar la autoestima. Recuperen la autoestima, participen activamente de la vida nacional, pongan toda su fuerza para ayudar a cambiar la Argentina, porque la Argentina necesita retroalimentarse de mentalidades nuevas, de nuevos proyectos, renovarse, no quedarse atada a la vieja política. Estamos cansados de la lucha de las corporaciones políticas y de las luchas tradicionales de la política, queremos gente que haga, que resuelva temas. (Aplausos)
Por eso les digo que trabajo con todas mis fuerzas para un tiempo nuevo que me permita mirar la historia, que me permita mirar a mi país cuando deje de ser Presidente, que los pueda mirar de frente, a los ojos; que no tenga que andar lleno de custodias o en autos polarizados para que el pueblo no me pueda ver; que cuando la gente me vea diga “allá va el ex pingüino que fue Presidente y trabajó por la Argentina”; digamos el ex Presidente, porque pingüino voy a ser siempre. (Aplausos)
Quiero terminar diciéndoles muchas gracias Pilar, muchas gracias a los trabajadores de Pilar, a los empresarios de Pilar; muchas gracias por ese parque industrial que están levantando, muchas gracias por la fuerza que están poniendo en esta región. Les quiero decir que sepan que me he venido a comprometer a fondo con ustedes, con el Intendente y con el Gobernador para trabajar juntos, y que me siento como dice Cristina, fanáticamente argentino, apasionadamente argentino. (Aplausos)
Y con estas manos que tocan las manos de ustedes, con las que nos abrazamos y nos damos fuerzas, acá en Pilar quiero agradecer a los miles y miles de argentinos que donde voy me dicen “aguante, no afloje, ponga lo que tenga que poner, dele para adelante”. Muchas gracias argentinos, me dan una fuerza espiritual muy grande. Muchas gracias Pilar, muchas gracias Intendente, muchas gracias señor Gobernador. ¡Viva la patria! ¡Viva la Argentina! ¡Viva Pilar! ¡Viva la provincia de Buenos Aires! (Aplausos)