PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN LA CIUDAD DE BALCARCE, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN LA CIUDAD DE BALCARCE, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

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Señor Gobernador de la provincia de Buenos Aires; señor Intendente municipal de Balcarce; señores ministros del Poder Ejecutivo nacional y provincial; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señor Intendente; señores legisladores; señoras y señores; amigos; compañeros; amigos de otras fuerzas políticas, argentinos y argentinas, hermanos y hermanas: durante muchos años me tocó caminar casi en soledad la Argentina, levantando las ideas y la visión que tenía de la Argentina para decirle a los argentinos que me daba dolor y vergüenza vivir en una Patria donde había impunidad, donde veía la clase política pactando leyes para tapar, en nombre de la gobernabilidad, el tremendo desastre, el tremendo atropello, el tremendo genocidio, que hizo la dictadura militar de 1976. (Aplausos).

Se creía que se podía construir una Argentina sin mirar para atrás, sin mirar que había 30 mil hogares argentinos que habían sido sacudidos por la intolerancia, por el sólo hecho de pensar diferente. Señor Intendente, nunca va a encontrar un hombre más tolerante, plural y que defienda el consenso que este Presidente, porque vio caer hermanos y amigos, durante la dictadura genocida que nuestro pueblo tuvo que sufrir. (Aplausos).

Con profundo dolor me venían a decir que para darle viabilidad a la Argentina había que pactar leyes de Obediencia Debida y Punto Final, indultos, y que definitivamente había que terminar con este tema. Y yo dije, escúchenme bien, que no me interesa ser presidente de los argentinos y gobernar con la vergüenza de querer marcar la impunidad en la Patria. Así sea lo único que pueda hacer o intente hacer y me tenga que volver a mi casa, en la Argentina se terminó la impunidad, porque vuelvo a repetir, no es mirar para atrás, es construir el futuro, porque un país que castiga a los asesinos, a los corruptos, a los ladrones es un país que tiene futuro, es un país que recupera la esperanza, la dignidad, que recupera los valores éticos, que son fundamentales para construir una nueva sociedad. (Aplausos).

Hasta los que nos habían acompañado desde cerca para llegar me decían que estaba equivocado. Les cuento que cuando me tocó asumir la Presidencia de la Nación dije que no iba a dejar las convicciones en las puertas de la Casa de Gobierno. Me entregaron un despacho y unas llaves de una Argentina prendida a fuego, se trató de llegar a las elecciones como se pudo, pero no se solucionó ninguno de los problemas fundamentales del país. Esta es la realidad histórica: con argentinos excluidos, con argentinos indigentes, con una desocupación que superaba el 20 por ciento y con algo que era peor, nos habíamos resignado, habíamos perdido la autoestima. Nos habían hecho creer que éramos los peores del mundo; habremos tenido los peores dirigentes del mundo, pero tenemos el pueblo más valiente y más digno del mundo, que sabe levantarse de los momentos más difíciles. (Aplausos).

Salí a dar batalla y es verdad, y hay algunos dirigentes por ahí que dicen: “este Presidente se pelea con unos, se pelea con otros, tiene mal carácter”. Ahora yo le pregunto a ustedes, cuando me pongo a defender los intereses de los argentinos ¿puedo seguir con lo que se hizo en los últimos años o casi históricamente, salvo algunos momentos gloriosos y distintos de nuestra historia y no ponerme firme? ¿Puede ser que sea más importante llevarse bien con aquel que atropella los intereses del pueblo argentino o que no los respeta que con el pueblo argentino? Yo estoy en una sola autovía, estoy en un solo camino, que es el camino de la Patria y de la gente. Primero la Patria, primero la gente, primero los intereses de mi tierra. (Aplausos).

Al otro día de tener que empezar a gobernar, tenía que ir a discutir 100 mil millones de deuda privada, que nos habían dejado los reyes de la convertibilidad y la modernización de la Argentina, los reyes del hambre y la desesperanza de la Patria, 100 mil millones de dólares. Entonces dije que la Argentina quiere honrar aún lo que nos deshonraron porque somos un país que tratamos de salir con la frente alta. Pero esta deuda que fue construida por los que decían que teníamos un modelo ejemplar, que nos habíamos integrado al mundo y que empezó a construirse en 1976 y fue creciendo paulatinamente con intervalos, mejores o peores, pero profundizándose en la década del 90, llegamos a esa deuda que prácticamente nos ahogaba. Y dije: “los argentinos vamos a discutir y vamos a pagar lo que podamos pagar”. Y dijimos vamos a pagar el 25 por ciento porque más no podemos. Me dijeron: “¡está loco! Le van a cerrar los caminos del mundo. ¿No entiende lo que pasa en el mundo moderno, cómo no va a escuchar a los economistas, a los gurúes de la economía, a los organismos internacionales? Y con la fuerza de los argentinos, con la fuerza y la dignidad de millones de argentinos que desean tener una Patria, no me importó lo que decían hoy los que se olvidan en muchos medios de comunicación, aquellos economistas de toda talla y algunos que informan y editorializan. Baste ir y leer los editoriales cuando me trataban de esta forma.

No me importa a mí, no vine a tratar de que escriban bien de mí; vine a pelear desde mi verdad relativa porque nadie tiene la verdad absoluta; vine a pelear por una Argentina distinta. Y discutimos y peleamos y luchamos. Logramos una quita de 67 mil millones de dólares de deuda por primera vez en la historia de la Patria. (Aplausos). No hay otra negociación en el mundo como esta. Se acuerdan ustedes del famoso riesgo país y de cuando decían: “ 7.000, 8.000, 6.000”. Hoy la Argentina, si tomamos solamente en cuenta los bonos en dólares, tenemos 416 de riesgo país, ahí no más con Brasil y si tomamos los bonos que están en pesos y en dólares estamos en 384, por debajo de Brasil. Lo hemos logrado en apenas dos años, luchando desde la soledad, luchando con firmeza y luchando con convicciones.

También dijimos que con el Fondo Monetario Internacional ya no íbamos a aplicar más las recetas que hundieron la Patria. Acá se aplicó, en la Argentina, los proyectos y los planes del Fondo y así nos fue. Llevaron a algún Presidente y lo pasearon por allí diciendo que era un verdadero ejemplo de administración, de cómo se debía llevar una Argentina adelante. Después, a ese mismo Presidente que ayudó a endeudarnos tanto, prácticamente lo querían desconocer y desconocer sus responsabilidades. Que sepan - desde acá, desde este querido pueblo productivo de Balcarce, orgullo de los argentinos – las autoridades del Fondo Monetario Internacional que no vamos a negociar cediendo nada de lo que corresponde a la Argentina. No se negocia la justicia social ni la dignidad, no se negocia el crecimiento argentino, no se negocia el desendeudamiento de la Patria, no se negocia la lucha contra la corrupción, no se negocia la reconstrucción del empresariado nacional, que es central y fundamental para construir una nueva Argentina.

Hasta hace pocos días me decían: “mire cómo trata este Presidente a las empresas privatizadas”, porque no me sentaba a firmar los contratos que ellos ponían. Miren la gestión del Ministro De Vido, en las últimos horas, también, miren cómo fuimos logrando que vayan retirando los juicios internacionales que tenían contra la Argentina, miren cómo logramos que se sienten a la mesa, miren cómo logramos que empiecen a respetar como corresponde a la Argentina.

Argentinos y argentinas se puede, claro que se puede. Se puede lograr tener 24 mil millones en reservas, como tenemos hoy, contra 7 mil cuando asumimos la gestión, se puede lograr bajar la indigencia como lo estamos haciendo, la pobreza y el desempleo, se puede aumentar la recaudación, se pueden crear 2 millones 500 mil puestos de trabajo. Y lo hicimos luchando en la soledad muchas veces, lo hicimos luchando con mucha fuerza y mucha decisión. Fuimos luchando y soportando la crítica de algunos, que estaban cerca nuestro y lo aceptamos, desde la democracia, creyendo que esto no podía salir para decir después: “Nosotros le dijimos a este Presidente, que es un atropellado y que no iba a poder salir”. Fuimos eliminando el clientelismo y generando, como corresponde, verdaderos puestos de trabajo, que es lo que quiere la gente, trabajo que demuestre en su manos la dignidad, trabajo que les devuelva la autonomía del pensamiento, trabajo que le permita volver a sentirse un ser humano como corresponde.

Por eso cuando veo los gorritos amarrillos, cuando veo esos sombreros amarillos de la dignidad, que son de los trabajadores de la construcción argentina me da mucha alegría. También me decían que si ponían en marcha una visión neokeynesiana de inversión en obra pública, eso era gasto público improductivo. Y ustedes vieron cómo está creciendo la construcción y cómo pasamos de 70 mil trabajadores inscriptos en la construcción a 320 mil trabajadores, que hoy están afiliados a UOCRA. Así está creciendo la Argentina y a 400.000 trabajadores, con los cuentapropistas, que se mueven en el marco de la construcción, esto lo fuimos logrando con esfuerzo los argentinos. Fíjense ustedes, justicia, fin de la impunidad y la corrupción, terminación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que indignaban a los argentinos; una nueva Corte Suprema de Justicia, que no esté al servicio del poder de turno sino que garantice la justicia independiente. Hay mucho que hacer en la justicia todavía, pero estamos empezando a caminar por ese rumbo, avanzar sobre las grandes demandas que tenemos los argentinos, en dos años apenas.

Por eso salgo a caminar por la Patria y a decir, y acá más, porque lo escuchaba decir al señor Intendente, esas cuestiones de la política y demás, no son otras cuestiones, querido amigo y apreciado Intendente. Cuando salgo a golpear la puerta de cada argentino, a tocarlo, que me bese, besarlo, sentir que me transmite la energía para que me equivoque menos y poder hacer un país distinto, es porque sólo no puedo. No le voy a salir a decir a la Patria, como aquel Presidente, síganme, y nadie sabía adónde lo seguía. (Aplausos)

Señor Intendente, le vengo a decir a usted y a Balcarce que me acompañen, que me ayuden, que sólo no puedo, que necesito el apoyo del pueblo argentino para lograr la victoria sobre los intereses que perjudican el desarrollo de la Patria, que se animen, que nos animemos a renovar la política, a terminar con los viejos rincones de los viejos negocios pactistas que tanto daño hacen y que relegan los intereses de la gente para construir una nueva sociedad. (Aplausos)

Empecemos a ser los políticos dueños de nuestras propias palabras. Si decimos que vamos a salir a luchar por una Argentina diferente, lo hagamos, si decimos que vamos militar profundamente, lo hagamos, seamos del partido que seamos. Pero terminemos con la hipocresía de que me retiro o no me retiro, que vengo o que voy, porque la Argentina ya no puede depender de nadie más, la Argentina tiene que ser de los argentinos, terminar con las individualidades. (Aplausos) La Argentina y los argentinos tenemos que recuperar el sentido de la autoestima, el sentido de ser.

Vengo a Balcarce a abrazarme al Intendente, abrazarme a todas las fuerzas, a todas las organizaciones libres del pueblo, a las cooperadoras, a los chicos jóvenes, a los que les tenemos que brindar ejemplos, que tenemos coraje, que sabemos luchar contra el viejo orden, que nos jugamos por un país distinto, que somos capaces de decir las cosas que hay que decir y que hay que hacer, más allá de los impedimentos que nos pongan. (Aplausos)

Siempre dije ayúdenme todos los argentinos, por favor, a hacer las cosas lo mejor posible, ayúdenme. Les puedo asegurar que en este tiempo que me toca gobernar la Patria, hasta el 2007, voy a seguir dejando todo lo que puedo para construir un país distinto. Pero sepan que hay intereses que cotidianamente presionan, sepan que hay intereses que quieren pactar con la vieja política, para volver al viejo estado de cosas, donde se arreglaba todo en la cúpula y el pueblo argentino estaba de observador. He querido cambiar eso, que las cúpulas se ordenen, porque el pueblo argentino empieza a participar, a custodiar y a garantizar que las cosas se van a ser distintas. (Aplausos)

Veo los chicos del colegio, y veo rostros de gente que ha luchado, de manos callosas de trabajo. Vengo de una provincia chica, me tocó empezar a militar en la política, junto a Cristina, en la provincia de Buenos Aires. Pertenecemos a una generación, que con aciertos y errores, pusimos todo por un país distinto. Militamos sin pedir nada, como siempre lo hicimos, y nos jugamos por las cosas en que creíamos.

Estamos convencidos de que este país se puede seguir cambiando, que del viejo orden se puede construir un nuevo orden en forma paulatina. Estamos convencidos de que se puede reconstruir el país de la producción y el trabajo. Señor Intendente, querido Intendente, ese es nuestro rumbo, justicia, producción y trabajo.

Tenemos que lograr, como dirigentes políticos, salir de esa vieja cultura de la política, donde primero está la rosca de los amigos y después está el país, la localidad, la provincia. (Aplausos) Claro que no es tarea fácil, porque seguro que atrás nuestro siempre vienen algunos con esa vieja historia, creyendo que van a poder repetir esa vieja cultura. Pero si nos animamos vamos a lograr que aquellos que hicieron de la política una práctica profesional, definitivamente vuelvan a sus casas, para que vuelva a aparecer la gente, que lo hace con corazón, con ganas de hacer un país distinto y una Patria diferente. (Aplausos)

Tenga coraje Intendente, la política nunca puede ser un club de amigos, la construcción de un país no puede ser un club de amigos, la construcción de un país es la participación de jóvenes, viejos y de la mediana edad, que son patriotas, que levantan la Bandera, que levantan el Escudo, que se toman con fuerza y corazón de argentinos, para hacer un país mucho más justo y más grande, ese es nuestro camino. (Aplausos)

A mí no me interesa que digan: “el Presidente anda de campaña”, yo vivo de campaña por un país distinto, no me escondo detrás de las cortinas, no vengo a especular ni a ser hipócrita, ando de campaña pidiéndole al pueblo que me acompañe, ando de campaña pidiéndole al pueblo que me tome de las manos, que me ayude a hacer un país mejor. (Aplausos)

Quiero poder mirar a nuestros hijos a los ojos y decirles que fuimos capaces de terminar con esto que pasó en la Argentina de los últimos años, donde me cansé de ver padres llorando porque sus hijos estaban peor que ellos. Quiero llegar a la Argentina donde los padres y las madres vuelvan a sonreír porque el hijo está mejor, porque el hijo va a la escuela, porque el hijo va a la universidad, porque el hijo tiene trabajo, porque el hijo tiene dignidad, porque el hijo tiene futuro, esa es la Patria con la que sueño. (Aplausos)

Gracias señor Intendente, gracias señor Gobernador, gracias amigos y amigas. Les quiero agradecer de corazón el habernos recibido. Vengo a cumplir mi palabra de trabajar permanentemente junto al pueblo. También le quiero agradecer con toda la fuerza el acompañamiento, y pedirles disculpas que por esas cuestiones del clima hayamos llegado tarde. Pero cuando nos encontramos argentinos y argentinas, pensemos como pensemos, con la idea de construir y compartir la solidaridad de un país mejor, nunca es tarde.

Van a tener de este sureño, que algunos para tratar de desprestigiarme, creen que así lo logran, o para manosear mis ideas, dicen que soy un pingüino, orgulloso pingüino que soy, de esta fauna patriótica y argentina. (Aplausos)

Gracias pueblo de Balcarce por la hospitalidad; gracias señor Intendente, gracias por esta gran historia que tiene este pueblo de laboriosa gente. Me van a tener junto a ustedes trabajando permanentemente a vuestro lado. Sueño, como ustedes, por un país cada vez mejor. A no bajar los brazos, a apretarnos fuerte las manos, a sentir que los argentinos somos capaces, a no dejar que nunca más entre ese discurso de que los argentinos no trabajamos, no pensamos y no estudiamos. A poner el discurso de que somos de los mejores del mundo, a demostrarlo en la acción, a autorespetarnos, a querernos y a amarnos. A levantar una sola Bandera, que es la Bandera de la Patria, a enorgullocernos cuando hablamos de Argentina. A tomarnos de la mano y marchar por una larga avenida y decir que nuestra Patria se está, de una vez por todas, poniéndose de pié.

Muchas gracias Balcarce, muchas gracias señor Intendente, los dejo con un fuerte abrazo de un sureño que les pide que lo tomen de la mano, y que le ayuden, por Dios ayúdenme a hacer un país para todos. Muchas gracias.