Señor Vicepresidente de la Nación; señor presidente y socios de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires; señor jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales; señores miembros del Cuerpo Diplomático; señores empresarios; señoras y señores: en primer lugar, quiero agradecerles la oportunidad que me brindan de compartir con ustedes el 151 aniversario de la Bolsa de Comercio. Quiero expresarles mi alegría por el acontecimiento, felicitarlos y aprovechar para referirles algunas reflexiones respecto de los diversos temas que resultan de nuestro mutuo interés.
Hemos expresado que buscamos el desarrollo de una economía capitalista productiva y transparente, basada en una cultura que favorezca la producción y premie el esfuerzo. En esa búsqueda necesitamos que las instituciones como ésta aporten su profesionalidad, eficiencia y honestidad.
La República Argentina, los argentinos, es preciso recalcarlo, todos los argentinos, no sólo el Gobierno, ha superado el default. Luego de una dura negociación obtuvimos una adhesión del 76,15 por ciento. Hemos así reestructurado la deuda con bonistas mejorando la situación patrimonial de nuestro país, consiguiendo una reducción de la deuda de 67 mil millones de dólares. Por virtud de ello, la deuda ha disminuido, de representar un 148 por ciento del PBI, bajó al 73 por ciento del mismo.
En este nuevo escenario postdefault los indicadores económicos muestran un crecimiento sostenido de la economía, una situación superavitaria de las cuentas fiscales externas, junto a una fuerte recuperación de las reservas nacionales. Nuestro PBI creció el 8,8 por ciento en 2003; al 9 por ciento en 2004 y el primer trimestre de 2005 ya ha alcanzado un resultado hasta ahora realmente muy importante y sorprendente del 8 por ciento.
Se trata de una sólida recuperación que se explica, principalmente, por el desarrollo de la demanda interna, producto de la mayor confianza de los consumidores y empresarios, de la mejora de la situación salarial de los argentinos y de un crecimiento de la inversión pública y privada, financiado casi exclusivamente con ahorro interno.
El marcado crecimiento de las exportaciones, a un ritmo del 15 por ciento anual promedio en los últimos dos años y el consecuente superávit comercial posibilitó revertir la situación de la década pasada. Mientras que en el período 1992-2001, la cuenta registró un déficit del 3,3 por ciento del PBI, en los últimos años el superávit promedio fue del 5,5 por ciento del PBI.
La disciplina fiscal, asentada en la mejora en la administración de impuestos y el crecimiento de la economía, hizo crecer el superávit que se ubica en el orden del 5,1 por ciento del PBI. El total de ingreso subió del 23 por ciento del PBI, en 2002, al 29 por ciento del PBI, en 2004. Las reservas internacionales alcanzan hoy a 23.400 millones de dólares.
El mercado de trabajo muestra una tendencia declinante del desempleo, una recuperación salarial y un mejoramiento de la situación social, con un marcado descenso de los índices de pobreza e indigencia. Se crearon más de 2 millones 500 mil nuevos empleos, evidenciándose una más rápida mejoría en los empleos de mejor calidad. El empleo pleno aumentó un 8 por ciento, mientras disminuían los empleos de jornadas reducidas y aumentó el empleo genuino en un 5,8 por ciento; salieron de la pobreza 4 millones 600 mil personas y abandonaron la indigencia 4 millones 400 mil personas. Se redujo la brecha de ingresos entre el más débil y el más rico en 42 veces, en mayo de 2002, a 29,5 veces, en el último trimestre de 2004.
La industria se expandió un 39,6 por ciento; el agro alcanzó una producción de 84 millones de toneladas. La expansión de los servicios públicos fue de 60 por ciento y en la construcción del 95 por ciento. El turismo y la minería, también están en pleno desarrollo.
La inversión pública representa un 6 por ciento del PBI, superando holgadamente el promedio observado durante la década pasada. El sector bancario, al ritmo de su recuperación patrimonial, va retomando protagonismo en la financiación del consumo, la inversión y el capital de trabajo. El crédito total al sector privado ha crecido un 29 por ciento, entre junio de 2004 y el mismo mes de 2005. Los adelantos crecieron un 27 por ciento, los descuentos de documentos un 41 por ciento y los créditos personales un 87 por ciento.
Estos resultados han tenido su contrapartida en una sustancial reducción del riesgo soberano que ya ha reducido desde 6.074, del día que nos tocó comenzar a gobernar la Argentina, a 403 puntos riesgo país, que realmente está marcando con toda exactitud lo que, gracias a Dios, está sucediendo en la Argentina.
Son los números que marcamos los que nos permite ser racionalmente optimistas respecto de nuestro futuro. Estamos convencidos que se puede construir el país normal que soñamos y tenemos confianza en que el pueblo argentino, sus empresarios, trabajadores, profesionales, representantes y funcionarios, estarán a la altura de los desafíos.
Tenemos que consolidar un crecimiento sustentable con producción e inclusión social. En este proyecto hay lugar para todos en diversidad, pluralidad y sentido solidario de reconstrucción de nuestra Patria. Nos toca el tiempo del diseño de un modelo de Nación en el que las economías regionales se desarrollen e integren entre sí para forjar un capitalismo tan pujante, moderno e inteligente, que nos permita acrecentar el bienestar de nuestro pueblo e incluir a los que hoy sufren la marginación.
Siguen vigente la necesidad de contar con un modelo político y económico que regenere la calidad institucional, que termine con el abuso, la concentración y la pobreza, que ponga en marcha la producción y que recupere el trabajo como única forma de desarrollo digno en una sociedad moderna. (Aplausos).
Por ello alentamos proactivamente la apertura en Bolsa del capital de las empresas. Pensamos que el mercado de la Bolsa debe constituirse en el gran impulsor. Seguimos creyendo firmemente, señor presidente, en el gran articulador, en el gran movilizador del ahorro privado para que el ahorro argentino financie -como bien dijo usted– proyectos de inversiones permanentes y rentables.
Como se sabe, los proyectos necesitan financiamiento para crecer, para desarrollarse y la Bolsa de Comercio tiene que ser un ámbito de articulación natural entre el ahorro argentino y los emprendedores. (Aplausos).
Por eso, colocamos el desarrollo de un mercado de capitales como herramienta orientada a la producción y al crecimiento sustentable, con generación de empleo e inclusión social como un objetivo primordial de la política económica para canalizar el ahorro doméstico hacia el financiamiento de proyectos a largo plazo, transparentando el funcionamiento –coincidiendo con usted- del funcionamiento de las empresas que hacen la oferta pública.
Necesitamos contar con un mercado de capitales amplio, líquido y transparente y competitivo. Con ese objetivo encaminaremos medidas para favorecer su profundidad, estabilidad, solvencia y transparencia, incluyendo mecanismos que permitan garantizar la más eficaz asignación del ahorro hacia la inversión.
El mercado de capitales debe sí y así contribuir al fortalecimiento de la economía en general y ello no se concretará si no se articulan remedios que permitan una efectiva sanción de las conductas disvaliosas en el ámbito de la oferta pública y un mejoramiento del sistema de información disponible. Ustedes saben que una de las bases de la recuperación de nuestra economía se encuentra en la política monetaria y cambiaria, la premisa sustancial es su estabilidad, de modo de evitar los ajustes bruscos que afectan las decisiones de inversión.
Durante 2004, hubo una entrada neta de capitales del exterior de 400 millones de dólares. En el primer semestre de 2005, se ha confirmado un cambio de la tendencia verificándose ingresos de capitales privados por 1.300 millones de dólares.
El vuelco de las expectativas de los inversores internacionales nos impone el desafío de impedir que un flujo de capitales externos de corto plazo provoque volatilidad macroeconómica y amenace a la preservación de los equilibrios básicos. Debemos desestimular el ingreso de fondos especulativos.
Si bien coincidimos porque sino no lo diría, ustedes saben que tenemos que y estamos seguros que paso a paso vamos a volver a encontrar la vértebra que va a unir como se deben unir lógicamente los intereses globales del desarrollo de la gran tarea que lleva la Bolsa con la situación natural de la salida del default que ha sufrido la Argentina.
Sabemos que estamos viviendo una transitoriedad y que lógicamente nos encaminamos, juntamente con el trabajo permanente con la Bolsa, a encontrar los puntos de acuerdo.
No nos molesta en absoluto la percepción y lo que ustedes dijeron porque lo entendemos desde la expresión del señor presidente. Explicamos la visión que nosotros tenemos de este tema y, seguramente, en la comunidad de ideas vamos a ir encontrando el reencuentro de las líneas conjuntas en este tema. (Aplausos) Y me parece bárbaro que lo podamos conversar, discutir y debatir en las ideas en democracia que es lo importante para construir el gran país que ustedes y nosotros deseamos. (Aplausos)
Por ello, nuestra tarea fundamental es que esta herramienta refleje con absoluta claridad que no es un impedimento para que las inversiones que vengan a la Argentina sean o no sean bienvenidas. La inversiones productivas, de trabajo van a ser absolutamente bienvenidas y debido a ello nosotros, por supuesto, estamos absolutamente atentos a las expresiones que hemos tenido en reuniones privadas y públicas para poder canalizar estos temas.
Por eso les reitero que esta herramienta permanecerá en vigencia lo mínimo y lo estrictamente necesario hasta tanto develemos algunas incógnitas y, por supuesto, la experiencia de ustedes es muy tenida en cuenta y la vamos a considerar a la hora de tomar la decisión para volver a encaminar en forma conjunta la situación que hemos tratado en el día de hoy también. (Aplausos)
Estamos decididos a integrarnos al mundo, reinsertarnos en él, pero la forma que se elige de integración no es neutral en términos de desempeño macroeconómico, crecimiento y bienestar. Debemos tomar nota de nuestra propia historia y de las sucesivas crisis financieras y monetarias que asolaron al mundo.
Sabemos que no hay consenso entre los economistas respecto de las recetas universales sobre el control de capitales. La liberación o el control pueden dar ventajas y desventajas de acuerdo a circunstancias. De todos modos, sigue vigente nuestra intención permanente de alentar el crecimiento de nuestra Bolsa que los índices confirman y usted lo ha dicho, señor presidente, y Dios quiera que cuando nos encontremos en el 152 aniversario digamos que se ha profundizado el crecimiento del índice MERVAL que agradezco que haya crecido en el día de hoy también porque marca que el índice MERVAL se asoció a la celebración y a la visita, en mi caso, como presidente circunstancial en este tiempo de la historia, a esta querida Bolsa. (Aplausos)
De todos modos, sigue vigente nuestra intención de alentar el crecimiento de nuestra Bolsa que los índices bursátiles confirman. Estamos abiertos a propuestas innovadoras y vemos que la creación del Departamento de Pymes es una excelente medida para acercarlas, asesorarlas, ofrecerles nuevos instrumentos financieros adaptados a su situación y a sus necesidades.
El crecimiento del mercado de cheques diferidos confirma que estábamos en lo cierto cuando postulamos su instrumentación. Esperamos el éxito de los fideicomisos para la expansión de las redes de servicios públicos, el aporte del área energética y las comunicaciones.
Debe saber el pueblo argentino el comportamiento de la Bolsa en este tema en un momento realmente muy difícil, en un punto de inflexión en la inversión en el área energética donde realmente la Bolsa ayudó a transparentar la inversión, a acelerarla y el Gobierno nacional y el pueblo argentino les está permanentemente agradecidos. (Aplausos)
Queremos que la cultura del financiamiento empresarial, a través del mercado de capitales, se instale definitivamente en nuestra sociedad.
Para finalizar, quiero ratificar aquí lo que venimos diciendo: es necesario recuperar la autoestima, valorizar lo nacional, darnos cuenta que los argentinos podemos mejorar sustancialmente nuestra situación y que podemos día a día mejorar el rumbo de la Argentina y consolidar, por supuesto, las pautas que creemos que vamos avanzando desde nuestra verdad relativa por el rumbo correcto.
Expresando la policromía de nuestra sociedad, recogiendo lo diverso y plural de nuestro pueblo, poniendo por encima de cualquier bandera política nuestra bandera celeste y blanca, los argentinos podemos seguir por esta senda de crecimiento sustentable. Nuestro equilibrio macroeconómico no está sentado sobre ningún desequilibrio macrosocial. El incremento de la calidad institucional abre paso a nuevas oportunidades.
Nos estamos haciendo cargo de la solución de nuestros problemas de vieja data y con esfuerzos constantes afrontamos los nuevos desafíos. Una Argentina digna, en crecimiento sustentable, sin exclusión social es posible, la estamos construyendo entre todos, una Argentina donde los padres vuelvan a tener esperanza en un futuro mejor para sus hijos, donde el esfuerzo y la dedicación diaria rindan sus frutos, donde la confianza al respeto mutuo vuelvan a ser los pilares de los buenos negocios.
También, señor presidente, es hora que en esta tarea de devolverle calidad institucional a la Argentina, en esta tarea de consolidar el crecimiento, en esta tarea de una mayor distribución y equidad del crecimiento del país, los argentinos también terminemos con un discurso casi facilista o hipócrita, a veces, que no nos ayuda a resolver la futura estructuración de la Argentina que todos deseamos.
Usted decía que no quieren empresarios ricos y un pueblo empobrecido, estamos totalmente de acuerdo. Pero es hora de que si nosotros queremos tener una Argentina que se consolide, donde el Estado sea promotor de la economía pero donde la inversión privada consolide definitivamente el desarrollo y el crecimiento argentinos con la parte obviamente promotora por parte del Estado y por parte de la tarea que tiene el Estado de movilizar los recursos argentinos, si miramos las economías más modernas del mundo, sea del sistema político que sea, sea de visión de centroizquierda, centroderecha o los sistemas globales que están funcionando en el mundo, nosotros, queridos amigos, y creo que es muy oportuno, tenemos que terminar con la visión corta, con esa envidia y esa mezquindad que no nos permita a veces resolver los problemas. Resolver la indigencia es una obligación, resolver la pobreza también y el desempleo también, consolidar un capitalismo con decisión nacional también. Pero es hora que también necesitamos empresarios que triunfen, que se consoliden, que crezcan económicamente, que les vaya muy bien y que los argentinos nos entremos a alegrar de que a nuestros empresarios les va muy bien porque si a nuestros empresarios les va muy bien, hay trabajo, hay producción, hay dignidad, hay inclusión social y hay una Argentina absolutamente diferente. (Aplausos)
Tiene que dejar de ser un pecado capital que a los empresarios argentinos les vaya bien. Que les vaya bien, eso es lo que quiere el pueblo argentino y lo que quiere este Gobierno porque nos va a ir bien a todos.
Les agradezco profundamente esta nueva invitación, los invito a seguir trabajando juntos, me tocó estar en la Bolsa en los momentos que el país...antes prácticamente de su propia explosión y fuimos recibidos con el mayor respeto y mantuvimos reuniones realmente positivas. Me tocó venir luego como Presidente de la Nación en tres oportunidades y agradezco profundamente este ámbito, agradezco profundamente la calidez, el trato y también con la sinceridad que hablamos. Porque ésta es la Argentina en la que tenemos que hablar, tenemos que ir planteándonos los problemas que tenemos, las verdades relativas que tenemos y la capacidad de avanzar, de corregir, de autocriticar políticas y de aceptar críticas constructivas porque es la forma de cualificar este país que amamos todos tanto.
Muchísimas gracias realmente por haber compartido este aniversario con ustedes. (Aplausos)
Hemos expresado que buscamos el desarrollo de una economía capitalista productiva y transparente, basada en una cultura que favorezca la producción y premie el esfuerzo. En esa búsqueda necesitamos que las instituciones como ésta aporten su profesionalidad, eficiencia y honestidad.
La República Argentina, los argentinos, es preciso recalcarlo, todos los argentinos, no sólo el Gobierno, ha superado el default. Luego de una dura negociación obtuvimos una adhesión del 76,15 por ciento. Hemos así reestructurado la deuda con bonistas mejorando la situación patrimonial de nuestro país, consiguiendo una reducción de la deuda de 67 mil millones de dólares. Por virtud de ello, la deuda ha disminuido, de representar un 148 por ciento del PBI, bajó al 73 por ciento del mismo.
En este nuevo escenario postdefault los indicadores económicos muestran un crecimiento sostenido de la economía, una situación superavitaria de las cuentas fiscales externas, junto a una fuerte recuperación de las reservas nacionales. Nuestro PBI creció el 8,8 por ciento en 2003; al 9 por ciento en 2004 y el primer trimestre de 2005 ya ha alcanzado un resultado hasta ahora realmente muy importante y sorprendente del 8 por ciento.
Se trata de una sólida recuperación que se explica, principalmente, por el desarrollo de la demanda interna, producto de la mayor confianza de los consumidores y empresarios, de la mejora de la situación salarial de los argentinos y de un crecimiento de la inversión pública y privada, financiado casi exclusivamente con ahorro interno.
El marcado crecimiento de las exportaciones, a un ritmo del 15 por ciento anual promedio en los últimos dos años y el consecuente superávit comercial posibilitó revertir la situación de la década pasada. Mientras que en el período 1992-2001, la cuenta registró un déficit del 3,3 por ciento del PBI, en los últimos años el superávit promedio fue del 5,5 por ciento del PBI.
La disciplina fiscal, asentada en la mejora en la administración de impuestos y el crecimiento de la economía, hizo crecer el superávit que se ubica en el orden del 5,1 por ciento del PBI. El total de ingreso subió del 23 por ciento del PBI, en 2002, al 29 por ciento del PBI, en 2004. Las reservas internacionales alcanzan hoy a 23.400 millones de dólares.
El mercado de trabajo muestra una tendencia declinante del desempleo, una recuperación salarial y un mejoramiento de la situación social, con un marcado descenso de los índices de pobreza e indigencia. Se crearon más de 2 millones 500 mil nuevos empleos, evidenciándose una más rápida mejoría en los empleos de mejor calidad. El empleo pleno aumentó un 8 por ciento, mientras disminuían los empleos de jornadas reducidas y aumentó el empleo genuino en un 5,8 por ciento; salieron de la pobreza 4 millones 600 mil personas y abandonaron la indigencia 4 millones 400 mil personas. Se redujo la brecha de ingresos entre el más débil y el más rico en 42 veces, en mayo de 2002, a 29,5 veces, en el último trimestre de 2004.
La industria se expandió un 39,6 por ciento; el agro alcanzó una producción de 84 millones de toneladas. La expansión de los servicios públicos fue de 60 por ciento y en la construcción del 95 por ciento. El turismo y la minería, también están en pleno desarrollo.
La inversión pública representa un 6 por ciento del PBI, superando holgadamente el promedio observado durante la década pasada. El sector bancario, al ritmo de su recuperación patrimonial, va retomando protagonismo en la financiación del consumo, la inversión y el capital de trabajo. El crédito total al sector privado ha crecido un 29 por ciento, entre junio de 2004 y el mismo mes de 2005. Los adelantos crecieron un 27 por ciento, los descuentos de documentos un 41 por ciento y los créditos personales un 87 por ciento.
Estos resultados han tenido su contrapartida en una sustancial reducción del riesgo soberano que ya ha reducido desde 6.074, del día que nos tocó comenzar a gobernar la Argentina, a 403 puntos riesgo país, que realmente está marcando con toda exactitud lo que, gracias a Dios, está sucediendo en la Argentina.
Son los números que marcamos los que nos permite ser racionalmente optimistas respecto de nuestro futuro. Estamos convencidos que se puede construir el país normal que soñamos y tenemos confianza en que el pueblo argentino, sus empresarios, trabajadores, profesionales, representantes y funcionarios, estarán a la altura de los desafíos.
Tenemos que consolidar un crecimiento sustentable con producción e inclusión social. En este proyecto hay lugar para todos en diversidad, pluralidad y sentido solidario de reconstrucción de nuestra Patria. Nos toca el tiempo del diseño de un modelo de Nación en el que las economías regionales se desarrollen e integren entre sí para forjar un capitalismo tan pujante, moderno e inteligente, que nos permita acrecentar el bienestar de nuestro pueblo e incluir a los que hoy sufren la marginación.
Siguen vigente la necesidad de contar con un modelo político y económico que regenere la calidad institucional, que termine con el abuso, la concentración y la pobreza, que ponga en marcha la producción y que recupere el trabajo como única forma de desarrollo digno en una sociedad moderna. (Aplausos).
Por ello alentamos proactivamente la apertura en Bolsa del capital de las empresas. Pensamos que el mercado de la Bolsa debe constituirse en el gran impulsor. Seguimos creyendo firmemente, señor presidente, en el gran articulador, en el gran movilizador del ahorro privado para que el ahorro argentino financie -como bien dijo usted– proyectos de inversiones permanentes y rentables.
Como se sabe, los proyectos necesitan financiamiento para crecer, para desarrollarse y la Bolsa de Comercio tiene que ser un ámbito de articulación natural entre el ahorro argentino y los emprendedores. (Aplausos).
Por eso, colocamos el desarrollo de un mercado de capitales como herramienta orientada a la producción y al crecimiento sustentable, con generación de empleo e inclusión social como un objetivo primordial de la política económica para canalizar el ahorro doméstico hacia el financiamiento de proyectos a largo plazo, transparentando el funcionamiento –coincidiendo con usted- del funcionamiento de las empresas que hacen la oferta pública.
Necesitamos contar con un mercado de capitales amplio, líquido y transparente y competitivo. Con ese objetivo encaminaremos medidas para favorecer su profundidad, estabilidad, solvencia y transparencia, incluyendo mecanismos que permitan garantizar la más eficaz asignación del ahorro hacia la inversión.
El mercado de capitales debe sí y así contribuir al fortalecimiento de la economía en general y ello no se concretará si no se articulan remedios que permitan una efectiva sanción de las conductas disvaliosas en el ámbito de la oferta pública y un mejoramiento del sistema de información disponible. Ustedes saben que una de las bases de la recuperación de nuestra economía se encuentra en la política monetaria y cambiaria, la premisa sustancial es su estabilidad, de modo de evitar los ajustes bruscos que afectan las decisiones de inversión.
Durante 2004, hubo una entrada neta de capitales del exterior de 400 millones de dólares. En el primer semestre de 2005, se ha confirmado un cambio de la tendencia verificándose ingresos de capitales privados por 1.300 millones de dólares.
El vuelco de las expectativas de los inversores internacionales nos impone el desafío de impedir que un flujo de capitales externos de corto plazo provoque volatilidad macroeconómica y amenace a la preservación de los equilibrios básicos. Debemos desestimular el ingreso de fondos especulativos.
Si bien coincidimos porque sino no lo diría, ustedes saben que tenemos que y estamos seguros que paso a paso vamos a volver a encontrar la vértebra que va a unir como se deben unir lógicamente los intereses globales del desarrollo de la gran tarea que lleva la Bolsa con la situación natural de la salida del default que ha sufrido la Argentina.
Sabemos que estamos viviendo una transitoriedad y que lógicamente nos encaminamos, juntamente con el trabajo permanente con la Bolsa, a encontrar los puntos de acuerdo.
No nos molesta en absoluto la percepción y lo que ustedes dijeron porque lo entendemos desde la expresión del señor presidente. Explicamos la visión que nosotros tenemos de este tema y, seguramente, en la comunidad de ideas vamos a ir encontrando el reencuentro de las líneas conjuntas en este tema. (Aplausos) Y me parece bárbaro que lo podamos conversar, discutir y debatir en las ideas en democracia que es lo importante para construir el gran país que ustedes y nosotros deseamos. (Aplausos)
Por ello, nuestra tarea fundamental es que esta herramienta refleje con absoluta claridad que no es un impedimento para que las inversiones que vengan a la Argentina sean o no sean bienvenidas. La inversiones productivas, de trabajo van a ser absolutamente bienvenidas y debido a ello nosotros, por supuesto, estamos absolutamente atentos a las expresiones que hemos tenido en reuniones privadas y públicas para poder canalizar estos temas.
Por eso les reitero que esta herramienta permanecerá en vigencia lo mínimo y lo estrictamente necesario hasta tanto develemos algunas incógnitas y, por supuesto, la experiencia de ustedes es muy tenida en cuenta y la vamos a considerar a la hora de tomar la decisión para volver a encaminar en forma conjunta la situación que hemos tratado en el día de hoy también. (Aplausos)
Estamos decididos a integrarnos al mundo, reinsertarnos en él, pero la forma que se elige de integración no es neutral en términos de desempeño macroeconómico, crecimiento y bienestar. Debemos tomar nota de nuestra propia historia y de las sucesivas crisis financieras y monetarias que asolaron al mundo.
Sabemos que no hay consenso entre los economistas respecto de las recetas universales sobre el control de capitales. La liberación o el control pueden dar ventajas y desventajas de acuerdo a circunstancias. De todos modos, sigue vigente nuestra intención permanente de alentar el crecimiento de nuestra Bolsa que los índices confirman y usted lo ha dicho, señor presidente, y Dios quiera que cuando nos encontremos en el 152 aniversario digamos que se ha profundizado el crecimiento del índice MERVAL que agradezco que haya crecido en el día de hoy también porque marca que el índice MERVAL se asoció a la celebración y a la visita, en mi caso, como presidente circunstancial en este tiempo de la historia, a esta querida Bolsa. (Aplausos)
De todos modos, sigue vigente nuestra intención de alentar el crecimiento de nuestra Bolsa que los índices bursátiles confirman. Estamos abiertos a propuestas innovadoras y vemos que la creación del Departamento de Pymes es una excelente medida para acercarlas, asesorarlas, ofrecerles nuevos instrumentos financieros adaptados a su situación y a sus necesidades.
El crecimiento del mercado de cheques diferidos confirma que estábamos en lo cierto cuando postulamos su instrumentación. Esperamos el éxito de los fideicomisos para la expansión de las redes de servicios públicos, el aporte del área energética y las comunicaciones.
Debe saber el pueblo argentino el comportamiento de la Bolsa en este tema en un momento realmente muy difícil, en un punto de inflexión en la inversión en el área energética donde realmente la Bolsa ayudó a transparentar la inversión, a acelerarla y el Gobierno nacional y el pueblo argentino les está permanentemente agradecidos. (Aplausos)
Queremos que la cultura del financiamiento empresarial, a través del mercado de capitales, se instale definitivamente en nuestra sociedad.
Para finalizar, quiero ratificar aquí lo que venimos diciendo: es necesario recuperar la autoestima, valorizar lo nacional, darnos cuenta que los argentinos podemos mejorar sustancialmente nuestra situación y que podemos día a día mejorar el rumbo de la Argentina y consolidar, por supuesto, las pautas que creemos que vamos avanzando desde nuestra verdad relativa por el rumbo correcto.
Expresando la policromía de nuestra sociedad, recogiendo lo diverso y plural de nuestro pueblo, poniendo por encima de cualquier bandera política nuestra bandera celeste y blanca, los argentinos podemos seguir por esta senda de crecimiento sustentable. Nuestro equilibrio macroeconómico no está sentado sobre ningún desequilibrio macrosocial. El incremento de la calidad institucional abre paso a nuevas oportunidades.
Nos estamos haciendo cargo de la solución de nuestros problemas de vieja data y con esfuerzos constantes afrontamos los nuevos desafíos. Una Argentina digna, en crecimiento sustentable, sin exclusión social es posible, la estamos construyendo entre todos, una Argentina donde los padres vuelvan a tener esperanza en un futuro mejor para sus hijos, donde el esfuerzo y la dedicación diaria rindan sus frutos, donde la confianza al respeto mutuo vuelvan a ser los pilares de los buenos negocios.
También, señor presidente, es hora que en esta tarea de devolverle calidad institucional a la Argentina, en esta tarea de consolidar el crecimiento, en esta tarea de una mayor distribución y equidad del crecimiento del país, los argentinos también terminemos con un discurso casi facilista o hipócrita, a veces, que no nos ayuda a resolver la futura estructuración de la Argentina que todos deseamos.
Usted decía que no quieren empresarios ricos y un pueblo empobrecido, estamos totalmente de acuerdo. Pero es hora de que si nosotros queremos tener una Argentina que se consolide, donde el Estado sea promotor de la economía pero donde la inversión privada consolide definitivamente el desarrollo y el crecimiento argentinos con la parte obviamente promotora por parte del Estado y por parte de la tarea que tiene el Estado de movilizar los recursos argentinos, si miramos las economías más modernas del mundo, sea del sistema político que sea, sea de visión de centroizquierda, centroderecha o los sistemas globales que están funcionando en el mundo, nosotros, queridos amigos, y creo que es muy oportuno, tenemos que terminar con la visión corta, con esa envidia y esa mezquindad que no nos permita a veces resolver los problemas. Resolver la indigencia es una obligación, resolver la pobreza también y el desempleo también, consolidar un capitalismo con decisión nacional también. Pero es hora que también necesitamos empresarios que triunfen, que se consoliden, que crezcan económicamente, que les vaya muy bien y que los argentinos nos entremos a alegrar de que a nuestros empresarios les va muy bien porque si a nuestros empresarios les va muy bien, hay trabajo, hay producción, hay dignidad, hay inclusión social y hay una Argentina absolutamente diferente. (Aplausos)
Tiene que dejar de ser un pecado capital que a los empresarios argentinos les vaya bien. Que les vaya bien, eso es lo que quiere el pueblo argentino y lo que quiere este Gobierno porque nos va a ir bien a todos.
Les agradezco profundamente esta nueva invitación, los invito a seguir trabajando juntos, me tocó estar en la Bolsa en los momentos que el país...antes prácticamente de su propia explosión y fuimos recibidos con el mayor respeto y mantuvimos reuniones realmente positivas. Me tocó venir luego como Presidente de la Nación en tres oportunidades y agradezco profundamente este ámbito, agradezco profundamente la calidez, el trato y también con la sinceridad que hablamos. Porque ésta es la Argentina en la que tenemos que hablar, tenemos que ir planteándonos los problemas que tenemos, las verdades relativas que tenemos y la capacidad de avanzar, de corregir, de autocriticar políticas y de aceptar críticas constructivas porque es la forma de cualificar este país que amamos todos tanto.
Muchísimas gracias realmente por haber compartido este aniversario con ustedes. (Aplausos)