Señores Ministros del Poder Ejecutivo Nacional y provincial; señores legisladores; autoridades nacionales y provinciales; integrantes de entidades e instituciones educativas; señora Secretaría General de la Confederación General del Trabajo; representantes gremiales; señoras; señores; chicos; chicas; amigos; amigas presentes hoy aquí: estamos ante un hecho trascendente, pero insuficiente. En la Argentina - como ustedes saben y yo lo repito permanentemente - a veces se cree que se puede pasar del infierno al cielo de un paso, más en un país donde muchas veces es muy fácil decirlo y muy difícil hacerlo.
Nosotros, cuando nos tocó tomar la conducción del Estado Nacional, con el Ministro Filmus y con todos nuestros colaboradores, teníamos y tenemos absolutamente claro que es imposible el cambio que la Argentina debe profundizar y necesita si no tenemos una cualificación del sistema educativo. Y no va a haber sistema educativo en el país si no atendemos a todas las facetas que ese sistema educativo tiene, en todas sus formas. Y para eso quienes tienen la responsabilidad de conducir los estados provinciales, municipales y nacionales, cada uno con la responsabilidad que les compete, tiene que estar a la altura de la historia.
A esta altura ya no tendría que ser materia de discusión pública que los edificios escolares funcionen, no solamente aquí en la Capital Federal, sino en todo el país, como corresponde. Tendría que estar en el presupuesto de cada provincia, en el presupuesto, obviamente, acordado con cada municipio, en el marco de las provincias, y tendría que hacerse entre los meses de enero y febrero. Esto es lo lógico: reparar los edificios, reparar los bancos, cuestiones tan lógicas, tan prácticas que uno dice tanta vocación que tienen que llegar a determinados cargos y después no pueden hacer cuestiones que son mínimas y que deben ser absolutamente prácticas. No lo digo con sentido crítico, sino con un sentido de eficiencia, de entender en qué fecha, en qué tiempo y el crecimiento que ha tenido la coparticipación. Hoy nuestras provincias, gracias a Dios, tienen más de 13.000 millones de pesos entre todas y ello tiene que llevar a que las escuelas tienen que tener un nivel digno de prestación de servicios. Esto es central y esencial en todo el nivel de infraestructura que significa.
El contenido educativo de la Argentina se va a aprestar en la medida que vayamos superando y saliendo del infierno. Dios quiera que cuando me toque terminar el mandato le pueda decir al pueblo argentino que estamos en las puertas del purgatorio. Nos merecemos un gran debate educativo sobre qué educación queremos y tendremos que tener la madurez para dar ese debate educativo, que se intentó en los distintos gobiernos, inclusive recordamos como lo más nombrado el famoso Congreso Pedagógico, que se frustró, se castró, tuvo un montón de problemas, pero la intencionalidad de esa reunión en su momento no era en absoluto equivocada. Es decir, debemos discutir y debatir para encontrar la síntesis de qué educación la Argentina quiere, de cuál es el rol de los docentes, el rol de la familia, el rol de todos los cuadros sociales, de las organizaciones libres del pueblo, son fundamentales para poder lograr, realmente esa síntesis. Pero claro, instrumentar todo esto, necesita también una Ley de Financiamiento Educativo, por el cual, en días pasados, se movilizaron los docentes argentinos y nosotros coincidimos plenamente. Estamos de acuerdo, tenemos que encontrar el marco y vamos a trabajar junto a todos los sectores para que podamos lograr la ley de financiamiento educativo. Es central tener el financiamiento para transformar en realidad todo el pensamiento que estamos instrumentando desde distintos sectores de la sociedad argentina. Debemos hacerlo y con el Ministro estamos trabajando a fondo, estamos trabajando también con muchísimos dirigentes gremiales y con distintas organizaciones para que esto se pueda lograr. Es decir que la paulatina recuperación que está queriendo la Argentina, tenga en la educación un centro fundamental.
Nosotros ahora vamos a entregar 500 mil becas, 150 mil más que el año pasado. Para lograr el objetivo que el Ministro y todos los argentinos queremos para llegar a 2010 y tener la posibilidad de lograr que todos terminen la escuela media, necesitaríamos un millón y medio de becas; es decir que, a valores constantes de hoy, si necesitamos 200 millones de pesos para financiar 500 mil becas, vamos a necesitar 600 millones de pesos y esto se logra con un crecimiento claro de participación en el Producto Bruto Interno de la educación de la Argentina. No hay otra forma de hacerlo y nosotros, como Gobierno, estamos absolutamente decididos a hacerlo.
Así que, infraestructura, contenido educativo, financiamiento educativo, todo esto va a cualificar las posibilidades que todo este esfuerzo que han hecho los docentes argentinos, que todavía están haciendo y que han tenido que hacer, al actuar como asistentes sociales, padres, madres. Es decir, cumpliendo con tareas que han hecho aparte y que han llevado adelante como educadores y que de una vez por todas tienen que tener la inserción y el reconocimiento social que realmente hace a esa tarea en los momentos más agudos de la crisis, de lo cual soy absolutamente consciente, porque los he visto trabajar y los he visto aportar, voluntaria y desinteresadamente, aún con los problemas que acarreaban y que acarrean en su propia situación familiar. Pero tuvieron un gran desprendimiento, una gran vocación social que debe ser absolutamente reconocida también, haciendo tareas que no tenían nada que ver con la función específica que llevaban adelante.
Por otra parte, están los chicos, nuestros hijos, nuestros hermanos, son ellos el eje. Los recursos humanos de la Argentina son espectaculares, nosotros tenemos que encontrar la canalización para que esos recursos ayuden al cambio, a la transformación de la Argentina y a la realización como persona de cada uno de ustedes.
Queremos que ustedes sientan que la Argentina los contiene y que ustedes sean parte de esa Argentina que los va conteniendo y que paso a paso, cuando veamos el ciclo histórico de este tiempo, sintamos que la exclusión educativa en la Argentina se transforma en un pasado que no vuelve más y que Dios quiera que así sea.
Yo quiero agradecer profundamente la presencia de docentes, de autoridades de la provincias de Buenos Aires, de Santa Fe, de Entre Ríos y de otros lugares de la Argentina y de los chicos, que están en su casa, que puedan estar hoy aquí, en la Casa Rosada, que con todo gusto después puedan seguir recorriéndola, que puedan pasar por el despacho presidencial, que puedan ver, que puedan sentir en la Argentina eso que durante tanto tiempo estuvo tan alejado del sentir nacional.
Muchísimas gracias, mucho esfuerzo y muchas gracias por la solidaridad y el trabajo que ponen permanentemente. (Aplausos)
Nosotros, cuando nos tocó tomar la conducción del Estado Nacional, con el Ministro Filmus y con todos nuestros colaboradores, teníamos y tenemos absolutamente claro que es imposible el cambio que la Argentina debe profundizar y necesita si no tenemos una cualificación del sistema educativo. Y no va a haber sistema educativo en el país si no atendemos a todas las facetas que ese sistema educativo tiene, en todas sus formas. Y para eso quienes tienen la responsabilidad de conducir los estados provinciales, municipales y nacionales, cada uno con la responsabilidad que les compete, tiene que estar a la altura de la historia.
A esta altura ya no tendría que ser materia de discusión pública que los edificios escolares funcionen, no solamente aquí en la Capital Federal, sino en todo el país, como corresponde. Tendría que estar en el presupuesto de cada provincia, en el presupuesto, obviamente, acordado con cada municipio, en el marco de las provincias, y tendría que hacerse entre los meses de enero y febrero. Esto es lo lógico: reparar los edificios, reparar los bancos, cuestiones tan lógicas, tan prácticas que uno dice tanta vocación que tienen que llegar a determinados cargos y después no pueden hacer cuestiones que son mínimas y que deben ser absolutamente prácticas. No lo digo con sentido crítico, sino con un sentido de eficiencia, de entender en qué fecha, en qué tiempo y el crecimiento que ha tenido la coparticipación. Hoy nuestras provincias, gracias a Dios, tienen más de 13.000 millones de pesos entre todas y ello tiene que llevar a que las escuelas tienen que tener un nivel digno de prestación de servicios. Esto es central y esencial en todo el nivel de infraestructura que significa.
El contenido educativo de la Argentina se va a aprestar en la medida que vayamos superando y saliendo del infierno. Dios quiera que cuando me toque terminar el mandato le pueda decir al pueblo argentino que estamos en las puertas del purgatorio. Nos merecemos un gran debate educativo sobre qué educación queremos y tendremos que tener la madurez para dar ese debate educativo, que se intentó en los distintos gobiernos, inclusive recordamos como lo más nombrado el famoso Congreso Pedagógico, que se frustró, se castró, tuvo un montón de problemas, pero la intencionalidad de esa reunión en su momento no era en absoluto equivocada. Es decir, debemos discutir y debatir para encontrar la síntesis de qué educación la Argentina quiere, de cuál es el rol de los docentes, el rol de la familia, el rol de todos los cuadros sociales, de las organizaciones libres del pueblo, son fundamentales para poder lograr, realmente esa síntesis. Pero claro, instrumentar todo esto, necesita también una Ley de Financiamiento Educativo, por el cual, en días pasados, se movilizaron los docentes argentinos y nosotros coincidimos plenamente. Estamos de acuerdo, tenemos que encontrar el marco y vamos a trabajar junto a todos los sectores para que podamos lograr la ley de financiamiento educativo. Es central tener el financiamiento para transformar en realidad todo el pensamiento que estamos instrumentando desde distintos sectores de la sociedad argentina. Debemos hacerlo y con el Ministro estamos trabajando a fondo, estamos trabajando también con muchísimos dirigentes gremiales y con distintas organizaciones para que esto se pueda lograr. Es decir que la paulatina recuperación que está queriendo la Argentina, tenga en la educación un centro fundamental.
Nosotros ahora vamos a entregar 500 mil becas, 150 mil más que el año pasado. Para lograr el objetivo que el Ministro y todos los argentinos queremos para llegar a 2010 y tener la posibilidad de lograr que todos terminen la escuela media, necesitaríamos un millón y medio de becas; es decir que, a valores constantes de hoy, si necesitamos 200 millones de pesos para financiar 500 mil becas, vamos a necesitar 600 millones de pesos y esto se logra con un crecimiento claro de participación en el Producto Bruto Interno de la educación de la Argentina. No hay otra forma de hacerlo y nosotros, como Gobierno, estamos absolutamente decididos a hacerlo.
Así que, infraestructura, contenido educativo, financiamiento educativo, todo esto va a cualificar las posibilidades que todo este esfuerzo que han hecho los docentes argentinos, que todavía están haciendo y que han tenido que hacer, al actuar como asistentes sociales, padres, madres. Es decir, cumpliendo con tareas que han hecho aparte y que han llevado adelante como educadores y que de una vez por todas tienen que tener la inserción y el reconocimiento social que realmente hace a esa tarea en los momentos más agudos de la crisis, de lo cual soy absolutamente consciente, porque los he visto trabajar y los he visto aportar, voluntaria y desinteresadamente, aún con los problemas que acarreaban y que acarrean en su propia situación familiar. Pero tuvieron un gran desprendimiento, una gran vocación social que debe ser absolutamente reconocida también, haciendo tareas que no tenían nada que ver con la función específica que llevaban adelante.
Por otra parte, están los chicos, nuestros hijos, nuestros hermanos, son ellos el eje. Los recursos humanos de la Argentina son espectaculares, nosotros tenemos que encontrar la canalización para que esos recursos ayuden al cambio, a la transformación de la Argentina y a la realización como persona de cada uno de ustedes.
Queremos que ustedes sientan que la Argentina los contiene y que ustedes sean parte de esa Argentina que los va conteniendo y que paso a paso, cuando veamos el ciclo histórico de este tiempo, sintamos que la exclusión educativa en la Argentina se transforma en un pasado que no vuelve más y que Dios quiera que así sea.
Yo quiero agradecer profundamente la presencia de docentes, de autoridades de la provincias de Buenos Aires, de Santa Fe, de Entre Ríos y de otros lugares de la Argentina y de los chicos, que están en su casa, que puedan estar hoy aquí, en la Casa Rosada, que con todo gusto después puedan seguir recorriéndola, que puedan pasar por el despacho presidencial, que puedan ver, que puedan sentir en la Argentina eso que durante tanto tiempo estuvo tan alejado del sentir nacional.
Muchísimas gracias, mucho esfuerzo y muchas gracias por la solidaridad y el trabajo que ponen permanentemente. (Aplausos)