Señor gobernador de la Provincia; señores intendentes; señores diputados nacionales; turistas, amigos y amigas que están aquí en El Calafate: realmente es una profunda alegría poder compartir con ustedes este nuevo aniversario y poder decirles que hoy como ayer estamos enrolados en la misma causa, de hacer una Argentina grande, justa, pero que también esa Argentina contenga a las regiones que fueron periféricas y se consideraron los patios traseros de este país, entre ellas nuestra provincia de Santa Cruz y con ella El Calafate. Fueron tenidas en cuenta a la hora de hablar de las grandes líneas de la geopolítica argentina, pero a la hora de las inversiones siempre se las miró de costado. Y fíjense que a veces me toca soportar críticas de la oposición política porque dicen que estamos mandando fondos a Santa Cruz, que estamos mandando más de lo que le corresponde a Santa Cruz, y yo siento dolor porque es mucho menos de lo que en realidad le corresponde y le ha correspondido a esta provincia que durante años estuvo olvidada. Lo que estamos tratando es ver si podemos recuperar ese tiempo perdido para que esta provincia se pueda incorporar al corazón vivo de la patria.
Acá gracias a Dios podemos trabajar muy bien con el señor Intendente y con el señor Gobernador, en un esfuerzo conjunto, compenetrados a fondo en la tarea de ser absolutamente solidarios, trabajar juntos, en forma inquebrantable, dejar de lado las acciones y las actitudes politiqueriles de cuarta que tienden a veces a quitar fuerza a los esfuerzos. (Aplausos)
Hay que trabajar, y bien saben el amigo Intendente y mi querido amigo el señor Gobernador que yo acompaño incondicionalmente toda la gran tarea que ellos están llevando adelante. La verdad es que yo como santacruceño me siento orgulloso del Gobernador que tenemos, y como visitante asiduo y casi calafateño también me siento muy agradecido y orgulloso del Intendente que tiene El Calafate, que trabaja con muchísima fuerza.
Quiero decirles a todos ustedes y a los turistas que El Calafate es parte viva de la Argentina, es parte de la riqueza argentina, es parte del crecimiento argentino. Cuando uno ve estas calles pobladas de turistas de todo el mundo y de la Argentina también, se le conmueve el corazón, se emociona cuando se pone a conversar con cada uno de ellos y cuando uno les cuenta que llegar al ventisquero es recuperar la energía, recuperar el sentido de la vida y salir con una potencialidad espiritual tremenda.
También decirles que los amo, los aprecio y los quiero mucho, que me siento acá como ayer, como hoy, como mañana; que hoy me ven detrás de este micrófono como presidente del país en esta etapa temporal de la historia, algún día me tocó ser gobernador, algún día me tocó ser intendente, y también algún día voy a tener el placer y el honor de caminar junto a ustedes como un ciudadano argentino más, con la frente alta, tratando de hacer todo lo que esté a mi alcance. (Aplausos)
Les agradezco esta mañana en la que estamos compartiendo este nuevo aniversario, una gran fiesta calafateña, bien plural, con gente de todo el mundo, con argentinos de todos lados, y esto se repite en muchos lugares de la Argentina. Ustedes saben cómo me gustaba caminar la provincia, me gusta caminar de una punta a la otra la patria y me gusta estar con los hermanos de todo el país peleando juntos por una Argentina distinta. Claro que es difícil, pero hay que pasar de la Argentina del discurso a la Argentina de la acción. Claro que los intereses son duros, claro que los intereses son difíciles, claro que muchos apuestan más al fracaso que al éxito de las cosas. No importa, nosotros los patagónicos, los santacruceños, el pingüino como me dicen por allí –que con orgullo lo asumo- tenemos un tesón y una voluntad que seguramente se la vamos a trasladar a toda la Argentina para que nunca más bajemos los brazos y un período nuevo, distinto, cristalino, de esperanza de amor, de poder superar las dificultades, se dé. Con el esfuerzo de todos los argentinos, sin salvadores mesiánicos sino con una construcción colectiva donde los argentinos, que cada vez que nos decidimos lo hacemos, podamos tener el país que nos merecemos.
Para los santacruceños y los calafateños, realmente cada vez que vengo estoy asombrado por las distintas cosas que se van haciendo y por las distintas cosas que se van necesitando por este gran crecimiento que tienen, así que nada más que felicitarlos, mucha fuerza, muchas ganas, mucho cariño, mucha solidaridad, que el futuro venturoso se construye con amor, con alegría y solidaridad. Muchísimas gracias. (Aplausos)
Acá gracias a Dios podemos trabajar muy bien con el señor Intendente y con el señor Gobernador, en un esfuerzo conjunto, compenetrados a fondo en la tarea de ser absolutamente solidarios, trabajar juntos, en forma inquebrantable, dejar de lado las acciones y las actitudes politiqueriles de cuarta que tienden a veces a quitar fuerza a los esfuerzos. (Aplausos)
Hay que trabajar, y bien saben el amigo Intendente y mi querido amigo el señor Gobernador que yo acompaño incondicionalmente toda la gran tarea que ellos están llevando adelante. La verdad es que yo como santacruceño me siento orgulloso del Gobernador que tenemos, y como visitante asiduo y casi calafateño también me siento muy agradecido y orgulloso del Intendente que tiene El Calafate, que trabaja con muchísima fuerza.
Quiero decirles a todos ustedes y a los turistas que El Calafate es parte viva de la Argentina, es parte de la riqueza argentina, es parte del crecimiento argentino. Cuando uno ve estas calles pobladas de turistas de todo el mundo y de la Argentina también, se le conmueve el corazón, se emociona cuando se pone a conversar con cada uno de ellos y cuando uno les cuenta que llegar al ventisquero es recuperar la energía, recuperar el sentido de la vida y salir con una potencialidad espiritual tremenda.
También decirles que los amo, los aprecio y los quiero mucho, que me siento acá como ayer, como hoy, como mañana; que hoy me ven detrás de este micrófono como presidente del país en esta etapa temporal de la historia, algún día me tocó ser gobernador, algún día me tocó ser intendente, y también algún día voy a tener el placer y el honor de caminar junto a ustedes como un ciudadano argentino más, con la frente alta, tratando de hacer todo lo que esté a mi alcance. (Aplausos)
Les agradezco esta mañana en la que estamos compartiendo este nuevo aniversario, una gran fiesta calafateña, bien plural, con gente de todo el mundo, con argentinos de todos lados, y esto se repite en muchos lugares de la Argentina. Ustedes saben cómo me gustaba caminar la provincia, me gusta caminar de una punta a la otra la patria y me gusta estar con los hermanos de todo el país peleando juntos por una Argentina distinta. Claro que es difícil, pero hay que pasar de la Argentina del discurso a la Argentina de la acción. Claro que los intereses son duros, claro que los intereses son difíciles, claro que muchos apuestan más al fracaso que al éxito de las cosas. No importa, nosotros los patagónicos, los santacruceños, el pingüino como me dicen por allí –que con orgullo lo asumo- tenemos un tesón y una voluntad que seguramente se la vamos a trasladar a toda la Argentina para que nunca más bajemos los brazos y un período nuevo, distinto, cristalino, de esperanza de amor, de poder superar las dificultades, se dé. Con el esfuerzo de todos los argentinos, sin salvadores mesiánicos sino con una construcción colectiva donde los argentinos, que cada vez que nos decidimos lo hacemos, podamos tener el país que nos merecemos.
Para los santacruceños y los calafateños, realmente cada vez que vengo estoy asombrado por las distintas cosas que se van haciendo y por las distintas cosas que se van necesitando por este gran crecimiento que tienen, así que nada más que felicitarlos, mucha fuerza, muchas ganas, mucho cariño, mucha solidaridad, que el futuro venturoso se construye con amor, con alegría y solidaridad. Muchísimas gracias. (Aplausos)