Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales y provinciales; señores intendentes; señores empresarios; señores miembros del secretariado general de la CGT y representantes del sector gremial; señoras y señores: la Argentina está en un punto de inflexión histórica donde en la etapa que estamos viviendo se requiere tener excelente memoria y una actitud creciente de racionalidad y de responsabilidad para todos los actores sociales y también para marcar lo que la Argentina ha avanzado durante todo este tiempo.
Hablamos de la distribución del ingreso, todos los argentinos sabemos que tuvimos una Argentina hace 50 años atrás, inclusive en el año 73, donde la distribución del ingreso era de 1 a 7 entre el más rico y el más pobre y de 1 a 11 aproximadamente en el año 1973,74. Llegamos después de la explosión de 2001 a números vergonzantes, casi de 1 a 50 y nos hemos recuperado. Claro que muy lejos de la Argentina que nosotros deseamos y pretendemos pero la Argentina sucumbió ante la crisis, sucumbió ante el feroz endeudamiento, sucumbió ante la destrucción institucional, económica, social, financiera que le ha tocado vivir. Sin embargo, tanto hablamos, a veces, de los procesos de Brasil, de Chile y de otros países de América latina y nuestra distribución del ingreso es mucho mejor que la de ellos. En Brasil debe de estar de 1 a 60; Chile de 1 al 38 y la Argentina está del 1 al 28, del 1 al 26. Hemos logrado recuperarnos mucho más rápido que otros países que están haciendo esfuerzos muy grandes, pero tienen problemas muchísimos más graves que nosotros con la distribución del ingreso.
Igual con el tema de la medición de la pobreza, tenemos que sincerar acá en la Argentina que casi en la totalidad de los países de Latinoamérica se mide la pobreza desde una línea mucho más baja de la que se mide en la Argentina. Porque decimos que tenemos tantos pobres y resulta que cuando nosotros vamos a otros países vemos con nuestros ojos que el nivel de pobreza es absolutamente superior al nuestro y el índice de pobreza es menor que el nuestro. Tenemos que terminar con este doble análisis y sincerarlo con la realidad. Todos nosotros sabemos y toda la dirigencia argentina sabe que el nivel de pobreza se mide de niveles muchísimo más bajos en países como los que mencioné que en la República Argentina.
Pero con las mediciones que nosotros llevamos adelante y con lo que nos ha tocado pasar podemos decir que estamos llegando al final del año avanzando fuerte, bien y correctamente sobre la indigencia, sobre la pobreza, sobre el desempleo. Obviamente que no es el país que nosotros quisiéramos tener, pero un país no se construye con voluntarismo. Ustedes lo saben bien, dirigentes sindicales, empresarios, señores intendentes que están todo el día en la tarea cotidiana de tener contacto directo con los sectores más golpeados de nuestra sociedad en general, en tanto los municipios son los que van bebiendo cotidianamente los graves problemas estructurales que tienen muchos sectores en nuestra sociedad, que evidentemente no se puede pasar de la situación en que estábamos a la situación que nosotros quisiéramos. Y esto no significa una actitud de conformismo, significa tratar de evaluar con racionalidad todos los importantes pasos que hemos dado entre todos.
Acá ya sabemos todo lo que nos pasó por la concepción fundamentalista o mesiánica de creer que alguno o algunos pueden salvar a un país. El país se va reconstruyendo cuando hay una participación desde la construcción, desde el trabajo, no meramente desde el discurso, desde la acción cotidiana, del lugar y la responsabilidad que tiene cada uno en volver a lograr la construcción colectiva, que es uno de los grandes desafíos que tenemos por delante. Entonces, obviamente, cuáles son las metas que estamos buscando los argentinos. Esta tarea de la capacitación es esencial y que los municipios estén participando me parece que es espectacular porque es el vínculo directo con la sociedad, junto a los sindicatos y obviamente las entidades empresarias, que también colaboran y podrán colaborar muchísimo de este tema. Pero nosotros tenemos que ir perfilando, tenemos que ir pensando cómo vamos estructurando, cuando empezamos a salir de las urgencias coyunturales más grandes, cuál es la visión de la Argentina que pretendemos. ¿Qué Argentina pretendemos?
Nosotros creemos que la Argentina de los próximos años tiene que trabajar fuertemente en una Argentina que vaya hacia el desendeudamiento, hacia la desintervención de nuestra economía -que nos trae el mismo problema del endeudamiento que permite que organismos multilaterales vivan interviniendo en nuestra economía- y hacia un marco de autonomía nacional. Es decir que desendeudamiento, desintervención y autonomía nacional para nosotros son ejes centrales y fundamentales, acompañados con el mejoramiento de la calidad institucional, con la transformación educativa y con la inclusión social, como elementos centrales del perfil de la Argentina que se debe construir en pluralidad y consenso.
Estos serían para nosotros los marcos y las referencias claras y concretas del país que debemos tratar de construir entre todos los argentinos, independientemente de quien tenga la iniciativa política en la conducción de los sucesivos gobiernos, porque evidentemente semejante tarea lleva tiempo pero también, si logramos establecer estos conceptos como política de Estado, vamos a estar determinando un perfil y un rumbo claro para la Argentina. Después se podrá tener un mecanismo u otro, un camino o el otro para llegar al mismo objetivo, pero todos sabemos que hay que terminar con la Argentina del endeudamiento permanente, la Argentina de la economía intervenida en forma permanente, donde nos marcan las pautas los organismos multilaterales de qué es lo que tenemos que hacer en la Argentina y ya sabemos cuáles son los resultados que hemos tenido, somos una de las expresiones más claras y más duras de lo que significa que la economía de un país reciba las pautas de su funcionamiento desde organismos que tienen que ver poco con la realidad de la Argentina. Y evidentemente la recuperación de la autonomía nacional, para la cual estos dos conceptos de que hablé anteriormente son centrales y fundamentales. Sin autonomía nacional, queridos amigos y amigas, no hay país. Esto es así y es lo que nos está pasando a nosotros. Queremos construir un país, tenemos una Argentina, pero tenemos que recuperar ese sentido claro de la autonomía que nos permita, absolutamente incorporados y entendiendo la realidad del mundo globalizado que nos toca vivir pero con autonomía, hacer funcionar con claridad la Argentina, sin desconocer los fenómenos y las realidades mundiales que nos toca vivir en este momento.
Nosotros realmente estamos satisfechos con la recuperación de la Argentina, en la etapa, pretendemos como todos seguir avanzando permanentemente, pero que este país vuelva a poder crecer cerca del 8 o un poquito más del 8 por ciento, es otro signo absolutamente positivo. Que la recaudación siga en permanente ascenso también; que el consumo interno, que tanto tiempo estuvo paralizado en la Argentina esté creciendo, es un elemento fundamental. No queremos construir un país con solamente un perfil exportador de nuestra producción primaria, es fundamental darle la capacidad tecnológica, la capacidad de valor agregado, empezar a construir una economía con todos estos esquemas plurales y potenciales que nos van a permitir evidentemente visualizar y construir el país que todos los argentinos deseamos.
También hemos tratado de consolidarnos en el marco de las reservas, tener un nivel de reservas aceptable que nos permita, con el crecimiento de la recaudación, el crecimiento del consumo interno, con la inflación controlada y la recuperación del poder adquisitivo, construir una Argentina inclusiva con estas características que hoy estamos mostrando.
Quería decirles qué es lo que estamos tratando de pensar, de elaborar e ir construyendo entre todos, que lo consideramos muy importante. Creemos que si los argentinos logramos mantener el equilibrio, logramos construir en complementación -que es fundamental-, logramos entender que todos somos actores centrales en la construcción de este nuevo país, y fundamentalmente aquellas organizaciones sociales que tienen que ver con la conducción y dinamización de la economía y el trabajo, paulatinamente día a día, cuando vayamos mirando hacia atrás, veremos que el país avanza.
Tenemos un gran desafío, que no es solamente del Gobierno sino de la madurez y responsabilidad; que no es esa madurez y responsabilidad castrante de la década pasada cuando decían que ser maduro significaba resignar, resignar y renunciar a cosas que no se podían resignar. Cuando hablamos de madurez y racionalidad significa avanzar para no retroceder posteriormente. Esto es lo importante que tenemos que lograr entre todos. Yo sé que con la madurez de la dirigencia y del pueblo argentino lo vamos a poder ir logrando, nosotros en esta etapa de nuestro gobierno esperamos construir el primer escalón.
Les agradezco profundamente que se comprometan, que participen, que en el marco de la pluralidad, del consenso, vayamos construyendo los cimientos de la Argentina que necesitamos; teniendo en claro que un país no puede vivir compitiendo cada minuto electoralmente en términos globales, eso es no entender las necesidades plurales de la Argentina. Gracias a Dios tenemos una democracia totalmente consolidada, cuando llega el momento de las elecciones debatimos ante la sociedad y la sociedad elige cuál es la alternancia que quiere. Pero fundamentalmente pasado ese período tenemos que acostumbrarnos a debatir los grandes temas nacionales, pero no para demostrar en el debate quién es el que tiene la idea más lúcida y cristalina sino produciendo un debate que engrandece, que crece, que de la verdad relativa de cada uno genere una verdad superadora que nos permita contener a todos los argentinos.
Tenemos un gran desafío y creo que con mucho optimismo lo tenemos que encarar todos los argentinos. Señores muchísimas gracias por comprometerse y muchas gracias por estar acá.
Hablamos de la distribución del ingreso, todos los argentinos sabemos que tuvimos una Argentina hace 50 años atrás, inclusive en el año 73, donde la distribución del ingreso era de 1 a 7 entre el más rico y el más pobre y de 1 a 11 aproximadamente en el año 1973,74. Llegamos después de la explosión de 2001 a números vergonzantes, casi de 1 a 50 y nos hemos recuperado. Claro que muy lejos de la Argentina que nosotros deseamos y pretendemos pero la Argentina sucumbió ante la crisis, sucumbió ante el feroz endeudamiento, sucumbió ante la destrucción institucional, económica, social, financiera que le ha tocado vivir. Sin embargo, tanto hablamos, a veces, de los procesos de Brasil, de Chile y de otros países de América latina y nuestra distribución del ingreso es mucho mejor que la de ellos. En Brasil debe de estar de 1 a 60; Chile de 1 al 38 y la Argentina está del 1 al 28, del 1 al 26. Hemos logrado recuperarnos mucho más rápido que otros países que están haciendo esfuerzos muy grandes, pero tienen problemas muchísimos más graves que nosotros con la distribución del ingreso.
Igual con el tema de la medición de la pobreza, tenemos que sincerar acá en la Argentina que casi en la totalidad de los países de Latinoamérica se mide la pobreza desde una línea mucho más baja de la que se mide en la Argentina. Porque decimos que tenemos tantos pobres y resulta que cuando nosotros vamos a otros países vemos con nuestros ojos que el nivel de pobreza es absolutamente superior al nuestro y el índice de pobreza es menor que el nuestro. Tenemos que terminar con este doble análisis y sincerarlo con la realidad. Todos nosotros sabemos y toda la dirigencia argentina sabe que el nivel de pobreza se mide de niveles muchísimo más bajos en países como los que mencioné que en la República Argentina.
Pero con las mediciones que nosotros llevamos adelante y con lo que nos ha tocado pasar podemos decir que estamos llegando al final del año avanzando fuerte, bien y correctamente sobre la indigencia, sobre la pobreza, sobre el desempleo. Obviamente que no es el país que nosotros quisiéramos tener, pero un país no se construye con voluntarismo. Ustedes lo saben bien, dirigentes sindicales, empresarios, señores intendentes que están todo el día en la tarea cotidiana de tener contacto directo con los sectores más golpeados de nuestra sociedad en general, en tanto los municipios son los que van bebiendo cotidianamente los graves problemas estructurales que tienen muchos sectores en nuestra sociedad, que evidentemente no se puede pasar de la situación en que estábamos a la situación que nosotros quisiéramos. Y esto no significa una actitud de conformismo, significa tratar de evaluar con racionalidad todos los importantes pasos que hemos dado entre todos.
Acá ya sabemos todo lo que nos pasó por la concepción fundamentalista o mesiánica de creer que alguno o algunos pueden salvar a un país. El país se va reconstruyendo cuando hay una participación desde la construcción, desde el trabajo, no meramente desde el discurso, desde la acción cotidiana, del lugar y la responsabilidad que tiene cada uno en volver a lograr la construcción colectiva, que es uno de los grandes desafíos que tenemos por delante. Entonces, obviamente, cuáles son las metas que estamos buscando los argentinos. Esta tarea de la capacitación es esencial y que los municipios estén participando me parece que es espectacular porque es el vínculo directo con la sociedad, junto a los sindicatos y obviamente las entidades empresarias, que también colaboran y podrán colaborar muchísimo de este tema. Pero nosotros tenemos que ir perfilando, tenemos que ir pensando cómo vamos estructurando, cuando empezamos a salir de las urgencias coyunturales más grandes, cuál es la visión de la Argentina que pretendemos. ¿Qué Argentina pretendemos?
Nosotros creemos que la Argentina de los próximos años tiene que trabajar fuertemente en una Argentina que vaya hacia el desendeudamiento, hacia la desintervención de nuestra economía -que nos trae el mismo problema del endeudamiento que permite que organismos multilaterales vivan interviniendo en nuestra economía- y hacia un marco de autonomía nacional. Es decir que desendeudamiento, desintervención y autonomía nacional para nosotros son ejes centrales y fundamentales, acompañados con el mejoramiento de la calidad institucional, con la transformación educativa y con la inclusión social, como elementos centrales del perfil de la Argentina que se debe construir en pluralidad y consenso.
Estos serían para nosotros los marcos y las referencias claras y concretas del país que debemos tratar de construir entre todos los argentinos, independientemente de quien tenga la iniciativa política en la conducción de los sucesivos gobiernos, porque evidentemente semejante tarea lleva tiempo pero también, si logramos establecer estos conceptos como política de Estado, vamos a estar determinando un perfil y un rumbo claro para la Argentina. Después se podrá tener un mecanismo u otro, un camino o el otro para llegar al mismo objetivo, pero todos sabemos que hay que terminar con la Argentina del endeudamiento permanente, la Argentina de la economía intervenida en forma permanente, donde nos marcan las pautas los organismos multilaterales de qué es lo que tenemos que hacer en la Argentina y ya sabemos cuáles son los resultados que hemos tenido, somos una de las expresiones más claras y más duras de lo que significa que la economía de un país reciba las pautas de su funcionamiento desde organismos que tienen que ver poco con la realidad de la Argentina. Y evidentemente la recuperación de la autonomía nacional, para la cual estos dos conceptos de que hablé anteriormente son centrales y fundamentales. Sin autonomía nacional, queridos amigos y amigas, no hay país. Esto es así y es lo que nos está pasando a nosotros. Queremos construir un país, tenemos una Argentina, pero tenemos que recuperar ese sentido claro de la autonomía que nos permita, absolutamente incorporados y entendiendo la realidad del mundo globalizado que nos toca vivir pero con autonomía, hacer funcionar con claridad la Argentina, sin desconocer los fenómenos y las realidades mundiales que nos toca vivir en este momento.
Nosotros realmente estamos satisfechos con la recuperación de la Argentina, en la etapa, pretendemos como todos seguir avanzando permanentemente, pero que este país vuelva a poder crecer cerca del 8 o un poquito más del 8 por ciento, es otro signo absolutamente positivo. Que la recaudación siga en permanente ascenso también; que el consumo interno, que tanto tiempo estuvo paralizado en la Argentina esté creciendo, es un elemento fundamental. No queremos construir un país con solamente un perfil exportador de nuestra producción primaria, es fundamental darle la capacidad tecnológica, la capacidad de valor agregado, empezar a construir una economía con todos estos esquemas plurales y potenciales que nos van a permitir evidentemente visualizar y construir el país que todos los argentinos deseamos.
También hemos tratado de consolidarnos en el marco de las reservas, tener un nivel de reservas aceptable que nos permita, con el crecimiento de la recaudación, el crecimiento del consumo interno, con la inflación controlada y la recuperación del poder adquisitivo, construir una Argentina inclusiva con estas características que hoy estamos mostrando.
Quería decirles qué es lo que estamos tratando de pensar, de elaborar e ir construyendo entre todos, que lo consideramos muy importante. Creemos que si los argentinos logramos mantener el equilibrio, logramos construir en complementación -que es fundamental-, logramos entender que todos somos actores centrales en la construcción de este nuevo país, y fundamentalmente aquellas organizaciones sociales que tienen que ver con la conducción y dinamización de la economía y el trabajo, paulatinamente día a día, cuando vayamos mirando hacia atrás, veremos que el país avanza.
Tenemos un gran desafío, que no es solamente del Gobierno sino de la madurez y responsabilidad; que no es esa madurez y responsabilidad castrante de la década pasada cuando decían que ser maduro significaba resignar, resignar y renunciar a cosas que no se podían resignar. Cuando hablamos de madurez y racionalidad significa avanzar para no retroceder posteriormente. Esto es lo importante que tenemos que lograr entre todos. Yo sé que con la madurez de la dirigencia y del pueblo argentino lo vamos a poder ir logrando, nosotros en esta etapa de nuestro gobierno esperamos construir el primer escalón.
Les agradezco profundamente que se comprometan, que participen, que en el marco de la pluralidad, del consenso, vayamos construyendo los cimientos de la Argentina que necesitamos; teniendo en claro que un país no puede vivir compitiendo cada minuto electoralmente en términos globales, eso es no entender las necesidades plurales de la Argentina. Gracias a Dios tenemos una democracia totalmente consolidada, cuando llega el momento de las elecciones debatimos ante la sociedad y la sociedad elige cuál es la alternancia que quiere. Pero fundamentalmente pasado ese período tenemos que acostumbrarnos a debatir los grandes temas nacionales, pero no para demostrar en el debate quién es el que tiene la idea más lúcida y cristalina sino produciendo un debate que engrandece, que crece, que de la verdad relativa de cada uno genere una verdad superadora que nos permita contener a todos los argentinos.
Tenemos un gran desafío y creo que con mucho optimismo lo tenemos que encarar todos los argentinos. Señores muchísimas gracias por comprometerse y muchas gracias por estar acá.