Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señores empresarios; señores miembros del directorio de la Confederación General del Trabajo y dirigentes gremiales de distintos sindicatos; miembros de las instituciones educativas; señoras y señores: estamos ante hechos que todos esperamos con mucha ansiedad que sean trascendentes.
Mucho se ha hablado sobre la capacitación de los trabajadores; mucho se ha hablado sobre lo que significó el proceso de exclusión y la difícil tarea de reinserción en la actividad económica estructural y productiva del país, y mucho se ha dicho también –no ahora sino aún cuando se generaban los procesos de exclusión más grandes en las tareas de las distintas áreas- sobre la capacitación de los trabajadores, mientras se cerraban todas las escuelas de artes y oficios del país.
Es decir que es la sociedad del doble discurso, la sociedad a la que nos hemos acostumbrado los argentinos: por un lado, a estar resignados a que no somos capaces de hacer algo bien, a que siempre nos tienen que salir mal las cosas, lo que ha generado que algunos sean los fomentadores del pesimismo y puesta en acción esa cultura del pesimismo Dios nos libre a los argentinos de qué destino nos podría esperar. Por el otro lado está la idea de que hay que decir una cosa y hacer otra totalmente distinta. Esta fue la prédica de los últimos 35, 38 años en la Argentina y la que, lamentablemente, nos trajo graves problemas en general aunque por supuesto con excepciones.
Nosotros creemos que este paso es sustancial: los trabajadores, los empresarios y el Gobierno nacional trabajando juntos en la capacitación sectorial para que el trabajador tenga la posibilidad de acceder a aquellos rubros de la economía que se están dinamizando más fuerte, y no lo que nos está pasando hoy que hay lugares en los que en forma realmente alarmante está faltando mano de obra capacitada para el desarrollo de la actividad económica que se está dando en distintas zonas del país.
Con estos planes vamos a lanzar una capacitación para 17 mil personas con una inversión de 7 millones de pesos, más 19 millones de pesos que se han generado en capacitación territorial, más todas las tareas de capacitación que están llevando adelante las distintas actividades y sectores gremiales, algunos sectores empresariales y organizaciones sociales, lo que está generando una capacitación muy importante en numerosísimos trabajadores, si bien no en cantidad suficiente.
Fíjense ustedes que en la década del 90 de cada 100 puestos de trabajo que se creaban, 15 eran en blanco; en el año 2003, cada 100 puestos de trabajo, 40 eran en blanco y en el 2004, según los últimos datos que tenemos, cada 100 puestos de trabajo que se generan, 62 son en blanco. Es decir que estamos avanzando fuertemente aunque, claro, estamos recién en el 62 por ciento cuando todo tendría que ser en blanco. Creo que en cuanto profundicemos la tarea en forma conjunta empresarios, trabajadores y el Gobierno nacional, vamos a terminar derrotando este flagelo que es el trabajo en negro y vamos a terminar logrando la victoria de capacitar a miles y miles de argentinos –importantísimo para la incorporación laboral- y volver a dotar de optimismo –que es posible a pesar de lo que nos pasó- a la gente, que no se resigne y vuelva a tener la posibilidad de un trabajo digno.
Realmente para mí es un profundo honor y alegría participar de esta reunión, de la concreción de estos acuerdos, porque están mostrando a la Argentina madura, a la Argentina que no baja los brazos, a la Argentina que no se resigna, a la Argentina que imagina y crea, a la Argentina de aquellos que están dispuestos a crear las herramientas y los instrumentos necesarios para dotar a la sociedad de los pasos que se deban dar para consolidar la recuperación, la inclusión social y el crecimiento económico de este país, que es fundamental hacerlo con equidad y con justicia.
Por eso realmente les agradezco profundamente poder compartir con ustedes, ser parte de la construcción de este nuevo tiempo y, como dijeron los señores dirigentes empresarial y gremial, seguramente fueron muchos años de retroceso y el voluntarismo no alcanza. Todos sabemos que el voluntarismo y el propio discurso muchas veces queda totalmente corto respecto de las necesidades globales que tenemos que llevar adelante y estos pasos son fundamentales. Un país que durante tantos años estuvo en decadencia permanente -descontando algunos períodos- va a llevar tiempo sacarlo, pero si somos persistentes y tesoneros vamos a seguir inscribiendo mejores momentos a través de una escala gradual.
Hoy nos permitimos construir los escalones necesarios para que dentro de algún tiempo podamos salir del infierno; los que vengan después superarán el purgatorio y seguramente llegaremos a la Argentina que todos deseamos. Pero salir del infierno, de la Argentina del discurso simple y sin mucho contenido hacia la Argentina donde todos realmente queremos vivir, no va a ser fácil. Tenemos que hacer “un paso a paso” necesario y fundamental para poder llegar al objetivo. Lo importante es saber que día a día estamos subiendo esos escalones con un destino claro y profundo.
Señores: muchas gracias y gracias por compartir este momento. (Aplausos)
Mucho se ha hablado sobre la capacitación de los trabajadores; mucho se ha hablado sobre lo que significó el proceso de exclusión y la difícil tarea de reinserción en la actividad económica estructural y productiva del país, y mucho se ha dicho también –no ahora sino aún cuando se generaban los procesos de exclusión más grandes en las tareas de las distintas áreas- sobre la capacitación de los trabajadores, mientras se cerraban todas las escuelas de artes y oficios del país.
Es decir que es la sociedad del doble discurso, la sociedad a la que nos hemos acostumbrado los argentinos: por un lado, a estar resignados a que no somos capaces de hacer algo bien, a que siempre nos tienen que salir mal las cosas, lo que ha generado que algunos sean los fomentadores del pesimismo y puesta en acción esa cultura del pesimismo Dios nos libre a los argentinos de qué destino nos podría esperar. Por el otro lado está la idea de que hay que decir una cosa y hacer otra totalmente distinta. Esta fue la prédica de los últimos 35, 38 años en la Argentina y la que, lamentablemente, nos trajo graves problemas en general aunque por supuesto con excepciones.
Nosotros creemos que este paso es sustancial: los trabajadores, los empresarios y el Gobierno nacional trabajando juntos en la capacitación sectorial para que el trabajador tenga la posibilidad de acceder a aquellos rubros de la economía que se están dinamizando más fuerte, y no lo que nos está pasando hoy que hay lugares en los que en forma realmente alarmante está faltando mano de obra capacitada para el desarrollo de la actividad económica que se está dando en distintas zonas del país.
Con estos planes vamos a lanzar una capacitación para 17 mil personas con una inversión de 7 millones de pesos, más 19 millones de pesos que se han generado en capacitación territorial, más todas las tareas de capacitación que están llevando adelante las distintas actividades y sectores gremiales, algunos sectores empresariales y organizaciones sociales, lo que está generando una capacitación muy importante en numerosísimos trabajadores, si bien no en cantidad suficiente.
Fíjense ustedes que en la década del 90 de cada 100 puestos de trabajo que se creaban, 15 eran en blanco; en el año 2003, cada 100 puestos de trabajo, 40 eran en blanco y en el 2004, según los últimos datos que tenemos, cada 100 puestos de trabajo que se generan, 62 son en blanco. Es decir que estamos avanzando fuertemente aunque, claro, estamos recién en el 62 por ciento cuando todo tendría que ser en blanco. Creo que en cuanto profundicemos la tarea en forma conjunta empresarios, trabajadores y el Gobierno nacional, vamos a terminar derrotando este flagelo que es el trabajo en negro y vamos a terminar logrando la victoria de capacitar a miles y miles de argentinos –importantísimo para la incorporación laboral- y volver a dotar de optimismo –que es posible a pesar de lo que nos pasó- a la gente, que no se resigne y vuelva a tener la posibilidad de un trabajo digno.
Realmente para mí es un profundo honor y alegría participar de esta reunión, de la concreción de estos acuerdos, porque están mostrando a la Argentina madura, a la Argentina que no baja los brazos, a la Argentina que no se resigna, a la Argentina que imagina y crea, a la Argentina de aquellos que están dispuestos a crear las herramientas y los instrumentos necesarios para dotar a la sociedad de los pasos que se deban dar para consolidar la recuperación, la inclusión social y el crecimiento económico de este país, que es fundamental hacerlo con equidad y con justicia.
Por eso realmente les agradezco profundamente poder compartir con ustedes, ser parte de la construcción de este nuevo tiempo y, como dijeron los señores dirigentes empresarial y gremial, seguramente fueron muchos años de retroceso y el voluntarismo no alcanza. Todos sabemos que el voluntarismo y el propio discurso muchas veces queda totalmente corto respecto de las necesidades globales que tenemos que llevar adelante y estos pasos son fundamentales. Un país que durante tantos años estuvo en decadencia permanente -descontando algunos períodos- va a llevar tiempo sacarlo, pero si somos persistentes y tesoneros vamos a seguir inscribiendo mejores momentos a través de una escala gradual.
Hoy nos permitimos construir los escalones necesarios para que dentro de algún tiempo podamos salir del infierno; los que vengan después superarán el purgatorio y seguramente llegaremos a la Argentina que todos deseamos. Pero salir del infierno, de la Argentina del discurso simple y sin mucho contenido hacia la Argentina donde todos realmente queremos vivir, no va a ser fácil. Tenemos que hacer “un paso a paso” necesario y fundamental para poder llegar al objetivo. Lo importante es saber que día a día estamos subiendo esos escalones con un destino claro y profundo.
Señores: muchas gracias y gracias por compartir este momento. (Aplausos)