Querido gobernador de la provincia de Santa Fe, amigo y compañero Jorge Obeid; querido amigo y también compañero de trabajo y de esfuerzo, señor Intendente de esta querida y amada localidad de Rosario; señores diputados nacionales, senadores; monseñor Miras; señora Vicegobernadora, amiga y compañera; amigos, hermanos y hermanas: la verdad es que me encuentro otra vez en este querido pueblo hermano de Rosario, viviendo otra satisfacción más con la inauguración de este aeropuerto. También siento profundo honor por el nombre que a partir de ahora tiene el aeropuerto, que es el de nuestras queridas Islas Malvinas, y también otra vez la posibilidad de conectarme y de estar con ustedes porque los argentinos de una vez por todas, y especialmente alguna dirigencia, deben entender que la Argentina debe ser todo, que la Argentina debe ser una tarea que no se puede terminar o agotar en algunas localidades de nuestra Patria. La patria federal hay que construirla de un lugar a otro de la Argentina; es tan importante la Capital Federal como Rosario, como Jujuy, como Tierra del Fuego. Es hora de enarbolar la bandera argentina en todos esos lugares.
También quiero decirles que estoy totalmente decidido a seguir llevando las convicciones a fondo y pedirle al pueblo argentino, al pueblo rosarino y santafecino, que nos ayude, que de la mano del pueblo y con el acompañamiento de Dios vamos a poder cambiar la injusticia que se construyó durante las últimas décadas en la Argentina. (Aplausos).
Yo sé que a algunos sectores de la sociedad, especialmente el de la dirigencia que quebró a la Argentina, que uno se abrace con su pueblo les molesta, pero yo me quiero abrazar con los pobres de mi Patria, con la clase media y los empresarios nacionales. (Aplausos).
No duermo pensando que en esta Argentina proyectos económicos tan injustos dejaron a tantos argentinos a la vera del camino. Por eso cuando escuchamos que el Fondo Monetario Internacional se hace la autocrítica, para ellos es muy fácil, se hacen la autocrítica de lo que pasó en la Argentina en unos lugares y en algunos salones muy tranquilos pero los errores de ellos costaron que tengamos más de 15 millones de argentinos pobres, y los errores de la dirigencia que nos fue entregando y no fueron capaces de defender la economía, la dignidad y la justicia de todos los argentinos. (Aplausos).
Los que no fueron capaces de hacer crecer a la Argentina, los que no fueron capaces de dar la batalla contra la corrupción, los que no fueron capaces de mediatizar la concentración económica, quieren que nosotros arreglemos las cosas en dos días. Que no se hagan problemas, pongo sobre mi espalda la responsabilidad de avanzar para construir una Argentina más justa pero tengamos buena memoria y recordemos los rostros de aquellos que nos llevaron a la situación en que estamos.
Hoy me alegro por esta obra, me alegro por las obras que hay en Rosario, me alegro por haber cumplido la palabra con el señor Gobernador de traer los 120 millones para la Casa del Jubilado de esta querida provincia de Santa Fe. (Aplausos). Y les quiero decir a todos ustedes que voy a seguir viniendo a trabajar a Rosario con el Intendente, con el Gobernador y con todos los hermanos y hermanas de Rosario, con todos los sectores, con absoluta amplitud porque está bien que cada uno de nosotros tenga su identidad pero comprendamos que nos dividieron tanto al pueblo argentino que muchas veces discutimos cuestiones secundarias mientras se quedan con lo principal de nuestra Patria, que es la riqueza y el trabajo.
Yo les pido que dejando las divisas de lado, levantando la bandera argentina y pensando en nuestra calidad y caridad cristiana nos unamos solidariamente por arriba de esas divisas para hacer una Patria mejor, la Patria de todos los argentinos donde la justicia vuelva a flamear. (Aplausos)
Queridos amigos, los abrazo fuertemente y les vuelvo a agradecer haber compartido esta mañana, ténganme a mí como un hermano más trabajando junto a ustedes. A algunos no les gusta pero yo soy así: un hombre común como ustedes, que acierta y se equivoca como ustedes. (Aplausos). Algunos creen que cuando uno llega a la Presidencia – como ocurría en el pasado – nunca se equivoca, es perfecto y porque es Presidente hace todo bien. Yo lamentablemente, o gracias a Dios, soy como todos los hermanos que están acá, trato de hacer las cosas lo mejor posible, seguramente muchas veces me equivoco, me hago la autocrítica y lo corrijo. No hay hombres infalibles ni hombres perfectos. ¡Miren donde nos llevaron los infalibles y los perfectos! (Aplausos)
Santa Fe, Rosario, muchas gracias, disfrutemos de este día, un abrazo muy grande y muchas gracias por el cariño y el afecto. Viva esta querida provincia, esta localidad de Rosario y quienes viven en ella. Muchísimas gracias por compartir este momento, muchas gracias.
También quiero decirles que estoy totalmente decidido a seguir llevando las convicciones a fondo y pedirle al pueblo argentino, al pueblo rosarino y santafecino, que nos ayude, que de la mano del pueblo y con el acompañamiento de Dios vamos a poder cambiar la injusticia que se construyó durante las últimas décadas en la Argentina. (Aplausos).
Yo sé que a algunos sectores de la sociedad, especialmente el de la dirigencia que quebró a la Argentina, que uno se abrace con su pueblo les molesta, pero yo me quiero abrazar con los pobres de mi Patria, con la clase media y los empresarios nacionales. (Aplausos).
No duermo pensando que en esta Argentina proyectos económicos tan injustos dejaron a tantos argentinos a la vera del camino. Por eso cuando escuchamos que el Fondo Monetario Internacional se hace la autocrítica, para ellos es muy fácil, se hacen la autocrítica de lo que pasó en la Argentina en unos lugares y en algunos salones muy tranquilos pero los errores de ellos costaron que tengamos más de 15 millones de argentinos pobres, y los errores de la dirigencia que nos fue entregando y no fueron capaces de defender la economía, la dignidad y la justicia de todos los argentinos. (Aplausos).
Los que no fueron capaces de hacer crecer a la Argentina, los que no fueron capaces de dar la batalla contra la corrupción, los que no fueron capaces de mediatizar la concentración económica, quieren que nosotros arreglemos las cosas en dos días. Que no se hagan problemas, pongo sobre mi espalda la responsabilidad de avanzar para construir una Argentina más justa pero tengamos buena memoria y recordemos los rostros de aquellos que nos llevaron a la situación en que estamos.
Hoy me alegro por esta obra, me alegro por las obras que hay en Rosario, me alegro por haber cumplido la palabra con el señor Gobernador de traer los 120 millones para la Casa del Jubilado de esta querida provincia de Santa Fe. (Aplausos). Y les quiero decir a todos ustedes que voy a seguir viniendo a trabajar a Rosario con el Intendente, con el Gobernador y con todos los hermanos y hermanas de Rosario, con todos los sectores, con absoluta amplitud porque está bien que cada uno de nosotros tenga su identidad pero comprendamos que nos dividieron tanto al pueblo argentino que muchas veces discutimos cuestiones secundarias mientras se quedan con lo principal de nuestra Patria, que es la riqueza y el trabajo.
Yo les pido que dejando las divisas de lado, levantando la bandera argentina y pensando en nuestra calidad y caridad cristiana nos unamos solidariamente por arriba de esas divisas para hacer una Patria mejor, la Patria de todos los argentinos donde la justicia vuelva a flamear. (Aplausos)
Queridos amigos, los abrazo fuertemente y les vuelvo a agradecer haber compartido esta mañana, ténganme a mí como un hermano más trabajando junto a ustedes. A algunos no les gusta pero yo soy así: un hombre común como ustedes, que acierta y se equivoca como ustedes. (Aplausos). Algunos creen que cuando uno llega a la Presidencia – como ocurría en el pasado – nunca se equivoca, es perfecto y porque es Presidente hace todo bien. Yo lamentablemente, o gracias a Dios, soy como todos los hermanos que están acá, trato de hacer las cosas lo mejor posible, seguramente muchas veces me equivoco, me hago la autocrítica y lo corrijo. No hay hombres infalibles ni hombres perfectos. ¡Miren donde nos llevaron los infalibles y los perfectos! (Aplausos)
Santa Fe, Rosario, muchas gracias, disfrutemos de este día, un abrazo muy grande y muchas gracias por el cariño y el afecto. Viva esta querida provincia, esta localidad de Rosario y quienes viven en ella. Muchísimas gracias por compartir este momento, muchas gracias.