Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señores miembros del Cuerpo Diplomático; autoridades nacionales, provinciales; señores rectores y representantes de universidades nacionales y privadas; señores integrantes de la Fundación Favaloro y de la Cruzada Corazón Abierto; familiares y amigos del doctor René Favaloro; señoras y señores: ¿es difícil, no? Creo que uno puede optar por dos caminos cuando tiene que referirse a fondo a la personalidad, a la calidad intelectual y moral de una persona como el doctor René Favaloro. Sé que si él estaría acá me diría que no hable con hipocresías.
A mí hoy, en este tiempo de la historia, me toca representar al Estado; a un Estado y a estas paredes que debieran sentir vergüenza de haber amparado tantas cosas en la Argentina y no haber tenido esa mano solidaria y presta a alguien que visualizaba muy bien cuál era la problemática de lo que pasaba en el país, que no tenía encuadramientos tradicionales ni corporativos y que nos estaba marcando el desmembramiento moral y espiritual que tenía la Argentina; alguien que quería, desde su tarea, desde una Fundación, remediar muchas veces lo irremediable. Un Estado que cuando se le acercó no lo supo escuchar, porque hay que decirlo así, no lo quiero personificar en nombres ni en personas ni mucho menos, pero la historia hay que escribirla tal cual es.
Sé que a veces los dichos generan reacciones de un tipo o de otro pero es fundamental terminar con la cultura de la hipocresía. Se lo miró con la nuca, se le cerró el corazón y la visión de país cuando presentó toda la problemática que tenía para seguir avanzando en los temas que eran fundamentales para los argentinos, que estaba encabezando el doctor René Favaloro.
Por eso, como tantas veces, los argentinos a través del Estado tenemos que pedirle perdón al doctor Favaloro. El dijo lo que nos pasa por el esquema neoliberal, lo que nos pasa por haber tenido comprensiones y moratorias inexplicables a determinados grupos económicos en la Argentina y no se pudo tender una mano a quien estaba realizando una tarea de tal envergadura y tal magnitud. Estas cosas en la Argentina no deben pasar más.
Creo que el Día de la Medicina Social es muy importante, pero tenemos que mirarnos cristalinamente, tenemos que mirar a los ojos del doctor, mirarnos nosotros mismos y reconocer que no se hizo lo que había que hacer; por eso derivó en lo que derivó, en la impotencia de poder vencer las cosas que hay que vencer en esta Argentina, y que aún hoy con mucha fuerza hay que vencer esos intereses de no querer entender qué es lo que nos pasa.
Lo podemos recordar desde muchos matices al doctor Favaloro, ni hablar de lo que significó para el avance de la ciencia, las vidas que salvó, la cantidad de gente que debe vivir eternamente agradecida hacia él, pero dejó mensajes muy fuertes que espero que los argentinos los tomemos con la fuerza y la magnitud que tienen.
Decía el ministro recién: a veces las personas toman trascendencia cuando se van. Pero en una Argentina donde han faltado tantos ejemplos, donde no tenemos referentes muchas veces concretos para mirarnos, para poder crecer y formar la identidad del argentino que necesitamos, no haberle prestado la atención debida, el lugar y el marco en el momento que correspondía es un error y un pecado histórico. Yo realmente creo que figuras como él, como el doctor Mainetti y como tantas figuras importantísimas que tiene la Argentina deben ser dimensionadas en el momento y en el tiempo histórico que corresponden. Hoy nos sirve como ejemplo pero también nos causa un gran dolor, peleó y no pudo en vida, espero que nosotros podamos llevar adelante todo su pensamiento, por arriba de todas las mezquindades cotidianas, de cualquier encuadramiento, como les decía recién, que no hace más que referirnos a situaciones que quedan alejadas de la realidad que tenemos que llevar adelante.
Doctor Favaloro: de algún lado nos debe estar observando, quiero terminar con dos o tres frases claras y concretas. Primero, pedirle perdón en nombre del Estado argentino, sé que mucho no remedio con esto pero al menos en este histórico salón le pedimos perdón por no haberlo entendido. Segundo, es usted un ejemplo que debe ser referencia para la construcción de la identidad de los argentinos, no solamente en el campo de la medicina, porque con la medicina por sí sola si no se remedian los males de los Estados; sin las inversiones en hospitales, en salud pública, en llegar a cada uno de los argentinos con un bien indelegable como es la salud, no estaríamos cumpliendo con ese mandato histórico. Tercero, decirle que coincido en muchísimas de las cosas que usted dijo. Yo al revés de Ginés no he tenido ese tipo de diferencias porque puedo venir de algún grado de formación política, histórica, pero no me quedo encerrado honestamente en ningún tipo de esquema. Tenemos que abrirnos a la realidad concreta de construir una Argentina que esté basada en principios, que nos recupere, como dijo la señora presidente de Corazón Abierto, los indelegables valores de la moral, de construir otra vez con orgullo la identidad de los argentinos que es muy importante.
Por eso, a sus familiares, a quienes lo acompañaron, a la Fundación Favaloro: trabajemos juntos, con mucha fuerza, recordemos estos principios que trascienden fuertemente la medicina y que llegan y corporizan al pueblo argentino; que figuras como la del doctor René Favaloro nos sirvan como referencia para sembrar y construir una sociedad diferente, que como decía él nos va a llevar tiempo, pero evidentemente no podemos volver a repetir el pecado histórico de mirar al costado porque no cerraba un Presupuesto Nacional, mirar al costado porque cierto numerito no cerraba. Cuando todos sabemos lo que han hecho con esta Argentina, no podemos seguir tratando de encontrar justificativos de índole material injustificables para mostrar el acto de depredación histórica que se hizo en este país y de incomprensión a alguien que estaba marcando lo que en la Argentina se iba a venir y las explosiones posteriores que pasaron. Dios quiera que el ejemplo sirva.
Doctor Favaloro, entre el pensamiento rector de este país y en esta Casa Rosada que es la casa del pueblo argentino, su figura y su pensamiento, indudablemente en el marco de la pluralidad y el consenso, debe ser referencia de todos los argentinos. Nosotros lo respetamos, seguimos con claridad muchos de sus pensamientos y estoy seguro de que hay muchísimos argentinos que van a tomar su ejemplo. Solamente perdón por no haber actuado a tiempo. Muchísimas gracias. (Aplausos)
A mí hoy, en este tiempo de la historia, me toca representar al Estado; a un Estado y a estas paredes que debieran sentir vergüenza de haber amparado tantas cosas en la Argentina y no haber tenido esa mano solidaria y presta a alguien que visualizaba muy bien cuál era la problemática de lo que pasaba en el país, que no tenía encuadramientos tradicionales ni corporativos y que nos estaba marcando el desmembramiento moral y espiritual que tenía la Argentina; alguien que quería, desde su tarea, desde una Fundación, remediar muchas veces lo irremediable. Un Estado que cuando se le acercó no lo supo escuchar, porque hay que decirlo así, no lo quiero personificar en nombres ni en personas ni mucho menos, pero la historia hay que escribirla tal cual es.
Sé que a veces los dichos generan reacciones de un tipo o de otro pero es fundamental terminar con la cultura de la hipocresía. Se lo miró con la nuca, se le cerró el corazón y la visión de país cuando presentó toda la problemática que tenía para seguir avanzando en los temas que eran fundamentales para los argentinos, que estaba encabezando el doctor René Favaloro.
Por eso, como tantas veces, los argentinos a través del Estado tenemos que pedirle perdón al doctor Favaloro. El dijo lo que nos pasa por el esquema neoliberal, lo que nos pasa por haber tenido comprensiones y moratorias inexplicables a determinados grupos económicos en la Argentina y no se pudo tender una mano a quien estaba realizando una tarea de tal envergadura y tal magnitud. Estas cosas en la Argentina no deben pasar más.
Creo que el Día de la Medicina Social es muy importante, pero tenemos que mirarnos cristalinamente, tenemos que mirar a los ojos del doctor, mirarnos nosotros mismos y reconocer que no se hizo lo que había que hacer; por eso derivó en lo que derivó, en la impotencia de poder vencer las cosas que hay que vencer en esta Argentina, y que aún hoy con mucha fuerza hay que vencer esos intereses de no querer entender qué es lo que nos pasa.
Lo podemos recordar desde muchos matices al doctor Favaloro, ni hablar de lo que significó para el avance de la ciencia, las vidas que salvó, la cantidad de gente que debe vivir eternamente agradecida hacia él, pero dejó mensajes muy fuertes que espero que los argentinos los tomemos con la fuerza y la magnitud que tienen.
Decía el ministro recién: a veces las personas toman trascendencia cuando se van. Pero en una Argentina donde han faltado tantos ejemplos, donde no tenemos referentes muchas veces concretos para mirarnos, para poder crecer y formar la identidad del argentino que necesitamos, no haberle prestado la atención debida, el lugar y el marco en el momento que correspondía es un error y un pecado histórico. Yo realmente creo que figuras como él, como el doctor Mainetti y como tantas figuras importantísimas que tiene la Argentina deben ser dimensionadas en el momento y en el tiempo histórico que corresponden. Hoy nos sirve como ejemplo pero también nos causa un gran dolor, peleó y no pudo en vida, espero que nosotros podamos llevar adelante todo su pensamiento, por arriba de todas las mezquindades cotidianas, de cualquier encuadramiento, como les decía recién, que no hace más que referirnos a situaciones que quedan alejadas de la realidad que tenemos que llevar adelante.
Doctor Favaloro: de algún lado nos debe estar observando, quiero terminar con dos o tres frases claras y concretas. Primero, pedirle perdón en nombre del Estado argentino, sé que mucho no remedio con esto pero al menos en este histórico salón le pedimos perdón por no haberlo entendido. Segundo, es usted un ejemplo que debe ser referencia para la construcción de la identidad de los argentinos, no solamente en el campo de la medicina, porque con la medicina por sí sola si no se remedian los males de los Estados; sin las inversiones en hospitales, en salud pública, en llegar a cada uno de los argentinos con un bien indelegable como es la salud, no estaríamos cumpliendo con ese mandato histórico. Tercero, decirle que coincido en muchísimas de las cosas que usted dijo. Yo al revés de Ginés no he tenido ese tipo de diferencias porque puedo venir de algún grado de formación política, histórica, pero no me quedo encerrado honestamente en ningún tipo de esquema. Tenemos que abrirnos a la realidad concreta de construir una Argentina que esté basada en principios, que nos recupere, como dijo la señora presidente de Corazón Abierto, los indelegables valores de la moral, de construir otra vez con orgullo la identidad de los argentinos que es muy importante.
Por eso, a sus familiares, a quienes lo acompañaron, a la Fundación Favaloro: trabajemos juntos, con mucha fuerza, recordemos estos principios que trascienden fuertemente la medicina y que llegan y corporizan al pueblo argentino; que figuras como la del doctor René Favaloro nos sirvan como referencia para sembrar y construir una sociedad diferente, que como decía él nos va a llevar tiempo, pero evidentemente no podemos volver a repetir el pecado histórico de mirar al costado porque no cerraba un Presupuesto Nacional, mirar al costado porque cierto numerito no cerraba. Cuando todos sabemos lo que han hecho con esta Argentina, no podemos seguir tratando de encontrar justificativos de índole material injustificables para mostrar el acto de depredación histórica que se hizo en este país y de incomprensión a alguien que estaba marcando lo que en la Argentina se iba a venir y las explosiones posteriores que pasaron. Dios quiera que el ejemplo sirva.
Doctor Favaloro, entre el pensamiento rector de este país y en esta Casa Rosada que es la casa del pueblo argentino, su figura y su pensamiento, indudablemente en el marco de la pluralidad y el consenso, debe ser referencia de todos los argentinos. Nosotros lo respetamos, seguimos con claridad muchos de sus pensamientos y estoy seguro de que hay muchísimos argentinos que van a tomar su ejemplo. Solamente perdón por no haber actuado a tiempo. Muchísimas gracias. (Aplausos)