Señor ministro del Interior; señor presidente del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales; autoridades nacionales y provinciales; señores legisladores; señores representantes de la cultura, productores, actores, amigas y amigos: recién cuando estábamos entregando los distintos subsidios y apoyos por parte del Instituto, nombraron a Icazuriaga yo decía bueno, algunas cosas han cambiado en la Argentina. Normalmente servían para generar informes y controlar la censura en la Argentina, hoy están acompañando la producción libre, de ideas profundas que esta Argentina necesita para encontrar las nuevas síntesis en la construcción del país que todos los argentinos deseamos.
También ha sido un gran honor que con el amigo Olivera podamos haber pasado aquí “La Patagonia rebelde”. Todavía estoy esperando –lo digo siempre- que me paguen mi tarea de extra en esa película, nunca es tarde. (Risas)
Realmente el valor que tiene el cine argentino como elemento cultural y transformador es un hecho absolutamente indiscutible. Nosotros tenemos que recuperar con toda la fuerza nuestra potencialidad, teniendo en cuenta la calidad de nuestros actores, la calidad de nuestros guiones, la profundidad de numerosísimas películas que hemos tenido en la Argentina, que han generado debates muy importantes. Películas que fueron hechas con esfuerzo, sacrificio y sumando moneda tras moneda, que muchas veces por decir la verdad fueron condenadas al olvido, impidiendo de cualquier manera su difusión, y otras veces tuvieron que sufrir esa competencia, que yo no llamo desleal. Este es un problema –discúlpenme, no quiero ofender a nadie- de esa doble moral y esa doble actitud que a veces tenemos los argentinos. Decimos defender nuestras ideas, nuestro cine nacional y muchas veces hasta los propios críticos de cine terminan defendiendo otro tipo de cosas. Cuando uno lee, cuando uno ve, piensa qué contradicción hay entre la profundidad del cine nacional y el cine que está más por la acción-espectáculo. Eso lo debemos definir a favor del cine nacional y desde el Instituto, querido amigo Coscia, tenemos que defender fuertemente la inserción definitiva en la pantalla del cine nacional; tenemos que avanzar, no autoritariamente sino democráticamente, pero es fundamental para el país, para la producción, para la industria, para la concepción y la conformación de un proyecto nacional en serio para este país, que entre otras cosas el cine nacional gane lugares, espacios que hoy por distintas circunstancias le son vedados. Mi compromiso en este tema es absoluto, lo dijimos en Mar del Plata, lo reiteramos ahora, vamos a trabajar en forma unificada para lograr esto que ustedes llaman espacio de pantalla o algo así, tiene un término especial. Es fundamental llevar adelante películas como la que está realizando Tristán Bauer sobre Malvinas, que la está filmando en San Julián y prácticamente está terminada, con un esfuerzo casi artesanal.
Les puedo asegurar que pueden contar absolutamente con nosotros, por compromiso, por identidad, porque sabemos lo que significa desde el punto de vista cultural, desde el punto de vista institucional, desde el punto de vista de conformar una idea que sintetice a los argentinos. También desde el punto de vista de lo que significa como industria, como actitud productiva y generadora de trabajo, es indiscutible lo que genera y debe ser absolutamente tenido en cuenta.
Por eso agradecemos profundamente la presencia y les decimos que vamos a trabajar incondicionalmente para que de una vez por todas podamos tener el cine argentino que nuestro pueblo se merece, para el cual nuestros productores y actores trabajan, y para el cual el Gobierno, con sus errores, sus aciertos y sus verdades relativas, quiere trabajar en la construcción de esa nueva Argentina.
No va a haber una nueva Argentina con la concepción del pragmatismo y la muerte de las ideas, va a haber una nueva Argentina con la capacidad de soñar, de pensar, la libertad de elaborar y la idea que enriquece a cualquier pueblo, que es agudizar las contradicciones para encontrar el rumbo correcto. Ese es el camino que la Argentina necesita.
Muchísimas gracias por estar acá.
También ha sido un gran honor que con el amigo Olivera podamos haber pasado aquí “La Patagonia rebelde”. Todavía estoy esperando –lo digo siempre- que me paguen mi tarea de extra en esa película, nunca es tarde. (Risas)
Realmente el valor que tiene el cine argentino como elemento cultural y transformador es un hecho absolutamente indiscutible. Nosotros tenemos que recuperar con toda la fuerza nuestra potencialidad, teniendo en cuenta la calidad de nuestros actores, la calidad de nuestros guiones, la profundidad de numerosísimas películas que hemos tenido en la Argentina, que han generado debates muy importantes. Películas que fueron hechas con esfuerzo, sacrificio y sumando moneda tras moneda, que muchas veces por decir la verdad fueron condenadas al olvido, impidiendo de cualquier manera su difusión, y otras veces tuvieron que sufrir esa competencia, que yo no llamo desleal. Este es un problema –discúlpenme, no quiero ofender a nadie- de esa doble moral y esa doble actitud que a veces tenemos los argentinos. Decimos defender nuestras ideas, nuestro cine nacional y muchas veces hasta los propios críticos de cine terminan defendiendo otro tipo de cosas. Cuando uno lee, cuando uno ve, piensa qué contradicción hay entre la profundidad del cine nacional y el cine que está más por la acción-espectáculo. Eso lo debemos definir a favor del cine nacional y desde el Instituto, querido amigo Coscia, tenemos que defender fuertemente la inserción definitiva en la pantalla del cine nacional; tenemos que avanzar, no autoritariamente sino democráticamente, pero es fundamental para el país, para la producción, para la industria, para la concepción y la conformación de un proyecto nacional en serio para este país, que entre otras cosas el cine nacional gane lugares, espacios que hoy por distintas circunstancias le son vedados. Mi compromiso en este tema es absoluto, lo dijimos en Mar del Plata, lo reiteramos ahora, vamos a trabajar en forma unificada para lograr esto que ustedes llaman espacio de pantalla o algo así, tiene un término especial. Es fundamental llevar adelante películas como la que está realizando Tristán Bauer sobre Malvinas, que la está filmando en San Julián y prácticamente está terminada, con un esfuerzo casi artesanal.
Les puedo asegurar que pueden contar absolutamente con nosotros, por compromiso, por identidad, porque sabemos lo que significa desde el punto de vista cultural, desde el punto de vista institucional, desde el punto de vista de conformar una idea que sintetice a los argentinos. También desde el punto de vista de lo que significa como industria, como actitud productiva y generadora de trabajo, es indiscutible lo que genera y debe ser absolutamente tenido en cuenta.
Por eso agradecemos profundamente la presencia y les decimos que vamos a trabajar incondicionalmente para que de una vez por todas podamos tener el cine argentino que nuestro pueblo se merece, para el cual nuestros productores y actores trabajan, y para el cual el Gobierno, con sus errores, sus aciertos y sus verdades relativas, quiere trabajar en la construcción de esa nueva Argentina.
No va a haber una nueva Argentina con la concepción del pragmatismo y la muerte de las ideas, va a haber una nueva Argentina con la capacidad de soñar, de pensar, la libertad de elaborar y la idea que enriquece a cualquier pueblo, que es agudizar las contradicciones para encontrar el rumbo correcto. Ese es el camino que la Argentina necesita.
Muchísimas gracias por estar acá.