Señor Gobernador; señor Vicegobernador; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor arzobispo de Córdoba; autoridades nacionales y provinciales; señores legisladores; señor Intendente de Córdoba, amigo Luis Juez; señores intendentes de las distintas localidades de Córdoba aquí presentes -es un verdadero placer compartir con todos ustedes-; presidentes de cámaras empresariales; señoras, señores: con verdadero placer hemos compartido y estamos compartiendo un día de trabajo en esta querida provincia de Córdoba a la que he venido nuevamente con muchísimas ganas de trabajar junto al Gobernador y los señores intendentes, y en este caso específico con el intendente de la Ciudad de Córdoba, para en forma conjunta poder solucionar los innumerables problemas que tenemos los argentinos; problemas a cada minuto, a cada instante y a cada segundo, porque cuando un país se derrumba como se derrumbó el nuestro la reconstrucción es una tarea por demás ardua, difícil y profunda. Y no es la tarea individual personalista, fundamentalista o nihilista de una persona en particular, sino en el marco de las respuestas colectivas, de la construcción colectiva de toda una dirigencia y un pueblo que decide, de una vez por todas, ponerse al frente para resolver la cantidad inmensa de problemas, la cantidad de asignaturas pendientes, el hecho de ver hermanos y hermanas excluidas, de ver empresarios que están recuperándose de situaciones prácticamente de quiebra, de ver un pueblo que quiere recuperar la esperanza y se hacen muy chiquitas las 24 horas del día.
Cuando uno ve los rostros y los ojos de argentinos y argentinas, en este caso aquí en Córdoba, que ponen sus esperanzas en que podamos traer soluciones quienes tenemos la responsabilidad de tener la iniciativa política del país, en las provincias y en los municipios, la innumerable cantidad de temas, les puedo asegurar que es motivo a veces de agobio y de extrema responsabilidad, donde nuestra espalda suele torcerse porque ver sufrir a tantos argentinos en una Argentina como ésta es algo tremendamente doloroso.
Pero se puede, claro que hay que dar innumerables batallas. Algunos quieren seguir viviendo en la filosofía del modelo que quebró y que dejó a millones de argentinos en la calle, que les quebró la esperanza, que los llevó a la uniformidad, que los llevó al pensamiento único, que los hizo bajar los brazos; y hay otros, es la diversidad. Yo creo que en la clase política argentina, en la cual me incluyo, debemos entender que ni siendo gobierno u oficialismo ni siendo oposición hay verdades absolutas. Hay verdades relativas. Por eso tampoco uno desde el oficialismo, teniendo la iniciativa política, puede creer que hace todo bien, no tener capacidad de autocrítica y no corregir los errores permanentemente. Seguramente, pensando en la caridad cristiana, en Dios, sabemos que de diez cosas que hacemos en cinco seguramente nos equivocamos porque es la falibilidad propia de los seres humanos. Tenemos plena capacidad de corregir esos errores, de enderezarlos, pero la oposición también. Hay que cesar en esta lucha por tratar de ser gobierno mañana con la teoría de “tanto peor, mejor, a ver si llego”. Dios quiera que quienes tenemos hoy la iniciativa política podamos ser absolutamente permeables a las iniciativas constructivas y quienes son oposición circunstancial en la temporabilidad que da la alternancia de la democracia tengan la voluntad de entender que hay que llegar con propuestas superadoras. Con descalificarnos entre nosotros damos un espectáculo muy triste porque eso nos lleva a descalificar la esperanza de la gente y nosotros tenemos que transformar la esperanza de la gente en una realidad de realizaciones permanentes. Por eso la salida de la Argentina también está en la responsabilidad y la nobleza que tengamos como clase dirigente.
También tenemos problemas básicos en el país, sabemos que debemos solucionar los problemas con los organismos multilaterales de crédito, el Fondo Monetario Internacional. No hay que tener miedo en estos temas, bien decía el Gobernador recién que realmente cuando estamos discutiendo con los organismos internacionales estamos discutiendo los intereses del país. El interés del país tiene una sola bandera que abarca globalmente a todos los argentinos. Muchas veces firmábamos cualquier acuerdo buscando una solución y creyendo que ganábamos tiempo, así fuimos caminando hacia una situación cada vez peor.
Por eso los argentinos debemos dar una discusión seria, responsable y a fondo, pero que los acuerdos que vayamos alcanzando sean la ruta de un nuevo amananecer que nos posibilite realizarnos como país. No hay posibilidad de realización interna si no solucionamos a fondo y con responsabilidad los problemas externos, pero que entiendan los organismos internacionales que si no ponen voluntad para que también podamos solucionar nuestros problemas internos, los acuerdos externos son papeles que se borran rápidamente. No hay viabilidad interna o externa sin viabilidad de ambos lados. (Aplausos)
Se van presentando problemas como el tema energético, algunos decían que yo me resistía a llamarla crisis energética, pero así la llamé, uno crisis tiene en la energía, en la familia, en la vida; vivimos superando crisis permanentemente, así que yo no tengo ningún tipo de problema en hablar de la crisis energética. No es mi intención tratar de distribuir responsabilidades sobre el tema pero es evidente que la Argentina durante muchos años generó un modelo que dejó absolutamente de lado la actividad industrial, agropecuaria, productiva, y no se pensó en la necesidad de transformar en valor agregado ese gas que la Argentina tiene. Que no es un país gasífero, es un país con gas, pero que realmente lo tiene por lo menos para afrontar los tiempos actuales. Se priorizó la exportación, se dijo que la Argentina iba a crecer al 1 ó al 1,5 por ciento, entonces las empresas pensaron que era mejor no invertir que invertir. A otras el precio no les convenía y no les conviene a veces porque evidentemente, si bien ya hemos acordado el precio a valor de pozo, querían aumentar los residenciales y nosotros dijimos que no porque una cosa es el aumento de gas a las industrias que exportan en dólares generalmente, las mayoristas, pero otra cosa totalmente distintas es al resto de los argentinos. Es hora de que tengamos que distribuir las responsabilidades y aquellos que más posibilidades tienen más impongan como una forma de reconstruir la sociedad. También de alguna manera se les generaba algún tipo de incertidumbre. Pero deben entender que tienen que invertir y trabajar para la Argentina, que tienen que poner todo el gas a disposición. Yo celebro que hoy nos haya llamado el presidente de Repsol y diga que aparecieron 4 millones y medio más de gas en Neuquén y que van a poner en marcha un nuevo gasoducto en el día de mañana, que va el ministro de Planificación Federal. Gracias a Dios están avanzando muy bien los acuerdos con Bolivia, con el fuel oil que va a llegar a Córdoba y que estuvimos charlando hoy con el Gobernador. También estoy seguro de que tenemos que trabajar juntos con los trabajadores y con la Unión Industrial para que prácticamente no tengamos cortes y podamos sostener el nivel de crecimiento que tenemos, estamos haciendo todos los esfuerzos necesarios. Vamos a ampliar el gasoducto San Martín del Sur, vamos a hacer el gasoducto del nordeste, todo esto se va a iniciar en julio y va a permitir, en una primera etapa, traer 15 millones de metros cúbicos día, que pueden llegar a 30 millones de metros cúbicos y dar gas a toda la región de Chaco, Formosa, Santa Fe y Córdoba, que va a ser muy importante. Vamos a potenciar ATCN, que es realmente quien aporta gas al NOA, 3 millones de metros cúbicos más, que nos va a dar la posibilidad con 1 millón de metros cúbicos de defícit. Es decir que en el 2005 nos vamos a estabilizar y en el 2006 vamos a tener una ecuación energética estratégica, que es lo que estamos buscando y lo vamos a tener absolutamente resuelto. Es una etapa, esperamos que el 11 de junio se ponga en marcha Embalse y que con el gas, más el fuel oil y el trabajo conjunto podamos hacer frente a esta situación, donde evidentemente también ha influido fuertemente el crecimiento.
Es otro tema, las previsiones se hicieron de otra manera y el crecimiento en la Argentina, gracias a Dios, puede llegar a cerrar a 8,7 u 8,9, que es muy importante. Seguimos creciendo, a pesar de esta situación crecimos muy fuerte en los tres primeros meses, y en abril estamos creciendo un 9,6 respecto a abril del año pasado; un 3,9 menos que en marzo, pero en abril tuvimos una semana menos y aparte un proceso de stockeamiento, aprovechando que el precio del gas estaba más barato en boca de pozo, de muchos sectores de la industria. Es decir que se ha mantenido el crecimiento y creo que vamos a ir superando la situación energética correctamente. Ya evidentemente estamos mucho más tranquilos con todos los datos que tenemos, creemos que la vamos a poder superar con esfuerzo y solidaridad muy bien, y la Argentina sigue creciendo que es lo importante.
Recién conversaba con el Gobernador, hemos conversado con el intendente Juez también hoy y con otros intendentes, acerca de que China, que gasta el 7% del petróleo del mundo, el 27% en acero y está haciendo 50.000 millones de dólares de inversión, tiene cortes programados en la ciudad de Shangai por el crecimiento que tiene; Brasil mismo tiene sus astilleros trabajando de noche y el tema energético es un problema que va a ser importante en el mundo. Creo que los argentinos en esta etapa histórica lo podemos superar correctamente, responsablemente y en eso estamos trabajando.
También es muy importante mantener el nivel de inversión y el nivel de generación de empleo registrado en la Argentina, que es vital, que está sirviendo para generar otro marco social absolutamente diferente.
Y tenemos que resolver situaciones, como dijo recién el Gobernador, que hacen a la distribución de fondos en el país. Desde 1996 en que se dictó la Ley de Coparticipación Federal no tenemos coparticipación en la Argentina. Nadie se tiene que asustar cuando se discuten intereses, tenemos que ser una sociedad madura. Cuando nos sentamos a una mesa a discutir yo tengo que tratar de sintetizar los intereses de todos los argentinos. Y cada gobernador, como a su vez en su provincia tiene que escuchar a cada intendente, tiene que venir a pelear –en el buen sentido de la palabra-, a dar la disputa natural de qué participación le corresponde en la torta de la distribución nacional. Esto es así.
Lo mismo cuando escuchamos que hay huelgas por disputas salariales, esto y lo otro. Es verdad, la Argentina cuando salga del problema de exclusión social del que está saliendo, va a pasar a discutir la distribución que corresponde a los trabajadores en la globalidad de lo que es el producto bruto nacional, la torta nacional. Nos tenemos que acostumbrar, en todas las democracias del mundo pasa esto, y nos tenemos que sentar a charlar madura y responsablemente esta situación.
Vamos a conversar a fondo el tema de la coparticipación federal. Lo que nosotros sí hemos garantizado ya es que terminen aquellos acuerdos fiscales que servían para limitar los fondos de las provincias. Lo sabe el Gobernador y lo saben todos los gobernadores: las provincias están recibiendo, gracias a Dios, mucho más ingresos que años anteriores. No hay ningún tipo de limitación, crece la recaudación y crece el ingreso de las provincias. Se terminaron esas llamadas de Buenos Aires -a mí me tocó ser gobernador y compartir con el colega de Córdoba esta situación- cuando se nos llamaba para decir cuánto teníamos que entregarle a la Nación para sostener un modelo que se caía con los argentinos adentro. Fuertemente nosotros discutíamos y levantábamos desde la visión federal e integradora del país lo grave de esa situación. Eso se terminó. Ahora tenemos que hacer una ley que contemple la posibilidad de que este país se pueda desarrollar armónicamente. Vamos a dar el debate el tiempo que sea necesario y vamos a alcanzar un punto que nos permita sintetizar una ley que nos contenga a todos los argentinos, desde la provincia más chica hasta la más grande, con un claro sentido federal y obviamente permitiendo la viabilidad de todos. Tenemos que ser capaces de llevar adelante este tema y lo tenemos que hacer.
También es evidente que se tiene que profundizar la inversión en infraestructura, fundamentalmente en viviendas; tenemos que generar y ayudar a generar empleo, que es una tarea central y la vamos a seguir haciendo.
Miren, yo les puedo asegurar que hay veces que a la Argentina la imagino, porque también tenemos que poner los pies sobre la tierra: estamos creciendo pero debemos 170 millones de dólares, estamos creciendo pero debemos el 150% del Producto Bruto Interno. No hay país en el mundo que deba lo que debemos nosotros. Y en 2005 y 2006 tenemos los vencimientos de los bodenes que sirvieron para hacer frente a la salida de la devaluación en el año 2002: 5.000 ó 6.000 millones de dólares. Es decir que es a cada segundo un problema y uno tiene que estar absolutamente concentrado, con mucha fe, con mucha pasión, acompañado por la voluntad del Señor, que es fundamental porque a veces hay que tener una fe muy fuerte para no bajar los brazos ante situaciones límite. Yo me siento con toda esa potencialidad y sé que todos los argentinos lo estamos haciendo.
Por eso no vamos a priorizar -yo no lo voy a hacer y estoy seguro que tampoco los gobernadores ni los intendentes- en disputas partidarias, en diputas partidarias internas. Cuando llegue el momento de definir quien tiene iniciativa política, bárbaro, tres o cuatro meses antes me parece muy bueno para consolidar a fondo la democracia, pero todos somos responsables y tenemos una oportunidad. Dios quiera que aprovechemos esta oportunidad. Sabemos que algunos tenemos más responsabilidad que otros, pero la tarea de cambiar culturalmente este país es de todos. La tarea de terminar con la doble moral y con el doble discurso que a veces tenemos los argentinos en general, también es central.
Escuché con mucha atención la exposición que hicieron nuestros obispos días anteriores y muchas cosas las comparto plenamente; otras no tan plenamente, pero la mayoría las comparto plenamente y es la verdad. A veces tengo una diferencia que siempre la digo: yo creo que hay que seguir mirando el pasado, pero no porque el pasado nos moleste, sino porque yo no creo que se pueda construir una sociedad sin justicia, sin verdad y con impunidad, porque creo que llegamos a esta situación que tenemos hoy porque todo se podía perdonar. No importaba lo que había hecho cada uno, en nombre de la reconciliación perdonábamos cualquier cosa, entonces entramos a quebrar los valores fundamentales de una sociedad. Es mi opinión desde mi verdad relativa, ahora en el resto de los temas yo estoy totalmente de acuerdo. Tenemos que hacer una fuerte contricción y creo que la Argentina puede salir, tiene muchísimas posibilidades de salir hacia adelante.
Dios quiera que en la pluralidad, el consenso, la amplitud absoluta, la capacidad de aceptar las críticas aunque no nos gusten, la autocrítica superadora, la Argentina pueda encontrar el puente que nos lleve definitivamente al lugar que nos merecemos: a consolidar el destino que deben tener los trabajadores argentinos y también a evitar el tobogán en que cayó inmerecidamente nuestra clase media, que juntamente con los trabajadores y los empresarios fue el motor de la transformación de este país. Esto es lo que alimentamos como visión de construcción de sociedad.
Querido amigo José Manuel; querido amigo Juez, amigos intendentes radicales, vecinalistas, justicialistas; señores empresarios; señor Obispo; integrantes de la Justicial local; señores periodistas, muchísimas gracias por este día que me han brindado en Córdoba y la posibilidad de poder trabajar junto a ustedes con fuerza y viendo la realidad, asumiendo la realidad, asumiendo la alegría y también asumiendo el dolor a veces de no poder solucionar todo, pero siempre con la voluntad de avanzar cada día para poder solucionar muchos más problemas. Muchas gracias. (Aplausos).
Cuando uno ve los rostros y los ojos de argentinos y argentinas, en este caso aquí en Córdoba, que ponen sus esperanzas en que podamos traer soluciones quienes tenemos la responsabilidad de tener la iniciativa política del país, en las provincias y en los municipios, la innumerable cantidad de temas, les puedo asegurar que es motivo a veces de agobio y de extrema responsabilidad, donde nuestra espalda suele torcerse porque ver sufrir a tantos argentinos en una Argentina como ésta es algo tremendamente doloroso.
Pero se puede, claro que hay que dar innumerables batallas. Algunos quieren seguir viviendo en la filosofía del modelo que quebró y que dejó a millones de argentinos en la calle, que les quebró la esperanza, que los llevó a la uniformidad, que los llevó al pensamiento único, que los hizo bajar los brazos; y hay otros, es la diversidad. Yo creo que en la clase política argentina, en la cual me incluyo, debemos entender que ni siendo gobierno u oficialismo ni siendo oposición hay verdades absolutas. Hay verdades relativas. Por eso tampoco uno desde el oficialismo, teniendo la iniciativa política, puede creer que hace todo bien, no tener capacidad de autocrítica y no corregir los errores permanentemente. Seguramente, pensando en la caridad cristiana, en Dios, sabemos que de diez cosas que hacemos en cinco seguramente nos equivocamos porque es la falibilidad propia de los seres humanos. Tenemos plena capacidad de corregir esos errores, de enderezarlos, pero la oposición también. Hay que cesar en esta lucha por tratar de ser gobierno mañana con la teoría de “tanto peor, mejor, a ver si llego”. Dios quiera que quienes tenemos hoy la iniciativa política podamos ser absolutamente permeables a las iniciativas constructivas y quienes son oposición circunstancial en la temporabilidad que da la alternancia de la democracia tengan la voluntad de entender que hay que llegar con propuestas superadoras. Con descalificarnos entre nosotros damos un espectáculo muy triste porque eso nos lleva a descalificar la esperanza de la gente y nosotros tenemos que transformar la esperanza de la gente en una realidad de realizaciones permanentes. Por eso la salida de la Argentina también está en la responsabilidad y la nobleza que tengamos como clase dirigente.
También tenemos problemas básicos en el país, sabemos que debemos solucionar los problemas con los organismos multilaterales de crédito, el Fondo Monetario Internacional. No hay que tener miedo en estos temas, bien decía el Gobernador recién que realmente cuando estamos discutiendo con los organismos internacionales estamos discutiendo los intereses del país. El interés del país tiene una sola bandera que abarca globalmente a todos los argentinos. Muchas veces firmábamos cualquier acuerdo buscando una solución y creyendo que ganábamos tiempo, así fuimos caminando hacia una situación cada vez peor.
Por eso los argentinos debemos dar una discusión seria, responsable y a fondo, pero que los acuerdos que vayamos alcanzando sean la ruta de un nuevo amananecer que nos posibilite realizarnos como país. No hay posibilidad de realización interna si no solucionamos a fondo y con responsabilidad los problemas externos, pero que entiendan los organismos internacionales que si no ponen voluntad para que también podamos solucionar nuestros problemas internos, los acuerdos externos son papeles que se borran rápidamente. No hay viabilidad interna o externa sin viabilidad de ambos lados. (Aplausos)
Se van presentando problemas como el tema energético, algunos decían que yo me resistía a llamarla crisis energética, pero así la llamé, uno crisis tiene en la energía, en la familia, en la vida; vivimos superando crisis permanentemente, así que yo no tengo ningún tipo de problema en hablar de la crisis energética. No es mi intención tratar de distribuir responsabilidades sobre el tema pero es evidente que la Argentina durante muchos años generó un modelo que dejó absolutamente de lado la actividad industrial, agropecuaria, productiva, y no se pensó en la necesidad de transformar en valor agregado ese gas que la Argentina tiene. Que no es un país gasífero, es un país con gas, pero que realmente lo tiene por lo menos para afrontar los tiempos actuales. Se priorizó la exportación, se dijo que la Argentina iba a crecer al 1 ó al 1,5 por ciento, entonces las empresas pensaron que era mejor no invertir que invertir. A otras el precio no les convenía y no les conviene a veces porque evidentemente, si bien ya hemos acordado el precio a valor de pozo, querían aumentar los residenciales y nosotros dijimos que no porque una cosa es el aumento de gas a las industrias que exportan en dólares generalmente, las mayoristas, pero otra cosa totalmente distintas es al resto de los argentinos. Es hora de que tengamos que distribuir las responsabilidades y aquellos que más posibilidades tienen más impongan como una forma de reconstruir la sociedad. También de alguna manera se les generaba algún tipo de incertidumbre. Pero deben entender que tienen que invertir y trabajar para la Argentina, que tienen que poner todo el gas a disposición. Yo celebro que hoy nos haya llamado el presidente de Repsol y diga que aparecieron 4 millones y medio más de gas en Neuquén y que van a poner en marcha un nuevo gasoducto en el día de mañana, que va el ministro de Planificación Federal. Gracias a Dios están avanzando muy bien los acuerdos con Bolivia, con el fuel oil que va a llegar a Córdoba y que estuvimos charlando hoy con el Gobernador. También estoy seguro de que tenemos que trabajar juntos con los trabajadores y con la Unión Industrial para que prácticamente no tengamos cortes y podamos sostener el nivel de crecimiento que tenemos, estamos haciendo todos los esfuerzos necesarios. Vamos a ampliar el gasoducto San Martín del Sur, vamos a hacer el gasoducto del nordeste, todo esto se va a iniciar en julio y va a permitir, en una primera etapa, traer 15 millones de metros cúbicos día, que pueden llegar a 30 millones de metros cúbicos y dar gas a toda la región de Chaco, Formosa, Santa Fe y Córdoba, que va a ser muy importante. Vamos a potenciar ATCN, que es realmente quien aporta gas al NOA, 3 millones de metros cúbicos más, que nos va a dar la posibilidad con 1 millón de metros cúbicos de defícit. Es decir que en el 2005 nos vamos a estabilizar y en el 2006 vamos a tener una ecuación energética estratégica, que es lo que estamos buscando y lo vamos a tener absolutamente resuelto. Es una etapa, esperamos que el 11 de junio se ponga en marcha Embalse y que con el gas, más el fuel oil y el trabajo conjunto podamos hacer frente a esta situación, donde evidentemente también ha influido fuertemente el crecimiento.
Es otro tema, las previsiones se hicieron de otra manera y el crecimiento en la Argentina, gracias a Dios, puede llegar a cerrar a 8,7 u 8,9, que es muy importante. Seguimos creciendo, a pesar de esta situación crecimos muy fuerte en los tres primeros meses, y en abril estamos creciendo un 9,6 respecto a abril del año pasado; un 3,9 menos que en marzo, pero en abril tuvimos una semana menos y aparte un proceso de stockeamiento, aprovechando que el precio del gas estaba más barato en boca de pozo, de muchos sectores de la industria. Es decir que se ha mantenido el crecimiento y creo que vamos a ir superando la situación energética correctamente. Ya evidentemente estamos mucho más tranquilos con todos los datos que tenemos, creemos que la vamos a poder superar con esfuerzo y solidaridad muy bien, y la Argentina sigue creciendo que es lo importante.
Recién conversaba con el Gobernador, hemos conversado con el intendente Juez también hoy y con otros intendentes, acerca de que China, que gasta el 7% del petróleo del mundo, el 27% en acero y está haciendo 50.000 millones de dólares de inversión, tiene cortes programados en la ciudad de Shangai por el crecimiento que tiene; Brasil mismo tiene sus astilleros trabajando de noche y el tema energético es un problema que va a ser importante en el mundo. Creo que los argentinos en esta etapa histórica lo podemos superar correctamente, responsablemente y en eso estamos trabajando.
También es muy importante mantener el nivel de inversión y el nivel de generación de empleo registrado en la Argentina, que es vital, que está sirviendo para generar otro marco social absolutamente diferente.
Y tenemos que resolver situaciones, como dijo recién el Gobernador, que hacen a la distribución de fondos en el país. Desde 1996 en que se dictó la Ley de Coparticipación Federal no tenemos coparticipación en la Argentina. Nadie se tiene que asustar cuando se discuten intereses, tenemos que ser una sociedad madura. Cuando nos sentamos a una mesa a discutir yo tengo que tratar de sintetizar los intereses de todos los argentinos. Y cada gobernador, como a su vez en su provincia tiene que escuchar a cada intendente, tiene que venir a pelear –en el buen sentido de la palabra-, a dar la disputa natural de qué participación le corresponde en la torta de la distribución nacional. Esto es así.
Lo mismo cuando escuchamos que hay huelgas por disputas salariales, esto y lo otro. Es verdad, la Argentina cuando salga del problema de exclusión social del que está saliendo, va a pasar a discutir la distribución que corresponde a los trabajadores en la globalidad de lo que es el producto bruto nacional, la torta nacional. Nos tenemos que acostumbrar, en todas las democracias del mundo pasa esto, y nos tenemos que sentar a charlar madura y responsablemente esta situación.
Vamos a conversar a fondo el tema de la coparticipación federal. Lo que nosotros sí hemos garantizado ya es que terminen aquellos acuerdos fiscales que servían para limitar los fondos de las provincias. Lo sabe el Gobernador y lo saben todos los gobernadores: las provincias están recibiendo, gracias a Dios, mucho más ingresos que años anteriores. No hay ningún tipo de limitación, crece la recaudación y crece el ingreso de las provincias. Se terminaron esas llamadas de Buenos Aires -a mí me tocó ser gobernador y compartir con el colega de Córdoba esta situación- cuando se nos llamaba para decir cuánto teníamos que entregarle a la Nación para sostener un modelo que se caía con los argentinos adentro. Fuertemente nosotros discutíamos y levantábamos desde la visión federal e integradora del país lo grave de esa situación. Eso se terminó. Ahora tenemos que hacer una ley que contemple la posibilidad de que este país se pueda desarrollar armónicamente. Vamos a dar el debate el tiempo que sea necesario y vamos a alcanzar un punto que nos permita sintetizar una ley que nos contenga a todos los argentinos, desde la provincia más chica hasta la más grande, con un claro sentido federal y obviamente permitiendo la viabilidad de todos. Tenemos que ser capaces de llevar adelante este tema y lo tenemos que hacer.
También es evidente que se tiene que profundizar la inversión en infraestructura, fundamentalmente en viviendas; tenemos que generar y ayudar a generar empleo, que es una tarea central y la vamos a seguir haciendo.
Miren, yo les puedo asegurar que hay veces que a la Argentina la imagino, porque también tenemos que poner los pies sobre la tierra: estamos creciendo pero debemos 170 millones de dólares, estamos creciendo pero debemos el 150% del Producto Bruto Interno. No hay país en el mundo que deba lo que debemos nosotros. Y en 2005 y 2006 tenemos los vencimientos de los bodenes que sirvieron para hacer frente a la salida de la devaluación en el año 2002: 5.000 ó 6.000 millones de dólares. Es decir que es a cada segundo un problema y uno tiene que estar absolutamente concentrado, con mucha fe, con mucha pasión, acompañado por la voluntad del Señor, que es fundamental porque a veces hay que tener una fe muy fuerte para no bajar los brazos ante situaciones límite. Yo me siento con toda esa potencialidad y sé que todos los argentinos lo estamos haciendo.
Por eso no vamos a priorizar -yo no lo voy a hacer y estoy seguro que tampoco los gobernadores ni los intendentes- en disputas partidarias, en diputas partidarias internas. Cuando llegue el momento de definir quien tiene iniciativa política, bárbaro, tres o cuatro meses antes me parece muy bueno para consolidar a fondo la democracia, pero todos somos responsables y tenemos una oportunidad. Dios quiera que aprovechemos esta oportunidad. Sabemos que algunos tenemos más responsabilidad que otros, pero la tarea de cambiar culturalmente este país es de todos. La tarea de terminar con la doble moral y con el doble discurso que a veces tenemos los argentinos en general, también es central.
Escuché con mucha atención la exposición que hicieron nuestros obispos días anteriores y muchas cosas las comparto plenamente; otras no tan plenamente, pero la mayoría las comparto plenamente y es la verdad. A veces tengo una diferencia que siempre la digo: yo creo que hay que seguir mirando el pasado, pero no porque el pasado nos moleste, sino porque yo no creo que se pueda construir una sociedad sin justicia, sin verdad y con impunidad, porque creo que llegamos a esta situación que tenemos hoy porque todo se podía perdonar. No importaba lo que había hecho cada uno, en nombre de la reconciliación perdonábamos cualquier cosa, entonces entramos a quebrar los valores fundamentales de una sociedad. Es mi opinión desde mi verdad relativa, ahora en el resto de los temas yo estoy totalmente de acuerdo. Tenemos que hacer una fuerte contricción y creo que la Argentina puede salir, tiene muchísimas posibilidades de salir hacia adelante.
Dios quiera que en la pluralidad, el consenso, la amplitud absoluta, la capacidad de aceptar las críticas aunque no nos gusten, la autocrítica superadora, la Argentina pueda encontrar el puente que nos lleve definitivamente al lugar que nos merecemos: a consolidar el destino que deben tener los trabajadores argentinos y también a evitar el tobogán en que cayó inmerecidamente nuestra clase media, que juntamente con los trabajadores y los empresarios fue el motor de la transformación de este país. Esto es lo que alimentamos como visión de construcción de sociedad.
Querido amigo José Manuel; querido amigo Juez, amigos intendentes radicales, vecinalistas, justicialistas; señores empresarios; señor Obispo; integrantes de la Justicial local; señores periodistas, muchísimas gracias por este día que me han brindado en Córdoba y la posibilidad de poder trabajar junto a ustedes con fuerza y viendo la realidad, asumiendo la realidad, asumiendo la alegría y también asumiendo el dolor a veces de no poder solucionar todo, pero siempre con la voluntad de avanzar cada día para poder solucionar muchos más problemas. Muchas gracias. (Aplausos).