Señor ex presidente de la Nación Argentina, doctor Alfonsín; señor vicepresidente de la Nación; señor gobernador de la provincia de Buenos Aires; señora intendente de esta hermosa y querida localidad de Chascomús; ministros, amigos, amigas, hermanos y hermanos de esta querida provincia de Buenos Aires y de esta querida ciudad de Chascomús: estoy realmente feliz y agradecido de poder compartir con ustedes un hecho tan significativo que demuestra que los argentinos por más que vivamos, como estamos viviendo, una de las crisis más profundas de nuestra historia, somos capaces de articular y ser artesanos de la construcción de nuestro propio futuro. Le vamos a demostrar al mundo que podemos volver a poner en marcha la dignidad nacional y que a estos ferrocarriles, que fueron destruidos conscientemente para quebrar la estructuración nacional, entre todos los argentinos los vamos a poner en marcha, demostrando que con hierros viejos vamos a hacer sueños nuevos en una patria que cobije a todos los argentinos. (Aplausos)
Debemos tener mucha fortaleza espiritual. La Argentina tiene que volver a ser una Nación, con autoridades que representemos los intereses y la dignidad de esa Nación. No puede ser que a cada minuto, a cada paso se quiera condicionar la realidad argentina. Cuando ven que empezamos a crecer, cuando ven que estamos tratando de salir del infierno, llegan las nuevas presiones. ¡Se terminaron, la Argentina va a tener un Gobierno con fuerza, con independencia y con dignidad! (Aplausos)
Queridos hermanos y hermanas: se los digo como lo hice el primer día: no me vine a sentar detrás de un sillón para durar de cualquier manera; vine a sentarme en este sillón del pueblo argentino para pelear junto a ustedes en la refundación y la construcción de una nueva Argentina. Y aquellos que quieren que Argentina sea racional y seria, entre comillas, como dicen -y lamentablemente lo dicen algunos que viven junto a nosotros pero que no sufren el hambre y la desocupación- tienen que entender que no es más que racionalidad y seriedad que haya dignidad, trabajo, otra distribución del ingreso y que se vuelva a poner en marcha la patria. (Aplausos)
Por eso les vengo a pedir en cada lugar, trabajadores argentinos, clase media argentina, que nos ayuden, que me ayuden, porque sé que con la voluntad indomable del pueblo argentino vamos a volver a construir jornadas épicas del trabajo, la paz y la convivencia. Y también tenemos que demostrarnos entre nosotros que en la Argentina terminamos y estirpamos definitivamente a la corrupción, a los corruptos y a los que se quedaron con el trabajo argentino. (Aplausos)
Cuando toco esto que está hecho con manos argentinas me da mucha fuerza espiritual, Monseñor, porque la deuda social se paga con trabajo, dignidad, justicia, educación y con inclusión social; no hay otra forma, con la fe en Dios y la solidaridad entre todos los argentinos. Este es el camino que nosotros queremos.
Por eso hoy estoy feliz de estar con ustedes. Estoy convencido de que podemos dar la batalla, pero también sé que nos va a costar escalón tras escalón salir adelante. Sé que no se puede salir de golpe, pero se puede salir todos los días un poco y sé, hermanos y hermanas de esta querida provincia de Buenos Aires y de Chascomús, que tomados todos de nuestros corazones y de nuestras manos vamos a volver a construir el país de la esperanza y de la alegría.
No creamos lo que nos dicen, que ante cada esperanza viene una decepción. Basta de quebrarnos la autoestima a los argentinos. Ante cada esperanza, una nueva realización. Esto es lo que tenemos que hacer todos los argentinos para salir adelante. (Aplausos)
Señora Intendente, señor Gobernador, trabajadores, amigas y amigos: muchas gracias por compartir esta mañana. Con mi fuerza y este aire, este sentir patagónico que tengo, les digo que hoy gozo con ustedes, pero seguramente, como pingüino que soy, soy el que más estoy sufriendo el calor.
Muchísimas gracias. A vuestras órdenes y gracias por compartir este momento. (Aplausos)
Debemos tener mucha fortaleza espiritual. La Argentina tiene que volver a ser una Nación, con autoridades que representemos los intereses y la dignidad de esa Nación. No puede ser que a cada minuto, a cada paso se quiera condicionar la realidad argentina. Cuando ven que empezamos a crecer, cuando ven que estamos tratando de salir del infierno, llegan las nuevas presiones. ¡Se terminaron, la Argentina va a tener un Gobierno con fuerza, con independencia y con dignidad! (Aplausos)
Queridos hermanos y hermanas: se los digo como lo hice el primer día: no me vine a sentar detrás de un sillón para durar de cualquier manera; vine a sentarme en este sillón del pueblo argentino para pelear junto a ustedes en la refundación y la construcción de una nueva Argentina. Y aquellos que quieren que Argentina sea racional y seria, entre comillas, como dicen -y lamentablemente lo dicen algunos que viven junto a nosotros pero que no sufren el hambre y la desocupación- tienen que entender que no es más que racionalidad y seriedad que haya dignidad, trabajo, otra distribución del ingreso y que se vuelva a poner en marcha la patria. (Aplausos)
Por eso les vengo a pedir en cada lugar, trabajadores argentinos, clase media argentina, que nos ayuden, que me ayuden, porque sé que con la voluntad indomable del pueblo argentino vamos a volver a construir jornadas épicas del trabajo, la paz y la convivencia. Y también tenemos que demostrarnos entre nosotros que en la Argentina terminamos y estirpamos definitivamente a la corrupción, a los corruptos y a los que se quedaron con el trabajo argentino. (Aplausos)
Cuando toco esto que está hecho con manos argentinas me da mucha fuerza espiritual, Monseñor, porque la deuda social se paga con trabajo, dignidad, justicia, educación y con inclusión social; no hay otra forma, con la fe en Dios y la solidaridad entre todos los argentinos. Este es el camino que nosotros queremos.
Por eso hoy estoy feliz de estar con ustedes. Estoy convencido de que podemos dar la batalla, pero también sé que nos va a costar escalón tras escalón salir adelante. Sé que no se puede salir de golpe, pero se puede salir todos los días un poco y sé, hermanos y hermanas de esta querida provincia de Buenos Aires y de Chascomús, que tomados todos de nuestros corazones y de nuestras manos vamos a volver a construir el país de la esperanza y de la alegría.
No creamos lo que nos dicen, que ante cada esperanza viene una decepción. Basta de quebrarnos la autoestima a los argentinos. Ante cada esperanza, una nueva realización. Esto es lo que tenemos que hacer todos los argentinos para salir adelante. (Aplausos)
Señora Intendente, señor Gobernador, trabajadores, amigas y amigos: muchas gracias por compartir esta mañana. Con mi fuerza y este aire, este sentir patagónico que tengo, les digo que hoy gozo con ustedes, pero seguramente, como pingüino que soy, soy el que más estoy sufriendo el calor.
Muchísimas gracias. A vuestras órdenes y gracias por compartir este momento. (Aplausos)