Agradezco realmente a Dios y a la invitación de mi amigo el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, y del señor intendente de General Levalle, la posibilidad de poder compartir con ustedes el día de hoy.
¡Cien años para que llegue un presidente de los argentinos! Y a veces pasan tantos años también para que lleguen las medidas que necesitamos en cada localidad de la Argentina para ir construyendo un país federal, un país productivo, un país con generación de trabajo, un país con esperanza; una Argentina que vuelva a retemplar la posibilidad del país que podemos ser. Yo veo en los rostros y en el trabajo productivo de ustedes la recuperación de la autoestima, que los argentinos valemos por lo nuestro. Es hora de que definitivamente dejemos de ser noticia por haber tenido una clase dirigente claudicante, corrupta, ladrona, sinvergüenza, que no estuvo a la altura de lo que necesitábamos los argentinos. (Aplausos)
Yo les digo que duele, estando afuera o recorriendo la Argentina, cuando uno se va encontrando con cosas que no debieran ser. Pero a veces pienso que también tuvimos demasiada paciencia los argentinos, fuimos demasiado pacientes con algunos que no lo merecían. Uno sueña por allí que las plazas del país se vayan llenando de pañuelos blancos, levantando con fuerza que queremos una Argentina cristalina, una Argentina donde el trabajo vuelva a ser premiado, una Argentina donde el que más estudia, el que más investiga, el que más trabaja, el más honesto es el mejor, el mejor dirigente, el que mejor miramos todos los vecinos. (Aplausos) Basta de esa pseudo generación de jóvenes brillantes entre comillas que hicieron y se enriquecieron rápidamente a costa del esfuerzo, del trabajo y de las manos argentinas.
Por eso es muy importante trabajar y administrar; es muy importante hacer obras; es muy importante hacer un país federal más allá de la General Paz; es muy importante premiar la producción y el trabajo; y también es muy importante hacer las cosas, porque hoy venimos a firmar un contrato de obra que se pone en marcha y va a haber 250 cordobeses de Levalle y alrededores que las empresas que vienen a firmar el contrato los tienen que tomar, tiene que ser gente de acá, que trabaja acá. (Aplausos)
Pero también sé, como me decía José Manuel, que esto va a posibilitar consolidar tierra productiva, trabajo, rentabilidad argentina, crecimiento argentino, y eso es muy importante.
Escuché atentamente las palabras que me dijo el señor Intendente y está bien que las diga. Está bien que pida lo que crea que tiene que pedir y uno le tiene que responder. Por dos cosas: primero porque basta de dirigentes alcahuetes en este país que no son capaces de representar a su pueblo (aplausos); y basta de que porque llega un Presidente le dicen que está todo bien y la Argentina se está cayendo a pedazos. Digamos la verdad, sepamos bien qué está pasando en cada lugar porque cuando uno sabe bien lo que está pasando puede ayudar a arreglarlo mucho más rápido. Si no, nos hacemos un discurso que va y viene y nadie lo entiende. Está muy bien lo que usted hace, yo lo escuché atentamente y le pregunté al Gobernador: ¿Cuántos kilómetros tiene la Ruta 10? “55”, me dijo. Después un colaborar de él lo corrigió y dijo 78. Claro, yo estoy acostumbrado a las distancias del Sur, cientos de kilómetros, y no me pareció una distancia tan larga, a ellos les parecía más larga. Así que el ministro De Vido tendrá que ponerse a trabajar con las autoridades de Córdoba, con el señor Gobernador, con el señor intendente de Levalle y tenemos que llamar a licitación para hacer esta obra que permita la comunicación de toda la región. (Aplausos) Sin duda se va a poder realizar en forma conjunta, trabajando todos juntos, porque esto es lo importante para la Argentina.
Queridos amigos: les puedo asegurar que a ustedes los veo frescos y bien. Me decían “acá hay 30 grados nomás”. Y yo soy pingüino, 30 grados para mí es mucho. (Aplausos) Espero poder venir a la inauguración de las obras, espero poder compartir, espero poder juntarnos, estar un rato, conversar, tocarnos, conocernos. Los argentinos tenemos que recuperar toda la credibilidad perdida. (Aplausos)
Para terminar les quiero decir que ante ustedes tienen en mi caso al Presidente, al Gobernador, a hombres comunes. Yo soy un hombre común con responsabilidades importantes. Quiero estar a la altura de la historia. No se me va a doblar la mano, tengo convicciones firmes. (Aplausos) No van a poder hacerlo aquellos organismos internacionales que siempre quieren doblarnos la mano ni aquellos grupos económicos que a espaldas del pueblo argentino generaron una gran concentración económica, una injusta distribución del ingreso, la exclusión social y la impunidad.
Tenemos qué hacer y yo en eso confío en ustedes, con todo mi corazón patagónico se los digo, confío en ustedes porque sé que con el pueblo ayudándonos nosotros vamos a encarar a todos los pícaros que hay en la Argentina para que se pongan a trabajar por un país para todos. (Aplausos)
Por eso queridos cordobeses, querido señor Intendente, querido amigo y compañero Gobernador, José Manuel de la Sota, que nos conocemos desde hace tanto tiempo y hemos tenido tantos sueños: sé que estamos en un punto de inflexión histórica, sé que nos toca construir el primer escalón, porque no hay hombres fundamentalistas ni sanadores; tenemos que ser parte de una generación que siguiendo a otra generación le demos mejor vida a nuestros hijos que la tuvieron nuestros padres. Así es cuando país avanza y cuando un país crece. (Aplausos). Sin ningún mesianismo, les puedo asegurar que fieles a nuestras convicciones vamos a construir el nuevo amanecer argentino.
Muchísimas gracias, a vuestras órdenes y gracias por haber compartido este momento. (Aplausos)
¡Cien años para que llegue un presidente de los argentinos! Y a veces pasan tantos años también para que lleguen las medidas que necesitamos en cada localidad de la Argentina para ir construyendo un país federal, un país productivo, un país con generación de trabajo, un país con esperanza; una Argentina que vuelva a retemplar la posibilidad del país que podemos ser. Yo veo en los rostros y en el trabajo productivo de ustedes la recuperación de la autoestima, que los argentinos valemos por lo nuestro. Es hora de que definitivamente dejemos de ser noticia por haber tenido una clase dirigente claudicante, corrupta, ladrona, sinvergüenza, que no estuvo a la altura de lo que necesitábamos los argentinos. (Aplausos)
Yo les digo que duele, estando afuera o recorriendo la Argentina, cuando uno se va encontrando con cosas que no debieran ser. Pero a veces pienso que también tuvimos demasiada paciencia los argentinos, fuimos demasiado pacientes con algunos que no lo merecían. Uno sueña por allí que las plazas del país se vayan llenando de pañuelos blancos, levantando con fuerza que queremos una Argentina cristalina, una Argentina donde el trabajo vuelva a ser premiado, una Argentina donde el que más estudia, el que más investiga, el que más trabaja, el más honesto es el mejor, el mejor dirigente, el que mejor miramos todos los vecinos. (Aplausos) Basta de esa pseudo generación de jóvenes brillantes entre comillas que hicieron y se enriquecieron rápidamente a costa del esfuerzo, del trabajo y de las manos argentinas.
Por eso es muy importante trabajar y administrar; es muy importante hacer obras; es muy importante hacer un país federal más allá de la General Paz; es muy importante premiar la producción y el trabajo; y también es muy importante hacer las cosas, porque hoy venimos a firmar un contrato de obra que se pone en marcha y va a haber 250 cordobeses de Levalle y alrededores que las empresas que vienen a firmar el contrato los tienen que tomar, tiene que ser gente de acá, que trabaja acá. (Aplausos)
Pero también sé, como me decía José Manuel, que esto va a posibilitar consolidar tierra productiva, trabajo, rentabilidad argentina, crecimiento argentino, y eso es muy importante.
Escuché atentamente las palabras que me dijo el señor Intendente y está bien que las diga. Está bien que pida lo que crea que tiene que pedir y uno le tiene que responder. Por dos cosas: primero porque basta de dirigentes alcahuetes en este país que no son capaces de representar a su pueblo (aplausos); y basta de que porque llega un Presidente le dicen que está todo bien y la Argentina se está cayendo a pedazos. Digamos la verdad, sepamos bien qué está pasando en cada lugar porque cuando uno sabe bien lo que está pasando puede ayudar a arreglarlo mucho más rápido. Si no, nos hacemos un discurso que va y viene y nadie lo entiende. Está muy bien lo que usted hace, yo lo escuché atentamente y le pregunté al Gobernador: ¿Cuántos kilómetros tiene la Ruta 10? “55”, me dijo. Después un colaborar de él lo corrigió y dijo 78. Claro, yo estoy acostumbrado a las distancias del Sur, cientos de kilómetros, y no me pareció una distancia tan larga, a ellos les parecía más larga. Así que el ministro De Vido tendrá que ponerse a trabajar con las autoridades de Córdoba, con el señor Gobernador, con el señor intendente de Levalle y tenemos que llamar a licitación para hacer esta obra que permita la comunicación de toda la región. (Aplausos) Sin duda se va a poder realizar en forma conjunta, trabajando todos juntos, porque esto es lo importante para la Argentina.
Queridos amigos: les puedo asegurar que a ustedes los veo frescos y bien. Me decían “acá hay 30 grados nomás”. Y yo soy pingüino, 30 grados para mí es mucho. (Aplausos) Espero poder venir a la inauguración de las obras, espero poder compartir, espero poder juntarnos, estar un rato, conversar, tocarnos, conocernos. Los argentinos tenemos que recuperar toda la credibilidad perdida. (Aplausos)
Para terminar les quiero decir que ante ustedes tienen en mi caso al Presidente, al Gobernador, a hombres comunes. Yo soy un hombre común con responsabilidades importantes. Quiero estar a la altura de la historia. No se me va a doblar la mano, tengo convicciones firmes. (Aplausos) No van a poder hacerlo aquellos organismos internacionales que siempre quieren doblarnos la mano ni aquellos grupos económicos que a espaldas del pueblo argentino generaron una gran concentración económica, una injusta distribución del ingreso, la exclusión social y la impunidad.
Tenemos qué hacer y yo en eso confío en ustedes, con todo mi corazón patagónico se los digo, confío en ustedes porque sé que con el pueblo ayudándonos nosotros vamos a encarar a todos los pícaros que hay en la Argentina para que se pongan a trabajar por un país para todos. (Aplausos)
Por eso queridos cordobeses, querido señor Intendente, querido amigo y compañero Gobernador, José Manuel de la Sota, que nos conocemos desde hace tanto tiempo y hemos tenido tantos sueños: sé que estamos en un punto de inflexión histórica, sé que nos toca construir el primer escalón, porque no hay hombres fundamentalistas ni sanadores; tenemos que ser parte de una generación que siguiendo a otra generación le demos mejor vida a nuestros hijos que la tuvieron nuestros padres. Así es cuando país avanza y cuando un país crece. (Aplausos). Sin ningún mesianismo, les puedo asegurar que fieles a nuestras convicciones vamos a construir el nuevo amanecer argentino.
Muchísimas gracias, a vuestras órdenes y gracias por haber compartido este momento. (Aplausos)