Señor ministro de Salud, doctor Ginés González García; señor secretario General de la Presidencia, doctor Oscar Parrilli; señora directora de la Oficina Nacional de Innovación y Gestión, arquitecta Carmen Sich; señor Presidente del INAME, doctor Carlos Alberto Chiale; señor interventor de ANMAT, Manuel Limeres; señor Secretario de Seguridad, gran luchador y defensor de la calidad, doctor Quantín, que nos acompaña también hoy; autoridades nacionales; señoras y señores: los argentinos nos encontramos frente a la necesidad de estimular una cultura de la calidad para poder afrontar los desafíos del mundo actual y encarar con éxito un modelo de crecimiento y desarrollo basado en la producción.
Hoy para ser competitivos hay que contar con estructuras políticas, económicas y sociales adecuadas y también con altos niveles de adaptación a los cambios que nos plantea el desafío de estos nuevos tiempos.
La calidad se define en el presente por la apertura a la incorporación de tecnologías, la capacitación de la mano de obra para procesar las innovaciones y la búsqueda constante de la satisfacción del consumidor como meta permanente. Para crear puestos de trabajos genuinos hay que tener presentes estos principios pues cada vez más el mercado laboral los exige. No debemos perder de vista que el 70 por ciento de los empleos que seguramente ocuparán a nuestra gente en los próximos diez años serán no tradicionales. Por lo tanto debemos educarnos para desarrollar actitudes que nos permitan adaptar a estos cambios.
De ahí que la institución de este “Premio Nacional de la Calidad” constituye un hecho trascendente que año tras año reconoce a aquellas instituciones públicas y privadas que se destacan en sus esfuerzos por buscar diferentes formas para mejorar los productos y servicios brindados a los ciudadanos y clientes. Es una manera de estimular y apoyar la modernización en las organizaciones respetando la preservación del ambiente humano y la optimización de los recursos.
Debe alegrarnos a todos que la distinción de este año corresponda al Instituto Nacional de Medicamentos (ANMAT), que conforma esta organización dependiente del Ministerio de Salud. Esto prueba que el Estado Nacional cuenta con profesionales y trabajadores que son un gran orgullo para todos nosotros, de gran nivel en todos los campos, capaces de destacarse y constituirse en una buena noticia para la comunidad.
El INAME ya ha logrado reconocimiento en años anteriores y esto hace doblemente buena a la noticia porque demuestra que siguen esforzándose y no se duermen en los laureles. Por ello los quiero felicitar especialmente en nombre del Gobierno, del presidente de la Nación, doctor Néstor Kirchner y del pueblo argentino, porque necesitamos del ejemplo de ustedes para alimentar la esperanza de que con esfuerzo, dedicación, compromiso y trabajo podemos mejorar y salir adelante, y para demostrar que el objetivo de consolidar un Estado inteligente es absolutamente posible.
Se puede y se debe trabajar por un sector público eficiente buscando esa permanente excelencia porque contamos, sin lugar a dudas, con los recursos humanos y la voluntad política para lograrlo.
Hoy, gracias a la eficiencia del INAME, los argentinos contamos con un mejor registro y control de la drogas, medicamentos, reactivos y elementos de diagnósticos que nos permiten el consumo y uso de elementos de calidad altamente comprobada.
Así se puede complementar mejor el excelente accionar del Ministerio de Salud, que mediante importantes iniciativas innovadoras como el Plan Remediar, la implementación de la Ley de Genéricos, ha ampliado y mejorado de forma notable la calidad y acceso a la salud pública.
El Gobierno del presidente Néstor Kirchner ha manifestado de manera concreta su interés por la ciencia, la tecnología, la educación y la salud. El aumento de las partidas presupuestarias correspondientes a 2004 es una clara prueba de ello. Pero no nos engañemos si pensamos que sólo se trata de incrementar partidas presupuestarias, se requiere fundamentalmente de voluntad, de trabajo y de talento para superar los rendimientos.
Ustedes ganaron esta distinción porque el jurado destacó el compromiso del personal, el estilo de liderazgo y el enfoque puesto en las necesidades del ciudadano.
Quiero agradecer también en esta ocasión la labor que realiza FUNDECE, la Fundación por la Calidad Total y la Excelencia, que colabora de manera permanente para que podamos gozar de mayores estándares de calidad. Con su acción demuestra que el sector público, el privado y las organizaciones intermedias, pueden y deben trabajar sinérgicamente para el beneficio de todos.
La calidad es una meta nacional, una auténtica política de Estado. Está más allá de cualquier bandería, debe ser nuestra obsesión en todos los órdenes y también tiene que alcanzar muy especialmente a todas nuestras instituciones. Los tres Poderes del Estado, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, deben buscar la calidad en todos sus procesos y deben hacerlo en forma paralela a una constante lucha ética por la transparencia. La ética y la calidad deben caminar inseparablemente juntas si queremos que Argentina salga definitivamente adelante.
La sociedad quiere en forma muy clara que el ejemplo venga desde arriba. La política debe tener mayor calidad para poder así mejorar nuestra vida cotidiana y también para reinsertar eficazmente a la Argentina en el mundo. Para conquistar nuevos mercados y derribar barreras se requiere de bienes y servicios de excelencia. Estoy seguro como ustedes que los tenemos. Nuestro país se destaca en las más diversas áreas, desde la producción agroalimentaria, la tecnología nuclear, la investigación científica en la medicina, a la oferta diversificada en turismo internacional, desde la industria del software hasta la biotecnología. Debemos poner en valor estas capacidades porque son las que nos abren las puertas al futuro y nos otorgan la confianza que necesitamos en nosotros mismos.
Tengamos fe en nuestra Argentina y reconozcamos su calidad para proyectarla internacionalmente como se merece.
Felicitaciones y muchas gracias por todo.
Hoy para ser competitivos hay que contar con estructuras políticas, económicas y sociales adecuadas y también con altos niveles de adaptación a los cambios que nos plantea el desafío de estos nuevos tiempos.
La calidad se define en el presente por la apertura a la incorporación de tecnologías, la capacitación de la mano de obra para procesar las innovaciones y la búsqueda constante de la satisfacción del consumidor como meta permanente. Para crear puestos de trabajos genuinos hay que tener presentes estos principios pues cada vez más el mercado laboral los exige. No debemos perder de vista que el 70 por ciento de los empleos que seguramente ocuparán a nuestra gente en los próximos diez años serán no tradicionales. Por lo tanto debemos educarnos para desarrollar actitudes que nos permitan adaptar a estos cambios.
De ahí que la institución de este “Premio Nacional de la Calidad” constituye un hecho trascendente que año tras año reconoce a aquellas instituciones públicas y privadas que se destacan en sus esfuerzos por buscar diferentes formas para mejorar los productos y servicios brindados a los ciudadanos y clientes. Es una manera de estimular y apoyar la modernización en las organizaciones respetando la preservación del ambiente humano y la optimización de los recursos.
Debe alegrarnos a todos que la distinción de este año corresponda al Instituto Nacional de Medicamentos (ANMAT), que conforma esta organización dependiente del Ministerio de Salud. Esto prueba que el Estado Nacional cuenta con profesionales y trabajadores que son un gran orgullo para todos nosotros, de gran nivel en todos los campos, capaces de destacarse y constituirse en una buena noticia para la comunidad.
El INAME ya ha logrado reconocimiento en años anteriores y esto hace doblemente buena a la noticia porque demuestra que siguen esforzándose y no se duermen en los laureles. Por ello los quiero felicitar especialmente en nombre del Gobierno, del presidente de la Nación, doctor Néstor Kirchner y del pueblo argentino, porque necesitamos del ejemplo de ustedes para alimentar la esperanza de que con esfuerzo, dedicación, compromiso y trabajo podemos mejorar y salir adelante, y para demostrar que el objetivo de consolidar un Estado inteligente es absolutamente posible.
Se puede y se debe trabajar por un sector público eficiente buscando esa permanente excelencia porque contamos, sin lugar a dudas, con los recursos humanos y la voluntad política para lograrlo.
Hoy, gracias a la eficiencia del INAME, los argentinos contamos con un mejor registro y control de la drogas, medicamentos, reactivos y elementos de diagnósticos que nos permiten el consumo y uso de elementos de calidad altamente comprobada.
Así se puede complementar mejor el excelente accionar del Ministerio de Salud, que mediante importantes iniciativas innovadoras como el Plan Remediar, la implementación de la Ley de Genéricos, ha ampliado y mejorado de forma notable la calidad y acceso a la salud pública.
El Gobierno del presidente Néstor Kirchner ha manifestado de manera concreta su interés por la ciencia, la tecnología, la educación y la salud. El aumento de las partidas presupuestarias correspondientes a 2004 es una clara prueba de ello. Pero no nos engañemos si pensamos que sólo se trata de incrementar partidas presupuestarias, se requiere fundamentalmente de voluntad, de trabajo y de talento para superar los rendimientos.
Ustedes ganaron esta distinción porque el jurado destacó el compromiso del personal, el estilo de liderazgo y el enfoque puesto en las necesidades del ciudadano.
Quiero agradecer también en esta ocasión la labor que realiza FUNDECE, la Fundación por la Calidad Total y la Excelencia, que colabora de manera permanente para que podamos gozar de mayores estándares de calidad. Con su acción demuestra que el sector público, el privado y las organizaciones intermedias, pueden y deben trabajar sinérgicamente para el beneficio de todos.
La calidad es una meta nacional, una auténtica política de Estado. Está más allá de cualquier bandería, debe ser nuestra obsesión en todos los órdenes y también tiene que alcanzar muy especialmente a todas nuestras instituciones. Los tres Poderes del Estado, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, deben buscar la calidad en todos sus procesos y deben hacerlo en forma paralela a una constante lucha ética por la transparencia. La ética y la calidad deben caminar inseparablemente juntas si queremos que Argentina salga definitivamente adelante.
La sociedad quiere en forma muy clara que el ejemplo venga desde arriba. La política debe tener mayor calidad para poder así mejorar nuestra vida cotidiana y también para reinsertar eficazmente a la Argentina en el mundo. Para conquistar nuevos mercados y derribar barreras se requiere de bienes y servicios de excelencia. Estoy seguro como ustedes que los tenemos. Nuestro país se destaca en las más diversas áreas, desde la producción agroalimentaria, la tecnología nuclear, la investigación científica en la medicina, a la oferta diversificada en turismo internacional, desde la industria del software hasta la biotecnología. Debemos poner en valor estas capacidades porque son las que nos abren las puertas al futuro y nos otorgan la confianza que necesitamos en nosotros mismos.
Tengamos fe en nuestra Argentina y reconozcamos su calidad para proyectarla internacionalmente como se merece.
Felicitaciones y muchas gracias por todo.