PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE FIRMA DE ACUERDOS CON LA REPÚBLICA DE CHILE

PALABRAS DEL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER EN EL ACTO DE FIRMA DE ACUERDOS CON LA REPÚBLICA DE CHILE

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Señor presidente de la hermana República de Chile, don Ricardo Lagos y su inestimable y querida compañera; amigos ministros, funcionarios, señores periodistas: realmente deseo expresar mi más profundo y sincero agradecimiento en mi nombre y en el del pueblo argentino por el cordial recibimiento que el señor presidente Ricardo Lagos y las demás autoridades de la República de Chile, nos han brindado a mí y a la comitiva que me acompaña en esta ocasión tan especial.

Esta visita de Estado tiene para mí una importancia y un significado relevantes, no sólo por la hermandad que une a nuestros países desde el momento mismo de la emancipación sino también por el fortalecimiento y la consolidación de la relación argentino-chilena que en todos sus ámbitos ha sido, es y será un objetivo prioritario de la política exterior de mi país. Creo que decididamente ambos gobiernos debemos seguir trabajando con intensidad para darle continuidad y contenido a ese propósito.

En los último años nuestra relación bilateral ha evidenciado un acercamiento y profundización notables, Argentina y Chile se reconocen como aliados estratégicos, con una fuerte vinculación de paz, amistad e integración física y económica. Nos unen asimismo los valores democráticos compartidos en el respeto del estado de derecho, el pluralismo político y la defensa irrestricta de los derechos humanos.

En este proceso de integración creciente generado por los gobiernos nacionales han sido actores determinantes nuestros parlamentarios y los empresarios de ambos países, así como también las autoridades de las provincias argentinas y de las regiones chilenas que día a día trabajan con tenacidad y esmero para estrechar los vastos vínculos existentes entre nuestros pueblos y para insertarse en forma conjunta en terceros mercados.

En el día de hoy hemos firmado importantes convenios en materia espacial, consular, educativa y de lucha contra las drogas, que contribuirán notablemente al afianzamiento de esta relación, y anunciamos el próximo llamado a licitación para la reanudación de la circulación del Ferrocarril Trasandino Central, medio de transporte que beneficiará la integración productiva de nuestros empresarios y la exportación a través de los corredores bioceánicos.

Asimismo, con miras a promover aún más nuestros lazos culturales y educativos hemos decidido con el presidente Lagos instituir el Día de la Amistad Argentino-Chilena, ocasión en la que los institutos educativos de ambos países difundirán recíprocamente nuestra cultura e historia.

También acordamos crear cátedras de estudios chilenos y argentinos en nuestras universidades, medida que promoverá un mayor conocimiento y acercamiento de nuestras juventudes, y establecer la Comisión Binacional que se encargará de preparar la celebración conjunta que tendrá lugar con motivo del Bicentenario.

Pero quiero destacar especialmente que ambos gobiernos seguimos avanzando diariamente en muchos temas relevantes de nuestra vasta agenda bilateral. A modo de ejemplo me gustaría mencionar la implementación de la libre circulación de personas entre nuestros países, el establecimiento de nuevos controles integrados de frontera, la obras viales en los caminos de acceso a los pasos fronterizos, la concreción de circuitos turísticos integrados, la integración y complementación minera, entre otros.

Deseo que todos los proyectos en curso se concreten y sean pronto una realidad, y que la cooperación y la confianza existentes entre nuestros países se intensifique en vistas a lograr la construcción de un futuro de mutuo desarrollo económico y de justicia social para nuestros pueblos.

Por supuesto, como compartíamos con el señor Presidente hace unos momentos, que exista una excelente relación no implica que no existan problemas de distintos puntos de vista y hasta inconvenientes. Usted sabe, mi querido amigo Presidente, que no hay mejor relación que la que se lleva adelante sin hipocresías; no golpeando la mesa, la mesa la golpea cualquiera, sino diciendo las verdades que los pueblos hermanos tenemos que decirnos para alcanzar síntesis superadoras de nuestra verdad relativa que nos permitan encontrar una verdad de conjunto para construir ese destino -como bien dijo usted- que es conjunto y que evidentemente nos va a permitir dar las respuestas y la solución que nuestros pueblos necesitan.

Creo que lo importante para una madura y fructífera relación es la voluntad manifiesta de dar solución a los problemas que vayan apareciendo, arribando a soluciones que nos vayan sintetizando. Bien dicen en mi patria que las cuentas claras conservan la amistad.

Encontramos problemas puntuales de índole comercial que no analizaremos aquí. Sabemos que ambas partes pondrán toda la imaginación, la creatividad y la buena voluntad para dar una solución que convenga a los intereses propios de cada uno. Nos interesa sí aclarar algunos aspectos relativos a la provisión de gas natural que lógicamente preocupan e inquietan y que muchos queridos amigos periodistas me preguntaron desde que llegué a Chile. Me parecía que no había mejor respeto para el pueblo chileno que hablar de este tema aquí, en esta casa histórica que es la Casa de la Moneda y ante usted, señor Presidente.

Las leyes nacionales argentinas establecen que la política nacional en las actividades que se refieren a la explotación, industrialización, transporte y comercialización de hidrocarburos, deben tener por objeto principal satisfacer las necesidades del país con el producido de sus yacimientos y el establecimiento de reservas para asegurar esa finalidad.

Argentina, querido Presidente, no es un país gasífero ni es un país petrolero, es un país con gas y es un país con petróleo. Nuestra relación de exportación de gas nace en 1994/1995 y fue llevada adelante por las empresas productoras. Tendrían que haber previsto dichas empresas mantener un nivel de inversión sustentable que permita abastecer a la Argentina y abastecer a la hermana República de Chile. Lamentablemente, teniendo en cuenta la crisis del precio del petróleo, que hoy está a 57 y que en su momento llegó a estar 8 ó 7 dólares, y la crisis que vivió la Argentina fundamentalmente a partir de 1998, 1999, 2000, 2001, que no nos permitió invertir, llevó a que dichas empresas no puedan cumplimentar las obligaciones que habían asumido en su momento. Pero acá es una cuestión de solidaridad, inteligencia y responsabilidad. En este momento, como conversaba con los señores empresarios esta mañana, estamos viviendo una situación particular porque la Argentina está haciendo mantenimiento de Loma de la Lata hasta abril, para no tener problemas en el invierno y más adelante, que es un lugar fundamental para abastecer gas a Chile, y en Atucha.

Estoy seguro que así como de 2003 a 2004 hemos dado un 9 por ciento más de gas a Chile, de 2005 a 2006 va a suceder lo mismo. Vamos a tratar de dar -y lo vamos a hacer- todo el gas que podamos siempre teniendo en cuenta el funcionamiento del consumo interno que la Argentina pueda tener. Nos estamos encontrando ante dos países que están creciendo muy fuerte; Chile que crece casi al 7 por ciento y la Argentina que ha crecido arriba del 9 por ciento. Son niveles, gracias a Dios, muy buenos para nuestros países pero que evidentemente demandan la concreción de mayor energía.

Hemos tenido una muy buena conversación esta mañana. Sé que vamos a avanzar y vamos a ir solucionando los problemas que tenemos por delante. La Argentina –le digo a todo el pueblo de Chile- está haciendo inversiones millonarias en gasoductos internos de distribución y también incentivando la producción de las empresas y creo que no sólo va a funcionar Loma de la Lata, no sólo va a estar funcionando Atucha, si Dios quiere y las inversiones también para julio y agosto vamos a tener 6 millones/día de metros cúbicos más, muy importante, lo que va a permitir llevar esta relación difícil, complicada por las necesidades de crecimiento de nuestro país, con alta madurez. Pero lo tenemos que hablar así, como lo estamos hablando, ante nuestro pueblo, buscando las soluciones que corresponden y no encerrándonos en actitudes de xenofobia que han quedado perdidas en la historia de las malas tradiciones de las relaciones entre Chile y Argentina.

Yo quería estar aquí en la República hermana de Chile, hablando con usted señor Presidente, ante este pueblo hermano que quiero tanto y que me liga tanto, ya que bien sabe usted que tengo aquí familiares íntimamente ligados a mí, tíos míos que viven aquí, que el amor por Chile es muy profundo y quería hablar con absoluta claridad.

Creo que lo que estamos haciendo hoy entre usted y yo es demostrar que se puede hablar de los problemas que ambos pueblos tienen que solucionar, de cara a la sociedad, de cara al pueblo, sin oscurantismos y buscando las soluciones que nuestros trabajadores, nuestros empresarios y nuestros pueblos necesitan.

También les quiero decir que me siento absolutamente feliz de compartir con el pueblo chileno; feliz de estar aquí en pleno crecimiento de esta querida nación, en pleno ejercicio de la democracia, en pleno respeto de los derechos humanos. Este Chile al que también como a la Argentina le ha tocado sufrir muchísimo.

Así que en esta realidad que nos toca vivir, no tengan ninguna duda, señor Presidente y estimado pueblo de Chile, que Argentina y Chile tienen un destino común; tendremos que saber ser buenos tejedores de ese futuro común con una absoluta amplitud, que la verdad relativa de ambos sea la verdad sintetizadora y superadora que nos contenga, y dar un verdadero ejemplo de integración latinoamericana, integración a través del Mercosur y también de integrar una voz hacia el mundo, donde definitivamente queremos ser parte activa de las decisiones que tienen que ver con nuestras regiones.

Querido amigo Ricardo, querido presidente de Chile, muchas gracias por todo lo que hemos compartido esta mañana, estoy realmente muy satisfecho con la reunión de trabajo que hemos tenido. Muchísimas gracias a todos y muchas gracias por compartir este momento. (Aplausos)