Señoras y señores: creo que después de lo que nos ha tocado vivir a los argentinos, después de la dura experiencia de ver cómo el trabajo argentino y la construcción pionera de tantos años que nos fue diluyendo en el marco de las cosas que nos sucedieron, después de ver la Argentina al punto de su propia disolución y prácticamente enfrascada en una distribución de enfrentamiento sin propuestas alternativas, después de aquellos días tan tristes en los que nos mirábamos los unos a los otros sin encontrar explicación cuando finalizaba aquel 2001 donde parecía que la Argentina alcanzaba el final de sus días. Argentinos que emigraban, el último que apague la luz, cualquier tribuna era buena para cargar la responsabilidad sobre el otro de aquello que no habíamos sabido lograr entre todos o al menos en quienes tuvieron la iniciativa política en cada momento histórico y ni siquiera podíamos tener ese minuto para pensar, para elaborar, para empezar a generar la base de la reconstrucción nacional.
Por eso, hoy me siento aquí emocionado en la Vendimia, en Mendoza, provincia de productores, empresarios, trabajadores argentinos que nos dieron una clara muestra de la recuperación que tiene Mendoza que es la recuperación que tiene el país y también que quede en claro, definitivamente, que no hay país si no hay producción, no hay país si no hay empresarios nacionales, no hay país si no hay una clase trabajadora activa que participa de la riqueza nacional.
No es posible construir un país en el marco de la visión de la especulación financiera y en creer que esta Argentina puede ser nada más que un país que brinde servicios dentro de un esquema y estructuración que nos marcó en determinado momento la globalización y en cual lamentablemente durante la década pasada permitimos agudizar esas contradicciones, generar la exclusión y el quiebre de empresas y de productores y hacer caer los brazos de los argentinos haciéndonos creer que la producción era absolutamente inviable.
Por eso desde Mendoza, a todos los argentinos y argentinas, los insto a no perder la capacidad transgresora, a sentirnos que somos capaces de construir un país alternativo y diferente, a no quedarnos en que nos estamos recuperando de la crisis. Yo se los digo con total honestidad, aún estamos en el infierno, un país que llegó a deber el 175 por ciento de su Producto Bruto Interno, un país que llegó a tener casi 30 por ciento de desocupación, un país que llegó a tener casi el 60 por ciento de pobreza, un país que llegó a tener casi el 40 por ciento de indigencia, por más que gracias a Dios los números muestran hoy absolutamente cifras diferentes, nos debe tener en la reflexión permanente que no podemos errarle, no podemos equivocarnos, tenemos que dar pasos certeros para consolidar la recuperación nacional. Y en esos pasos certeros tiene que ser absolutamente claro el sentido de país que queremos construir.
A no tener miedo de ser buenos administradores, a no tener miedo de cuidar cada peso y cada moneda, a no tener miedo en consolidar el superávit fiscal primario como un elemento esencial del desendeudamiento argentino y la construcción de una perspectiva diferente, a administrar la cosa pública con absoluta responsabilidad, a reconstruir el Estado en sus dos facetas: el Estado promotor que alienta e interacciona con actividad privada y el otro Estado que desarmó el clientelismo político, el Estado neuronal, ese Estado que debe almacenar las mejores inteligencias de la Argentina, piensen como piensen, pero que durante las distintas alternancias políticas, tengamos las neuronas argentinas allí, trabajando en el Estado para que cuando uno gobierna tenga donde recurrir, tenga la memoria, la idea y la capacidad de investigación para construir un país diferente.
No se construye un Estado con clientelismo, con obsecuencia y con seguidismo por el solo hecho de ser del partido de uno y dejando de lado la inteligencia argentina que es del partido de todos y es lo que necesitamos para basar y volver a consolidar el país. (Aplausos)
Mendocinos, no saben cómo se siente eso, qué indefensos que estamos, porque desde allí y que no fue casualidad el vaciamiento del Estado, perfora la corrupción, perforan acciones concretas que tienden a desnaturalizar tanto esfuerzo que se lleva adelante.
Por eso, crecimiento económico, inversión argentina, apertura de capitales, generación de empleo, distribución diferente del ingreso, no son compatibles con la corrupción. La tenemos que vencer, la tenemos que derrotar, se debe entender en el Estado y en el sector privado que el camino que nos ha llevado a permitir que esos procedimientos se instalen en la sociedad argentina, nos han causado un daño que ni aún hoy ni mencionamos. Por eso, tenemos que proceder todos con toda firmeza, porque si terminamos de vencer la corrupción, estoy seguro que la Argentina va a poder empezar a pensar que se puede salir de ese infierno. Pero para salir de ese infierno, también tenemos que dar otras batallas.
Estamos muy contentos pero muy reflexivos con la salida del default y con el porcentaje que alcanzó el canje de la deuda argentina. Pero fíjense ustedes que tres años atrás se aplaudió el default en la Argentina como un elemento que nos llevaba al mejor de los mundos, fíjense por las penurias que hemos tenido que pasar, por la lucha casi solitaria que hemos tenido que llevar los argentinos, por los lugares que tuvimos que caminar, discutir y debatir, por los incumplimientos que no queremos tener como argentinos, por salir a tratar de recuperar la posibilidad de que la Argentina se inserte en el mundo por renegociaciones anteriores vergonzosas, con intereses vergonzosos, porque es verdad que hay sectores que se quejaron con justicia que la Argentina no cumplió, pero también es verdad, señores banqueros italianos, y desde aquí desde Mendoza se los digo, que ustedes, sabiendo la situación que tenía la Argentina y la irresponsabilidad que tuvo la Argentina de lanzar los bonos en su momento con el megacanje, fueron ustedes los que estafaron a sus jubilados vendiendo uno a uno los bonos que ya no valían prácticamente nada porque la Argentina se derrumbaba. (Aplausos)
Estamos saliendo de este canje de deuda, estamos generando perspectivas para que la Argentina pueda volver a reinsertarse en la inversión productiva, como decía el gobernador Cobos, la recuperación del crédito, de la inversión tareas centrales y fundamentales, pero ahora tenemos otro tema que es fundamental, porque mucho hemos logrado en la negociación de la deuda privada, pero ahora también que los organismos multilaterales de crédito entiendan con claridad, tres o cuatro cosas fundamentales, que desde este lugar de trabajadores y productores mendocinos se lo que queremos decir al mundo entero, al G 7 y a los organismos multilaterales.
Primero, que estuvimos solos en la negociación del canje, lo logramos los argentinos, pero estuvimos solos, no hubo aportes de capitales como a otras naciones para salir del default, no hubo préstamos, no hubo apoyos políticos, nos dejaron prácticamente en el desierto después de haber dicho dos años antes que la Argentina era el verdadero modelo del mundo y de haber paseado algunos presidentes por los salones más importantes de los organismos internacionales que eran el ejemplo que tenían.
Cuando se derrumbaron esos presidentes y cuando se derrumbaron las políticas del Fondo Monetario Internacional y de los organismo multilaterales, quedamos solos y estamos saliendo los argentinos solos. Entonces, los organismos multilaterales y, especialmente, el Fondo Monetario Internacional, tienen que hacerse también su autocrítica con absoluta seriedad y responsabilidad. Porque acá en la Argentina fracasamos los argentinos pero fundamentalmente, fracasó el proyecto económico, financiero y social que el Fondo Monetario Internacional dio y asesoró a los gobernantes argentinos en ese momento. Que asuman la responsabilidad concreta, porque por mantener un sistema que no tenía viabilidad como la convertibilidad que prácticamente castraba cualquier posibilidad productiva, llevaron a este país a niveles de endeudamientos desconocidos. No fue para generar infraestructura, no fue para generar basamento industrial, no fue para generar las hidroeléctricas o las inversiones en energía que necesita un país para desarrollarse, fue endeudarnos para pagar afuera para mantener un sistema que era inviable, el sueño del uno a uno como si pudiéramos vivir de algo mágico que evidentemente no tenía ningún marco comparativo.
Preferimos la realidad, mis amigos productores, preferimos un cambio real y competitivo, preferimos la realidad de la competitividad que le de el respaldo y el esfuerzo que nuestros productores hacen para que tengan las rentabilidades que se merecen. (Aplausos)
Por eso, querido amigo presidente del Fondo Monetario Internacional, ex ministro de Economía de España, querido amigo Rato, es hora que ustedes también aporten a la salud de Argentina y que tenga en claro que el canje no se abre más y también que en la Argentina empieza un proceso de desendeudamiento en la etapa que viene. Y lo vamos a hacer con toda la responsabilidad, con toda la dignidad, con toda la firmeza, sin consigneos sin contenido pero con un claro sentido que ayude a la auténtica recuperación nacional.
También es fundamental que los bancos argentinos, que el sistema financiero argentino sean parte activa de todo el proceso que nos tocó vivir y sufrir a los argentinos, que hoy están en plena recuperación, que como saben mis amigos dueños de bancos y de financieras que tienen muy buenos niveles de rentabilidades, que habían perdido después del proceso devaluatorio, también tienen que hacer un esfuerzo muy grande, aportar fuerte al crédito con tasas compatibles, como es aquel que tiene la Argentina debajo de la convertibilidad y prácticamente igualitario a las tasas Libor rondando del 2,25 al 2,50, aportando a la producción y la industria nacional con créditos muy importantes. Los organismos y bancos que tienen que ver con el Estado Nacional y Provincial van a estar a la vanguardia, pero ustedes tienen que acompañar con toda la fuerza porque sin crédito no hay inversión, sin inversión no hay crecimiento económico, sin crecimiento económico es muy difícil construir un país para todos.
Cuando el señor gobernador de Mendoza mencionaba las cifras, es verdad, la desocupación, así como a nivel nacional en el último trimestre es del 12,1 aunque en diciembre ha llegado a 11,1, no se animó a decirlo, pero creo que están por debajo del 8 por ciento ya en Mendoza, lo cual es un gran triunfo de la producción y el trabajo en Mendoza. (Aplausos)
También, ustedes saben que en esta Argentina hace 2 años atrás, los argentinos teníamos papelitos en nuestros bolsillos; teníamos más de 20 monedas en la Argentina y todavía algunos se enorgullecían y los mostraban como un acto de inteligencia financiera y estaba marcando la misma decadencia argentina; emitíamos monedas sin ningún tipo de valor y degradábamos a los argentinos. Con el esfuerzo de los gobernadores y del Gobierno nacional, ustedes saben que los papelitos desaparecieron y que lo que circula en la Argentina es moneda nacional igualitaria en todas las provincias, terminando con ese acto de indignidad y vergüenza que les tocó vivir a los productores, trabajadores y empresarios argentinos. (Aplausos)
Aumenta fuertemente la recaudación, todavía no estamos en los niveles que tenemos que estar pero entramos en la perspectiva de poder pensar una Argentina que, en la medida que sigamos esta perspectiva, nos podamos poner a analizar con certeza los impuestos distorsivos, como bien expresó el señor representante de los empresarios que habló en primer lugar. También podemos decir que las reservas argentinas están llegando a 21 mil millones de dólares, son nuestras, las hemos ahorrado los argentinos y de 6 mil millones de dólares de dos años atrás, hemos más que triplicado las mismas haciendo una administración correcta.
Hemos superado y hemos llegado casi al 5 por ciento de superávit fiscal primario después de 50 años; estamos creciendo a un promedio cercano al 9 por ciento anual. Estamos recuperando paulatinamente el poder adquisitivo, es la tarea más difícil donde tenemos que coordinar el crecimiento del capital, la rentabilidad empresaria y la distribución del ingreso. Pero yo sé que después de lo que vivimos los argentinos, vamos a lograr esa síntesis de la verdad relativa de cada uno que nos permita crecer productivamente e industrialmente, que se fortalezcan y que nuestros empresarios tengan rentabilidad.
Hay que tomar la cultura de que cuando nos va bien nos ponemos contentos, tenemos que terminar con esa cultura de que si a alguien le va bien nos ponemos mal a veces los argentinos. Si a quienes producen les va bien, nos va a ir bien a los argentinos y esto nos tiene que alegrar a todos. No tiene que ser una vergüenza ganar plata en la Argentina. Ganarla por derecha, como corresponde, con dignidad, con claridad, sin corrupción, es un verdadero ejemplo para que un país pueda crecer. Tenemos que entrar a cultivar esta cultura porque va a ser un verdadero ejemplo. Terminemos con esa vergüenza o con esa envidia tonta que tantas veces nos castró. (Aplausos)
Eso va a redundar también en que nuestros trabajadores puedan ganar más y se sientan partícipes de la riqueza nacional. Eso es lo que debemos hacer, buscar y llevar adelante.
Para terminar, les quiero decir a los mendocinos y mendocinas que siempre le estaré agradecido a este pueblo de Mendoza que siempre me recibió con mucho respeto, que siempre me recibió aún sin conocerme con los brazos abiertos y siempre me sentí acompañado en Mendoza, más allá de las distintas coyunturas electorales que se van dando porque tenemos que siempre ir conociéndonos para saber quiénes somos y esto es fundamental.
Pero cuando recién empezaba mi camino hacia la presidencia, en un hotel de Mendoza expresé cosas que quería llevar adelante en esta provincia y gracias a Dios, gracias a la colaboración del gobernador de Mendoza, de los diputados y senadores nacionales y provinciales, de los intendentes y de dirigentes empresarios y del pueblo mendocino, les puedo decir que estamos cumpliendo aquello que dijimos.
Sé que algunos me miraban y decían “éste puede decir estas cosas porque no va a llegar nunca”. Acá se dio la posibilidad de que podemos estar y la palabra vale cuando se es primero, cuarto o quinto. Porque tener palabra es otra tarea que va a ayudar a reconstruir la sociedad argentina, volver a creernos, que nos miramos a los ojos y hablamos con las verdades y nos decimos las cosas que nos tenemos que decir. Dijimos Comahue, Mendoza, San Juan, el tren Trasandino, esa doble vía que pareciera ser que excluía a Mendoza y que la va a permitir unir con San Luis, teniendo las mismas cualidades que Mendoza se merece, todas las inversiones que hoy pusimos en marcha, el acuerdo sobre el champagne, el Instituto de Vitivinicultura, todos temas fundamentales para Mendoza, están todos en marcha. Y eso me da una gran tranquilidad de conciencia, mendocinos, los puedo mirar con tranquilidad desde la capacidad de error y acertar que tenemos los seres humanos, ustedes saben que estamos cumpliendo con la palabra empeñada. Y esa palabra empeñada se redobla desde acá, desde la Vendimia, le quiero decir a todo el pueblo de Mendoza que me cuenten como uno más, trabajando par a par, con todas las fuerzas, por arriba de cualquier cuestión partidaria, no nos pueden anular más a los argentinos a ver de qué o de dónde venimos o que nos veamos cuando venga un proceso electoral tratando de destruirnos unos a los otros, lo digo con absoluto respeto.
Espero que las próximas campañas electorales en la Argentina estén basadas en la idea, en la propuesta, en el respeto, no que por dos personas que seamos de ideas diferentes, tengamos que caminar por veredas diferentes, podemos tener ideas diferentes, verdades relativas y síntesis que nos juntan, pero seguramente caminaremos tomados de la mano llevando el pabellón nacional y la justicia a toda la Argentina que es lo que estamos necesitando y lo que tenemos que hacer y es la recuperación moral que nuestra patria necesita.
Por eso yo les agradezco a todos, muchas gracias por estar aquí, muchas gracias por haberme invitado, muchas gracias por compartir este día de trabajo y producción, es al mundo al que le mostramos lo que es Mendoza y no hay argentino que no se pueda sentir orgulloso de este Presidente que es patagónico, que viene y siente los fríos del Malargüe, como cercano, que sé de la nieve como ustedes, que sé del olvido del poder central como ustedes, no tengan ninguna duda que abrazo con la misma fuerza y a veces con la misma bronca de que antes no se haya dado y lo tengamos que lograr nosotros, ese abrazo federal que necesita la patria para que pueda ser un país sin asimetrías y un país igualitario.
Muchísimas gracias, Mendoza. (Aplausos)
Por eso, hoy me siento aquí emocionado en la Vendimia, en Mendoza, provincia de productores, empresarios, trabajadores argentinos que nos dieron una clara muestra de la recuperación que tiene Mendoza que es la recuperación que tiene el país y también que quede en claro, definitivamente, que no hay país si no hay producción, no hay país si no hay empresarios nacionales, no hay país si no hay una clase trabajadora activa que participa de la riqueza nacional.
No es posible construir un país en el marco de la visión de la especulación financiera y en creer que esta Argentina puede ser nada más que un país que brinde servicios dentro de un esquema y estructuración que nos marcó en determinado momento la globalización y en cual lamentablemente durante la década pasada permitimos agudizar esas contradicciones, generar la exclusión y el quiebre de empresas y de productores y hacer caer los brazos de los argentinos haciéndonos creer que la producción era absolutamente inviable.
Por eso desde Mendoza, a todos los argentinos y argentinas, los insto a no perder la capacidad transgresora, a sentirnos que somos capaces de construir un país alternativo y diferente, a no quedarnos en que nos estamos recuperando de la crisis. Yo se los digo con total honestidad, aún estamos en el infierno, un país que llegó a deber el 175 por ciento de su Producto Bruto Interno, un país que llegó a tener casi 30 por ciento de desocupación, un país que llegó a tener casi el 60 por ciento de pobreza, un país que llegó a tener casi el 40 por ciento de indigencia, por más que gracias a Dios los números muestran hoy absolutamente cifras diferentes, nos debe tener en la reflexión permanente que no podemos errarle, no podemos equivocarnos, tenemos que dar pasos certeros para consolidar la recuperación nacional. Y en esos pasos certeros tiene que ser absolutamente claro el sentido de país que queremos construir.
A no tener miedo de ser buenos administradores, a no tener miedo de cuidar cada peso y cada moneda, a no tener miedo en consolidar el superávit fiscal primario como un elemento esencial del desendeudamiento argentino y la construcción de una perspectiva diferente, a administrar la cosa pública con absoluta responsabilidad, a reconstruir el Estado en sus dos facetas: el Estado promotor que alienta e interacciona con actividad privada y el otro Estado que desarmó el clientelismo político, el Estado neuronal, ese Estado que debe almacenar las mejores inteligencias de la Argentina, piensen como piensen, pero que durante las distintas alternancias políticas, tengamos las neuronas argentinas allí, trabajando en el Estado para que cuando uno gobierna tenga donde recurrir, tenga la memoria, la idea y la capacidad de investigación para construir un país diferente.
No se construye un Estado con clientelismo, con obsecuencia y con seguidismo por el solo hecho de ser del partido de uno y dejando de lado la inteligencia argentina que es del partido de todos y es lo que necesitamos para basar y volver a consolidar el país. (Aplausos)
Mendocinos, no saben cómo se siente eso, qué indefensos que estamos, porque desde allí y que no fue casualidad el vaciamiento del Estado, perfora la corrupción, perforan acciones concretas que tienden a desnaturalizar tanto esfuerzo que se lleva adelante.
Por eso, crecimiento económico, inversión argentina, apertura de capitales, generación de empleo, distribución diferente del ingreso, no son compatibles con la corrupción. La tenemos que vencer, la tenemos que derrotar, se debe entender en el Estado y en el sector privado que el camino que nos ha llevado a permitir que esos procedimientos se instalen en la sociedad argentina, nos han causado un daño que ni aún hoy ni mencionamos. Por eso, tenemos que proceder todos con toda firmeza, porque si terminamos de vencer la corrupción, estoy seguro que la Argentina va a poder empezar a pensar que se puede salir de ese infierno. Pero para salir de ese infierno, también tenemos que dar otras batallas.
Estamos muy contentos pero muy reflexivos con la salida del default y con el porcentaje que alcanzó el canje de la deuda argentina. Pero fíjense ustedes que tres años atrás se aplaudió el default en la Argentina como un elemento que nos llevaba al mejor de los mundos, fíjense por las penurias que hemos tenido que pasar, por la lucha casi solitaria que hemos tenido que llevar los argentinos, por los lugares que tuvimos que caminar, discutir y debatir, por los incumplimientos que no queremos tener como argentinos, por salir a tratar de recuperar la posibilidad de que la Argentina se inserte en el mundo por renegociaciones anteriores vergonzosas, con intereses vergonzosos, porque es verdad que hay sectores que se quejaron con justicia que la Argentina no cumplió, pero también es verdad, señores banqueros italianos, y desde aquí desde Mendoza se los digo, que ustedes, sabiendo la situación que tenía la Argentina y la irresponsabilidad que tuvo la Argentina de lanzar los bonos en su momento con el megacanje, fueron ustedes los que estafaron a sus jubilados vendiendo uno a uno los bonos que ya no valían prácticamente nada porque la Argentina se derrumbaba. (Aplausos)
Estamos saliendo de este canje de deuda, estamos generando perspectivas para que la Argentina pueda volver a reinsertarse en la inversión productiva, como decía el gobernador Cobos, la recuperación del crédito, de la inversión tareas centrales y fundamentales, pero ahora tenemos otro tema que es fundamental, porque mucho hemos logrado en la negociación de la deuda privada, pero ahora también que los organismos multilaterales de crédito entiendan con claridad, tres o cuatro cosas fundamentales, que desde este lugar de trabajadores y productores mendocinos se lo que queremos decir al mundo entero, al G 7 y a los organismos multilaterales.
Primero, que estuvimos solos en la negociación del canje, lo logramos los argentinos, pero estuvimos solos, no hubo aportes de capitales como a otras naciones para salir del default, no hubo préstamos, no hubo apoyos políticos, nos dejaron prácticamente en el desierto después de haber dicho dos años antes que la Argentina era el verdadero modelo del mundo y de haber paseado algunos presidentes por los salones más importantes de los organismos internacionales que eran el ejemplo que tenían.
Cuando se derrumbaron esos presidentes y cuando se derrumbaron las políticas del Fondo Monetario Internacional y de los organismo multilaterales, quedamos solos y estamos saliendo los argentinos solos. Entonces, los organismos multilaterales y, especialmente, el Fondo Monetario Internacional, tienen que hacerse también su autocrítica con absoluta seriedad y responsabilidad. Porque acá en la Argentina fracasamos los argentinos pero fundamentalmente, fracasó el proyecto económico, financiero y social que el Fondo Monetario Internacional dio y asesoró a los gobernantes argentinos en ese momento. Que asuman la responsabilidad concreta, porque por mantener un sistema que no tenía viabilidad como la convertibilidad que prácticamente castraba cualquier posibilidad productiva, llevaron a este país a niveles de endeudamientos desconocidos. No fue para generar infraestructura, no fue para generar basamento industrial, no fue para generar las hidroeléctricas o las inversiones en energía que necesita un país para desarrollarse, fue endeudarnos para pagar afuera para mantener un sistema que era inviable, el sueño del uno a uno como si pudiéramos vivir de algo mágico que evidentemente no tenía ningún marco comparativo.
Preferimos la realidad, mis amigos productores, preferimos un cambio real y competitivo, preferimos la realidad de la competitividad que le de el respaldo y el esfuerzo que nuestros productores hacen para que tengan las rentabilidades que se merecen. (Aplausos)
Por eso, querido amigo presidente del Fondo Monetario Internacional, ex ministro de Economía de España, querido amigo Rato, es hora que ustedes también aporten a la salud de Argentina y que tenga en claro que el canje no se abre más y también que en la Argentina empieza un proceso de desendeudamiento en la etapa que viene. Y lo vamos a hacer con toda la responsabilidad, con toda la dignidad, con toda la firmeza, sin consigneos sin contenido pero con un claro sentido que ayude a la auténtica recuperación nacional.
También es fundamental que los bancos argentinos, que el sistema financiero argentino sean parte activa de todo el proceso que nos tocó vivir y sufrir a los argentinos, que hoy están en plena recuperación, que como saben mis amigos dueños de bancos y de financieras que tienen muy buenos niveles de rentabilidades, que habían perdido después del proceso devaluatorio, también tienen que hacer un esfuerzo muy grande, aportar fuerte al crédito con tasas compatibles, como es aquel que tiene la Argentina debajo de la convertibilidad y prácticamente igualitario a las tasas Libor rondando del 2,25 al 2,50, aportando a la producción y la industria nacional con créditos muy importantes. Los organismos y bancos que tienen que ver con el Estado Nacional y Provincial van a estar a la vanguardia, pero ustedes tienen que acompañar con toda la fuerza porque sin crédito no hay inversión, sin inversión no hay crecimiento económico, sin crecimiento económico es muy difícil construir un país para todos.
Cuando el señor gobernador de Mendoza mencionaba las cifras, es verdad, la desocupación, así como a nivel nacional en el último trimestre es del 12,1 aunque en diciembre ha llegado a 11,1, no se animó a decirlo, pero creo que están por debajo del 8 por ciento ya en Mendoza, lo cual es un gran triunfo de la producción y el trabajo en Mendoza. (Aplausos)
También, ustedes saben que en esta Argentina hace 2 años atrás, los argentinos teníamos papelitos en nuestros bolsillos; teníamos más de 20 monedas en la Argentina y todavía algunos se enorgullecían y los mostraban como un acto de inteligencia financiera y estaba marcando la misma decadencia argentina; emitíamos monedas sin ningún tipo de valor y degradábamos a los argentinos. Con el esfuerzo de los gobernadores y del Gobierno nacional, ustedes saben que los papelitos desaparecieron y que lo que circula en la Argentina es moneda nacional igualitaria en todas las provincias, terminando con ese acto de indignidad y vergüenza que les tocó vivir a los productores, trabajadores y empresarios argentinos. (Aplausos)
Aumenta fuertemente la recaudación, todavía no estamos en los niveles que tenemos que estar pero entramos en la perspectiva de poder pensar una Argentina que, en la medida que sigamos esta perspectiva, nos podamos poner a analizar con certeza los impuestos distorsivos, como bien expresó el señor representante de los empresarios que habló en primer lugar. También podemos decir que las reservas argentinas están llegando a 21 mil millones de dólares, son nuestras, las hemos ahorrado los argentinos y de 6 mil millones de dólares de dos años atrás, hemos más que triplicado las mismas haciendo una administración correcta.
Hemos superado y hemos llegado casi al 5 por ciento de superávit fiscal primario después de 50 años; estamos creciendo a un promedio cercano al 9 por ciento anual. Estamos recuperando paulatinamente el poder adquisitivo, es la tarea más difícil donde tenemos que coordinar el crecimiento del capital, la rentabilidad empresaria y la distribución del ingreso. Pero yo sé que después de lo que vivimos los argentinos, vamos a lograr esa síntesis de la verdad relativa de cada uno que nos permita crecer productivamente e industrialmente, que se fortalezcan y que nuestros empresarios tengan rentabilidad.
Hay que tomar la cultura de que cuando nos va bien nos ponemos contentos, tenemos que terminar con esa cultura de que si a alguien le va bien nos ponemos mal a veces los argentinos. Si a quienes producen les va bien, nos va a ir bien a los argentinos y esto nos tiene que alegrar a todos. No tiene que ser una vergüenza ganar plata en la Argentina. Ganarla por derecha, como corresponde, con dignidad, con claridad, sin corrupción, es un verdadero ejemplo para que un país pueda crecer. Tenemos que entrar a cultivar esta cultura porque va a ser un verdadero ejemplo. Terminemos con esa vergüenza o con esa envidia tonta que tantas veces nos castró. (Aplausos)
Eso va a redundar también en que nuestros trabajadores puedan ganar más y se sientan partícipes de la riqueza nacional. Eso es lo que debemos hacer, buscar y llevar adelante.
Para terminar, les quiero decir a los mendocinos y mendocinas que siempre le estaré agradecido a este pueblo de Mendoza que siempre me recibió con mucho respeto, que siempre me recibió aún sin conocerme con los brazos abiertos y siempre me sentí acompañado en Mendoza, más allá de las distintas coyunturas electorales que se van dando porque tenemos que siempre ir conociéndonos para saber quiénes somos y esto es fundamental.
Pero cuando recién empezaba mi camino hacia la presidencia, en un hotel de Mendoza expresé cosas que quería llevar adelante en esta provincia y gracias a Dios, gracias a la colaboración del gobernador de Mendoza, de los diputados y senadores nacionales y provinciales, de los intendentes y de dirigentes empresarios y del pueblo mendocino, les puedo decir que estamos cumpliendo aquello que dijimos.
Sé que algunos me miraban y decían “éste puede decir estas cosas porque no va a llegar nunca”. Acá se dio la posibilidad de que podemos estar y la palabra vale cuando se es primero, cuarto o quinto. Porque tener palabra es otra tarea que va a ayudar a reconstruir la sociedad argentina, volver a creernos, que nos miramos a los ojos y hablamos con las verdades y nos decimos las cosas que nos tenemos que decir. Dijimos Comahue, Mendoza, San Juan, el tren Trasandino, esa doble vía que pareciera ser que excluía a Mendoza y que la va a permitir unir con San Luis, teniendo las mismas cualidades que Mendoza se merece, todas las inversiones que hoy pusimos en marcha, el acuerdo sobre el champagne, el Instituto de Vitivinicultura, todos temas fundamentales para Mendoza, están todos en marcha. Y eso me da una gran tranquilidad de conciencia, mendocinos, los puedo mirar con tranquilidad desde la capacidad de error y acertar que tenemos los seres humanos, ustedes saben que estamos cumpliendo con la palabra empeñada. Y esa palabra empeñada se redobla desde acá, desde la Vendimia, le quiero decir a todo el pueblo de Mendoza que me cuenten como uno más, trabajando par a par, con todas las fuerzas, por arriba de cualquier cuestión partidaria, no nos pueden anular más a los argentinos a ver de qué o de dónde venimos o que nos veamos cuando venga un proceso electoral tratando de destruirnos unos a los otros, lo digo con absoluto respeto.
Espero que las próximas campañas electorales en la Argentina estén basadas en la idea, en la propuesta, en el respeto, no que por dos personas que seamos de ideas diferentes, tengamos que caminar por veredas diferentes, podemos tener ideas diferentes, verdades relativas y síntesis que nos juntan, pero seguramente caminaremos tomados de la mano llevando el pabellón nacional y la justicia a toda la Argentina que es lo que estamos necesitando y lo que tenemos que hacer y es la recuperación moral que nuestra patria necesita.
Por eso yo les agradezco a todos, muchas gracias por estar aquí, muchas gracias por haberme invitado, muchas gracias por compartir este día de trabajo y producción, es al mundo al que le mostramos lo que es Mendoza y no hay argentino que no se pueda sentir orgulloso de este Presidente que es patagónico, que viene y siente los fríos del Malargüe, como cercano, que sé de la nieve como ustedes, que sé del olvido del poder central como ustedes, no tengan ninguna duda que abrazo con la misma fuerza y a veces con la misma bronca de que antes no se haya dado y lo tengamos que lograr nosotros, ese abrazo federal que necesita la patria para que pueda ser un país sin asimetrías y un país igualitario.
Muchísimas gracias, Mendoza. (Aplausos)