En primer lugar quiero agradecerles profundamente todo el afecto, el cariño, y decirles que tal cual como en aquella tarde del 23 de diciembre, cuando nos comprometimos con las máquinas, con la ambulancia, hoy les puedo decir que estamos cumpliendo con la palabra empeñada. Eso es la buena fe en la vida, cuando uno dice algo lo tiene que cumplir. Mi amigo Juan Carlos Alderete, D’Elìa y todos los que estábamos allí estamos cumpliendo, la salita tiene su ambulancia, las chicas tienen la máquina y empezamos a dar la lucha por un futuro mejor. Muchísimas gracias por haber creído, muchas gracias por compartir. (Aplausos)
El otro día pusimos en marcha las cooperativas y allí dijimos que había más de 800.000 almas, hermanos argentinos que en La Matanza, a pocos kilómetros del obelisco, no tienen agua, no tienen los mínimos servicios que nos merecemos los argentinos. Algunos que escriben, que me dicen que quedamos mal parados porque discutimos mucho el problema de la deuda, me gustaría que me acompañen, que caminen por estas calles y otras de la Argentina, fuera de toda cuestión partidaria, como seres humanos, creyendo en Dios, en la justicia y en la dignidad que nos debe llegar a todos, y vean cómo tan cerca del obelisco hay tantos argentinos que están esperando que de una vez por todas la patria les abra un lugar en la bandera para ser parte activa de la Argentina. ¡Que se den cuenta por Dios que hay muchos argentinos que están necesitando el apoyo solidario del conjunto de los conciudadanos! (Aplausos)
Por eso ahora viene el otro desafío porque yo sé que ustedes y nosotros juntos vamos a poder hacer muchas cosas; Juan Carlos, Luis y todos ustedes. Vamos a empezar la construcción de las obras del agua. (Aplausos) Dentro de 15 días en la Casa Rosada vamos a anunciar la primera etapa que va a llevar agua a 330.000 almas. La vamos a hacer con licitaciones y cooperativas, porque como dice el amigo y compañero “trabajo genuino”, eso es lo que nosotros queremos generar: trabajo genuino. Y con las cooperativas, trabajo genuino, servicios, agua y dignidad para la gente que lo está esperando después de tantos años. (Aplausos)
Las cooperativas las formarán las organizaciones sociales y la municipalidad en forma conjunta. Son aproximadamente de 32 a 40 cooperativas y van a generar 1.500 puestos de trabajo genuinos, que tienen que ser de estos barrios, de la propia gente. (Aplausos)
Yo les puedo asegurar de corazón a ustedes y a aquellos que no están aquí, a todas las organizaciones sociales, piensen como piensen -no me interesa porque respeto todas las ideas políticas que podamos tener cada uno, lo que me interesa es que estemos por la construcción de una argentina para todos-; a todas las organizaciones sociales les digo que el gran combate y la gran lucha es la solidaridad para generar trabajo, justicia y dignidad. No nos enfrentemos entre los argentinos. Yo pongo todo lo que puedo, todo mi esfuerzo junto a ustedes, junto a los argentinos para hacer un nuevo país. Yo no quiero enfrentar a mis hermanos, quiero trabajar con ellos, quiero ser el Presidente de todos, que pueda sintetizar la esperanza de todos y éste es el esfuerzo que tenemos que hacer. (Aplausos)
Desde acá, desde el corazón de este barrio, los convoco a todos; todos tenemos que ser tolerantes y trabajar juntos, porque aquellos que han trabajado muchos años a espaldas del pueblo argentino, ésos no se equivocan. Por eso, en el campo popular la unidad, la solidaridad y la organización son tareas fundamentales.
Reitero: voy a venir a trabajar con ustedes cada vez que sea necesario, cada vez que me inviten y también, como dijo Juan Carlos, si no me invitan y sale campeón Racing vengo con él y me van a tener que aguantar. (Aplausos)
Les aclaro, porque acá no hay que jugar con ventaja, que voy a venir también en invierno porque ahora como pingüino sufro yo el calor, pero en invierno van a sufrir ustedes. Vamos a estar mano a mano. (Risas y aplausos)
Queridos hermanos y hermanas: les pido que me ayuden, que ayuden a la patria, que nos ayudemos y que hagamos una Argentina donde los corazones estén juntos y donde nos tomemos fuertemente de las manos, con equilibrio y con racionalidad. Nadie quiere el enfrentamiento por el enfrentamiento mismo, por el contrario, queremos ideas que sumen para encontrar la solidaridad, la justicia, el amor y un país distinto.
Muchísimas gracias, a vuestras órdenes, me siento como en casa. Mil gracias.
El otro día pusimos en marcha las cooperativas y allí dijimos que había más de 800.000 almas, hermanos argentinos que en La Matanza, a pocos kilómetros del obelisco, no tienen agua, no tienen los mínimos servicios que nos merecemos los argentinos. Algunos que escriben, que me dicen que quedamos mal parados porque discutimos mucho el problema de la deuda, me gustaría que me acompañen, que caminen por estas calles y otras de la Argentina, fuera de toda cuestión partidaria, como seres humanos, creyendo en Dios, en la justicia y en la dignidad que nos debe llegar a todos, y vean cómo tan cerca del obelisco hay tantos argentinos que están esperando que de una vez por todas la patria les abra un lugar en la bandera para ser parte activa de la Argentina. ¡Que se den cuenta por Dios que hay muchos argentinos que están necesitando el apoyo solidario del conjunto de los conciudadanos! (Aplausos)
Por eso ahora viene el otro desafío porque yo sé que ustedes y nosotros juntos vamos a poder hacer muchas cosas; Juan Carlos, Luis y todos ustedes. Vamos a empezar la construcción de las obras del agua. (Aplausos) Dentro de 15 días en la Casa Rosada vamos a anunciar la primera etapa que va a llevar agua a 330.000 almas. La vamos a hacer con licitaciones y cooperativas, porque como dice el amigo y compañero “trabajo genuino”, eso es lo que nosotros queremos generar: trabajo genuino. Y con las cooperativas, trabajo genuino, servicios, agua y dignidad para la gente que lo está esperando después de tantos años. (Aplausos)
Las cooperativas las formarán las organizaciones sociales y la municipalidad en forma conjunta. Son aproximadamente de 32 a 40 cooperativas y van a generar 1.500 puestos de trabajo genuinos, que tienen que ser de estos barrios, de la propia gente. (Aplausos)
Yo les puedo asegurar de corazón a ustedes y a aquellos que no están aquí, a todas las organizaciones sociales, piensen como piensen -no me interesa porque respeto todas las ideas políticas que podamos tener cada uno, lo que me interesa es que estemos por la construcción de una argentina para todos-; a todas las organizaciones sociales les digo que el gran combate y la gran lucha es la solidaridad para generar trabajo, justicia y dignidad. No nos enfrentemos entre los argentinos. Yo pongo todo lo que puedo, todo mi esfuerzo junto a ustedes, junto a los argentinos para hacer un nuevo país. Yo no quiero enfrentar a mis hermanos, quiero trabajar con ellos, quiero ser el Presidente de todos, que pueda sintetizar la esperanza de todos y éste es el esfuerzo que tenemos que hacer. (Aplausos)
Desde acá, desde el corazón de este barrio, los convoco a todos; todos tenemos que ser tolerantes y trabajar juntos, porque aquellos que han trabajado muchos años a espaldas del pueblo argentino, ésos no se equivocan. Por eso, en el campo popular la unidad, la solidaridad y la organización son tareas fundamentales.
Reitero: voy a venir a trabajar con ustedes cada vez que sea necesario, cada vez que me inviten y también, como dijo Juan Carlos, si no me invitan y sale campeón Racing vengo con él y me van a tener que aguantar. (Aplausos)
Les aclaro, porque acá no hay que jugar con ventaja, que voy a venir también en invierno porque ahora como pingüino sufro yo el calor, pero en invierno van a sufrir ustedes. Vamos a estar mano a mano. (Risas y aplausos)
Queridos hermanos y hermanas: les pido que me ayuden, que ayuden a la patria, que nos ayudemos y que hagamos una Argentina donde los corazones estén juntos y donde nos tomemos fuertemente de las manos, con equilibrio y con racionalidad. Nadie quiere el enfrentamiento por el enfrentamiento mismo, por el contrario, queremos ideas que sumen para encontrar la solidaridad, la justicia, el amor y un país distinto.
Muchísimas gracias, a vuestras órdenes, me siento como en casa. Mil gracias.