Señor Gobernador, amigo Felipe, señor Intendente, padres de mis amigos y compañeros asesinados y desaparecidos; otro amigo que también estaba con nosotros esos días y nos encontramos después de treinta años, “Pata de cuis” como le decía yo; mis hermanas y hermanos de la querida localidad de Juárez, que es como si la hubiera visto toda la vida: cuando me contaban lo que era Juárez, cuando recibían la famosa canasta desde acá y la compartían conmigo -a mí no me llegaba la canasta tan lejos desde el sur-, tenían la solidaridad de compartir cada siete días esa canasta que eran los sueños de los padres que amaban a sus hijos, para que se pudieran recibir, para tener un futuro mejor, y ponían todo su corazón, todo lo que tenían allí adentro.
En ese lugar que vivíamos con ellos, allá en 45312 hicimos muchísimas cosas, muchísimas reuniones. Recuerdo las noches en que nos reuníamos antes del 17 de noviembre del 72 para ir por Turdera a recibir al general Perón, a enfrentar la represión de aquellos tiempos que no entendía lo que era el contacto del pueblo con su líder, la democracia, la libertad, la pluralidad, la libertad de consensos, el poder pensar diferente, el poder crear una patria diferente. Habían instalado en la sociedad la teoría del terror, “si algo les pasó por algo será”, y esto no lo puede creer cualquiera que haya conocido a los cuatro -yo conocí a tres, a María Eve no sé si la conocí pero sí a Tatú, a Omarcito y a Julio. Los conocí mucho, me tocó vivir y estar al lado de Tatú cuando lo asesinaron ferozmente allá por el año 1974 en la ciudad de La Plata, y después con Omar y Julio compartimos tantas cosas. Cuando veo a los padres, cuando vi al hijo de Julio con quien que me encontré en Malargüe , lo primero que me acuerdo es que en los momentos más difíciles y en los momentos de estudio aparecía Julio con su guitarra a levantarnos el ánimo, el espíritu; en los días que ya no nos quedaba dinero para llegar a fin de mes siempre estaba la guitarra de Julio para hacernos sentir que éramos los millonarios de la Tierra.
Les quiero decir a todos los hermanos y hermanas de Juárez que tenía que estar presente, y voy a estar presente en cada lugar que se recuerde a aquellos que dejaron todo, que pusieron todos sus ideales y que soportaron las cosas más atroces por defender un país distinto, un país con justicia, un país plural, un país sin corrupción, un país con igualdad social, un país con igualdad de posibilidades.
Por eso yo decía el día que me tocó asumir que no voy a dejar las convicciones en la Casa Rosada; yo sé que a algunos les molestan, pero no a la madre de Julio, de Tatú, de María Eve, de Omar, que son mis madres. (Aplausos) Porque fueron ellos, podríamos haber sido nosotros, yo sé que hoy los tengo acá al lado, sé que hoy me están ayudando y estamos trabajando juntos, se que hoy se sienten honrados, sé que hoy ellos vuelven y están reencontrándose a cada minuto con todo este querido pueblo de Benito Juárez, y sé también que están sembrando las semillas del futuro para que muchísimos jóvenes, muchísimos chicos tengan la posibilidad clara y concreta de vivir una Argentina distinta.
Una Argentina como la que hemos soñado y por la que no voy a dejar de trabajar, no voy a cejar, pase lo que pase y suceda lo que suceda, en donde la generación que viene esté mejor que la que se va. Como antes, cuando nuestros padres nos mandaban a estudiar y dejaban todo para que nosotros estemos mejor que ellos, no como hoy que veo a abuelos y a padres llorando porque los hijos vienen que vivir con ellos ya que no tienen trabajo, no tienen dónde vivir y el hijo va a estar peor que el padre. No hay nada peor para una sociedad cuando se va así para atrás, pero vamos a dar vuelta ese punto de la historia, vamos a ser el punto de inflexión de una Argentina donde la movilidad social vuelva a ser ascendente, donde la esperanza vuelva a renacer, donde el amor se vuelva a consolidar, donde la idea vuelva a brillar, donde se premie en la sociedad a los que más trabajan, a los que más estudian, a los intelectuales, los honestos. (Aplausos) Donde definitivamente sea bandera de toda la sociedad luchar contra la corrupción, contra aquellos que vaciaron y quebraron el país. No se puede construir una Argentina con esos basamentos. Uno no busca venganza ni mucho menos, buscamos hacer un país distinto, lo tenemos que hacer entre todos y lo vamos a hacer.
Yo sé que nos vamos a ayudar, sé que el pueblo argentino quiere un país distinto y que va a dejar lo que tiene para hacerlo, sé que con la fuerza moral de ese pueblo y con la fuerza moral de gente como María Eve, Tatú, Omar y Julio, vamos a hacer ese país que nos merecemos todos los argentinos. (Aplausos)
Señor Intendente, señor Gobernador, realmente les quiero agradecer estar acá, y agradecerle a Dios, sé que estoy cumpliendo con el mandato de mis compañeros, mis amigos y hermanos de misión, de idea y de lucha. Ellos no pueden estar pero yo estoy como si fueran ellos. Vengo a abrazarme con todos los hermanos y hermanas de este querido pueblo de Juárez como si fuera mi pueblo, como si yo hubiera nacido aquí; y a decirles que no es casualidad que hayamos traído este fondo para becas, sé lo que ellos peleaban y lo que luchaban para que muchos más pudieran venir a estudiar, sé que estoy cumpliendo con un mandato de ellos.
Tengan en claro ustedes que no es este Presidente o este Gobierno quien les trae esta decisión para el pueblo de Juárez, son María Eve, Omar, Julio y Tatú.
Un abrazo muy grande para todos. (Aplausos)
En ese lugar que vivíamos con ellos, allá en 45312 hicimos muchísimas cosas, muchísimas reuniones. Recuerdo las noches en que nos reuníamos antes del 17 de noviembre del 72 para ir por Turdera a recibir al general Perón, a enfrentar la represión de aquellos tiempos que no entendía lo que era el contacto del pueblo con su líder, la democracia, la libertad, la pluralidad, la libertad de consensos, el poder pensar diferente, el poder crear una patria diferente. Habían instalado en la sociedad la teoría del terror, “si algo les pasó por algo será”, y esto no lo puede creer cualquiera que haya conocido a los cuatro -yo conocí a tres, a María Eve no sé si la conocí pero sí a Tatú, a Omarcito y a Julio. Los conocí mucho, me tocó vivir y estar al lado de Tatú cuando lo asesinaron ferozmente allá por el año 1974 en la ciudad de La Plata, y después con Omar y Julio compartimos tantas cosas. Cuando veo a los padres, cuando vi al hijo de Julio con quien que me encontré en Malargüe , lo primero que me acuerdo es que en los momentos más difíciles y en los momentos de estudio aparecía Julio con su guitarra a levantarnos el ánimo, el espíritu; en los días que ya no nos quedaba dinero para llegar a fin de mes siempre estaba la guitarra de Julio para hacernos sentir que éramos los millonarios de la Tierra.
Les quiero decir a todos los hermanos y hermanas de Juárez que tenía que estar presente, y voy a estar presente en cada lugar que se recuerde a aquellos que dejaron todo, que pusieron todos sus ideales y que soportaron las cosas más atroces por defender un país distinto, un país con justicia, un país plural, un país sin corrupción, un país con igualdad social, un país con igualdad de posibilidades.
Por eso yo decía el día que me tocó asumir que no voy a dejar las convicciones en la Casa Rosada; yo sé que a algunos les molestan, pero no a la madre de Julio, de Tatú, de María Eve, de Omar, que son mis madres. (Aplausos) Porque fueron ellos, podríamos haber sido nosotros, yo sé que hoy los tengo acá al lado, sé que hoy me están ayudando y estamos trabajando juntos, se que hoy se sienten honrados, sé que hoy ellos vuelven y están reencontrándose a cada minuto con todo este querido pueblo de Benito Juárez, y sé también que están sembrando las semillas del futuro para que muchísimos jóvenes, muchísimos chicos tengan la posibilidad clara y concreta de vivir una Argentina distinta.
Una Argentina como la que hemos soñado y por la que no voy a dejar de trabajar, no voy a cejar, pase lo que pase y suceda lo que suceda, en donde la generación que viene esté mejor que la que se va. Como antes, cuando nuestros padres nos mandaban a estudiar y dejaban todo para que nosotros estemos mejor que ellos, no como hoy que veo a abuelos y a padres llorando porque los hijos vienen que vivir con ellos ya que no tienen trabajo, no tienen dónde vivir y el hijo va a estar peor que el padre. No hay nada peor para una sociedad cuando se va así para atrás, pero vamos a dar vuelta ese punto de la historia, vamos a ser el punto de inflexión de una Argentina donde la movilidad social vuelva a ser ascendente, donde la esperanza vuelva a renacer, donde el amor se vuelva a consolidar, donde la idea vuelva a brillar, donde se premie en la sociedad a los que más trabajan, a los que más estudian, a los intelectuales, los honestos. (Aplausos) Donde definitivamente sea bandera de toda la sociedad luchar contra la corrupción, contra aquellos que vaciaron y quebraron el país. No se puede construir una Argentina con esos basamentos. Uno no busca venganza ni mucho menos, buscamos hacer un país distinto, lo tenemos que hacer entre todos y lo vamos a hacer.
Yo sé que nos vamos a ayudar, sé que el pueblo argentino quiere un país distinto y que va a dejar lo que tiene para hacerlo, sé que con la fuerza moral de ese pueblo y con la fuerza moral de gente como María Eve, Tatú, Omar y Julio, vamos a hacer ese país que nos merecemos todos los argentinos. (Aplausos)
Señor Intendente, señor Gobernador, realmente les quiero agradecer estar acá, y agradecerle a Dios, sé que estoy cumpliendo con el mandato de mis compañeros, mis amigos y hermanos de misión, de idea y de lucha. Ellos no pueden estar pero yo estoy como si fueran ellos. Vengo a abrazarme con todos los hermanos y hermanas de este querido pueblo de Juárez como si fuera mi pueblo, como si yo hubiera nacido aquí; y a decirles que no es casualidad que hayamos traído este fondo para becas, sé lo que ellos peleaban y lo que luchaban para que muchos más pudieran venir a estudiar, sé que estoy cumpliendo con un mandato de ellos.
Tengan en claro ustedes que no es este Presidente o este Gobierno quien les trae esta decisión para el pueblo de Juárez, son María Eve, Omar, Julio y Tatú.
Un abrazo muy grande para todos. (Aplausos)