Señor vicepresidente de la Nación; señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señores representantes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo; autoridades nacionales, provinciales y municipales; señores miembros del Cuerpo Diplomático; señores integrantes de Naciones Unidas; señores representantes de organizaciones no gubernamentales; señores representantes de provincias argentinas; señoras y señores: hemos iniciado en nuestro país un proceso de reconstrucción de su estructura institucional, económica y social cuyo fin último es mejorar las condiciones de vida y el bienestar de toda la ciudadanía.
La inmensa mayoría de los argentinos y argentinas estamos actuando para ir modificando las políticas, las actitudes y las conductas que nos llevaron a vivir las circunstancias más graves de nuestra historia reciente.
Las políticas sociales que estamos llevando a cabo se articulan en tres ejes fundamentales que tienden a la erradicación de la pobreza extrema y el hambre a través del desarrollo de las fuerzas productivas y la inclusión de todos los sectores de la sociedad argentina, siendo estos el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social; el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y el Plan Nacional de Fortalecimiento de la Familia.
Todos estos planes en el campo social, se ven complementados con fuertes planes de inversión pública y de reconversión pública, y también con una tarea cada vez más activa desde el punto de vista cultural e institucional para combatir la exclusión social e institucional que soporta y sufre nuestro país.
Desde las áreas del Estado en lo referido a la educación se plantean políticas de focalización hacia aquellos sectores y escuelas postergados por las políticas de exclusión y destrucción del sistema estatal de educación pública desarrolladas en la última década.
La focalización se articula con políticas universales que tienden a la inclusión de todos los niños en la escuela y que proponen que esta institución recupere su carácter integrador y solidario. De esta manera vamos construyendo el futuro de la Nación.
Así, a través del Programa Nacional de Becas Escolares, el Estado está realizando un gran esfuerzo orientado a crear una conciencia pública para que ninguna familia argentina se sienta limitada en sus posibilidades de enviar sus niños a la escuela.
Estamos convencidos de que el trabajo docente debe adquirir el grado de dignificación que tuvo en otras épocas. En este sentido, la restitución del Fondo de Incentivo Docente constituye una de las medidas que adoptamos.
Otro de los objetivos de este Gobierno es la creación de fuentes de trabajo como estrategia de inclusión social. En esta línea se inscribe la articulación con la sociedad civil expresada en el Plan para el Empleo de los Desocupados presentado en el día de ayer en este ámbito como una forma de intervención a través de políticas de incentivo del empleo decente.
Nuestro esfuerzo también tiende a la lucha contra la pobreza extrema y el hambre mediante el desarrollo de un proceso político y económico incluyente que imponga la redistribución de los bienes producidos por la sociedad con una fuerte intervención del Estado como regulador y garante de la disminución de los más agudos desequilibrios entre los argentinos.
En este sentido, la igualdad esencial entre el hombre y la mujer no es sólo declarativa para este Gobierno, sino que estamos dando muestras claras y concretas de nuestras convicciones y de nuestro empeño en hacer de esto un principio y un marco de verdadero pensamiento nacional.
Los desequilibrios de desarrollo que se manifiestan a nivel internacional también existen en la Argentina, que presenta una gran heterogeneidad entre sus provincias.
Los Objetivos del Desarrollo del Milenio constituyen el marco para el trabajo conjunto de los diferentes estamentos del Gobierno. Esto nos permite establecer un puente para las alianzas con los principales actores de la sociedad civil, los sectores del trabajo y las empresas, ambos en favor de la prosperidad económica, social y ambiental.
Nuestra insistencia en apoyar a la pequeña y mediana empresa, generadora de alto valor agregado, no tiene solamente un objetivo económico, sino que también está orientado a mejorar una más justa distribución de la riqueza.
Por ello, estos objetivos deben ser no sólo de este Gobierno, sino que deben ser apropiados como aspiración por todos los gobiernos provinciales y municipales, por sus empresarios, por sus trabajadores, por su juventud y su infancia, por las organizaciones sociales, por todos los argentinos y argentinas que legítimamente quieren vivir en un país mejor y más justo.
Para alcanzar este objetivo todos debemos aportar: el Gobierno, promoviendo las mejores políticas a nivel nacional, provincial y municipal; la sociedad participando y controlando; los empresarios invirtiendo, generando empleo y cumpliendo con sus obligaciones fiscales; los trabajadores sumando su esfuerzo, su creatividad al éxito de las organizaciones privadas y públicas en las que se desempeñan; los niños y jóvenes estudiando y preparándose.
Definido dónde queremos llegar, debemos empezar ya a debatir en forma participativa los qué y los cómo, recordando que nuestro Gobierno es el de todos los argentinos. Nosotros acompañamos decididamente estos objetivos.
El marco de la situación social e institucional que le ha tocado vivir a la Argentina, por lo que en este momento estamos luchando fuertemente con políticas coordinadas desde los marcos nacional, provincial y municipal, nos lleva a entender claramente la magnitud y profundidad de la crisis.
Cuando tomamos determinaciones como la de incorporar con una pensión a todos los mayores de 70 años, o incentivamos la política de becas, de cooperativas, de microemprendimientos, está absolutamente direccionado al marco y al núcleo del problema que hoy tenemos los argentinos. Que no es sólo de los argentinos, sino que obviamente es un problema muy profundo en el mundo y en toda nuestra Latinoamérica, absolutamente profundizado en los últimos tiempos.
Por eso espero que los argentinos hayamos hecho una clara comprensión de la situación que nos ha tocado vivir y que podamos tener la calidad y la capacidad institucional de generar las respuestas adecuadas que en esta etapa nuestro pueblo y nuestra gente se merece.
Para eso no solamente tiene que haber un gobierno ni tienen que estar las tareas que lleva adelante la Organización de las Naciones Unidas y quienes trabajan allí, con esfuerzo, con ganas y solidaridad, también tiene que haber una dirigencia política, institucional, empresarial, de los sectores del trabajo, de las organizaciones libres del pueblo, de las nuevas organizaciones sociales, que no solamente pasa por la actitud contestataria, sino por la actitud participativa, creativa, imaginativa, de la propuesta con opinión. La Argentina de la descalificación mutua nos llevó a la situación que vivimos; la Argentina de la creatividad, de la cualificación, de otra calidad institucional y de otro tipo de respuesta, nos va a ir dando los puentes de plata que nuestro país necesita para salir definitivamente de la encrucijada y de la situación que está.
Por eso la madurez, la seriedad y la responsabilidad de los argentinos ya no puede ser mirada en parcelas o en forma individual; tiene que ser mirada en forma global, en forma absolutamente solidaria, entendiendo que las demandas y el marco de la crisis tiene tal nivel de gravedad y tal nivel de daño ha generado en el cuerpo social, que quienes dicen y quieren tener responsabilidades institucionales evidentemente van a tener que dejar de mirar con la nuca el núcleo grande de los problemas que tenemos.
Por eso nosotros hoy nos adherimos firmemente a estos Objetivos, vamos a trabajar junto a ustedes para profundizarlos, para que las provincias, los municipios y también el conjunto de los países inicialmente de toda la región, vayan adhiriéndose para que definitivamente podamos estar dando el marco de respuesta que nuestra sociedad necesita.
Muchísimas gracias y Dios quiera que los objetivos se cumplan.
La inmensa mayoría de los argentinos y argentinas estamos actuando para ir modificando las políticas, las actitudes y las conductas que nos llevaron a vivir las circunstancias más graves de nuestra historia reciente.
Las políticas sociales que estamos llevando a cabo se articulan en tres ejes fundamentales que tienden a la erradicación de la pobreza extrema y el hambre a través del desarrollo de las fuerzas productivas y la inclusión de todos los sectores de la sociedad argentina, siendo estos el Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social; el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y el Plan Nacional de Fortalecimiento de la Familia.
Todos estos planes en el campo social, se ven complementados con fuertes planes de inversión pública y de reconversión pública, y también con una tarea cada vez más activa desde el punto de vista cultural e institucional para combatir la exclusión social e institucional que soporta y sufre nuestro país.
Desde las áreas del Estado en lo referido a la educación se plantean políticas de focalización hacia aquellos sectores y escuelas postergados por las políticas de exclusión y destrucción del sistema estatal de educación pública desarrolladas en la última década.
La focalización se articula con políticas universales que tienden a la inclusión de todos los niños en la escuela y que proponen que esta institución recupere su carácter integrador y solidario. De esta manera vamos construyendo el futuro de la Nación.
Así, a través del Programa Nacional de Becas Escolares, el Estado está realizando un gran esfuerzo orientado a crear una conciencia pública para que ninguna familia argentina se sienta limitada en sus posibilidades de enviar sus niños a la escuela.
Estamos convencidos de que el trabajo docente debe adquirir el grado de dignificación que tuvo en otras épocas. En este sentido, la restitución del Fondo de Incentivo Docente constituye una de las medidas que adoptamos.
Otro de los objetivos de este Gobierno es la creación de fuentes de trabajo como estrategia de inclusión social. En esta línea se inscribe la articulación con la sociedad civil expresada en el Plan para el Empleo de los Desocupados presentado en el día de ayer en este ámbito como una forma de intervención a través de políticas de incentivo del empleo decente.
Nuestro esfuerzo también tiende a la lucha contra la pobreza extrema y el hambre mediante el desarrollo de un proceso político y económico incluyente que imponga la redistribución de los bienes producidos por la sociedad con una fuerte intervención del Estado como regulador y garante de la disminución de los más agudos desequilibrios entre los argentinos.
En este sentido, la igualdad esencial entre el hombre y la mujer no es sólo declarativa para este Gobierno, sino que estamos dando muestras claras y concretas de nuestras convicciones y de nuestro empeño en hacer de esto un principio y un marco de verdadero pensamiento nacional.
Los desequilibrios de desarrollo que se manifiestan a nivel internacional también existen en la Argentina, que presenta una gran heterogeneidad entre sus provincias.
Los Objetivos del Desarrollo del Milenio constituyen el marco para el trabajo conjunto de los diferentes estamentos del Gobierno. Esto nos permite establecer un puente para las alianzas con los principales actores de la sociedad civil, los sectores del trabajo y las empresas, ambos en favor de la prosperidad económica, social y ambiental.
Nuestra insistencia en apoyar a la pequeña y mediana empresa, generadora de alto valor agregado, no tiene solamente un objetivo económico, sino que también está orientado a mejorar una más justa distribución de la riqueza.
Por ello, estos objetivos deben ser no sólo de este Gobierno, sino que deben ser apropiados como aspiración por todos los gobiernos provinciales y municipales, por sus empresarios, por sus trabajadores, por su juventud y su infancia, por las organizaciones sociales, por todos los argentinos y argentinas que legítimamente quieren vivir en un país mejor y más justo.
Para alcanzar este objetivo todos debemos aportar: el Gobierno, promoviendo las mejores políticas a nivel nacional, provincial y municipal; la sociedad participando y controlando; los empresarios invirtiendo, generando empleo y cumpliendo con sus obligaciones fiscales; los trabajadores sumando su esfuerzo, su creatividad al éxito de las organizaciones privadas y públicas en las que se desempeñan; los niños y jóvenes estudiando y preparándose.
Definido dónde queremos llegar, debemos empezar ya a debatir en forma participativa los qué y los cómo, recordando que nuestro Gobierno es el de todos los argentinos. Nosotros acompañamos decididamente estos objetivos.
El marco de la situación social e institucional que le ha tocado vivir a la Argentina, por lo que en este momento estamos luchando fuertemente con políticas coordinadas desde los marcos nacional, provincial y municipal, nos lleva a entender claramente la magnitud y profundidad de la crisis.
Cuando tomamos determinaciones como la de incorporar con una pensión a todos los mayores de 70 años, o incentivamos la política de becas, de cooperativas, de microemprendimientos, está absolutamente direccionado al marco y al núcleo del problema que hoy tenemos los argentinos. Que no es sólo de los argentinos, sino que obviamente es un problema muy profundo en el mundo y en toda nuestra Latinoamérica, absolutamente profundizado en los últimos tiempos.
Por eso espero que los argentinos hayamos hecho una clara comprensión de la situación que nos ha tocado vivir y que podamos tener la calidad y la capacidad institucional de generar las respuestas adecuadas que en esta etapa nuestro pueblo y nuestra gente se merece.
Para eso no solamente tiene que haber un gobierno ni tienen que estar las tareas que lleva adelante la Organización de las Naciones Unidas y quienes trabajan allí, con esfuerzo, con ganas y solidaridad, también tiene que haber una dirigencia política, institucional, empresarial, de los sectores del trabajo, de las organizaciones libres del pueblo, de las nuevas organizaciones sociales, que no solamente pasa por la actitud contestataria, sino por la actitud participativa, creativa, imaginativa, de la propuesta con opinión. La Argentina de la descalificación mutua nos llevó a la situación que vivimos; la Argentina de la creatividad, de la cualificación, de otra calidad institucional y de otro tipo de respuesta, nos va a ir dando los puentes de plata que nuestro país necesita para salir definitivamente de la encrucijada y de la situación que está.
Por eso la madurez, la seriedad y la responsabilidad de los argentinos ya no puede ser mirada en parcelas o en forma individual; tiene que ser mirada en forma global, en forma absolutamente solidaria, entendiendo que las demandas y el marco de la crisis tiene tal nivel de gravedad y tal nivel de daño ha generado en el cuerpo social, que quienes dicen y quieren tener responsabilidades institucionales evidentemente van a tener que dejar de mirar con la nuca el núcleo grande de los problemas que tenemos.
Por eso nosotros hoy nos adherimos firmemente a estos Objetivos, vamos a trabajar junto a ustedes para profundizarlos, para que las provincias, los municipios y también el conjunto de los países inicialmente de toda la región, vayan adhiriéndose para que definitivamente podamos estar dando el marco de respuesta que nuestra sociedad necesita.
Muchísimas gracias y Dios quiera que los objetivos se cumplan.