Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; autoridades nacionales y provinciales; señores empresarios; señoras y señores: creo que el objetivo fue logrado, el tratar de hacer en tiempo y forma la licitación de nuestros corredores viales, el tratar de redimensionar su funcionamiento y el tratar de volverlos cristalinos también en su operatividad. A través de este medio estamos explicando a toda la ciudadanía, a todos aquellos que nos están mirando en sus casas cómo se hizo todo el procedimiento, qué empresas se presentaron, quiénes estuvieron, para recuperar esa necesaria credibilidad de lo institucional en el marco de un procedimiento que se llevó adelante y que realmente todos aquellos que han trabajado allí lo han hecho con un esfuerzo muy grande para tratar de lograr ese paso superador en calidad, que es fundamental para recuperar realmente el ida y vuelta que nuestra sociedad necesita.
Estamos muy contentos con la cantidad de empresarios que han participado, creemos que en la etapa que se termina quedan cosas por cerrar, quedan diferencias de cobros de tarifas en los peajes y demás, que deberán ser absolutamente aclaradas y lo que no esté aclarado deberá ser absolutamente recuperado por parte del Estado, y esperemos que en este tiempo nuevo que se inicia este procedimiento pueda funcionar en forma perfecta, que los ciudadanos argentinos recuperen la credibilidad en este tipo de concesiones y que realmente el servicio sea de primer nivel. Los empresarios manteniendo la ruta y el Estado haciendo las licitaciones que se ha comprometido a hacer; que no son menores, son 500 millones de pesos aproximadamente al cabo de cinco años, 194 millones de pesos en el primer año, que ya las tiene que licitar, para que en una verdadera mancomunión de intereses entre el sector privado y el Estado podamos dar el servicio que nuestro pueblo se merece.
Recién el ingeniero López decía -eso es propio de la cultura del 90-, que ahorramos 1.219 millones de pesos. No vamos a ahorrar 1.219 millones de pesos, con esos 1.219 millones de pesos tenemos que hacer muchas rutas en la Argentina que hacen falta para que el país tenga la infraestructura que se necesita. (Aplausos).
Pero nos acostumbraron a que administrar bien es tener presupuestos subejecutados, mala calidad en los servicios, incumplimientos por doquier y ajustes permanentes. Para nosotros administrar bien es que el recurso alcance, que llegue al conjunto de la ciudadanía y que tenga la mayor eficiencia posible, porque la tarea de administrar bien descapitalizando al país todos los días es una tarea muy fácil; la tarea de administrar bien debe ser cumpliendo con todas nuestras obligaciones, dándole al país el capital de trabajo y el capital operativo que necesita. Esa es la visión que nosotros tenemos.
Vamos a entrar ahora a discutir, que ya lo tiene que hacer el área de Planeamiento Federal, el resto de los contratos de concesiones y de empresas de servicios públicos privatizadas y concesionadas. Tenemos que hacer un verdadero trabajo también cristalino, claro, para que no se repitan los procedimientos éstos donde pareciera ser que sobre las espaldas de la gente la tarea de los servicios públicos se ha convertido en una verdadera, casi tortura permanente de angustias, donde pareciera ser que aquellos que se hacen dueños de los servicios en vez de trabajar compenetrados con la comunidad el único fin que buscan es la rentabilidad de cualquier manera. Espero que tengamos la claridad suficiente, que tengamos la fuerza suficiente y la decisión suficiente también para corregir esto, porque acá muchas veces se discute si un servicio tiene que estar privatizado o no, pero la sociedad ha reaccionado contra el funcionamiento de muchos servicios privatizados porque en vez de dedicarse a cumplir su función, en vez de generar los niveles de eficiencia que tenían que producir, en vez de generar los niveles de inversión que tenían que hacer, se dedicaron y se asociaron a los poderes políticos de turno para ver de qué manera obtenían rentabilidades más fáciles. Esto debe cambiar definitivamente en la Argentina.
Espero que nosotros podamos ser la punta de lanza, junto con todos los empresarios argentinos que están dispuestos también a demostrar que hay cultura empresaria, a demostrar que hay posibilidades de hacer un capitalismo serio y competitivo y que podemos dotar a la Argentina de la credibilidad necesaria. Señores muchísimas gracias, que tengan muchísima suerte, gracias por compartir este acto.(Aplausos)
Estamos muy contentos con la cantidad de empresarios que han participado, creemos que en la etapa que se termina quedan cosas por cerrar, quedan diferencias de cobros de tarifas en los peajes y demás, que deberán ser absolutamente aclaradas y lo que no esté aclarado deberá ser absolutamente recuperado por parte del Estado, y esperemos que en este tiempo nuevo que se inicia este procedimiento pueda funcionar en forma perfecta, que los ciudadanos argentinos recuperen la credibilidad en este tipo de concesiones y que realmente el servicio sea de primer nivel. Los empresarios manteniendo la ruta y el Estado haciendo las licitaciones que se ha comprometido a hacer; que no son menores, son 500 millones de pesos aproximadamente al cabo de cinco años, 194 millones de pesos en el primer año, que ya las tiene que licitar, para que en una verdadera mancomunión de intereses entre el sector privado y el Estado podamos dar el servicio que nuestro pueblo se merece.
Recién el ingeniero López decía -eso es propio de la cultura del 90-, que ahorramos 1.219 millones de pesos. No vamos a ahorrar 1.219 millones de pesos, con esos 1.219 millones de pesos tenemos que hacer muchas rutas en la Argentina que hacen falta para que el país tenga la infraestructura que se necesita. (Aplausos).
Pero nos acostumbraron a que administrar bien es tener presupuestos subejecutados, mala calidad en los servicios, incumplimientos por doquier y ajustes permanentes. Para nosotros administrar bien es que el recurso alcance, que llegue al conjunto de la ciudadanía y que tenga la mayor eficiencia posible, porque la tarea de administrar bien descapitalizando al país todos los días es una tarea muy fácil; la tarea de administrar bien debe ser cumpliendo con todas nuestras obligaciones, dándole al país el capital de trabajo y el capital operativo que necesita. Esa es la visión que nosotros tenemos.
Vamos a entrar ahora a discutir, que ya lo tiene que hacer el área de Planeamiento Federal, el resto de los contratos de concesiones y de empresas de servicios públicos privatizadas y concesionadas. Tenemos que hacer un verdadero trabajo también cristalino, claro, para que no se repitan los procedimientos éstos donde pareciera ser que sobre las espaldas de la gente la tarea de los servicios públicos se ha convertido en una verdadera, casi tortura permanente de angustias, donde pareciera ser que aquellos que se hacen dueños de los servicios en vez de trabajar compenetrados con la comunidad el único fin que buscan es la rentabilidad de cualquier manera. Espero que tengamos la claridad suficiente, que tengamos la fuerza suficiente y la decisión suficiente también para corregir esto, porque acá muchas veces se discute si un servicio tiene que estar privatizado o no, pero la sociedad ha reaccionado contra el funcionamiento de muchos servicios privatizados porque en vez de dedicarse a cumplir su función, en vez de generar los niveles de eficiencia que tenían que producir, en vez de generar los niveles de inversión que tenían que hacer, se dedicaron y se asociaron a los poderes políticos de turno para ver de qué manera obtenían rentabilidades más fáciles. Esto debe cambiar definitivamente en la Argentina.
Espero que nosotros podamos ser la punta de lanza, junto con todos los empresarios argentinos que están dispuestos también a demostrar que hay cultura empresaria, a demostrar que hay posibilidades de hacer un capitalismo serio y competitivo y que podemos dotar a la Argentina de la credibilidad necesaria. Señores muchísimas gracias, que tengan muchísima suerte, gracias por compartir este acto.(Aplausos)