Señor ministro de Defensa; señor gobernador de la provincia de Córdoba; señor jefe del Estado Mayor Conjunto; señor jefe del Estado Mayor General del Ejército; señor jefe del Estado Mayor General de la Armada; señor jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea; autoridades militares, civiles y eclesiásticas; señores y señoras: venimos a conmemorar el nonagésimo primer aniversario de la creación de la Fuerza Aérea Argentina en esta casa que es cuna de los aviadores militares argentinos. Por la propia naturaleza de los medios que la Fuerza Aérea emplea está compelida a mantenerse moderna y actualizada y eso le ha otorgado desde su nacimiento una impronta particular.
Los 55 héroes, patriotas, que cayeron en combate en las islas Malvinas han contribuido también a otorgarles, junto a los caídos del Ejército, de la Armada y de las Fuerzas de Seguridad, un sentido de claro compromiso con el sacrificio de la Patria.
Esos perfiles característicos deben constituir la arcilla que nos permita encarar nuestro futuro y el de la Fuerza Aérea con decisión y coraje. Entroncados con los ejemplos de quienes forjaron nuestra nación, enriquecidos con el aporte de nuestros abuelos inmigrantes y pioneros, con el recuerdo de los que lucharon en nuestras islas Malvinas, debemos afrontar los desafíos que nos plantea este siglo XXI.
Presentamos hace poco el proyecto "La Defensa Nacional en la agenda democrática", como el comienzo de un camino que definitivamente ponga distancia con la nefasta doctrina de la seguridad nacional. En definitiva necesitamos construir la herramienta que nos permita forjar en democracia un proyecto de defensa nacional integral, que no deje sólo sobre las espaldas de quienes llevan uniforme las acciones a que ellos contribuyen. La actitud de la convocatoria tiene que generar un marco que sin negar las diferencias permita construir consensos inmersos en un aporte de legitimidad social, con pluralidad y al servicio de una política de Estado que ponga un rumbo definido a los constantes esfuerzos.
No se trata de tener o ser héroes de libro o de revista infantil, la Argentina requiere que seamos héroes cotidianamente, con la pala, con la tiza, con el mameluco, con el uniforme; un sentido del esfuerzo solidario para todos nosotros nos conferirá esa heroicidad cotidiana que dará sustento a nuestro crecimiento.
Estamos tan sumergidos los argentinos que retornar a la normalidad, a la rectitud de procederes, a la seriedad institucional, requiere que seamos un pocos héroes, pero sin grandilocuencia, sin estridencia, asumiendo con sano orgullo el lugar desde el que nos toca colaborar. En esa línea, además de una alta profesionalización, les exigiremos que trabajen para la modernización e impulsen la investigación tecnológica y científica, en coordinación con otros organismos gubernamentales, para que además puedan contribuir al bienestar general de la población. (Aplausos).
Queremos recuperar el espíritu de aquellos que supieron soñar con la creación de una verdadera industria aeronáutica, los que venciendo dificultades iniciaron el camino de asentar las primeras bases tecnológicas para el desarrollo del aluminio y la fabricación de aviones nuestros; que las dificultades presupuestarias y de todo tipo que se nos presenten hasta que logremos mejorar nuestra situación no resulten el consuelo de los que se dejan vencer en la primera adversidad. (Aplausos) Dificultades ofrecían el mar y los vientos del sur, y hubo aviadores y soldados que venciéndolas se llenaron de prestigio y honor. Dificultades opone la realidad todos los días a quien quiere cumplir con su deber, pero no habrá dificultad o percance que se interponga entre nosotros y nuestro futuro; con solidaridad, con dignidad, con justicia social, en un marco de esfuerzo compartido, y poniendo por encima de cualquier interés sectorial el interés del conjunto, sin duda saldremos adelante. (Aplausos).
Tenemos que recuperar el sueño de una Argentina grande, con una bandera celeste y blanca que nos cobije de verdad a todos y nos guíe a la obtención del bien común, para entregarles con esperanza el testimonio de un país en crecimiento a quienes vengan a continuar nuestra tarea. Por esos sueños es que vengo con alegría al lugar donde se dio la educación de los cóndores que hoy lucen como héroes de esa patria que queremos recuperar para crecer y para tener futuro.
Señores jefes y señores oficiales: creemos que es posible crear y poner en marcha una Argentina de claro perfil productivo; creemos en la industria y en la producción nacional. (Aplausos).
Señor comandante en jefe de la Fuerza Aérea, creemos firmemente en el rol que puede jugar la Fuerza en dicho marco y en dicho proyecto que para nosotros es estratégico, porque tenemos que refundar la idea del rol activo, participativo y creativo que nos permita definitivamente alumbrar una sociedad en conjunto trabajando por la producción, por la industria y el trabajo nacional. (Aplausos). También, decirle firmemente que al igual que usted creo en la justicia, creo que la construcción de una sociedad se hace con verdad y con justicia, porque con verdad y con justicia definitivamente nos vamos a encontrar con una Argentina sin privilegios y sin diferencias; ese es el camino, ese es el rumbo que nos va a devolver la virtud sanmartiniana de poder volver a reencontrarnos en una patria que cobije a todos los argentinos sin distinción, como merecemos.
Señores: muchas felicidades en su día que es nuestro día. Quiero cerrar con toda la fuerza de argentino y sureño, recordando a los valientes y gallardos aviadores que en la guerra de Malvinas dieron un claro sentido de patria y un claro sentido de amor a esta querida nación que todos los argentinos sentimos tan profundamente. Muchas gracias.