Quería estar hoy aquí y acompañar al señor Gobernador, al señor intendente y al pueblo; a los hermanos y hermanas de esta querida localidad de Flandria; quería compartir la puesta en marcha de este parque industrial que tiene un símbolo profundo para dejar atrás esa vieja Argentina que hasta hace muy poco tiempo martirizó a todos los argentinos en el marco de la conducción y el proyecto político que tuvo este país lamentablemente de manera fundamental en la última década del 90, pero que se inició en el marco de 1976 hasta la explosión del 2001. Quería estar en contacto con ustedes, yo sé que a muchos les molesta que a mí me guste conectarme con la gente, pero después de todo lo que pasó en este país yo sé que la única forma de cambiar la Argentina es estar acompañado por la gente, al lado de la gente y con la gente. (Aplausos).
Todos los días nos van poniendo piedras en el camino, pero no nos conocen. Tengo la fuerza de los luchadores, de los hombres del sur, que no bajamos los brazos ni ante el viento ni ante el frío ni el olvido. Podrán hacerlo una y mil veces, pero yo les juro de corazón que estoy decidido, junto a ustedes, a hacer esta Argentina que nosotros necesitamos, esa Argentina sin ladrones, sin corruptos, sin sinvergüenzas que nos han llenado de vergüenza a todos. (Aplausos).
No hay forma de generar inversión y trabajo cuando los que conducimos los municipios, las gobernaciones, en este caso la Presidencia de la Nación, nos dejamos rodear de esos entornos que se acercan a los cargos que tenemos solamente para hacer negocios. Eso es parte de la vieja Argentina. Nosotros queremos el entorno del pueblo argentino para poner en marcha la producción, el trabajo, la dignidad, la justicia y la lucha contra la impunidad como elementos centrales. (Aplausos).
Al amigo, a quien lleva la fábrica adelante, que viene de una familia de pioneros y trabajadores, me pongo a su disposición con simpleza, que en lo que necesite vamos a trabajar juntos. No necesitamos hacer ampulosas declaraciones, en todo lo que vaya a necesitar para que la fábrica se consolide tiene que estar la mano del Gobierno de la Nación. (Aplausos)
También tenemos que estar en contacto directo, juntos, trabajando con el señor intendente y con el Gobernador, sin protocolos acartonados, en contacto permanente para poder dar las respuestas que la comunidad necesita, porque nuestra Argentina está en emergencia, le han pasado y le están pasando cosas todavía que nos duelen y nos avergüenzan, y la única forma de superarlas es con el trabajo solidario.
Yo hoy vine a decirles que ustedes tienen un Presidente de los argentinos que está dispuesto a trabajar corazón y mano a mano con ustedes, con humildad, para llevar el país adelante. No hay grandes salidas mágicas, las paredes se levantan un ladrillito sobre el otro. Ya sabemos adónde nos llevan las salidas mágicas, ya sabemos adónde nos llevan los iluminados de turno, ya sabemos adónde nos llevan los que lo saben todo, ya sabemos adónde nos lleva la soberbia, la incapacidad y la corrupción en la Argentina. Volvamos a ser como eran nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros pioneros: humildes, que podamos mostrar nuestras manos así, que se vuelvan a ver los callos del trabajo, que se vuelva a ver el respeto a que en la Argentina el más importante no es el que más plata rápida hace de cualquier manera, como se premiaba en la década pasada, sino el que más estudia, el que más trabaja, el que más investiga, el más decente. Ese es el hombre que necesitamos como referencia en nuestra comunidad.(Aplausos).
Estoy feliz de compartir con los chicos, con los docentes. Hoy anunciamos 700 escuelas para invertir en la Argentina, por 422 millones de pesos; 266 las vamos a hacer aquí en la provincia de Buenos Aires para luchar contra el atraso relativo que tiene nuestra querida provincia de Buenos Aires. Nosotros tenemos que estar a la altura del esfuerzo en soledad que hicieron aquellos que integran la comunidad educativa para mantener firme y como concepto claro de que la única forma de transformar y cambiar la educación es mantener la posibilidad y el acceso a una educación digna.
Por eso les agradezco profundamente todo el cariño. He venido a compartir esto y estoy feliz. Voy a venir cada vez que se me invite, vendré a trabajar con ustedes con humildad y con fuerzas. Y no queremos que nos inventen más recetas, vamos a llevar adelante la receta de los argentinos, que es la receta que nos va a permitir construir la patria que todos soñamos. (Aplausos).
Y para terminar, además de pedirles que me ayuden y que nos ayudemos, porque yo sé que con la ayuda de ustedes vamos a hacer el país que soñamos, les voy a pedir otra ayuda porque ante tantos poetas que me precedieron la única forma de darles batalla es si me prestan un libro de José Hernández. (Aplausos). Muchas gracias.
Todos los días nos van poniendo piedras en el camino, pero no nos conocen. Tengo la fuerza de los luchadores, de los hombres del sur, que no bajamos los brazos ni ante el viento ni ante el frío ni el olvido. Podrán hacerlo una y mil veces, pero yo les juro de corazón que estoy decidido, junto a ustedes, a hacer esta Argentina que nosotros necesitamos, esa Argentina sin ladrones, sin corruptos, sin sinvergüenzas que nos han llenado de vergüenza a todos. (Aplausos).
No hay forma de generar inversión y trabajo cuando los que conducimos los municipios, las gobernaciones, en este caso la Presidencia de la Nación, nos dejamos rodear de esos entornos que se acercan a los cargos que tenemos solamente para hacer negocios. Eso es parte de la vieja Argentina. Nosotros queremos el entorno del pueblo argentino para poner en marcha la producción, el trabajo, la dignidad, la justicia y la lucha contra la impunidad como elementos centrales. (Aplausos).
Al amigo, a quien lleva la fábrica adelante, que viene de una familia de pioneros y trabajadores, me pongo a su disposición con simpleza, que en lo que necesite vamos a trabajar juntos. No necesitamos hacer ampulosas declaraciones, en todo lo que vaya a necesitar para que la fábrica se consolide tiene que estar la mano del Gobierno de la Nación. (Aplausos)
También tenemos que estar en contacto directo, juntos, trabajando con el señor intendente y con el Gobernador, sin protocolos acartonados, en contacto permanente para poder dar las respuestas que la comunidad necesita, porque nuestra Argentina está en emergencia, le han pasado y le están pasando cosas todavía que nos duelen y nos avergüenzan, y la única forma de superarlas es con el trabajo solidario.
Yo hoy vine a decirles que ustedes tienen un Presidente de los argentinos que está dispuesto a trabajar corazón y mano a mano con ustedes, con humildad, para llevar el país adelante. No hay grandes salidas mágicas, las paredes se levantan un ladrillito sobre el otro. Ya sabemos adónde nos llevan las salidas mágicas, ya sabemos adónde nos llevan los iluminados de turno, ya sabemos adónde nos llevan los que lo saben todo, ya sabemos adónde nos lleva la soberbia, la incapacidad y la corrupción en la Argentina. Volvamos a ser como eran nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros pioneros: humildes, que podamos mostrar nuestras manos así, que se vuelvan a ver los callos del trabajo, que se vuelva a ver el respeto a que en la Argentina el más importante no es el que más plata rápida hace de cualquier manera, como se premiaba en la década pasada, sino el que más estudia, el que más trabaja, el que más investiga, el más decente. Ese es el hombre que necesitamos como referencia en nuestra comunidad.(Aplausos).
Estoy feliz de compartir con los chicos, con los docentes. Hoy anunciamos 700 escuelas para invertir en la Argentina, por 422 millones de pesos; 266 las vamos a hacer aquí en la provincia de Buenos Aires para luchar contra el atraso relativo que tiene nuestra querida provincia de Buenos Aires. Nosotros tenemos que estar a la altura del esfuerzo en soledad que hicieron aquellos que integran la comunidad educativa para mantener firme y como concepto claro de que la única forma de transformar y cambiar la educación es mantener la posibilidad y el acceso a una educación digna.
Por eso les agradezco profundamente todo el cariño. He venido a compartir esto y estoy feliz. Voy a venir cada vez que se me invite, vendré a trabajar con ustedes con humildad y con fuerzas. Y no queremos que nos inventen más recetas, vamos a llevar adelante la receta de los argentinos, que es la receta que nos va a permitir construir la patria que todos soñamos. (Aplausos).
Y para terminar, además de pedirles que me ayuden y que nos ayudemos, porque yo sé que con la ayuda de ustedes vamos a hacer el país que soñamos, les voy a pedir otra ayuda porque ante tantos poetas que me precedieron la única forma de darles batalla es si me prestan un libro de José Hernández. (Aplausos). Muchas gracias.