Amigos, amigas, compañeras y compañeros: estoy feliz de estar aquí junto a ustedes en esta quinta de San Vicente, en la misma quinta que junto a Eduardo, junto a Felipe, Chiche, Graciela, tantos amigos intendentes, concejales y pueblo de San Vicente, anunciábamos que juntos nos proponíamos continuar el camino iniciado allá por fines del año 2001 y comienzo de 2002, de empezar a remontar la cuesta de este país que lo dejaron destruido, quebrado, fundido, sin fe, sin espíritu, con los argentinos prácticamente de la mano de Dios. Por eso he venido a estar con ustedes y decirles que tenemos una voluntad absoluta de trabajo, que venimos a abrazarnos de las ideas que nos llevaron a estar allí donde estamos. Decíamos que ni las convicciones ni las ideas las íbamos a dejar en la puerta de la Casa de Gobierno, que nos íbamos a abrazar a esas ideas como nos abrazamos con el pueblo, como garantía concreta de que con la ayuda de todos ustedes vamos a poder hacer una Argentina diferente. Porque yo confío en todos ustedes, en la gente, porque sé que con la gente vamos a poder dar los pasos que tenemos que dar. (Aplausos)
Agradezco profundamente todos los apoyos, la solidaridad y el cariño, pero estamos en un momento, y lo comentábamos hoy con Eduardo, donde tenemos que dar muchos pasos para adelante, donde tienen que entender muchos sectores de la Argentina, sectores de interés, sectores del poder, del establisment que no puede haber un país donde se siga sojuzgando a nuestro pueblo. Tiene que haber un país que crezca económicamente, donde haya muchas empresas, pero donde definitivamente nuestra gente esté mejor, que haya producción, que haya trabajo, que haya ventura, que haya futuro, que haya un nuevo amanecer, que haya un nuevo destino. (Aplausos).
Yo sé que muchos por ahí dicen: "ya les va a llegar el momento de tener que aplicar medidas duras", porque algunos creen que la única forma de gobernar es dar y dar sobre el lomo del pueblo. Están equivocados, nosotros vamos a aplicar, todos juntos, medidas que de a poco nos devuelvan la posibilidad de vivir, de tener esperanzas, de mirar a los ojos de nuestras familias y saber que nuestros hijos mañana van a estar mejor que nosotros. No les quepa ninguna duda, no más sobre las espaldas del pueblo, no más sobre las espaldas de la gente. (Aplausos).
Estoy feliz de estar con ustedes acompañándolos. Cuando Felipe decía recién: "¿si el barco se hunde? Felipe, qué barco se va a hundir. Nosotros, todos juntos, vamos a llevar la Argentina a la meta que queremos y que nos merecemos. No tengo ninguna duda de que vos vas a consolidar la transformación de la provincia de Buenos Aires y yo voy a estar trabajando al lado tuyo, voy a estar trabajando con muchísima fuerza, porque esta querida provincia de Buenos Aires todos sabemos el atraso relativo que tiene y el esfuerzo que hay que hacer para que muchos hermanos y hermanas bonaerenses, como los hermanos y hermanas de otras provincias, puedan ir recuperando el lugar que merecen.
Pero tenemos que tener alegría, esa alegría de Eva Perón, que con lo último de sus fuerzas estaba al lado del General, impulsándolo a luchar por transformar la Argentina y hacerla crecer. Si vimos la fuerza, si vimos el temple, si vimos el temperamento, si vimos la entrega y la grandeza de Eva Perón, ¿cómo nosotros no vamos a tener el coraje y la fuerza de poner de pie a esta Argentina? Lo vamos a hacer con el espíritu y la fuerza que ella significó para todos nosotros. (Aplausos)
Y para ir terminando, para algunos que van a decir por allí que yo anduve haciendo campaña por algún lugar de la provincia de Buenos Aires, yo no sé qué es lo que quieren, ¿cómo no voy a venir acá a estar con los compañeros y compañeras de la provincia de Buenos Aires? ¿Cómo no voy a querer que esta gran provincia tenga un gran gobierno? Si todas las provincias tienen grandes gobiernos mucho más fácil va a ser levantar la patria. (Aplausos)
¿Y después de todo, qué? A mí me toca ser presidente por un tiempo de la historia, yo también tengo corazón y sentimientos, ¡y yo quiero que gane Felipe, quiero que gane Chiche, yo quiero que volvamos a ganar y hagamos lo que tenemos que hacer en la provincia de Buenos Aires! (Aplausos)
Por eso, a mí no me gusta jugar a que estoy o que no estoy; yo estoy acá, ¡sí señores! Para mis amigos los analistas políticos, que van a decir "se ató a la suerte de Felipe Solá, de Chiche, de Graciela": sí estoy atado a la suerte de ellos; con ellos en el destino, con ellos en la conducción del país, en las cosas que queremos construir. (Aplausos)
Muchas gracias Intendente, amigos y compañeros, muchas gracias Eduardo por todo. Muchas gracias a ustedes, sigamos solidariamente, trabajando siempre juntos, avanzando, queriéndonos, amándonos con la simpleza del pueblo. Muchas gracias. (Aplausos)